Como es sabido, la AFIP impuso a partir de hoy una serie de restricciones para la compra de dólares. La ambición por adquirir la divisa no se puede atribuir solamente a "corporaciones", "monopolios", o grandes empresas, como se intenta hacer desde el discurso oficial. Por el contrario, son pequeños ahorristas los que buscan refugio en el dólar y van provocando un "efecto goteo" con la compra de sumas relativamente reducidas, como 1.000 dólares, porque sabemos que la inflación continúa afectando el valor del peso y reduciendo el poder adquisitivo. Ahora bien, un Gobierno que va por un nuevo mandato, que tuvo un respaldo tan contundente en las urnas, no debería tener mayores problemas para controlar las operaciones cambiarias. Dicho de otra manera, este clima enrarecido que se percibe por la incertidumbre de la gente no tiene su correlato con el respaldo abrumador que se le dio a este modelo en las elecciones. De hecho, antes de las elecciones primarias de agosto ya había comenzado a sentirse la fuga de capitales, y el Gobierno volvió a la vieja receta de intentar frenar el valor del dólar con las reservas del Banco Central.
Esto no hará otra cosa que alimentar el mercado negro, los "arbolitos" de la City porteña, y el dólar paralelo. La gente no se va a quedar tranquila en su casa mirando cómo le impiden comprar los ansiados dólares, y buscará la manera de obtener los billetes apelando a las famosas "cuevas". De todas maneras, las medidas que decidió tomar la AFIP no parecen descabelladas, y apuntan hacia un mayor control de la operatoria. No es el mejor escenario para un Gobierno que fue ratificado por la gente con un aluvión de votos, y evidentemente cada uno busca la manera de que sus ahorros se mantengan protegidos de la espiral inflacionaria y la voracidad fiscal. Más allá de esto, no caben dudas de que el dólar se ha convertido en una verdadera obsesión para muchos argentinos, algo que nos remonta a los años ochenta, cuando la especulación financiera fue minando paulatinamente el gobierno de Raúl Alfonsín.
Blog de Lobos, ARG, desde hace 18 años en la Web.
31 de octubre de 2011
28 de octubre de 2011
El juego de las diferencias
Nicolás Repetto y Marcelo Tinelli intentan ubicarse en polos opuestos dentro de la televisión local, pero lo cierto es que ambos subestiman al espectador, aunque lo hagan de distinto modo. Repetto es, sin dudas, el emblema de la soberbia y del fracaso, porque después de que huyó como rata por tirante en plena crisis de 2002, quiso volver dos años más tarde a la televisión con toda la gloria, hizo un video nefasto evocando la miseria y el caos que él no vivió y la gente no lo perdonó. Hace poco quiso dar explicaciones sobre aquel polémico video, pero pasó demasiado tiempo y es evidente que lo hizo forzado por las circunstancias. Vale decir, que Repetto no se arrepiente en lo más mínimo, simplemente esbozó una autocrítica diciendo que no era el momento adecuado para emitir las imágenes de un país convulsionado.
En cuanto a Tinelli, no podemos negar que tiene olfato para percibir dónde está el éxito. Conoce qué es lo popular, y sabe cómo explotarlo para generar rating. Hasta hace unos años, Canal 13 era la pantalla más selecta de la televisión abierta, con programas cuidados en su producción, sobrios, y de gran nivel. Con el desembarco de Tinelli todo eso se terminó. No sólo se mantiene firme en la grilla del prime time con su tradicional "Showmatch", sino que además hay surgido una sucesión de programas que contaminan la pantalla, como "Este es el show", o "Soñando por bailar", en los cuales los aspirantes a estrellas de 15 minutos intentar probar suerte. Si son mujeres voluptuosas o con antecedentes "botineros" en su currículum, suma varios puntos a su favor. En fin, como verán, Nico y Marcelo no son tan diferentes como la gente supone. Detrás de la sofisticación y el glamour berreta de Repetto se esconde el deseo de que algún producto suyo vuelva a ser masivo alguna vez, cosa que hace varios años que no sucede. En fin, así estamos: rodeados de un tufo de mediocridad que goza de la preferencia popular, y que por lo tanto se vuelve casi indiscutible.
