“Cada destino es
una nueva oportunidad para crecer”. Escuché esta frase en algún lado, y me
pareció interesante indagar en su sentido como para no dejarla pasar. No era
una frase más que salió de un meme de las redes sociales. Por supuesto, no
significa que el crecimiento vaya a ocurrir sí o sí, sino que es una
posibilidad para la cual hay que estar preparados para así poder potenciarla. Crecer
es innovación. Es sentir que mejoraste en algo aunque nadie te lo vaya a
reconocer. Es superar situaciones adversas, pero que son aciagas solamente para
vos: Seguramente para el común de los mortales ya se dan por superadas. Implica
activar un mecanismo interno que no todos están en condiciones de implementar.
El recorrido que emprendamos determinará el surgimiento de esas oportunidades.
Tiene que ver también con la influencia que ejerce nuestro entorno cercano, qué
importancia le damos a los consejos, a las palabras de aliento, a los gestos de
reprobación.
Las personas que
te quieren de verdad no te dirán todo que sí, no avalarán todas tus
actitudes, sino que, llegado el caso, te marcarán aquellos puntos flojos que te
están perjudicando a vos o a terceros. La adulación es propia de los que creen
que no hay lugar para el pensamiento independiente y la crítica. Esas
observaciones se expresan con juicios de valor que no siempre son halagüeños.
Pero debemos entender que los que te marcan los errores no son enemigos, sino
afectos cercanos que buscan que puedas corregirlos para que tus decisiones sean
más acertadas. Si sólo hiciéramos caso a los aduladores, nos estaríamos
engañando con facilidad. No hay nada más contraproducente que ser cómplices de
una farsa sobre la que se construye nuestra vida. Cuando uno se desempeña en un
determinado ámbito, está más expuesto al escrutinio público.
Se aprende mucho más de los errores que del éxito. A lo largo de mi vida he pasado por épocas
prósperas en lo personal y otras no tanto, y todo me hace pensar que los
grandes logros se construyen a base de sacrificio y constancia. Quizás a otros
les resulte más fácil, pero en mi caso es así. Si yo no hubiera reclamado por
lo que me corresponde, nadie me lo hubiera otorgado, porque sería más cómodo
hacer la plancha antes que golpear las puertas de despachos y oficinas. Creo que
todo es susceptible de ser perfeccionado, casi nunca las cosas se nos presentan
como quisiéramos, hay que pulir los detalles para que se adapte a nuestras
expectativas. Cuando uno es joven tiene más empuje. Eso va mermando con el paso
de los años, porque ya se está en una edad en la cual uno busca consolidarse
sin tener que renegar tanto, ni discutir sobre cuestiones que antes parecían
ser más profundas. Tomar nota de las oportunidades es el principio del
despegue, pero en el medio pueden pasar un montón de vicisitudes. No hay un
camino recto, lineal. La vida no es así. Hay curvas, pendientes, obstáculos por
doquier. Y yo seguiré afrontándolos, sorteándolos, mientras tenga la fuerza y
la voluntad para hacerlo.
Hoy me reencontré
después de varios meses con un querido amigo. Compartimos una interesante
charla y un café. Esos momentos son los que valen, cuando prevalece el aprecio
mutuo, cuando dos o más personas son respetuosas de los tiempos de los demás y
se expresan con confianza, con esa confianza que es inherente a la amistad.
Hablamos de política, de varios temas, y aunque no pensamos igual, no fue un
problema para que la conversación fluyera con naturalidad. Nadie quiso
imponerse por encima del otro, ni sacar chapa de nada. Hay que escuchar antes
de hablar, porque si decimos lo primero que nos viene a la boca, podemos
terminar arruinándolo todo.
Esta semana no ha
habido demasiadas noticias para satisfacer las necesidades de los lectores.
Pero el finde parece que se reactivará algo, con la peatonal cultural de la 9
de Julio y con las actividades que el Municipio tiene previstas con motivo del
carnaval. No se le dio la difusión esperada, no se hizo ninguna conferencia de
prensa, pero confío en que los vecinos responderán si el clima acompaña, para
disfrutar de dos noches de esparcimiento gratuito y shows musicales. Yo no sé
qué perfil le daría al área si fuera Director de Cultura, no debe ser fácil
conformar a todos, y que todos los artistas se sientan partícipes. Porque en
Lobos, hay mucho recelo y mucha vanidad en ese sentido. Y lanzar una movida que
abarque a todos los sectores y que además resulte convocante, es todo un
desafío. La ciudad también necesita de una oportunidad para crecer. Veremos qué acontece. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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