1 de abril de 2020

Comenzando un nuevo ciclo de aprendizajes

Comienza un nuevo mes, un nuevo ciclo, que se presenta en circunstancias atípicas. Debemos hacerle frente a esto, y aprovechar la coyuntura para indagar en lo que somos como sociedad. Me parece que esta cuarentena nos ha dado una gran lección a todos los que tenemos un mínimo de conciencia. Si cuando pase esta circunstancia excepcional seguimos comportándonos igual, es señal de que no hemos aprendido nada. Tengo la convicción de que este aislamiento nos hará valorar todo lo que realmente tenemos y que durante años estuvo relegado a un segundo plano. Nos hemos enfrentado ante situaciones extremas que han puesto a prueba nuestra capacidad para cumplir las normas y para reforzar vínculos. Cuando llegue el 12 de abril y podamos abrir las puertas de casa para recibir a nuestros amigos y seres queridos, sentiremos que hemos ganado una batalla. Es fácil entenderlo: Mientras las cifras de muertos por el virus en el mundo son alarmantes, nosotros habremos sobrevivido (o estado menos expuestos) por haber tomado los recaudos necesarios. Podría quejarme de varias cosas, entre ellas la recesión económica, pero no lo voy a hacer porque cada uno sabe sus carencias y dificultades. 

Dicho de otra manera, la cosas "son como son", se han dado de este modo, y el hecho de aceptarlas no implica resignación, sino madurez. Podemos tomarlo como un aprendizaje forzoso, pero aprendizaje al fin. 


Hay muchos rasgos de mi personalidad que no me gustan, pero quizás nunca hice demasiado esfuerzo para quitármelos de encima, hasta ahora que me choqué contra una pared, o cuatro paredes de mi habitación. Durante mucho tiempo, creí que las personas no cambiaban su modo de ser, pero me he encontrado con amigos que han logrado recomponer su vida y sentirse mejor.

Aclaración: No es que me sienta mal. Es que hay cosas que me fastidian, me molestan, y no puedo evitarlo. Lo que sí puedo hacer es permanecer indiferente ante los comentarios de los demás. Pero creo que me estoy yendo de tema. La cuestión es que, tarde o temprano, nos damos cuenta de que es momento de cambiar. Aceptar que ya no somos nenes, asumir la responsabilidad de laburar a conciencia, y comprender que sólo nuestros seres queridos se preocuparán por nosotros. Al resto de la gente no le importa un carajo, simplemente porque cada uno vive en sus cosas.

Hay que dejar de ser nostálgicos. Por ejemplo, a mí me encantan los Beatles, pero desde 1970 no existen más. Sólo quedan los discos y las películas que hicieron. Hay que abrir un poco la cabeza y aceptar lo nuevo, pero no con cualquier bazofia que aparezca con aires de novedad, sino cosas que valgan la pena.
Hay que aprender a disfrutar de la vida con aquello que nos haga felices. La lectura, la música, el cine, hacer el amor con una linda mujer, lo que sea. Porque, por si no se han dado cuenta, nosotros tenemos fecha de vencimiento. Llegará un punto en que estaremos demasiado viejos y enfermos, y nos arrepentiremos de todo aquello que no hicimos en nuestra juventud. Tengo 40 años y no estoy para estupideces.

Por eso, amigos, quiero decirles que de alguna u otra manera, es momento de empezar un cambio. Y yo estoy emprendiendo ese proceso, con tranquilidad, tomándome el tiempo que sea necesario, pero sabiendo quién soy yo y qué puedo dar. Hay que aprender a quererse un poco más y no pasar por la vida pidiendo perdón por todo. Si te mandaste una cag..,  bueno, ya está hecho, seguí adelante y no te claves puñales por eso. Punto final.

Un resumen de 20 años

  Al cabo de casi 20 años, puedo afirmar que estoy conforme con las notas que he escrito en este blog. Este año ha sido muy particular para ...