En cuanto a Tinelli, no podemos negar que tiene olfato para percibir dónde está el éxito. Conoce qué es lo popular, y sabe cómo explotarlo para generar rating. Hasta hace unos años, Canal 13 era la pantalla más selecta de la televisión abierta, con programas cuidados en su producción, sobrios, y de gran nivel. Con el desembarco de Tinelli todo eso se terminó. No sólo se mantiene firme en la grilla del prime time con su tradicional "Showmatch", sino que además hay surgido una sucesión de programas que contaminan la pantalla, como "Este es el show", o "Soñando por bailar", en los cuales los aspirantes a estrellas de 15 minutos intentar probar suerte. Si son mujeres voluptuosas o con antecedentes "botineros" en su currículum, suma varios puntos a su favor. En fin, como verán, Nico y Marcelo no son tan diferentes como la gente supone. Detrás de la sofisticación y el glamour berreta de Repetto se esconde el deseo de que algún producto suyo vuelva a ser masivo alguna vez, cosa que hace varios años que no sucede. En fin, así estamos: rodeados de un tufo de mediocridad que goza de la preferencia popular, y que por lo tanto se vuelve casi indiscutible.
26 de octubre de 2011
Las conferencias de prensa y sus arbitrariedades
Siempre tuve la idea de que una conferencia de prensa debía ser algo serio. No solemne, simplemente serio. Y si hay un moderador que ordena las preguntas que hace cada periodista, mucho mejor. A veces en que se convoca a una conferencia de prensa para anunciar la realización de una cena, o la venta de una rifa, y uno de se pregunta si los responsables de estas acciones no podrían haber informado de ello simplemente enviando un mail. Hay muchos egos y ansias de protagonismo. A la gente le gusta salir en las cámaras de televisión, esto ha sido siempre así.
La falta de orden hace que las preguntas de los cronistas se repitan, que todo se vuelva desprolijo, tanto para los oradores como para quienes van a recibir la información a través de los medios.
Cuando un periodista pregunta varias veces y le quita la posibilidad de hacerlo a un colega, está actuando de un modo arbitrario y prepotente, como si fuera el único con derecho a hacer oír su voz. Desde luego, esto también se ve en los grandes medios, pero no podemos permanecer ajenos simplemente porque vemos cómo se comportan los demás, de un modo mediocre y desconsiderado. Cuando vienen de visita candidatos en vísperas de elecciones, como fue el caso de Francisco De Narváez y tantos otros, que traen su propio equipo de prensa y convocan a Crónica TV, los periodistas de afuera monopolizan las preguntas y dejan sin chances a la prensa local. Sin embargo, lo paradójico es que la gente leerá los medios locales para conocer las impresiones de la visita de estos candidatos mediáticos. Hay muchos asesores de prensa con el ego demasiado inflado que se creen omnipotentes para decidir sobre los demás medios. Es hora de hacerles beber un poco de su propia medicina.
24 de octubre de 2011
Cuatro años más...
Bueno, ya está. Para quienes lo anhelaban y para los que no, finalmente Cristina fue reelecta con más del 50 % de los votos. Es poco lo que se puede argumentar ante una cifra tan contundente. La imagen positiva de la Presidenta comenzó a fortalecerse tras la muerte de su esposo, el año pasado. Recuerdo que antes de ese lamentable suceso, la intención de voto era del 26 %. No estoy diciendo que la gestión de Cristina carezca de méritos para justificar un nuevo mandato, pero evidentemente la desaparición de Kirchner incidió en el electorado de un modo sorprendente.
Yo fui a votar ayer en el mismo lugar de las primarias: la mesa 16 de la Escuela 37, el edificio del Colegio Nacional. No tuve que esperar demasiado, fui pasadas las dos de la tarde y enseguida pude emitir mi voto. Afortunadamente había boletas de todos los partidos en el cuarto oscuro, aunque yo ya tenía decidido a qué candidatos iba a votar.
