2 de enero de 2019

Primera nota de 2019

Miércoles 2, primer texto del nuevo año. Ayer tuve el impulso de escribir algo, pero luego me surgieron algunos compromisos y no lo pude concretar. Debo decir que recibí a 2019 con tranquilidad, compartiendo una cena con mi familia, sin demasiada euforia, porque como dice el poeta, "se hace camino al andar". Hoy se terminó la joda y la rueda sigue girando. Como siempre sostengo, tu vida no va a cambiar drásticamente por la transición del 31/12 al 1º/1. Aún así, es inevitable proponerse nuevos objetivos. Prefiero no mencionar muchos de ellos porque si no logro cumplirlos me voy a sentir frustrado, pero no tienen que ver con cuestiones de trabajo, sino con tratar de -a poco- ir cambiando la forma de pensar ante cosas que nos irritan, nos cargan de ansiedad, nos angustian. Por lo general, en el comienzo del año te ponés las pilas en aquello que te propusiste conseguir, pero lo que hace falta es el temple necesario para sostener esas metas. 

Ayer y hoy la pasé realmente mal por el calor agobiante y la humedad pegajosa que cuando salías a la calle te recibía como un sauna a cielo abierto. Anoche llegué a casa con la ropa empapada en sudor, me tomé casi un litro de agua de un saque, me di una ducha fría, encendí el ventilador...sin embargo, cuando me dispuse a dormir, los mosquitos parecían aviones de combate y la habitación tenía un tufo insoportable. Abrir la ventana traería consigo más mosquitos, por lo tanto no sabía bien qué hacer. Todos los productos que se suelen emplear en estos casos, a saber: vaporizadores, tabletas, espirales, aerosoles, no suelen dar resultados ante estos insectos ávidos de sangre. Fue así como hasta las 3 de la madrugada estuve sin poder conciliar el sueño, dando vueltas en la cama, mientras pensaba que mi celular anuncia "tormentas fuertes" desde hace 4 días por lo menos y nada de eso ocurrió, apenas algún chaparrón aislado. Pese a todo, no me levanté excesivamente tarde, no tenía sentido perder toda la mañana por una noche cuasi-desvelado. Me desperté medio zombie, pero seguí la rutina diaria en estos días de sequía informativa y siempre buscando algo interesante para publicar en mi diario digital. Espero que los próximos días sean más agradables para salir a la calle y no haya que gastar suelas con 40 cuadras diarias y una pesadez atmosférica que nos hace permanecer en nuestras casas todo el tiempo que podamos, a salvo de las altas temperaturas. Punto final.

Octubre

  Faltan dos meses para que termine el año. No podría afirmar si es mucho o poco. Es lo que hay, y cada uno avanza a su propio ritmo. Por es...