Por fin me
puedo sentar a escribir luego de unos días bastante intensos, con mucho
trabajo, lo cual hizo que cada jornada laboral me rindiera más. Esto es como
una gimnasia, si transcurre un tiempo sin ejercitar tu oficio, a la “máquina”
le va a costar más funcionar. Como lector de medios nacionales, no me gusta que
me den todo masticado y que no permitan hacer mi propio análisis. Por ese
motivo, en mi rol de periodista trato de evitar que eso suceda con la audiencia
de mi diario. Muchas veces uno da por sentado hechos previos que el lector no
tiene por qué conocer, y también ocurre que en otros casos la nota se vuelve
redundante y llena de lugares comunes y no van a ninguna parte. Hay que
aprender a tener autocrítica cuando las cosas no salen bien antes de buscar
chivos expiatorios. Lo que me he dado cuenta es que muchas personas solamente
leen el título de la noticia, y hacer comentarios en base a ello sin tomarse la
molestia de leer el resto del texto. Por eso aprendemos a titular con “gancho”,
para lograr captar la atención, pero sin caer en el fango de lo bizarro al
estilo Crónica TV.
La realidad
nos exige nuevos desafíos en el devenir de la vida pueblerino. En Lobos han ocurrido
homicidios, femicidios, violaciones y otros crímenes aberrantes en los últimos
años. Quizás algunos delitos sexuales venían sucediendo antes pero no se
denunciaban, todo se ocultaba porque no había una condena social ante esos abusos.
El periodismo se va adecuando a los hechos que debe cubrir e informar. No es lo mismo asumir ese rol ahora, que hace 30 años. Y el avance de la tecnología que se potenció con la pandemia, exige rapidez, casi diría inmediatez. Por eso se incrementan las transmisiones en vivo. Pero cuando hay que sentarse a redactar, no todos los que filman con un celular lo pueden hacer ya que no cuentan con la formación necesaria para poner en palabras lo que sí pudieron replicar en imágenes.
Desde hace
bastante tiempo, dejé de pensar en el lunes como un día pesado, largo y
aburrido. Es, simplemente, el comienzo de la semana, que transcurre rápidamente, de hecho me suena increíble que hoy ya sea miércoles. Yo adapto mi rutina según la coyuntura o lo que deba hacer en ese momento. Muchas veces me toca trabajar sábado y domingo, de manera que
para mí es casi una continuidad. Creo que también tiene que ver con la
percepción que tenemos del tiempo.. Por supuesto, es cierto que todos estamos cansados de más de 200 días de cuarentena. Eso se nota no sólo en el trajín cotidiano, sino en todo lo que
concierne a nuestra vida familiar, la situación económica, la plata que no
alcanza, los trámites engorrosos e interminables... Pero forma parte de la vida
misma, estamos en una etapa de transición en la cual Internet se está afianzando
cada vez más, la mayoría de los reclamos por los servicios públicos se deben
canalizar por ahí, y vaya uno a saber cuándo te dan una respuesta. Recibís en
tu celular llamados ofertándote créditos, planes para comprar un auto, y
seguramente tu número y mucha información personal la consiguen de bases de
datos, que se compran y se venden. Pese a ello, hay delincuentes que siguen estafando a jubilados acá en Lobos haciéndose pasar por empleados de ANSES. En ingenio argento para la mentira y el engaño es algo que nunca parece agotarse. Punto final.
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