Espero que los que votaron por Cristina se hagan responsables de lo que venga. Y lo digo sin dramatizar, porque ante un resultado tan categórico no se puede subestimar la voluntad popular. Está claro que quienes la votaron desean una continuidad de este modelo, y consideran que la única persona en condiciones de garantizarlo es la actual Presidenta. No es momento de ser apocalípticos o de suponer que todo se va a derrumbar en los próximos meses. De hecho, habrá que designar un nuevo Ministro de Economía en reeemplazo de Boudou, quien asume como vicepresidente. La oposición ha hecho un papel lamentable, no ha logrado convencer a la ciudadanía de que pueden ser una alternativa de gobierno, y la gente se los hizo saber con claridad en las urnas. En realidad, nadie puede saber qué sucederá en los próximos cuatro años, más aún en un país tan imprevisible como la Argentina. Cuando los cánticos triunfalistas y la lluvia de papelitos de colores haya cesado, comenzará a vivirse el país real. Y habrá que gobernar, hacerle frente a la crisis económica internacional, al pago de la deuda externa, a los problemas de vivienda, y a tantas otras cuestiones que permanecieron ocultas en el fragor de la campaña. Si el único discurso que escuchamos está centrado en la pelea contra los medios "hegemónicos" como el Grupo Clarín, estamos en problemas. Porque, aun cuando haya medios de prensa que son abiertamente opositores, deben existir como ocurre en cualquier democracia, y el Gobierno de turno debe tener la virtud de la tolerancia ante las críticas. Son cuatro años más. Y un gran signo de interrogación ante esta nuevo escenario político.
Yo fui a votar ayer en el mismo lugar de las primarias: la mesa 16 de la Escuela 37, el edificio del Colegio Nacional. No tuve que esperar demasiado, fui pasadas las dos de la tarde y enseguida pude emitir mi voto. Afortunadamente había boletas de todos los partidos en el cuarto oscuro, aunque yo ya tenía decidido a qué candidatos iba a votar.
Espero que los que votaron por Cristina se hagan responsables de lo que venga. Y lo digo sin dramatizar, porque ante un resultado tan categórico no se puede subestimar la voluntad popular. Está claro que quienes la votaron desean una continuidad de este modelo, y consideran que la única persona en condiciones de garantizarlo es la actual Presidenta. No es momento de ser apocalípticos o de suponer que todo se va a derrumbar en los próximos meses. De hecho, habrá que designar un nuevo Ministro de Economía en reeemplazo de Boudou, quien asume como vicepresidente. La oposición ha hecho un papel lamentable, no ha logrado convencer a la ciudadanía de que pueden ser una alternativa de gobierno, y la gente se los hizo saber con claridad en las urnas. En realidad, nadie puede saber qué sucederá en los próximos cuatro años, más aún en un país tan imprevisible como la Argentina. Cuando los cánticos triunfalistas y la lluvia de papelitos de colores haya cesado, comenzará a vivirse el país real. Y habrá que gobernar, hacerle frente a la crisis económica internacional, al pago de la deuda externa, a los problemas de vivienda, y a tantas otras cuestiones que permanecieron ocultas en el fragor de la campaña. Si el único discurso que escuchamos está centrado en la pelea contra los medios "hegemónicos" como el Grupo Clarín, estamos en problemas. Porque, aun cuando haya medios de prensa que son abiertamente opositores, deben existir como ocurre en cualquier democracia, y el Gobierno de turno debe tener la virtud de la tolerancia ante las críticas. Son cuatro años más. Y un gran signo de interrogación ante esta nuevo escenario político.
