26 de mayo de 2012

Sonidos de los ochenta

Recientemente, Universal Music (quizás para paliar la merma notable en la  venta de CD's) lanzó una promoción "2 X 1". Se trata de un set de dos discos de un mismo intérprete a un valor económico. En ese contexto, me surgió la oportunidad de comprar un combo "dos por uno" de Los Abuelos de la Nada. Incluye dos de sus álbumes más exitosos: "Vasos y besos" (1983) e "Himno de mi corazón" (1984). El packaging bastante berreta, pero al tener un precio promocional era previsible que así fuera. Para mí, fue toda una experiencia escuchar la maravillosa voz de Miguel Abuelo, porque a decir verdad sólo conocía de la banda los hits en los que estaba Calamaro como vocalista. Los sintetizadores, el bajo de Cachorro López, la guitarra sensual del Vasco Bazterrica, el inconfundible saxo de Daniel Melingo... todo se conjuga para que la escucha de ambos álbumes sea placentera en toda su dimensión.

Realmente cuando llegué a mi casa con los discos me sucedió algo raro, porque es una de las pocas veces que me encuentro plenamente satisfecho por algo que he comprado, sin arrepentirme por el precio o por la calidad. Fue como un viaje en el tiempo, recordar aquella primavera alfonsinista que yo no viví, aquella ironía de recordar lo no vivido... En fin, la paradoja de tener nostalgias del presente, de este "aquí y ahora". 

Como podrán inferir, escuchar a Los Abuelos de la Nada fue una experiencia que no me hubiera sucedido con Soda Stereo, por ejemplo, que con el tiempo me terminaron de hartar. Simplemente porque Soda y Los Abuelos supieron canalizar el momento que se vivía en el país desde la música, aunque tenían una talante diferente en los arreglos, en la composición, en jugar con las palabras. Yo tenía el vinilo o LP de "Himno de mi corazón", pero mi tocadiscos está hecho mierda, así que resultó una buena alternativa para disfrutar aquel legado de una década maravillosa. Salud y buenas noches!!!

Un Bonus track

  La Nochebuena se presentó fresca, con temperaturas inferiores a los 20 grados. Por la tarde de la víspera de Navidad, incluso, cayeron una...