Una nueva semana comienza. Como los lectores saben, yo trabajo todos los días, de manera que para mí no hay demasiada diferencia entre días hábiles y fines de semana. Desde luego, hay días en los que estoy más aliviado que otros, pero siempre algo hay que hacer, y este es un concepto que tenemos muy en claro quienes nos dedicamos a hacer periodismo. Más aún, si tenés un diario digital. A diferencia de un diario impreso, que tiene "noticias de ayer", la Web exige inmediatez. Y la gente ve los títulos, las fotos...pero si no se engancha rápido con lo que escribiste se va enseguida de la compu a buscar otra página. Al lector hay que seducirlo, hay que cuidarlo...pero NUNCA subestimarlo. Eso es "escupir para arriba": sería una forma de cagarte de risa de la gente que te está leyendo, lo cual me parece lamentable.
Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la sociedad, pero es un error suponer que TODOS los periodistas quieren "formar opinión". Yo no hago eso, ni es mi pretensión hacerlo. Yo redacto la crónica o la nota, y después dejo que el lector haga su propio análisis. A veces siento que el periodismo está sobrevalorado, cuando en realidad lo único que hacemos es comunicar los hechos de la manera más objetiva posible. Aunque todos sabemos que la objetividad plena no existe.
Cuando sí pretendo que el lector se forme una opinión y quiero influir sobre él, que apruebe o desapruebe mis argumentos, escribo una columna o una nota editorial. Así se debe proceder. Porque vos ahí le estás diciendo al tipo que te lee: "yo pienso esto". No lo estás estafando en su buena fe. Muy por el contrario, le decís claramente: "La Argentina es un nido de corrupción", o "El consumo de drogas ha tenido un crecimiento alarmante en el país". Y el receptor, sabe lo que vos pensás, porque se lo estás haciendo saber claramente. Ahora, es deber del periodista sostener su modo de pensar con fundamentos. De lo contrario, es pura cháchara. Punto final.