21 de octubre de 2011
Una historia que ya no sorprende
La muerte del dictador libio Muammar Khadafi y el júbilo de la comunidad internacional ante este hecho es un signo elocuente de que algo no funciona bien. Los rebeldes libios, asistidos logísticamente por la OTAN para derrocar al régimen, no tuvieron en cuenta que los mismos países de Occidente que impulsaban el fin de Khadafi fueron aquellos que se beneficiaron con él. Así, la imagen de su cuerpo ensangrentado y sin vida recorrió el mundo, y fue fotografiada sin pudor. Sin embargo, no se difundió ni una sola foto del cadáver de Osama Bin Laden, y el Gobierno de EE. UU. se limitó a difundir un confuso comunicado cuando anunció que se había dado muerte al líder de Al Qaeda. Creo que Khadafi, al igual que Bin Laden, merecían ser llevados a juicio por los crímenes que se les atribuyeron desde los foros internacionales. Parece ser que Estados Unidos y sus aliados recién se dieron cuenta ahora de que Khadafi era un dictador, 42 años después desde que asumió el poder. Que un presidente que ganó el Premio Nobel de la Paz, como Barack Obama, se muestre tan complacido con la muerte de un ser humano, es una señal clara de la doble moral a la que nos tienen acostumbrados quienes rigen los destinos del mundo.
Augusto Pinochet fue un dictador que asumió el poder el Chile con la complicidad y el apoyo explícito de la CIA, y en los años subsiguientes hasta la transición democrática, a nadie se le cruzó por la cabeza poner fin a ese poder ilegítimo y antidemocrático, que había emergido de un golpe militar en septiembre de 1973. Tanto era el temor de los yanquis a la "infiltración comunista" en América Latina, que no vacilaron en adiestrar militares para que derrocaran gobiernos legítimamente elegidos por la voluntad popular. No me caben dudas de que una persona que permanece 42 años en el poder, como Khadafi, merece la condena de los organismos internacionales. Pero como siempre ha sucedido, los países que se creen con el derecho a decidir por los más débiles u oprimidos toman decisiones en función de sus propios intereses.
Recordemos que en Libia se había formado un Consejo Nacional de Transición con el apoyo de la OTAN, que derrocó al régimen en agosto pasado. Pero quizás por eso, Khadafi debía ser capturado vivo para rendir cuentas de los crímenes que se le imputan durante su larga permanencia como hombre fuerte de un país convulsionado. Ahora nos quieren hacer creer que Khadafi murió en medio de un tiroteo y que no fue asesinado. Demasiada ficción para explicar la arrogancia de los que matan impunemente y enarbolan las banderas de la paz y la libertad.
19 de octubre de 2011
La lectura de los diarios ha cambiado
En estos tiempos donde todo se ha vuelto tan rápido y fugaz, donde predominan los 140 caracteres de Twitter, parece que la lectura debe ser lo más breve posible. Por eso es que diarios como "Libre", de Editorial Perfil, están obteniendo éxito con títulos de gran tamaño, que ocupan un gran espacio en la tapa, y notas que no desarrollan demasiado la información. En resumen: muchas fotos, poco texto. Lo que también me parece una estafa para el lector es que las páginas que están destinadas a publicidad no las compensen con otras que contengan información. Antes yo solía comprar la revista Rolling Stone, pero en un momento dado me encontré viendo más publicidades de jeans y cigarrillos que críticas de discos, por ejemplo. Hoy vemos que hay hechos "de seguimiento", como el caso Candela, y otros que solamente fueron noticia un día y pasaron rápidamente al olvido. Y también podemos analizar la diferencia entre el diario en papel y el diario por Internet. Si yo compro el diario en el kiosco y voy a leerlo a mi casa, no es lo mismo que si lo voy a leer al bar mientras tomo una cerveza. Al menos eso me sucede a mí. Cuando uno está en un bar leyendo el diario se concentra más, se olvida del entorno, del bullicio, del ruido de las mesas vecinas, del televisor encendido. En el hogar se hace más difícil encontrar un momento tranquilo para dedicarlo a hojear el diario.
