22 de septiembre de 2015

Los carceleros de la humanidad

Noche de primavera en la ciudad, aunque no lo parezca. Luego de algunos días que por distintos motivos me mantuvieron alejado de este espacio, vuelvo a redactar unas líneas, procurando evitar referirme a cuestiones de índole política porque la sociedad ya está suficientemente hastiada del tema, y de las idas y venidas de los candidatos. 

Estaba pensando en nuestra percepción del tiempo, y de lo cierto que es aquello que dice el tango: "20 años no es nada". Si dos décadas no son nada, imagínese Ud. lo ínfimo que representa para nuestra existencia 10 años. Es un suspiro, un "soplo", como cantaba Gardel en el inmortal tango "Volver".  Sin embargo, bastan segundos para que tu vida cambie radicalmente: podés sufrir un accidente, ser víctima de un asalto, ser padre por primera vez, descubrir al amor de tu vida y ser correspondido, que es lo más importante. Por eso es extraño lo que sucede, me refiero a que en apenas minutos o segundos pasamos a ser otras personas por la fuerza de los acontecimientos y la dureza de la realidad. Y también están esos seres que parecen entes, que "vegetan", que uno ve por la calle y están igual que hace 20 años o más. POr lo tanto, no siempre pensar y actuar del mismo modo durante un lapso de tiempo es sinónimo de coherencia y convicción, sino de tozudez y falta de sentido de las nuevas tendencias, usos y costumbres. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...