31 de mayo de 2022

La hipocresía al palo

 Ola de frío polar en Lobos. Recuerdo que eran las 6:40 AM del domingo. Me desperté y pese a la tenue oscuridad no tenía ganas de seguir durmiendo, porque si lo hacía, me iba a terminar despertando tardísimo. Claro que, sea como fuere, un domingo cerca de las 7 de la mañana nunca hay mucho para hacer.

Podría haber puesto la alarma del celular, obviamente, pero creo que estoy "educando" a mi mente para despertarme a un horario razonable de forma natural, sin timbre alguno.

Trato de salir un poco de la coyuntura o de la estricta actualidad. La gente, y yo mismo, está cansada de leer (o escuchar) que Fulano le respondió a Megano por lo que dijo en un determinado diario. Claro que esto pasa en cualquier parte, no sólo en Lobos. Por eso es que los periodistas aspiramos a un proyecto superador, al menos en mi caso. Elegimos una profesión que nos apasiona pero no venimos de otra galaxia o no por ello dejamos de ser vecinos. Y como tales, debemos pagar los impuestos, las tasas, sortear baches y bolsas de basura que la gente arroja a las zanjas...en fin. Voy a decirles algo que hace rato deberíamos saber: Pueden transcurrir 30 o 50 años, pero Lobos NUNCA va a tener un Parque Industrial, así que dejen de hacer campaña con eso porque nunca se pusieron las pilas para conseguirlo. Si estoy vivo para verlo, me retractaré.

Hoy es casi mitad de semana, y recuerdo a Juan Carr (fundador de Red Solidaria), quien durante el macrismo abrió el estadio de River porque parecía estar muy "preocupado" por la gente en situación de calle que estaba padeciendo el frío en Buenos Aires. ¿Carr, dónde estás ahora, qué pasó, la ola polar de aquel momento se tomó vacaciones, o vos solamente aparecés cuando gobierna un determinado partido? Nunca más abriste la boca, y te hiciste el gil, por lo cual todo me hace pensar que te dieron un puestito en el Estado. Tampoco te escuché decir "Hagan algo", como rogabas antes, ante las autoridades de turno que se te antojaban insensibles ¿O acaso creés que somos tan ingenuos como para no saber que en el Gobierno actual la gente que sufre el invierno se tapa con cartones y se caga de frío en la calle igual que siempre?

Y volviendo a Lobos, no mientan ni prometan nada, nunca vamos a ser un municipio modelo para la Provincia, y esa es una de las razones por las que no tendremos un Parque Industrial, digo esto más allá de que en determinadas áreas se esté trabajando bien, y nunca he dejado de reconocerlo. Lo cortés no quita lo valiente. 

De más está decir, que no es mi estilo cuestionar por qué la gente decidió votar a este gobierno municipal o a sus antecesores. Son varias las causas: Desde el típico voto antiperonista, o quizás algunos golpes de efecto muy bien planificados con obras que se van inaugurando a medida que se acerca la campaña. Una campaña para 2023, pienso...cuando falta muchísimo aún. Si no pasa nada raro entre Alberto y CFK, las elecciones serían en octubre de ese año, y la campaña debería comenzar, por lo tanto, en abril de 2023. Lo que estamos viendo es una carrera contra el tiempo porque todos quieren ir jugando sus fichas para lo que vendrá. Y lo que vendrá, por supuesto, no lo sabemos, más allá de los procesos electorales. En el Hospital, cada tanto faltan pediatras en la Guardia y todos se rasgan las vestiduras, pero no veo a nadie que se comprometa en serio para conseguir que vengan, quizás porque las autoridades del nosocomio están enfrentadas con el Municipio (y viceversa). Por lo tanto, no va a salir un sólo centavo para paliar la emergencia. Para cámaras y patrulleros sí hay plata, claro, y entonces todo me hace pensar que hay gente que no tiene en claro las prioridades. La salud es lo primero. ¿De qué te sirve que haya más móviles custodiando tu casa o las de tu barrio si faltan profesionales cuando estás enfermo? Nos quejamos de todo, es cierto, pero es que las cosas no son como deberían ser: Los sueldos de la clase política son altísimos, pero por supuesto, la mayoría no pone objeciones sobre eso, sino que critica al tipo que necesitaba unos mangos para la mesa familiar y cobró el IFE durante la pandemia. Como respuesta, los K te dicen que el "gasto político" representa apenas un 7 % del presupuesto. Pues bien, si es cierto, que lo bajen a la mitad. Asesores al pedo en el Congreso es lo que sobra. 

Más de una vez me pregunto: ¿Estamos todo locos? Porque yo no veo coherencia alguna. Una cosa es defender los planes sociales por tiempo indeterminado, y otra es brindar un subsidio excepcional cuando la economía se iba a pique porque estaba todo cerrado. Y ahora, lo que marcha razonablemente bien no es la economía en sí, sino la producción. El que tiene guita invierte y puede generar algún puesto de trabajo. Sin embargo, seguimos sin tener políticas públicas que profundicen el laburo digno, en blanco, con aportes y obra social. Esto ocurre porque la Argentina, desde hace décadas, es el reino de la informalidad y el curro. El problema es que, si alguien asume y se propone cortar de raíz con toda la joda, se va a encontrar con la mayoría de los jueces y legisladores como principal obstáculo, porque estaría tocando sus intereses (económicos). 

Llevará muchísimo tiempo revertir esto, lo sé, pero si al menos alguien hace un intento por poner las cosas en su lugar, seguramente sería más optimista ante la realidad. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

28 de mayo de 2022

Declaración de principios (y finales), 2022

 Una de las facetas que más me gusta de mi laburo es hacer entrevistas. De hecho, no me importa tanto el impacto que pueda tener en cuanto a los lectores. Y me gusta, porque es producción periodística propia: Me encargo de todo, desde elegir el lugar de común acuerdo con el entrevistado, hasta desgrabar, editar las fotos, y finalmente publicar el contenido. En el caso del programa de tele que hago, es el formato propio del ciclo televisivo, pero para mi diario digital se vuelve más complejo.

 Sé que los accidentes o las salidas de Bomberos rápidamente generan tráfico en la Web y se viralizan, es un material que "vende" bastante porque los lobenses queremos saber si algún familiar o conocido fue víctima de ese choque o de ese siniestro que estamos informando. Y esto por supuesto, es razonable.

Pero a una entrevista, en el proceso de desgrabación, hay que pulirla miles de veces respetando el contenido original, y tratar de que sea comprensible. Básicamente, no es ni más ni menos que reproducir lo que dijo la persona que elegí para dialogar. Y si lo que vos hacés es un trabajo profesional, y encontrás el "gancho" para que esa nota sea atractiva e invite a leer, el vecino va a sentirse con ganas de conocer lo que vos escribiste. Ya perdí la cuenta de la cantidad de reportajes que he hecho en los últimos 20 años. Nunca falta un funcionario o autoridad que, cuando lo ponés contra las cuerdas, reacciona de forma hostil, o con destrato. Pero el que queda como un intolerante es él/ella, no yo. Nunca respondo a esas provocaciones.

 En Lobos no pasa un día sin que no haya un choque entre una moto y un auto, por citar un caso. No tengo cifras de otros municipios vecinos, pero el tránsito es un desastre a determinadas horas del día. Ayer tuve que salir por la zona céntrica cuando caía la tarde, y era un caos. Más de una vez tuve que esquivar a algún pelotudo que abría la puerta del auto sin mirar para atrás. Y si me lo llevo puesto, terminaré en el Hospital hecho mierda y con consecuencias imprevisibles. La puerta izquierda, que es la del lado del conductor, se abre de repente o en algunas ocasiones el tipo que maneja amaga con abrirla, y mientras esperás hasta que ese hombre se decida qué hacer, los que están detrás tocan bocina como si vos fueras el responsable por el tarado que está delante tuyo. Pero bueno, son cosas que pasan.