En cuanto a las versiones online, hay algunas muy completas, que incluyen videos y galerías de fotos que no aparecieron publicadas en la edición impresa. Sin embargo, otros diarios de prestigio se limitan simplemente a actualizar su página web con las mismas noticias que aparecieron publicadas en la edición de papel. El rediseño de la Web de "La Nación", por ejemplo, no me parece acertado, y todavía me cuesta sentirme cómodo mientras navego por el sitio: para decirlo de un modo vulgar, agrega boludeces al pedo y sigue buscando modernizar la presentación de los contenidos para darle una impronta más ágil, con un exceso de fotos y de links en su portada. Se puede adoptar un diseño más sobrio sin que resulte de tediosa lectura, como en que mantiene desde hace años "The New York Times". Pero convengamos en que, al ser la web de acceso gratuito, los periódicos destinan sus mejores recursos para la edición impresa.
En cuanto a las versiones online, hay algunas muy completas, que incluyen videos y galerías de fotos que no aparecieron publicadas en la edición impresa. Sin embargo, otros diarios de prestigio se limitan simplemente a actualizar su página web con las mismas noticias que aparecieron publicadas en la edición de papel. El rediseño de la Web de "La Nación", por ejemplo, no me parece acertado, y todavía me cuesta sentirme cómodo mientras navego por el sitio: para decirlo de un modo vulgar, agrega boludeces al pedo y sigue buscando modernizar la presentación de los contenidos para darle una impronta más ágil, con un exceso de fotos y de links en su portada. Se puede adoptar un diseño más sobrio sin que resulte de tediosa lectura, como en que mantiene desde hace años "The New York Times". Pero convengamos en que, al ser la web de acceso gratuito, los periódicos destinan sus mejores recursos para la edición impresa.
15 de octubre de 2011
Días previos a las elecciones....
Después de un prolongado paréntesis, me encuentro actualizando el blog, en una fresca mañana de sábado. Ya estamos en la cuenta regresiva para las elecciones y los partidos están quemando sus últimos cartuchos, aunque en la mayoría de los casos el resultado está definido. Ahora circula el rumor de que el oficialismo impulsaría una reforma constitucional para permitir la reelección indefinida de Cristina. Sin lugar a dudas, falta mucho camino por recorrer, tenemos cuatro años de gobierno por delante y el hecho de que ya estén pensando en un nuevo mandato indica una ambición desmesurada de poder. Desde luego, sería un error suponer que Cristina Kirchner es la única mandataria con intenciones de continuidad. Todos quienes la precedieron en el cargo, al menos en los últimos años, buscaron reformar la Constitución para su propio beneficio. Es irónico, no tenemos ni idea de lo que es un sistema parlamentario de gobierno y sin embargo queremos instaurar uno, como si esa fuera una solución en sí misma. El grupo de "intelectuales" de Carta Abierta, que tiene una indisimulable afinidad con el Gobierno, surgió como una forma de resistencia durante el conflicto con el campo, y hoy se encuentra alentando este tipo de iniciativas. En lo personal, debo decir el "escrache mediático" que se ejerce sobre determinados periodistas disidentes en algo que ni siquiera ocurrió durante los años de Menem. Podemos disentir con el tratamiento que el Grupo Clarín hace de determinados temas, pero no por ello podemos demonizar a todos los periodistas que trabajar dentro del multimedio.
Lo que ocurre es que esta forma de actuar está sustentada en una falsa idea de "periodismo militante". El periodista no debe militar por un causa e inmolarse a ella, sino que debe informar y analizar los hechos que van sucediendo tomando datos certeros y cuya veracidad haya sido verificada. Es difícil ejercer un periodismo crítico en este contexto, donde se busca un pensamiento único y al mismo tiempo se habla de "pluralidad de voces". No voy a entrar aquí a discutir sobre la Ley de Medios, pero sí creo que un tipo detrás del micrófono de una radio tiene poder para influir en la opinión pública, y permítanme dudar de las verdaderas intenciones de propiciar una Ley que busca restarle poder a los multimedios contrarios al pensamiento oficial.
