Sin lugar a dudas, hay que tener tranquilidad y templanza para afrontar la crisis que estamos viviendo. En ningún otro país vecino se le da tanta importancia al valor del dólar como acá. Pero siempre viene bien para que los empresarios aprovechen a remarcar los precios, sin ningún justificativo ya que muchos productos no tienen insumos importados. Mientras tanto, hoy llegó el anuncio del Gobernador Kicillof autorizando la vuelta a clases en Lobos, entre otros distritos. Hay que ver cómo se implementa esto, si realmente tiene sentido hacerlo. Podemos pensar en los chicos del último año de la Secundaria, y en tal caso será una función más de sociabilización que de impartir contenidos pedagógicos. Aun así, puede traer efectos positivos a nivel vincular entre los alumnos, que quizás por la pandemia no han podido verse casi en ningún momento del Ciclo Lectivo. Es que la cuarentena arrasó con todo: hoy no podemos tomar real dimensión de eso porque todavía estamos sumidos en ella, pero tal vez el año que viene vamos a tomar conciencia de cómo nos afectó en todos los órdenes. Ojo, no estoy diciendo que esté mal o bien continuar como estamos, sino claramente trastocó nuestros hábitos, costumbres, y volviendo a lo que decía al comienzo, generó una recesión y una crisis sin precedentes.
Muchas veces la gente que va a la agencia de Quiniela se
ilusiona con el hecho de que puede ganar más de lo que apostó. En realidad, es
bastante obvio lo que acabo de decir: ¿Acaso alguien juega para perder? Pues
sí: hay gente que juega para perder. Parece increíble, pero hace todo lo
posible para que le vaya mal en la vida. Y peor aún, en muchos casos hacen daño
a sus seres queridos, que se sienten preocupados por esa situación.
Por último, jugar para perder te lleva a perder el entusiasmo por las cosas que antes te gustaba hacer. Ver una película, tomar una cerveza, leer un libro o lo que sea. Tenés que saber que vos estás siendo tu propio enemigo si no actuás de una vez, porque nadie lo va a a hacer por vos. Al principio te va a costar empezar de nuevo, pero tenés dos opciones (en circunstancias normales): o salís a la calle a ver cómo está la ciudad, o te quedás encerrado entre cuatro paredes. Pese al confinamiento que todos hemos tenido que atravesar, mirarse el ombligo no es muy provechoso. El tiempo pasa demasiado rápido como para esperar que llegue una "oportunidad". Seguramente has tenido varias y te lamentás de no haberlas aprovechado, pero la vida siempre da revancha. Es falso que el tren pasa sólo una vez. Sólo tenés que estar más atento la próxima, y asumir los riesgos. Punto final.
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