12 de enero de 2022

Surfeando sobre la ola (de calor) que no cede

Miércoles por la tarde el Lobos. No es novedad que todos estamos padeciendo esta ola de calor, y obviamente ni mi familia, ni mis amigos, ni yo no somos la excepción. Este fenómeno se da con una intensidad tal, que no tengo registro de haber vivido antes algo así. Con que no corten la luz otra vez (ya llevamos dos o tres cortes en el año), me puedo considerar afortunado, si tenemos en cuenta que en Capital y el AMBA el servicio se interrumpe cada vez con mayor frecuencia. Uno puede entender que haya una alta demanda, y que el sistema colapse. Pero eso debe preverlo la empresa, no el cliente. ¿Se puede hacer un uso racional de la energía? Claro que sí, pero en este país nadie es solidario: El que tiene dos equipos de aire acondicionado seguramente los pone con el frío al mango, a 18 grados, y se caga en los demás. Entonces otro vecino, que apenas tiene un ventiladorcito para renovar el aire viciado, no puede menos que indignarse, por dos motivos: en primer lugar, porque por culpa de otros se quedó sin suministro. Y en segundo término, porque más allá de las explicaciones que dé la empresa (si es que le da la gana hacerlo), el daño ya está hecho, hay que salir a comprar hielo porque de lo contrario la comida en la heladera inevitablemente se echará a perder si transcurre un tiempo prolongado. Y si tenés hijos pequeños, ya no sabés cómo hacer para entretenerlos en plenas vacaciones y guardado en tu casa. 

Esto, además, afecta a las bombas que extraen el agua corriente, es decir, que ni siquiera vas a tener la posibilidad de darte una ducha que te refresque un poco. Si esta sequía continúa, el cuadro se va a agravar aún más, dado que buena parte de la energía de se genera es a través de las centrales hidroeléctricas. En Santa Fe, el Río Paraná agoniza, con una bajante sin precedentes. Hasta una laguna muy conocida para los pescadores de la zona, se evaporó por completo y el lecho se transformó en una gran palangana de tierra reseca y cuarteada. En síntesis, va a ser una semana extremadamente complicada, que no se la deseo ni a mi peor enemigo.  

Desde hace varios días que vengo sintiendo el inconfundible olor a podrido en varias calles céntricas. Una mañana, cuando salía de mi casa, sentí el hedor penetrante, y pensé lo peor: un animal muerto, o una persona muerta. Al parecer en el vecindario todos siguen vivos, de manera que eso, por suerte, no ocurrió. Lo que pasa es que, con la temperatura que tenemos, el contenido de las bolsas de residuos que se sacan a la calle para que sean recolectadas, entra en descomposición rápidamente. Sobre todo, todo aquello que sea desechos orgánicos: yerba, cáscaras de frutas o verduras, y cualquier otra cosa que a ustedes se les ocurra imaginar.

Pero bueno, hay que seguir. El primer mes de 2022 no será recordado de la mejor manera, mientras persista el calor y las deficiencias en los servicios públicos. Esto pasa, además, por promover que militantes políticos sin experiencia ocupen los organismos de control. El mercado energético no es para cualquiera, se requiere una perfil técnico, capacitación constante, y tener datos precisos de cada región del país. Por eso, si quieren fomentar el ahorro en el consumo, que sea para todos por igual, como ocurrió en los últimos años del gobierno de Alfonsín (1988 y 1989), algo que probablemente esta gente no sepa porque ni habían nacido, ni deben tener interés alguno de aprender en base a experiencias pasadas. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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