18 de diciembre de 2015

El conflicto de Cresta Roja y 1.000 personas en la calle

El conflicto de la empresa avícola Cresta Roja nos toca de cerca a los lobenses, porque en 2010 se anunció con bombos y platillos que se radicaría en nuestra ciudad. Y motivó la ilusión de muchos vecinos de acceder a un puesto de trabajo. Todo eso ha quedado atrás, sepultado por la contundencia de los hechos. Hoy, los empleados de Cresta Roja están reclamando en la Autopista Ricchieri por los sueldos que les adeudan, y no encuentran respuesta en ningún lado. La empresa hace tiempo entró en concurso de acreedores, y las perspectivas son poco alentadoras. El Estado bonaerense venía tapando los "agujeros" de Cresta Roja para sostener un barco que se iba a pique y garantizar el pago de los sueldos, pero esta situación no puede mantenerse indefinidamente. El Grupo Rasic cuenta con una planta en Monte y dos Plantas de Faena en Ezeiza. Exportaba pollos a Venezuela y países limítrofes, pero las trabas que había impuesto el Gobierno Nacional para ese tipo de operaciones terminaron asfixiando al Grupo. 

Según informa Clarín, el establecimiento avícola pertenece a los hermanos Ivo y Milenko Rasic, dos inmigrantes croatas que armaron la empresa de cero a partir de 1953, pero comenzaron a tener problemas en 2011 por atrasos en los cobros de las exportaciones a Venezuela y por las regulaciones en los precios domésticos que imponía el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. Hasta ahora, su propuesta para salir del concurso al que Rasic Hnos ingresó en julio de 2014, y en el cual se tramitan deudas por casi 1.500 millones de pesos, pasa por una fuerte reducción de la dotación de personal, que dejarían sin trabajo a cerca de 1.000 personas, el 30% de los trabajadores. 

De manera que acá se puede hablar de dos soluciones: o la plata para pagar los sueldos atrasados sale del bolsillo de los Rasic, o la pone el Gobierno. Esto último sería apenas un paliativo y además una situación de inequidad, porque con el mismo criterio habría que implementar un "operativo salvataje" para cada empresa que entra en quiebra. 

En un momento del país donde urge disminuir el índice de desempleo, y garantizar el poder de compra del salario, una empresa que llegó a ser la principal productora de pollos del país no puede darse el "lujo" de decir aquí no ha pasado nada. O se expropia la empresa, o se busca como sea la manera de que algún privado la adquiera con las cuentas saneadas. La Gobernadora Vidal no sonó convincente en sus declaraciones públicas sobre el tema, y eso que esto es sólo el comienzo. Los trabajadores no se van a quedar de brazos cruzados esperando que caigan billetes del cielo. Para el lunes, la magistrada a cargo de la concurso, Dra. Vanesa Pérez Casado,  anunció que si los Rasic no regularizan la situación de sus empleados, perderán todo derecho sobre la empresa y sus bienes y habrá que buscar una figura legal que pemita una salida ordenada de este meollo. Esperemos que se llegue a un acuerdo, porque quien trabaja merece su salario más allá de que una empresa, fábrica o lo que fuere se encuentre en un escollo económico. Primero, los trabajadores. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...