3 de abril de 2014

Postales de 2002

2002 fue, desde que tengo uso de razón, el peor año que nos tocó afrontar a los argentinos. Para decirlo sin eufemismos, tocamos fondo. Por supuesto, los empresarios siempre salen bien parados ante cualquier crisis, de modo que ni se inmutaron ante lo que ocurría. El país estaba en bancarrota, había una depresión generalizada en la sociedad, sobre todo en las personas mayores, que habiendo trabajado toda su vida,  ya no encontraba motivos para seguir adelante. Nunca habían imaginado que luego de 30 años de trabajo, el país se encontraría sumido en una crisis semejante. Toda la clase media se vio obligada a recortar gastos de la economía familiar: hubo que vender autos, comprar alimentos de las comúnmentes llamadas "segundas marcas", olvidarse de las vacaciones, y soportar el vendaval. Cada uno lo hizo a su manera. Hubo muchos que quedaron en el camino, agobiados por las deudas: murieron de un infarto o se suicidaron.

En 2002 se disputó el Mundial de Fútbol Corea-Japón. Lo recuerdo muy bien: el primer partido de la Selección lo ganamos por 1 a 0 contra Nigeria, con gol de Batistuta. Tiempo después, un amigo me digo con razón: "¿Cómo puede ser que mientras el país se caía a pedazos, estos imbéciles estaban festejando un partido?". 

Pero de a poco, la Argentina se fue recuperando, quizás porque más bajo ya no podíamos caer. Asumió la presidencia Néstor Kirchner, que con sus aciertos y errores demostró rápidamente que era más expeditivo, audaz y firme que aquella caricatura de presidente que fue De la Rúa. Fue así como nació el kirchnerismo, un movimiento que continúa hasta nuestros días y que ha sido objeto de innumerables debates y polémicas. Pero me estoy yendo de tema. Simplemente quería trazar una breve reseña de lo que significó para mí haber vivido en Argentina durante 2002.

Antes de apagar la luz

Jueves por la tarde en la ciudad. Si me pagaran por escribir acá, seguramente el resultado sería más provechoso. O en todo caso, me exigiría...