Siempre conservo algún reportaje "en parrilla", porque hay días donde la actividad no abunda y es una buena manera de ofrecer algo distinto, siempre que no pierdan actualidad. Se puede "aggiornarlos", pero de ninguna manera desvirtuar el contenido o desvirtuar lo que tu entrevistado te dijo. Que otros lo hagan, no corre por mi cuenta, somos todos grandes y ya sabemos qué es ético y qué no. Hay muchos recursos para explorar la creatividad, que vas aprendiendo con el tiempo. Pero lo más importante, es no traicionar a quienes depositaron tu confianza en vos al aceptar ser entrevistados. Porque si lo hacés, te vas a acusar de tergiversar sus dichos, con justa razón. 

Uno a medida que avanza la charla, va viendo hacia donde va encaminada, y si es necesario repreguntar o no. Si a quienes te leen no les resulta del todo claro, o es confuso, hay que repreguntar para evitar que se convierta en un monólogo que no dé lugar a nada. Si el periodista percibe que una nota tiene sabor a poco o no aporta demasiado, más aún lo va a advertir el lector. 

Yo compito sanamente con mis colegas, pero creo que, ante todo, compito contra mí mismo, porque he corregido notas hasta 10 o 15 veces para darles la forma al darme cuenta de que no me convencían del todo. Lo que más deseo a futuro, es seguir mejorando en mi profesión, y nunca se me va a caer el sombrero para retractarme si me equivoqué con algún detalle. La búsqueda por brindar más y mejor periodismo, en Lobos o donde sea, nunca se abandona. Mis principios serían esos, y mis fines (o mis finales, porque cada etapa tiene un final), podría resumirlos en seguir consolidándome con lo poco o mucho que pueda hacer para no defraudar a quienes confían en mí. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

25 de mayo de 2022

Como diría Soriano: Triste, solitario y final

Entre las enormes virtudes que tenía el recordado escritor Osvaldo Soriano, estaba la de titular a sus novelas de un modo sorprendente. Tal es el caso de "Triste, solitario y final", o "No habrá más penas ni olvido". Pero esa será la única mención que haré en esta nota, porque no pretendo hablar de literatura en esta ocasión.

Comencé a escribir esta nota el 25 de Mayo por la mañana y la di por concluida hace un rato de este jueves 26.  Más allá de lo protocolar y la evocación en las aulas, no estamos en tiempos donde abunde el fervor patriótico. No encontramos muchos motivos en la actualidad para que ese hito histórico que fue la Revolución se traduzca en una República consolidada. Y han pasado ya 202 años. Entiendo que es suficiente, ¿No? La noticia de ayer fue que un pibe del plantel de River metió 6 goles, la primera vez en la historia del club que un jugador alcanza esa marca en un solo partido. Se le nota talento y ganas de ir para adelante, lo digo aunque soy hincha de Boca de toda la vida. Ojalá encuentre lugar en la Selección, o mejor dicho, ojalá de den lugar para que pueda lucirse si es que mantiene ese nivel.  

Volvamos al principio. La democracia en sólo un sistema de gobierno. Pero aun así, nos costó muchísimo conseguirla. Hoy por hoy, cualquier país con cierto desarrollo tiene también una conducta a nivel institucional. Esto significa garantizar los derechos de los ciudadanos y mantener relaciones pacíficas con el resto del mundo. Lo que vemos acá, es que al Estado le importa muy poco los derechos de quienes lo mantienen con su aporte de impuestos. Y lo peor de todo, es que parece haber cada vez más trampas o "vivezas", que a decir verdad sólo nos conducen a la vergüenza y nos hacen más estúpidos. Sería inútil preguntarse qué vino primero, si el huevo o la gallina. El sistema de la corrupción está tan aceitado, que por momentos uno piensa que es lo único que, como sociedad, sabemos hacer de manera eficaz. Somos expertos en la incompetencia y en la burocracia. Y uno puede pelearla desde adentro, como han hecho muchísimos próceres, escritores e intelectuales, o bien mandarse a mudar, irse del país. Claro que, para esto último, hay que pensarlo muy bien, e inclusive no deja de ser un riesgo, porque nadie te va a acompañar si emprendés un exilio voluntario.

 Por lo general, los migrantes regresan a sus países de origen cuando ven que la situación mejora. El último censo arrojó como estadística que somos casi 47 millones lo que compartimos a la Argentina como espacio en común, y que hay poco más de 1 millón de mujeres en comparación con los hombres. Ahora, si se cruzan datos con la Dirección de Migraciones y se rastrea cuánta gente abandonó el país por más de tres meses, se obtienen cifras más reales en cuanto a los argentinos que tomaron una decisión que no todos comparten: Buscar un futuro fuera de casa. No lo sé, yo no podría suponer qué haría si me viera desahuciado y sin oportunidades, y si tuviera 20 y pico de años. Pero en mi situación actual, se me ocurre pensar que sólo me iría si hubiera una guerra civil o fuera un perseguido político. Afortundamente ninguna de las dos cosas hoy son frecuentes en la Argentina. Aprendimos algo que debería haber sido natural desde hace siglos, pero que sólo implementamos (como se pudo) cuando cayó la última dictadura.

 Hay que reconocer que la clase política es cuestionada en todos lados, no sólo en los países latinos. Pero la diferencia es que, en Europa o en EE.UU., de vez en cuando alguno renuncia o lo meten en cana. Y cuando eso ocurre, el tipo ya quedó "quemado" para la sociedad, es muy extraño que vuelva a ser candidato para algo, o que el presidente de turno lo vaya a tener en cuenta para un cargo. En cambio, acá se reciclan, saltan de un partido a otro, tienen el respaldo de jueces amigos para que las causas en su contra queden en la nada. Por no mencionar toda la guita que roban del Estado, cada vez sin menor pudor y con más desfachatez. Un presidente cualquiera puede alcanzar el apoyo popular en los dos primeros años, acomodar las cosas, pero después tanto él como su gabinete ya están instalados y se dedican al saqueo. Esa misma guita la usan para financiar futuras campañas y por si no fuera suficiente, tenemos un canal que no lo ve nadie (la TV Pública), y donde hay empleados militantes que cobran sueldos altísimos. La cantidad de personal crece porque cada gobierno, antes de retirarse abucheado por la tribuna, pasa a planta permanente a un determinado grupo de parásitos. Lo mismo sucede en los municipios, por ese motivo es casi imposible echarlos de la administración pública.

 Con respecto a la TV Pública, nunca vamos a saber para qué están ni qué hacen los okupas rentados (lo de ahora y los de antes), lo que sí podemos afirmar es que la programación es lamentable, los noticieros son poco creíbles, y cada nuevo gobierno que asume se apropia de él y lo toma como un trofeo de guerra. La solución sería privatizarlo y listo. A mí me gustaría que existiera un canal del Estado que ofreciera contenidos de calidad, pero quedó demostrado que es una expresión de deseo de mi parte y que a ellos no les importa ni les interesa. Tal es la impunidad, que -como recordarán- hace unos meses unos tipos del canal fueron a un banco cercano a los estudios y se llevaron $ 14 millones en efectivo (no me acuerdo de la cifra exacta), que supuestamente iban a ser destinados a una miniserie de Belgrano. Vamos, muchachos, cualquier explicación que se pretenda dar para retirar millones de pesos como si fueran caramelos es inútil. No hay justificativo alguno, es curro y nada más que eso. Retomo esto: El tener un cargo les otorga impunidad en la Argentina. Saben que nunca irán presos, que como mucho los procesarán o imputarán por sobornos o peculado, y en última instancia la Corte fallará a su favor. Son cómplices del narcotráfico, y más de uno se da un "saque", mientras minutos después hacen toda una puesta en escena porque debarataron un aguantadero en una villa. Pero claro, ellos toman de la buena, que no es la misma merca de los pibes que le dan al "paco" o aspiran pegamento en Plaza Once.

