14 de agosto de 2016

Del Potro, un grande entre los grandes


Domingo por la noche. Emociona de un modo indescriptible, toca tus fibras más íntimas, verlo jugar la final de los JJ. OO. a Juan Meartín Del Potro. El tenista tandilense está enfrentando a un rival durísimo, el británico Andy Murray. Y poco importa ya el resultado. Basta con verlo de "Delpo" entregarse en cada pelota, con esa bronca contenida cuando las cosas no salen como esperaba. Verlo agacharse en la red, balbuceando "no puedo más", pero aún así seguirla peleando hasta el final. Junto con la judoca Paula Pareto (que obtuvo medalla de oro), Delpo es el deportista que mejor representa el sacrificio, el dejar todo en la cancha. Y uno (que conoce poco y nada de tenis), sufre en la pantalla de la tele como si estuviera en el estadio, porque cada punto del rival es como una estocada, que se hace muy difícil de remontar en el tanteador. Pero el match sigue, Delpo resiste. Por Dios, qué jugador. El mismo que venció al número 1 del mundo y lo dejó afuera en la primera ronda. El mismo que ganó el US Open en 2009. El mismo que estuvo muchísimos meses inactivos por una lesión en la muñeca, y que ahora está dando una verdadera lección de tenis. El mismo que cuando termina el partido se deja caer, exhausto, en la cancha, pensando quién sabe qué, sufriendo la presión de un deporte individual por más que haya diez mil personas dándole su aliento. 

La entrereza de Delpo, no importa lo que suceda hoy, nos demuestra que la historia no siempre la escriben los que ganan. Porque yo de este partido no me olvido más, quizás esté sobredimensionando lo que sucede o escribiendo con mucha adrenalina, pero es algo que te supera, a vos o a mí que lo estamos viendo desde lejos de Río, en un pueblito del Interior como tantos que están desperdigados por el país. Sea Medalla de Oro o de Plata, es un momento único para el deporte argentino. Porque cuando estás en el court la cabeza te trabaja a mil, necesitás estar concentrado en el partido, y no todos los jugadores lo logran. Insisto, para mí Del Potro en el héroe argentino de estos Juegos Olímpicos. Podría haberse retirado con toda la gloria, pero eligió seguir, demostrarse a sí mismo que se puede. Y eso no tiene precio. Punto final.  

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