Domingo por la tarde en Lobos: Una jornada más, ya casi por dar comienzo a la segunda quincena de abril, y pasada por agua. Hace como tres días que el clima seguía obstinado con el único fin de rompernos la paciencia, ya que todo lo que veíamos era el firmamento nublado (más firme que nunca) con lloviznas intermitentes. Pero en la madrugada de hoy, llovió copiosamente, como debe ser, así "la fuerzas del cielo" ya terminan con tanta indecisión de una buena vez.
Es entonces como tan ansiado "fin de semana" comenzó a languidecer. Habrá que prepararse mentalmente para afrontar los próximos días lo mejor que se pueda. Aunque el lunes, al suponer una reanudación de la actividad laboral (o como fuere lo que cada uno hace), no me disgusta tanto. Es un elogio para la rutina, porque es necesario un orden, una repetición en los hábitos cotidianos. Bueno, si no se repitieran, no se convertirían en hábitos, ¿no?
Hace un rato estuve escuchando un disco
compilatorio de Bruce Springsteen, titulado "Live in New York", que
tal como reza su nombre, constituye un registro en vivo bastante equilibrado de
su trayectoria junto a la E Street Band. Se ha hecho un excelente trabajo de
remasterización en todos los tracks que componen el álbum, y de esa manera se
puede apreciar el sonido como si hubieras estado ahí. No hay instrumentos que
tapen a otros. Se notan los matices, las texturas. Los aplausos y ovaciones del
público no opacan el show. Porque resulta demasiado indulgente incitar desde el escenario a que el público
cante la mitad de una canción, o que se le pidan “palmas”. Parafraseando a
Dolina: Maestro, usted cante, que para eso le pagamos la entrada. Si a mí me gusta
lo que hace, quédese tranquilo que lo voy aplaudir, ovacionar, o lo que sea.
Tema 2: Durante
años nos comimos el verso de la tolerancia y el consenso y luego, cuando quienes declamaban esas consignas fueron gobierno, no pasaban ni 10 minutos de
haber asumido que estallaban furiosas internas políticas para repartir cargos y
sacar la mejor tajada. Digo esto, porque los libertarios no son palomitas inocentes: Hay una
intrínseca disputa por espacios de poder, desde el momento en que Milei
comprobó que le convenía sumar a lo del PRO para tener una base mínimamente
sólida. No creo por el solo hecho de adoptar un estilo confrontativo e
intolerante estemos viviendo una era de "nueva política". Es más de
lo mismo. Estamos gobernados por gente que ejerce un profundo cinismo desde lo
discursivo, y obviamente lo traslada a la acción. ¿Deberemos acostumbrarnos a que la
corrupción sea natural -y funcional- a toda gestión? ¿Que accedan a un empleo los amigos o
alcahuetes del partido político de turno? Los "panqueques" y los
tránsfugas gozan de buena salud, y nada hace pensar que vayan a desparecer. El
político cambia según su conveniencia, y los principios que tanto decía
defender se los guarda en el bolsillo hasta que haya otro golpe de timón. No
nos engañemos ni seamos ingenuos. Lo más triste es que se pretenda manipular y
seducir a la jóvenes incautos e iletrados empleando apelativos que atrasan 50 años, como “zurditos”,
y demás. El socialismo o el comunismo no son las plagas de la humanidad, pero
no hay manera de que la opinión pública lo entienda. Yo creo que sólo resta
sentarse a esperar (no hace falta mucho tiempo) para advertir que mensaje real
es, en resumidas cuentas, el mismo que podríamos escuchar de cualquier partido
de derecha, que suelen cobijarse bajo recetas liberales. Daría para seguir
escribiendo, sí, porque claramente no se puede analizar o decodificar todo lo
que hemos visto desde el 10 de diciembre a esta parte. Celebrar que la
inflación del mes pasado fue de un 13 %, roza la insolencia total, porque en
todo caso, ese porcentaje no se incrementó porque la gente no tiene ni un mango
para gastar. Punto final.
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