 Esos chicos son los seres invisibles, porque la gente que circula por la inmediaciones de Plaza Miserere tiene miedo de que le roben para comprar más falopa, cuando en realidad te pueden chorear en la Recoleta para arrebatarte un reloj, o romperte de un piedrazo el parabrisas mientras vas por un tramo de la autopista. Hay claramente una estigmatización ante el delito.

 Y ahora sí, reitero la pregunta del comienzo: ¿Cómo esperan, entonces, que nosotros evoquemos con entusiasmo lo que hicieron nuestros próceres hace 202 años? En dos siglos se trastocó todo, lo que podría haber sido un país próspero se convirtió en una constante alegoría al pasado en las fechas patrias. Tan poca voluntad hubo en este país por revalorizar la historia, que el Cabildo que vemos hoy es deprimente, ya que fue reconstruido en 1940, y antes había sido mutilado para construir para construir el trazado de la Avenida de Mayo y la diagonal Roca. Conclusión: Pese a ser Monumento Histórico, del épico edificio original sólo quedan las fotos. Tanto la Plaza de Mayo como los edificios aledaños son una muestra cabal de la retorcida obsesión argenta por demoler todo lo que se considere inútil o superfluo (a juzgar por el criterio de arquitectos y urbanistas varios), como si a los yanquis se les ocurriera tirar abajo la Estatua a la Libertad o el Capitolio. Bueno, a Cristina le molestaba tanto una estatua de Colón, que mandó a retirarla de los alrededores de la Casa Rosada y se la Costanera Norte, frente al Aeroparque. En una próxima nota abordaré más este tema. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


22 de mayo de 2022

Te hacen falta vitaminas

(El título de esta nota no tiene nada que ver con el contenido de la misma, fue elegido totalmente al azar)

Aunque no soy científico ni tengo la menor idea de la física cuántica, siempre concebí al tiempo como un fluir lineal. De hecho, la idea del tiempo lineal (y no circular) es lo que define la era moderna.

 Podríamos pensar en cualquiera de esos antiguos cassettes de audio o video, que solíamos usar y que parecen haberse puesto de moda otra vez. A diferencia de ellos, no podés rebobinar ni adelantar hasta la canción que más te gusta o buscar un determinado fragmento de la película. Sólo podés darle play y esperar que la cinta siga corriendo. Claro que, en algún momento, la reproducción de cassette llega a su fin, entonces la tecla de play salta, y sólo queda el silencio de algo que ya fue. Muy parecido a aquella frase del decir popular: "Te queda poco hilo en el carretel". 

Nuestra mente sí tiene la capacidad de rebobinar (léase recordar) o proyectar, pero sea como fuere, seguimos dejándonos llevar por el presente. Yo tengo 42 años, y he consumido o "gastado" casi la mitad de mi vida (en el supuesto de que tenga la suerte de llegar a los 84). Otra parábola podría ser la siguiente: Si hay un apagón y te quedás a oscuras, encendés una vela, pero si no vuelve el suministro en un corto plazo, vas a notar enseguida cómo esa vela progresivamente va reduciendo su longitud, porque la cera o el sebo se van derritiendo con el mismo calor de la llama. La vida es eso, una vela que se encendió cuando naciste y que no podés determinar cuándo se va a apagar. Y no hay forma de volver atrás, porque si eso fuera posible, haríamos un "copia y pega" constante para borrar las cagadas que nos mandamos y buscar que todo quede prolijo, como un traje que nos calza a medida. O como en los archivos de Word, digamos. No creo que sería positivo volver atrás porque en todo momento estaríamos pendientes de construir un pasado que más nos favorezca, que nos otorgue prestigio, que nos muestre como personas correctas y de bien. 

Cuando una calle está llena de baches porque tiene mucho desgaste, podés meterle parches para emparejar el camino, pero en su esencia sigue siendo lo mismo, y se trata de una solución transitoria. El hombre siempre ha fantaseado con viajar en el tiempo no sólo para presenciar hechos históricos que ocurrieron antes de que él naciera, sino para tratar de enmendar algún momento que fue particularmente vergonzante y que no consigue olvidar. Ese es uno de los motivos (además de las buenas actuaciones del elenco), por los cuales la saga de películas de "Volver al futuro" tuvo tanto éxito y la aclamación de la crítica.

 Por otra parte, si fuera posible presionar la tecla de "rewind" todas las veces que quisiéramos, no habría lamento, pena o arrepentimiento, porque retrocederíamos hasta el minuto previo de haber dicho algo que ofendió o lastimó a un amigo, y lo repararíamos. Pero pensemos que sería un embole vivir así, con todo calculado, sin sobresaltos, con la convicción de que nuestro pasado fue escrito sin margen de error, de un modo minucioso y obsesivo. Sería una vida sin espontaneidad. No cabe lugar alguno para retrotraer los efectos de los hechos que ya fueron consumados, y menos aún de anticiparse a ellos si ya ocurrieron. ¿Cómo vas a volver atrás sobre algo que ya pasó, aunque te hayas comportado pésimo con un ser querido o con vos mismo? 

Estoy hablando de lo cotidiano. Ahora, si hablamos de una gestión de gobierno, un ministro no puede volver sobre los pasos de quien lo precedió. Sólo puede evitar perpetrar esa planificación errónea, adoptando otro tipo de medidas. Pero si hubo deudas contraídas, como las que asumió el gobierno anterior, el actual debe trabajar desde el minuto cero. En cambio, cuando se utilizan esos desaciertos o como gusten llamarlos para buscar un rédito político y no hacerse cargo del pésimo manejo de la inflación, gasto público o déficit fiscal, es otra cosa. 

Yo creo que Macri le pidió el préstamo al FMI creyendo que iba a poder paliar el déficit fiscal y tener un "colchón" como para no tener que hacer un ajuste tan drástico, cosa que al final de cuentas terminó haciendo de todas maneras. Dicho esto, su mandato me pareció un desastre y un fracaso evidente, por eso no lo votaría. Y si el Fondo le concedió más de U$S 44.000 millones sin grandes negociaciones, fue porque estaba Trump apoyando ese proceso. Es decir que no es tan complejo determinar adónde fue a parar la guita, porque si durante años se habló de "la ruta del dinero K", ahora lo que están planteando desde la vereda de enfrente es el recorrido de la deuda del Gato, si favoreció a sus amigos empresarios o no, y nada que no hayamos escuchado. El peronismo no es el salvador de la Patria ni el "reconstructor del país". Es un movimiento devenido en partido político que gobierna de determinada manera, y que más de una vez considera una "picardía" lo que otros ven lisa y llanamente como actos de corrupción dentro de sus propias huestes. 

No es necesariamente un defecto, que un gobierno integre su gabinete por empresarios o por personas ligadas al sector privado, siempre que tengan en claro que ahora su función es otra. Todos sabemos que hemos tenido ministros indudablemente infames y corruptos en todas las presidencias, sean peronistas o no. En eso sí se parecen todos: en la incapacidad y la inutilidad, excepto para meter la mano en la lata. Pero me estoy yendo de tema. Lo que decía al principio, es que abundan varias frases huecas como "hay que vivir el presente" que son imposibles de aplicar. Lo que podemos intentar es aprender a disfrutar de un instante cualquiera que no toque vivir. Y dado que no podemos retroceder en el tiempo, encarar una relectura de ese pasado que no se convierta en un motivo de autocastigo y no nos enfrente tanto a nosotros mismos con aquellos que supimos ser. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

19 de mayo de 2022

Nada es gratis, ni la música ni los libros: el verdadero negocio detrás de los contratos

Cada vez hay más bibliografía sobre los impulsos que nos llevan a tomar malas decisiones. O sobre la inteligencia emocional. Está claro que hay emociones que no podemos reprimir, e incluso no sería bueno intentarlo. En el caso de la ansiedad, sí puede haber estrategias que te ayuden a manejarla de un modo más adecuado. Varias cosas me generan ansiedad, y ojalá pudiera "bajar un cambio" cuando estoy en presencia de ellas. Además, la ansiedad en sí misma te bloquea, no te permite avanzar porque por momentos eso que te altera se convierte en tu única preocupación, por mínima que sea. Pero es posible superar todo eso, ya que también tiene que ver con quién te relacionás. Una persona que se rodea de gente que no es demandante en exceso y que tiene la virtud de saber escuchar sin juzgar, se va a sentir mucho mejor, porque no será estereotipado, y su entorno sabrá comprender que la ansiedad y el estrés son dos de los fenómenos más comunes de este siglo. 