Lo que ocurre es que esta forma de actuar está sustentada en una falsa idea de "periodismo militante". El periodista no debe militar por un causa e inmolarse a ella, sino que debe informar y analizar los hechos que van sucediendo tomando datos certeros y cuya veracidad haya sido verificada. Es difícil ejercer un periodismo crítico en este contexto, donde se busca un pensamiento único y al mismo tiempo se habla de "pluralidad de voces". No voy a entrar aquí a discutir sobre la Ley de Medios, pero sí creo que un tipo detrás del micrófono de una radio tiene poder para influir en la opinión pública, y permítanme dudar de las verdaderas intenciones de propiciar una Ley que busca restarle poder a los multimedios contrarios al pensamiento oficial.
9 de octubre de 2011
Un viernes con apagón.... a la luz de las velas
Es domingo por la tarde, pero todavía me dura la bronca por el corte de luz del viernes. Fueron 12 horas a oscuras, esperando en vano que alguien de la empresa EDEN brindara alguna respuesta ante lo que estaba sucediendo. Pero más allá del malestar generalizado, me puse a pensar hasta qué punto dependemos de la energía eléctrica. Sin luz, no funcionan las bombas que extraen el agua de los pozos, ni los semáforos de las esquinas más transitadas, y la falta de grupos electrógenos en plena calle 9 de Julio es un signo evidente de improvisación. Porque no es posible que comercios que se jactan de ser prestigiosos y de tener un vasta trayectoria no cuenten con un generador. Mucho menos se puede permitir que haya supermercados bajo esta situación, cuando es sabido que los lácteos y otros productos refrigerados no pueden permanecer a temperatura ambiente.
Di un paseo por el centro de la ciudad el viernes a la tardecita, porque estaba harto de quedarme encerrado en casa con la sola compañía de una radio a pilas. El panorama era desolador, parecía un pueblo fantasma. Muchos dueños habían decidido cerrar sus puertas porque no tenían forma de mantener sus locales iluminados. Había que circular con mucha precaución porque los semáforos no funcionaban y una tenue llovizna complicaba las cosas aún más para el automovilista. Todo era caos y confusión, revolver entre los cajones buscando alguna vela milagrosa, pilas para las linternas, o en el mejor de los casos alquilar un grupo electrógeno. Por si todo esto fuera poco, en muchas estaciones de servicio había falta de combustible, elemento esencial para que el generador de energía pueda funcionar. Sinceramente, no me importan las explicaciones que EDEN pueda dar con los hechos consumados, no me interesa en absoluto qué carajo pasó, lo que sí puedo decir es que un corte de luz tan prolongado es inadmisible. Para quienes utilizamos Internet como medio de trabajo, el viernes fue un día perdido. Quienes aprovecharon la situación fueron los kioscos y despensas que vendían pilas y velas como si fuera pan caliente, ante la necesidad de que la noche no nos sorprendiera sumidos en la oscuridad. Cuando finalmente volvió la luz, a las 23:26 del viernes, ya no había demasiado para hacer. Estaba a punto de acostarme a dormir, con el fastidio de sentirme rehén de una empresa totalmente inoperante, cuya inversión para la mejora del servicio es mínima. De lo contrario, los cortes de luz no serían tan frecuentes, y debo decir que los comunicados que puedan difundir posteriormente explicando las causas del apagón poco sirven para brindar tranquilidad a los usuarios de que estos contratiempos no se repitan en el futuro.
