Sábado por la noche en la ciudad. A veces pienso que no podría vivir en otro lugar que no fuera Lobos. No lo digo por mera demagogia, sino porque realmente lo siento así. Nací acá y tuve una infancia y adolescencia felices. Me costó mucho llegar a donde estoy y todavía me falta mucho para mejorar, pero elegí esta ciudad para trabajar y hacer casi toda mi carrera profesional. Me gusta recorrer las calles olvidadas, hablar con los vecinos que de vez en cuando te invitan un mate o un vaso de agua fresca, salir a "la hora de la siesta" cuando la tranquilidad pueblerina todo lo invade y podés caminar tranquilo.
Sé quién es el egocéntrico, el adulador, el mentiroso, el chanta. Pero también sé quién es la persona honesta, generosa, solidaria. Nunca voy a olvidar a aquellos que tuvieron gestos nobles conmigo. Fueron mis padres quienes me enseñaron a ser agradecido, pero aunque no lo hubieran hecho, es un sentimiento que nace de reconocer lo que el otro hizo por vos. Como algunos saben, entre 2000 y 2007 ejercí la docencia, como provisional y suplente. Eso me sirvió para conocer toda clase de gente, algunos directivos que me empujaban al abismo y otros que me alentaban a progresar. Mirando hacia atrás, lidiar con los alumnos no es fácil, lo hice lo mejor que pude, y creo que no lo volvería a hacer. Paralelamente empecé con el periodismo, me recibí en 1999 y volví a Lobos en una época complicada, por lo tanto al igual que muchos de ustedes me las tuve que rebuscar para ganarme el mango. En principio era para comprar las cosas que a mí me gustaban, pero ahora, la plata va a parar a comprar alimentos, artículos de higiene, lo básico para contribuir a la economía familiar.
No me imagino viviendo nuevamente en Buenos Aires, me parece un loquero in crescendo muy diferente a 20 años atrás cuando yo habitaba un depto allí. De vez en cuando voy para algún evento específico, pero no es algo que esté esperando con ansias. Pese a todo algunos barrios porteños conservan su encanto.
Lo mismo con viajar al Exterior. Ya está, ya lo hice, estuve casi tres meses afuera en 2002, porque una chica que salía conmigo me regaló el pasaje y yo tenía unos dólares ahorrados que se salvaron del corralito. Se dio así. Hoy sólo lo haría si la vida (y el bolsillo) me dan otra oportunidad para conocer algún rincón del mundo. Me gustaría visitar países "raros": Hungría, Rumania, Polonia, Islandia...en fin, soñar no cuesta nada, además de ayudar al buen dormir. Punto final.
Blog de Lobos, ARG, desde hace 18 años en la Web.
12 de enero de 2019
Un resumen de 20 años
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