Las preocupaciones que afrontamos son cada vez mayores y en pocos casos logramos mitigarlas, o al menos encontrar una respuesta. Pero en otra nota abordaré más en detalle este tema. 

Tema 2: Bueno, como comprenderán, el tema excluyente de este jueves fue el censo de ayer, y las quejas y reclamos de los vecinos que esperaron todo el día al censista sin que éste se haya presentado en el domicilio. No puedo determinar las causas, pero una eventual explicación tiene que ver con que no todas las calles de la periferia de Lobos están señalizadas, y menos aún en Empalme. De hecho, se repiten nombres de calles en ambas localidades, como San Martín, por ejemplo. Hay un amplio espectro de nombres que bien podrían imponerse a esas arterias para evitar confusión, pero hasta ahora nadie demostró demasiado interés en hacerlo. Creo que acá no hubo mala fe o negligencia de los censistas, y comprendo que no es grato para nadie quedarte "clavado" todo el día en tu casa al pedo. Algo funcionó mal, pero por otros motivos. Y como obviamente quedaron datos incompletos, el INDEC, en una muestra más de la improvisación argentina, decidió extender por 6 días el período para dar por concluido este relevamiento. Pero bajo ningún concepto puedo avalar esa frase que a los censistas sólo les interesaba cobrar: En primer lugar, no era una suma de gran magnitud, y segundo; habría que evaluar caso por caso, no hay muchas vueltas para darle al asunto. 

Tema 3: Ayer, aprovechando la abulia del feriado y de los negocios cerrados, aproveché para sentarme a escribir un nuevo cuento. Rara vez me sale de un tirón, por lo general comienzo a escribir, ese borrador queda "durmiendo" un par de días, hasta que retomo el texto y voy haciendo correcciones. Por supuesto que en el hipotético caso de que vaya a formar parte de un futuro libro, la corrección más profunda la realizarán en la Editorial en función a los manuscritos originales que yo vaya a presentar. Pero falta mucho para eso, por ahora es sólo un proyecto. De lo que estoy seguro, es que escribiré mejor y habiendo tomado nota de sutiles errores que algunos vecinos, con la mejor onda, me hicieron saber. 

Tema 4: Tenemos que aprender a lidiar con nuestras propias limitaciones. Yo no podría ser músico, porque requiere de una formación académica que no es para cualquiera. Vale decir, hay que estudiar en un Conservatorio. Podés hacer música popular (rock, baladas, etc) y ser casi un autodidacta, pero eso no es válido para todos los géneros. Muchas bandas de rock rollinga o barrial están formadas por músicos aficionados, es verdad, pero si no tienen un productor que les marque alguna cagada, el resultado nunca va a ser el mejor. La Beriso es una banda que convoca multitudes y que todos dicen destestar, pero suena en la radio, y ese es un factor clave. La discográfica pone guita para que tus canciones tengan rotación radial, porque los tipos te bancaron los gastos de un buen estudio de grabación, ingenieros de sonido, productores, etc, y todo tiene un costo. 

Y aunque para algunos hablar de "vender discos" parezca anacrónico, las descargas digitales o el streaming también generan guita. Un músico profesional firma un contrato para editar un determinada cantidad de discos en un plazo establecido, y a su vez recibe las regalías de SADAIC por derechos de autor. Por ejemplo, yo firmo diciéndote que te voy a grabar tres discos en ocho años, y voy a ser cautivo de la empresa hasta que cumpla con lo pactado. Es similar a lo que explicaba (el escritor) Saccomanno en su polémico discurso de la Feria del Libro. Vos firmás para una editoral importante, digamos, y desde el momento de la publicación del libro, ellos tienen el control absoluto sobre tu obra. Si la pegaste y te convertís en un best seller, ahí sí vas a poder negociar un acuerdo más ventajoso, pero como dije antes, no es lo más habitual. Cuando la sociedad está pasando momentos de zozobra o crisis, los libros de autoayuda se venden bien, pero no te ayudan precisamente a vos como lector, sino a engrosar los bolsillos del autor y de la editorial. Y tiene razón Saccomanno cuando dice que la Feria del Libro no tiene casi nada de cultural, más bien podríamos afirmar que es un supermercado donde se venden libros, y no hay mucho más que ver. En fin, comencé hablando de música, y me fui para el lado de los libros. Nada es casualidad, ¿no? Nos estaremos viendo pronto, seguramente. Punto final.  

18 de mayo de 2022

El censo es tan sencillo, que cualquier reclamo planteo resulta ilógico

  Mitad de semana y día del censo en Lobos. Por suerte salió el sol, el cielo está totalmente despejado, y el frío amainó. La verdad es que se ha discutido mucho la conveniencia o no de realizar este relevamiento en un día hábil, el método empleado, los problemas para acceder a la página web y validar el código de forma digital... en fin, algunas cuestiones que se plantearon tienen algo de lógica, y otras me parecen una estupidez. Si se recolectan los datos correctamente y no se tergiversan desde el INDEC, podemos llegar a obtener información básica sobre este momento de la Argentina. Como si fuera una foto. Un operativo de esta magnitud implica un despliegue que sólo tiene razón de ser si estos datos poblacionales contribuyen a saber en qué provincias o sectores del país la gente tiene mayores carencias. Yo no soy sociólogo, pero le hubiera agregado más preguntas, siempre respetando el anonimato de la persona que acepta responder, ya que los datos personales no se piden ni se divulgan. Un comentario en las redes me generó mucho rechazo: "Por acá no pasaron, no tienen ganas de trabajar". ¿Ganas de trabajar? Es el misma frase que ponen para cualquier laburo en que te pagan dos monedas. Si a vos te molesta esperar, te hubieras postulado como censista, haciendo la capacitación correspondiente, y de paso te llevabas unos mangos. Es fácil entrar a FB o Instagram para comentar gansadas sin sustento. En algún momento van a pasar, el operativo es de 8 a 20 hs, no es un pibe que hace delivery. Puede haber casos donde el censista no concurrió a un determinado domicilio, sí, pero habría que ver las causas antes de mirar la paja en el ojo ajeno. 

 Esto me hace pensar en que no cambiamos más la forma de pensar. Mientras tanto, sigue habiendo gente obtusa que le pide rapidez y celeridad al trabajo ajeno...sería bueno saber cómo proceden en su propio laburo. Todo lo concerniente al censo se difundió hasta el hartazgo en los días previos, y vos que ahora protestás, ¿Dónde estabas, vivís en un tubo que no te enteraste de nada? Si se decretó el feriado, no es para que salgas a pasear, sino para que te quedes en tu casa y esperes. Después, andá a pescar o lo que se te antoje hacer. 

Yo fui censista en 2001, me tocó una zona cuasi rural, cerca de la Escuela 19 (Magnasco), que por aquel entonces estaba mucho menos urbanizada que ahora. Bueno, pasaron 21 años, y todavía no existían los Barrios Celeste y Blanco. Nunca tuve ningún problema, me las arreglaba con la bici para ir de un lugar a otro, la mayoría de la gente se mostraba cordial cuando yo les hacía un determinada pregunta porque en líneas generales ya sabían cuáles serían, de manera que llegó la hora de entregar las planillas, así se hizo, y a otra cosa. Reitero: En ningún caso se piden datos personales, como nombre, apellido, DNI, o tu condición ante el Fisco. Ni en este censo, ni en los anteriores.