7 de octubre de 2011
Lluvia rabiosa, TV decadente
Viernes con lluvia en la ciudad. Me levanto temprano, desayuno, enciendo la tele y lo que me ofrece la pantalla es lamentable. Programas chotos, programas berreta, una pareja de boludos haciendo comentarios sobre lo que pasó en el programa de Tinelli de ayer, un cocinero que cree que todos podemos gastar una fortuna en aceite de oliva, cortes de carne caros, especias, condimentos, etc. Refritos de programas viejos, bloopers. Nada que tenga que ver con la realidad, excepto por la intervención de algún periodista que comente brevemente las novedades del "caso Candela". Con lo que cuesta poner al aire un programa y hacerlo rentable, uno no puede menos que pensar en el espacio desaprovechado. Cuántas personas están esperando su oportunidad de darse a conocer, cuántos la vienen remando desde hace años ser tenidos en cuenta por un canal de televisión. Y quizás sea una espera eterna, porque hoy todo se ha vuelto extremadamente frívolo y estúpido. No abundan los programas bien producidos, en los cuales se note una mínima inversión. No se puede ser tan soberbio como para subestimar a quienes consumen estos productos, porque la TV por cable no llega a todos los sectores y los canales de aire siguen cosechando una franja importante de la audiencia. Pero lo que sí puedo decir es que hay un temor a arriesgar, a brindar una propuesta nueva. Todo los que vemos en la tele está sustentado en base a formatos que incentivan la "buena onda", como si la vida fuera una permanente sonrisa. Falta, ante todo, la posibilidad del debate serio. Dos tipos que discutan en cámara por algo importante, no por el jurado de "Bailando por un sueño". Por ejemplo, anoche en el canal de noticias de América hubo un debate bastante interesante entre un economista liberal cuyo nombre no recuerdo y el candidato de izquierda Jorge Altamira. Se habló de capitalismo, de crisis económica, de estatización de empresas, en fin, de cosas que nos pueden cambiar la vida de verdad. Y está bueno que dos personas con ideas casi irreconciliables se sienten en una misma mesa para exponer lo que piensan y dejar que el televidente se forme una opinión.
Hay pocos programas periodísticos en la TV abierta, y parece que estamos demasiado pendientes acerca de "en que lado está" cada uno. Nos fijamos mucho si Fulano es oficialista, si es opositor, y no nos damos un tiempo para escuchar qué tiene para decir el periodista en cuestión. Cada uno puede hacer la lectura que desee de un determinado mensaje, pero no nos quedemos en la mezquindad, y no renunciemos a nuestros derecho a pensar la realidad. Cuando dejamos que los demás piensen por nosotros, también estamos permitiendo que decidan por nosotros. Por ejemplo, el cofundador de Apple, Steve Jobs, fue noticia con motivo de su fallecimiento. Nadie se preocupó por explicar cómo llegó a manejar una de las empresas más exitosas del mundo, y tardíamente se difundieron imágenes de su célebre discurso en la Universidad de Stanford. Fue un emprendedor, un tipo exigente consigo mismo y con los demás, pero parece que en Argentina no "vende" ese tipo de modelos, nos inclinamos hacia la vulgaridad y el facilismo. Vivimos sometidos por los dictados de un grupo de "iluminados" que deciden qué se muestra y qué no. Me pregunto si Steve Jobs hubiera triunfado de haber nacido en Argentina, donde todo el mundo busca pisarte la cabeza cuando ven que tenés talento y capacidad para algo. Me pregunto también cuántos minutos de su programación le dedicaron los programas "mañaneros" a recordar a Steve Jobs, o a tantas personas que nos sirven de inspiración. Y digo esto porque no hace falta ir muy lejos para encontrar historias de vida que son motivadoras, y que promueven valores como la perseverancia y el sacrificio. No es mi intención demonizar todo aquello que se emite por TV, porque no soy un retrógada o un reaccionario, pero es evidente que vivimos en una burbuja, y que conseguir información de calidad y con auténtico rigor periodístico es una tarea cada vez más difícil.
