Hola amigos! Hoy damos cierre a un mes bastante convulsionado, pero no muy distinto a sus antecesores. Creo que la idea hacia donde debemos proyectar la mirada, es tratar de terminar el año de la mejor manera posible. Con objetivos modestos pero firmes. No se puede hacer mucho más. Seguramente, si rebobinamos la película, habrá algo bueno para rescatar. Siempre lo hay. Tener una visión negacionista de aquellas pequeñas cosas que pudimos lograr sería demasiado mezquino para con nosotros mismos.
Hoy dediqué buena parte de la tarde a cortar el pasto del patio del fondo, y durante el tiempo que me insumió dicha tarea traté de no pensar nada más que en eso. Además de mi trabajo profesional, debo realizar otras tareas que hacen a la vida hogareña como cualquier persona. Por otra parte, de esta manera le sumo horas de actividad física a las que ya invierto en el gimnasio. Cuando no te gusta cómo te ves, físicamente o lo que fuere, es el momento de hacer algo. Claro que no sale de un día para el otro, es un proceso porque nada se consigue en un corto plazo. No es que voy a bajar 10 kilos por tres meses de gimnasio con dos clases de 45 minutos. Pero al menos no asumo una actitud pasiva, me involucro en lo que me pasa.
Por curiosidad, por nostalgia, o quizás para ver qué pensaba yo hace casi 10 años, también me puse a repasar mis viejas notas en este blog. Debo reconocer que muchos de esos textos estaban más logrados que los actuales, pero hablaban de temas livianos y que no me preocupaban demasiado. Ojo, hay que tener cuidado en abusar de las comparaciones entre el ayer y el hoy no me preocupan el absoluto, en lo que a calidad editorial respecta, y más aún si tenemos en cuenta que el entorno social influye: quienes eran tus amigos, quienes dejaron de serlo, y aquellos que lo son en la actualidad. . Sí considero que, en muchos aspectos, he cambiado mis hábitos, mis costumbres, mi fisonomía, mi forma de pensar, mis gustos, y podría seguir enumerando cosas. Y la veo positivo que así sea, porque si seguís siendo el mismo boludo que hace 10 años, estás en problemas. El paso de los años va forjando distintos comportamientos, usos y costumbres, que no son buenos ni malos, sino parte de otra etapa de la vida.
Yo ya tengo 41 y hay determinadas situaciones que no me banco, y que
hace una década podía llegar a tolerar. En parte, creo que cuando uno se vuelve
más viejo, también se vuelve más intolerante. Pero intolerante ante la
estupidez, ante la falta de talento de algunos "artistas", etc. Te
vas dando cuenta de quién la tiene clara y quién es un gil. Vas perdiendo la ingenuidad, lo cual representa un tránsito agridulce. Desde luego, todo lo
expuesto no quita que en el futuro te puedan volver a cagar o estafar, pero vas aprendiendo que tu
trabajo vale, que tiene un precio, y que aquel que no esté dispuesto a pagarlo,
que se vaya por donde vino. Son los famosos "aprendizajes". Ya no
vuelvo a 2010, estoy en 2020 y preparado para a vivir lo que queda hasta que todo estalle. Punto final.