En fin: En aquel momento, cumplí con lo que debía hacer, por lo tanto, qué pasó con esos datos o cómo los procesaron, es otra historia. Antes de hacer un comentario en las redes, usá El sentido común, pensá si lo que vas a escribir suma, es decir, si constituye un aporte para mejorar algo. De lo contrario, mejor dedicate a mirar televisión o a jugar con la Play, porque la experiencia me dice que la gente se queja por todo y que, hagas lo que hagas, igual te van a criticar sin conocer tu situación ni de las personas que te rodean. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

16 de mayo de 2022

Una de cal, y una de arena

 Este lunes es el día más frío del año (hasta ahora), un puesto que se ha ganado ampliamente en el podio si tenemos en cuenta que durante casi toda la tarde el mercurio no se movió de los 15° C (o un poco menos, diría yo).

Un viento helado que calaba los huesos, llovizna intermitente que parecía ser aguanieve, calles vacías, la gente buscando refugio para sacarse el frío en algún bar del Centro o aunque más no sea en su casa, tomando unos mates para transitar la jornada laboral saliendo estrictamente lo necesario. Y esto recién empieza, porque todavía no hemos llegado a temperaturas bajo cero, pero de todas maneras, el otoño del año pasado fue más benigno y más "light" que éste, eso lo pude comprobar porque en la App que tengo en el celular te ofrece una estadística o historial respecto al año anterior, que si bien es medio al pedo indica que abril de 2021, por ejemplo, osciló entre 20 y 24 grados. 

Como acabo de mencionar, que ya era hora de que el invierno se despertara, lo planteo así porque otoño/invierno ya son casi una sola cosa, la única diferencia palpable del otoño se manifiesta en algunas tardes más soleadas y en el caer de las hojas de los árboles. Hoy estaba tan cansado que me dormí un siesta, que no es habitual en mí. En realidad, me acosté simplemente porque pretendía relajarme un poco pero terminé vencido por el sueño. En fin, en lo que a mí respecta, haber dormido un poco me permitió entrar en un limbo y olvidarme de todo por un par de horas, y por otra parte, fumé menos.

Como había dejado el celular en modo de silencio, cuando finalmente me desperté, vi la pantalla del aparato y había varios mensajes y llamadas perdidas. Pero no se trataba de nada urgente, que no se pueda resolver o enmendar a futuro. 

Hoy fui a cubrir el operativo que se hizo en el Museo de Perón para renovar o tramitar el DNI, y realmente hay que reconocer cuando las cosas se hacen bien. Puedo afirmarlo, porque era una necesidad de muchos lobenses que tenían que seguir lidiando con la modalidad que quedó de la pandemia, y que obligaba a ingresar a una página de Internet que colapsaba o se "caía" en cualquier momento. Había una cola de más de media cuadra en inmediaciones del Museo, y lo más rescatable es que se implementó de forma gratuita, siendo que si vas a la oficina del Registro Civil, tenés que pagar. Y mucha gente se bancó el frío para poder hacerse un lugar ante la alta demanda y acceder al documento básico y esencial que debe tener todo ciudadano. Para cualquier cosa que hagas, te piden el número de DNI, o que lo exhibas en el caso de una compra con tarjeta. Permanecerán mañana martes en el mismo lugar, y existe la posibilidad de que jueves y viernes vayan a Empalme. Alrededor de 10 empleados del RENAPER resolvían en cuestión de minutos la inoperancia que desde hace largo tiempo se nota en la sede que el organismo tiene en Lobos. Mucha gente que conozco ha tenido que ir a altas horas de la madrugada para asegurarse un turno, y aún así no conseguían obtenerlo. Fue una gestión que hicieron dos concejales del FDT, y que llegó para dar respuesta a centenares de vecinos que al no poseer el DNI tarjeta, tenían todas las limitaciones que enumeré antes. 

Y así como está perfecto que alguien entienda lo que el vecino necesita y se haga eco de esas falencias, también considero positivo el hecho de que el Municipio cuente con un ascensor para personas discapacitadas o adultos mayores. Durante 12 años, la gestión anterior nada hizo al respecto, o esa obra nunca fue considerada una prioridad. Que cada uno se forme su propio juicio de valor. El gobierno actual, sin hacer un corte de cintas ni pretender buscar un rédito político, lo concretó. Y me importa muy poco cualquier interpretación maliciosa que alguien haga de mis dichos. Porque básicamente, el razonamiento que pongo sobre el tapete es que, NO IMPORTA QUIÉN LO HAGA, SINO QUE SE HAGA. Es rescatable que se hayan podido descomprimir la maraña de trámites para algo tan sencillo como tener un DNI, y también no deja de ser motivo de satisfacción, que desde el Municipio se vayan dando pasos hacia una sociedad más inclusiva, y eso debe verse en los hechos, no en palabras bonitas para quedar bien y salir en la foto. 

La única forma de sacar a Lobos adelante es cuando se terminen las mezquindades. Soy consciente de que es un planteo utópico y bastante ingenuo para lo que es la política en tiempos de campaña. Algún día, todos van a tener que sentarse a la misma mesa, y plantearse objetivos superadores: "Muchachos, qué hacemos con Lobos?" Y ese día, que quizás nunca llegue a verlo, será el comienzo para entender que todos los dirigentes pueden llevar a buen puerto gestiones exitosas sin pensar en cuántos votos les van a redituar. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


14 de mayo de 2022

Recalculando

 El finde viene tranquilo. Trabajando como siempre, pero no a un ritmo que me impida hacer otras cosas. Eso es consecuencia de que no hay muchas actividades previstas para cubrir periodísticamente, pero a la mayoría de ellas les he tomado la mano, o la maña, como gusten llamarlo, procurando que la lectura sea sencilla, y tratando de rescatar lo esencial. Bueno, llevo más de 20 años en esto, si no hubiera aprendido algo en todo este tiempo no hablaría muy bien de mí. Hoy lo único que miré de televisión en este sábado fue el partido de Boca, por la Copa de la Liga. Bah, en realidad, "mirar" es un decir: Como los dos equipos jugaron bastante mal, iba haciendo zapping hasta que faltaran poco minutos para el final, y ahí sí ir viendo como iba la cosa. Boquita siempre me entusiasma, menos que antes, pero si hay un match importante o ante un rival como Racing como fue esta ocasión, vale la pena dedicarle unos minutos. 

Es que, no hace falta ser periodista deportivo o técnico de fútbol cuando notás que el equipo está haciendo un papel deslucido en el cancha. Como suele pasar, mientras los resultados acompañen, no hay mayores cuestionamientos de la hinchada, de los socios, o de la dirigencia. Pero una sorpresiva goleada, yo te pone en una posición comprometida, siendo DT. Hacen falta más técnicos que logren amalgamar lo mejor de Menotti y de Bilardo: jugar bien, pero jugar para ganar desde el primer minuto, no tirando pelotazos que no van a ninguna parte. 

Tema dos: Desde hace un tiempo estoy escribiendo más cuentos para un futuro libro, pero sin tanta vorágine, de un modo más pausado, porque prefiero que un relato en particular se destaque antes de redactar dos o tres que no me convencen. Y aquello que no es convincente para mí, menos lo será para futuros lectores. No lo sé, de acá a dos años algo bueno puede salir. Mi debut literario, digamos, fue una fuente de aprendizaje para escribir mejor y darle otro vuelo a cada cuento, porque lo mío son los cuentos, no me imagino escribiendo una novela, y por otra parte las novelas nunca me gustaron. Pero la gente cambia, ¿no? Quién te dice lo que puede llegar a pasar... Creo que la mejor escuela para brindar un libro digno, es leer a los grandes autores, que pueden ser best sellers o no, no es excluyente. En mi caso, logré vender muchos más libros después de la presentación formal que cuando ésta se hizo. No puedo determinar los motivos, pero modestamente, considero que no ha sido un fraude, en el sentido de que el libro sea una porquería. Me gustó escribirlo, hubo algunos detalles que cambiaría, pero si me ponía a hacer una revisión exhaustiva, no íbamos a terminar más, ni yo ni los editores. 