Hay pocos programas periodísticos en la TV abierta, y parece que estamos demasiado pendientes acerca de "en que lado está" cada uno. Nos fijamos mucho si Fulano es oficialista, si es opositor, y no nos damos un tiempo para escuchar qué tiene para decir el periodista en cuestión. Cada uno puede hacer la lectura que desee de un determinado mensaje, pero no nos quedemos en la mezquindad, y no renunciemos a nuestros derecho a pensar la realidad. Cuando dejamos que los demás piensen por nosotros, también estamos permitiendo que decidan por nosotros. Por ejemplo, el cofundador de Apple, Steve Jobs, fue noticia con motivo de su fallecimiento. Nadie se preocupó por explicar cómo llegó a manejar una de las empresas más exitosas del mundo, y tardíamente se difundieron imágenes de su célebre discurso en la Universidad de Stanford. Fue un emprendedor, un tipo exigente consigo mismo y con los demás, pero parece que en Argentina no "vende" ese tipo de modelos, nos inclinamos hacia la vulgaridad y el facilismo. Vivimos sometidos por los dictados de un grupo de "iluminados" que deciden qué se muestra y qué no. Me pregunto si Steve Jobs hubiera triunfado de haber nacido en Argentina, donde todo el mundo busca pisarte la cabeza cuando ven que tenés talento y capacidad para algo. Me pregunto también cuántos minutos de su programación le dedicaron los programas "mañaneros" a recordar a Steve Jobs, o a tantas personas que nos sirven de inspiración. Y digo esto porque no hace falta ir muy lejos para encontrar historias de vida que son motivadoras, y que promueven valores como la perseverancia y el sacrificio. No es mi intención demonizar todo aquello que se emite por TV, porque no soy un retrógada o un reaccionario, pero es evidente que vivimos en una burbuja, y que conseguir información de calidad y con auténtico rigor periodístico es una tarea cada vez más difícil.
4 de octubre de 2011
De nuevo en contacto!
Aquí tienen el primer post de octubre, un poco demorado quizás, pero surgieron algunas complicaciones que me mantuvieron alejado de la blogósfera. Yo creo que los blogs siguen vigentes, aunque algunos digan que Twitter está poniendo freno a su expansión. En primer lugar, son dos cosas distintas. Leer un blog común y corriente requiere un mínimo de concentración, tiene un entorno gráfico diferente basado en la plantilla que su creador haya elegido, y está orientado a buscar un espacio de expresión que no se puede hallar en una web convencional. Twitter, en cambio, impone el límite de 140 caracteres, y nadie lo utiliza como un medio para escribir algo serio. Por lo general, son boludeces cotidianas, al estilo de "me estoy preparando para salir", o "qué rica estuvo la cena de anoche". Si los blogueros queremos jerarquizar lo que hacemos, hay que empezar por mejorar los contenidos. Esto es, escribir desde una perspectiva que resulte interesante para el lector, explotar al máximo las posibilidades que brinda un blog, confesar lo que nos pasa, sin que terminemos escribiendo un diario íntimo.
En esta noche de martes, me siento con ganas de seguir adelante con el blog, en un mes que será muy particular por las elecciones presidenciales. De más está decir que el resultado no deparará sorpresa alguna, pero no por ello deja de ser un hecho destacado en un país donde todavía no nos tomamos en serio el hecho de ir a votar. Y aunque Cristina tenga al reelección en el bolsillo, vivimos de un modo tan impredecible que nadie puede pronosticar qué sucederá en el segundo mandato, y cuáles serán las reglas de juego. La economía está atravesando por una etapa muy volátil, y nadie sabe bien cómo vamos a afrontar la crisis global y la devaluación del real en Brasil. Aunque mis conocimientos sobre economía sean limitados, no hace falta ser un gurú para darse cuenta de que estamos navegando en aguas turbulentas.
En esta noche de martes, me siento con ganas de seguir adelante con el blog, en un mes que será muy particular por las elecciones presidenciales. De más está decir que el resultado no deparará sorpresa alguna, pero no por ello deja de ser un hecho destacado en un país donde todavía no nos tomamos en serio el hecho de ir a votar. Y aunque Cristina tenga al reelección en el bolsillo, vivimos de un modo tan impredecible que nadie puede pronosticar qué sucederá en el segundo mandato, y cuáles serán las reglas de juego. La economía está atravesando por una etapa muy volátil, y nadie sabe bien cómo vamos a afrontar la crisis global y la devaluación del real en Brasil. Aunque mis conocimientos sobre economía sean limitados, no hace falta ser un gurú para darse cuenta de que estamos navegando en aguas turbulentas.
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