Tema tres: Hay que volver a escuchar a las grandes bandas o solistas del rock para poder entender la aniquilación cultural en la que vivimos. No digo esto desde un pedestal, cada uno escucha la música que quiere y todo bien. Pero por eso, he reiterado más de una vez que está todo inventado. El reggaeton que siempre aborrecí se impone ahora en una mutación que sí puedo llegar a aceptar, manteniendo una base rítmica que todos conocemos, pero con otro tipo de contenido en las letras, como lo hizo Calle 13. De hecho el único disco que tengo de ese género es de Calle 13, y no suena tan mal, aunque por momentos parezca una copia o una versión latina de Eminem. Si vos querés entender por qué Los Beatles, habiendo transcurrido más de 50 años, siguen vigentes, basta con escucharlos. Ellos inventaron lo que se conoce como "música beat", y de pasar a tocar en Hamburgo o en Liverpool dieron un salto hacia la masividad absoluta en tiempos donde no había nada de lo que conocemos hoy a nivel de tecnología. Ese fenómeno no lo volvimos a ver nunca más en la historia, excepto quizás con Michael Jackson, a principios de los '80, y que, aunque murió hace casi 15 años, ostenta el récord imbatible de haber grabado el disco más vendido de todos los tiempos. 

Quizás, pienso ahora mientras me cebo los últimos mates del día, ese éxito descomunal tuvo que ver con que no había streaming, ni You Tube, ni Spotify, y la única manera de conseguir música era comprando los discos. Ya tenemos ahora el revival, la nostalgia por el LP o vinilo. Pero eso volverá a ocurrir con el formato CD que actualmente ya casi todos desprecian. Porque los períodos de nostalgia colectiva se dan de 20 años para atrás, más o menos. Y por ese mismo motivo, cuando comenzó el nuevo siglo añorábamos a los '80, algo que ya se acabó, salvo para radios tipo Aspen. He abordado en varias notas la cuestión de la decadencia de los diarios en papel, pero como nadie tiene la bola de cristal, quién te dice que, en algún momento y si logran adaptarse a lo que el público busca, consigan "resucitarlos" dándoles una vuelta de tuerca, y brindando información de calidad. Todo eso demandará una transición, y no se dará de un día para otro. 

En cuanto a la política local, pronto habrá novedades, y probablemente algún intento de campaña sucia. Eso nunca falta (ni falla).

 Nos estamos viendo en breve, todo está por verse. Punto final.  

12 de mayo de 2022

De regreso, hacia la conquista de lo imposible

Jueves por la noche en la ciudad. Me vuelvo a encontrar con ustedes luego de un prolongado e inesperado paréntesis, que ocurrió casi sin que me diera cuenta. En alguno de los días previos pensé en escribir algo por aquí, pero siempre surgía otro compromiso más urgente que resolver. No quiero pensar en futuros cortes de luz, dado que lo único que está a mi alcance es informar lo que desde la empresa me transmiten, y desenchufar lo antes posible todos los artefactos domésticos que hay en mi casa. Por más que Eden diga que se hace cargo de la reparación en caso de haber sido consecuencia de ese motivo, sabemos que -como todo proceso similar- es engorroso, y si se te quema el motor de la heladera, habría que preguntarse qué hacés durante el lapso entre que dejó de funcionar y hasta que la lleven a arreglar. Pueden transcurrir semanas, meses, y mientras tanto se te pudre la comida, y lo poco que podés comprar son alimentos que no deban ser refrigerado, hasta tanto todo se resuelva.

No mucho antes pedían requisitos insólitos, como presentar la factura de compra: ¿Quién carajo guarda la factura o el ticket de una heladera o lavarropas que compró hace 20 años? Y en el caso de que creas tenerlo, ¿Cómo saber dónde está el infame papel? Por suerte en ese sentido tuvieron cierta lógica. Bueno, parece ser que ahora solicitan tres presupuestos diferentes, y se supone que la empresa se inclinará por reintegrarte el dinero por el más bajo, o mandar ese aparato a arreglar por su cuenta. Todo es tan retorcido que se parece a una licitación pública, pero con una dosis menor de corrupción, quizás. 

Hoy, durante horas tempranas de la tarde, Lobos parecía un desierto, estaba tomando un café en un lugar y noté que habrían transcurrido alrededor de 40 minutos y no pasó ni un auto por la calle. El dueño del bar observó lo mismo que yo. Un rato después, pareció moverse tímidamente el trajín ciudadano, pero de una forma muy incipiente, siempre a media máquina. Básicamente, se puede advertir circulación de autos o motos cuando los padres van a llevar o a buscar a sus hijos a la escuela. El resto del día, es tiempo muerto. Quizás sea una percepción que es común a cualquier día de la semana, pero no dejó de llamarme la atención. La nafta no está como para andar malgastanto combustible al pedo, digamos, ya sea que tengas una moto o un auto. Y recién estamos por terminar la primera quincena, que ya podría denominarse "fin de mes", porque los primeros días pagás los impuestos y gastos imprescindibles, y con lo que te queda tenés que tirar hasta el 30 o 31. No hay mucho margen, más si tenemos en cuenta que el billete de mayor denominación es de $ 1.000, y equivale a menos de 5 dólares blue. Medio kilo de yerba vale, en promedio, 300 pesos. Cualquier turista que venga con dólares a la Argentina, puede llevarse hasta el Obelisco en las valijas. 

Cambio de tema: Cada vez que me digo a mí mismo que no voy a claudicar, no lo hago desde un convencimiento pleno, repito esa frase para conseguirlo, y el temple más que necesario. Tengo una personalidad obsesiva hacia lo que considero importante, pero la única virtud que le reconozco, es que eso me ha forzado a insistir ante determinadas cosas que otras personas descartarían en otra instancia. Trato de obtener lo que me propongo pero no vistíendome de superhéroe, sino porque no estoy en la disposición para dejar que me caguen con esto o lo otro, si tuviera 20 años no me importaría, pero quemar etapas implica entender la vida de otra manera y pensar distinto. Por ejemplo: Hace más de 45 días que estoy esperando que mi obra social me envíe una medicación, y hasta ahora no hay novedades, nadie sabe nada, nadie contesta, excepto un mail de vez en cuando, que es más de lo mismo. "Su pedido fue trasladado al sector de auditoría médica. Su pedido fue autorizado". Y vos podrás decir: "Qué bien! De qué se queja este pibe?". Me quejo porque mienten, estoy a 100 km. de CABA y por lo tanto es inadmisible que unos remedios recetados y que cuentan con toda la documentación respaldatoria para ser entregados, demoren en llegar a mi domicilio una brecha insalvable. Y yo de ninguna manera voy a comprar esa medicación, primero porque es carísima, y segundo porque no me corresponde, por algo pago el monotributo, y por algo estoy aportando al Fisco todos los meses. Honestamente, a veces hasta daría ganas de ir hasta la sede de la obra social y prenderla fuego, al mejor estilo relatos salvajes, total de todos modos es probable que te diagnostiquen un brote psicótico por haber hecho eso, y para ellos seguirá siendo lo mismo. Lo único que lograrás es que huyan como ratas para no quemarse el culo. Pero, nobleza obliga, quiero reconocer la tarea que llevan a cabo Defensa del Consumidor del Municipio, con gente bien capacitada, y que sabe mover los hilos para que toda esta situación sea más expeditiva. Nunca he dejado de reconocer el laburo que hacen, y no soy el primero a quien logran sacar del atolladero. Por ejemplo, cuando te quieren cobrar de más por un producto o te aparecen en el resumen de la tarjeta compras que nunca hiciste.

Todo lo que espero para lo que resta de la semana y del próximo finde, y que las cosas se vayan dando para no desgastarme yo mismo teniendo que hablarle a una pared, porque la burocracia ha matado a mucha gente, y esto es real: Personas que le hicieron juicio al Estado por una jubilación que les correspondía y que murieron antes de recibir el beneficio que con toda justicia se merecían. En fin: Para variar, me estoy yendo por las ramas. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

9 de mayo de 2022

Comienzo de semana, apagón y "lunes negro"

 Arrancó la semana: Lunes con mucha actividad, y algunas complicaciones que el común de los lobenses debimos padecer, corte de luz mediante, el cual se extendió desde las 19:53 hasta las 22:09 (casi dos horas, sin entrar en números finos). Pero como en esta zona ya estamos acostumbrados a que eso suceda de vez en cuando, con mi familia tratamos de remarla lo mejor posible, por suerte disponíamos de unos trozos de vela para poder cocinar la cena y otras diligencias, como ir al baño, o ir preparando la ropa para el día siguiente. Cada placard es un mundo. Tengo un montón de ropa en buen estado que intentaré vender o en todo caso voy a donar a alguna institución, porque aumenté de peso y ya me queda chica, y a su vez debería comprarme un par de jeans que coincidan con mi fisonomía actual. Ya va llegando el momento de rescatar del olvido a los pulóveres, antes de que las polillas terminen por dejarlos hechos un colador. 

 Mentiría si quisiera atribuir la causa de todos los males (a título personal) a esta mierda del corte de luz, porque a decir verdad no ha sido un día particularme malo: El clima estuvo agradable durante buena parte de la jornada, logré hacer un par de notas, le metí pilas. Una breve siesta después de almorzar y nada más. Ir pagando deudas de a poco, trámites y mandados varios que son propios de cualquier persona que no pueda delegarlos en un cadete. Un rato para escuchar música y distenderme de aquello que en los días previos me tuvo de pésimo humor, por decirlo de un modo elegante. 

Estuve en la feria que se hizo en el predio de la Rural, porque prioricé el interés de los lectores antes que el propio. Paso a explicar: Se trató de un evento privado, y nadie se contactó conmigo para ofrecerme un mango en concepto de publicidad. Sin embargo, como sabía que iba a convocar mucha gente, hice casi 6 kilómetros en bici (ida y vuelta) para ir hasta allá, cumplí con mi trabajo, y de alguna manera contribuí a que la gente que se enteró por mi diario, pasara un finde distinto. Ese fue el objetivo, no otro. 

Ahora bien, como he dicho más de una vez, cuando empiece la campaña política, no se salva nadie. El que no ponga la plata, puede hacer o decir lo que desee, pero el espacio que le pienso dedicar es cero. Y si bien todavía falta, recibo algunas publicaciones que pretenden que vos las publiques "de onda", cuando se nota claramente un fin proselitista. Afortunadamente, el alcance que tiene mi medio de prensa va creciendo sostenidamente, y eso es un detalle no menor que cualquier auspiciante debe saber. Yo pongo un precio por el aviso, podés estar de acuerdo o no, o inclusive puedo aceptar negociarlo, pero en resumidas cuentas, el espacio publicitario no se "regala". Un kilo de carne cuesta 1.000 pesos, ¿Qué pretendés, o acaso vivís en otro país? El tarifario que cada medio de comunicación aplica, por lo general se ajusta a la inflación, es lo más lógico. Porque yo también tengo que vivir y mi poder de compra no es el mismo. Vale decir, la pérdida del poder adquisitivo es constante. Todo comerciante o empresa que comprenda algo tan elemental a los efectos de hacer publicidad, no va a tener problema en ser cliente mío. Habrá quien no lo entienda así, pero como es tan evidente lo que estoy expresando y es de público conocimiento, quien no lo comprenda quedará atado a su propia suerte. Yo vendo información, no a mis lectores, sí a mis auspiciantes. 

En fin, exceptuando el apagón y todo lo que ello trae aparejado, este "lunes negro" (como aquel de Wall Street) transcurrió dentro de lo normal. Lo que me quedó pendiente es retomar la lectura, estoy leyendo un libro de un autor chileno que me interesó bastante, y creo haber leído ya un centenar de páginas o poco más, pero desde hace unos días el señalador está "clavado" en el mismo sitio. También estoy leyendo una compilación de textos de Jorge Lanata (el libro se llama "Vuelta de página" y es de 1997), antes de que dejara de ser un periodista serio y creíble. Lo mismo cabe para Majul, pero no tengo interés en entrar en polémicas. La verdad es que si yo hubiera estado en el lugar del Gordo Casero, probablemente lo hubiera boxeado, al mejor estilo de "Mauro Viale vs. Samid". Casero tiene muchas cosas que no comparto, pero el tipo estalló de bronca con toda razón, cuando se dio cuenta de que lo estaban boludeando.

 Pese a todo lo que se le pueda cuestionar, es mucho más talentoso que Majul, no sólo para hacer humor, sino para comprender lo que es la calle. El político argentino promedio no tiene calle, no sabe cuánto vale el boleto mínimo de colectivo, de tren o de subte, que son las formas de viajar de los laburantes. Si lo sabe, es de puta casualidad, porque el Ministro de Transporte le preparó un informe. 

Lo más irónico es que, al mismo tiempo que quieren acercarse a la gente a la caza de votos, van perdiendo contacto con la realidad y no saben ni dónde están parados. En la vereda del sol, seguro que no. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


8 de mayo de 2022

Palo y a la bolsa

 Domingo por la tarde en la ciudad. Tengo algunos quilombos personales (que a la vez me son ajenos, vaya paradoja), y estoy tratando de lidiar con eso. Ayer me sentía mucho peor, hasta que me di cuenta de que, de esa manera, no iba a ningún lado. Cambié el enfoque. No es que ahora me siento rebosante de felicidad, pero sí mejor que ayer, y con eso alcanza. Necesito sentirme de un modo relativamente estable para poder seguir con mi laburo y con todas las cosas que hago todos los días.

 Todos nos solemos sentir mal alguna vez, pero hay que cortar con eso en determinado momento. Hay situaciones que nunca me imaginé que me tocaría afrontar a mi edad, pero es lo que hay, y no puedo culpar a nadie por eso. Durante mucho tiempo subestimé a gente de acá, de Lobos, que me parecían unos pelotudos, y que terminaron siendo exitosos en lo suyo. Entiéndase por "éxito", haber alcanzado logros personales o laborales que evidentemente yo no conseguí. No es que se hicieron millonarios o que se convirtieron en estrellas de rock, ¿Se entiende? Supongo que sí, exageré la frase deliberadamente para que quede más claro.

Como les decía antes, yo bien podría paralizarme y quedarme en la cama sin hacer nada, pero tampoco voy a conseguir nada si permanezco indefinidamente en esa condición. Hay que tomarse un lapso para sentirse mal, porque forma parte del duelo (en términos psicológicos) que todos necesitamos hacer. Lo que reitero, es que llega un punto en que no podés ver pasar la vida delante tuyo como si fueras un dibujito animado. 

Es mentira que "Nunca es tarde", y esas frases de libros de autoayuda que a veces vemos circulando por ahí. A veces es demasiado tarde, y la culpa no es nadie, sino exclusivamente tuya. Y eso sí trae algo "bueno", digamos: No arrepentimiento, sí aceptación. Aceptar que las cosas no son como las imaginamos, y que tampoco siempre resultan como las planeamos. Pienso que, cuanto antes comprendas esto, más atento vas a estar a futuro, para no seguir perdiendo el tiempo. A mí me hicieron daño o me partieron en mil pedazos varias veces, y también yo lo hice con gente que (quizás) no lo merecía. Pero más que disculparme por eso, es poco lo que puedo hacer. No tiene sentido enroscarse en eso, aunque involuntariamente lo hagas. Este comienzo de semana lo voy a dedicar a mi trabajo, a aquellas cosas que me dan placer, y a no dejar que los demás decidan por mí. 

Esto último, si me están leyendo, es sumamente útil. Porque, aunque sea parecido en algún punto, la vida no es un casino: Hay que jugar para ganar, nunca para perder. Y si te toca perder, habrá que bancársela. Las fichas las ponés vos, pero el que hace girar la ruleta no. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

6 de mayo de 2022

NO SOMOS LOS MISMOS

 Ultimamente, siempre que hay algún feriado largo en la ciudad (no es este el caso), son días movidos, tanto en el tránsito vehicular como en la circulación de turistas que eligen Lobos como destino. Hasta no hace mucho, uno lo advertía de manera notable por su condición pueblerina, sobre todo, cuando todavía se disputaban las Olimpíadas de la Cuenca, que por tiempo indeterminado dejaron de realizarse. Más allá de la situación que todos conocemos, este año sí hubieran podido reanudarse, se me ocurre pensar.   

 Debo reconocer que los deportes nunca me entusiasmaron, aunque tampoco recibí mucha motivación en las clases de Educación Física de la Secundaria. Siempre quedaba relegado cuando se formaban los equipos de fútbol o voley. Y no he sido el único. Si tenía la suerte de que me tuvieran en cuenta para algún equipo, siempre iba de defensor o de arquero, los mediocampistas o delanteros eran posiciones que estaban reservadas para los que supuestamente gozaban de mayor destreza para esas lides. Pero no culpo de ninguna manera a los profesores que me tocaron en suerte, quizás no estaba tan afianzado el concepto de inclusión, y de que todos podemos desarrollar algún tipo de actividad física por fuera de los deportes tradicionales.

 En fin: Como les estaba diciendo en otra nota, hoy por hoy, tampoco me interesa cubrir un partido de la liga local porque para poder hacerlo tendría que dedicarme enteramente a eso y conocer el paño, además de que no es el perfil que pretendo darle a la información. Hay ocasiones excepcionales donde todos estamos pendientes, como el Mundial, la Copa América, y esos torneos importantes. Y por supuesto, los Juegos Olímpicos. Soy hincha de Boca de toda la vida, y cuando el campeonato era menos confuso que ahora, cuando todavía quedaban jugadores de jerarquía en el equipo y no eran rápidamente transferidos a clubes europeos, me enganchaba a ver los resúmenes de Fútbol de Primera con esos dos nabos de Araujo y Macaya Márquez, o bien escuchaba los partidos por la radio.

Con el tiempo, van cambiando los intereses y las prioridades de cada uno de nosotros. Muchas veces sin que siquiera nos demos cuenta. A veces es un proceso que se va dando paulatinamente, y en otros casos, la vida nos da un vuelco, un cimbronazo, y nos obliga a mirar lo que sucede de un modo diferente. Podemos ser víctimas y victimarios a la vez. Un día cualquiera nos sentimos con fuerzas para llevarnos al mundo por delante, y un domingo nublado con tinte melancólico, podemos sentirnos una piltrafa haciendo zapping con el control remoto sin encontrar absolutamente nada que merezca ser visto en la pantalla.

Es desgastante el ritmo de vida actual, nos autoexigimos demasiado, pretendiendo dar más de lo que podemos. En rigor de verdad, no está mal que seas consciente de tus limitaciones, sin que ello te impida tener el deseo de superarte. Saber que hay algo que nos cuesta un esfuerzo considerable hacer, es un estímulo para intentarlo, pero sin presionarnos al punto de dejar que los demás decidan por nosotros. El que no cambia, no evoluciona: aquel que se jacta de ser "el mismo de siempre", no comprende que es imposible de sostener esa postura. No somos los mismos, porque hay muchísimos factores externos que nos obligan a cambiar el chip. El mismo rumbo que adopta la sociedad es uno de ellos. Más de una vez cuesta aceptarlo, dar vuelta de página y mirar hacia adelante. Pero es lo único que nos queda, y a menudo esa transición entre quién eras y quién sos, se va dando naturalmente. Si estuvimos dos años usando un barbijo, al punto tal de que todavía no nos acostumbramos del todo a volver a circular “a cara descubierta” sin ese molesto trozo de tela que nos dificultaba respirar o ser escuchados por el empleados de cualquier negocio (mampara de por medio), podrás entender mejor de qué estoy hablando. Punto final.

4 de mayo de 2022

Futuro imperfecto

Jueves cálido y con sol de otoño en la ciudad. Hay cosas que hacen que no comparta del todo el estilo de vida de la sociedad actual. Pero eso no me convierte necesariamente en nostálgico, porque la aceptación de esas cosas te convierten en hijo del tiempo que te toca vivir.

El devenir de la historia nunca discurre en sentido inverso. Por lo tanto, no creo que todo tiempo pasado haya sido mejor. Rescato los avances tecnológicos, la mejor calidad de vida que trajeron consigo las vacunas, los medicamentos y demás descubrimientos de la ciencia, pero me pregunto a cuántas personas en este país (o de cualquiera del Tercer Mundo) les llegan todos esos progresos que acabo de enumerar. Me fastidia que constantemente escuchemos arengas en defensa la "movilidad social", y que desde un atril alguien nos hable "de los que menos tienen", cuando ellos, los que ostentan el poder, son los que más tienen.

 Preguntémonos, por ejemplo, cuántos chicos leen un libro fuera de la escuela, por el mero placer de leer. O si lo prefieren, por qué las sucesivas reformas educativas han fracasado, por qué nos mienten todo el tiempo al decirnos que la educación es prioridad para este Gobierno o los anteriores. La realidad es que nunca lo fue, por la sencilla razón de que para los señores pedagogos que hoy son ministros, la educación es un gasto, no una inversión. Pensemos además que darle una netbook a un estudiante puede ser un hecho positivo que apunta a la inclusión o que permite integrarlo a ese pibe con las nuevas tecnologías dentro del aula, pero ante todo habría que explicarle al chico qué hacer con la computadora, cómo usarla didácticamente, y capacitar un poco más a los docentes. La experiencia demuestra que cuando hay voluntad de enseñar, se aprende como sea, porque mi generación (y muchos argentinos que viven en parajes totalmente apartados sin conectividad alguna) lo hizo con tiza y pizarrón.

  Y cuando reniego de mi ciudad, lo hago desde el cariño que le tengo. Digo esto porque la supe conocer diferente, con gente sencilla, de trato cordial, que no vivía todo el tiempo corriendo tras el reloj y con gente perdiendo el tiempo en discusiones estúpidas. El progreso lo vemos en el paisaje de la zona céntrica, o en quienes siguen apostando a la construcción de inmuebles, en los emprendedores, los laburantes. Dejando de lado eso, es un error lamentarse que todo lo demás se haya perdido. Ya no está la discusión en términos si somos un pueblo chico o no, sino sobre de qué manera logramos conservar aquello que nos hizo, en líneas generales, vecinos de bien. 

O para decirlo de otro modo: Cómo conseguimos un cable a tierra, "bajar un cambio", pensar en el futuro (que según el Indio Solari "ya llegó hace rato") pero sin olvidar de dónde venimos. Porque queda mucho por hacer, y no podemos delegar absolutamente todo lo que nos toca en el gobierno de turno. Más de una vez cada uno de nosotros ha tenido que tomar decisiones cruciales, que no quisiéramos, pero no nos queda otra opción. Y más viejo te ponés, más te das cuenta de que la vida dejó de ser un juego. Es un ciclo, un viaje, y hay que tratar de pasarlo lo mejor posible sin joder a nadie. Porque un día te despertás y cuando querés acordar, ya pasaron 10 o 20 años, y te preguntás qué estuviste haciendo todo ese tiempo, siguiendo a la manada, sólo por quedar bien con el resto.

Varios garcas que se pasan todo el día en un bar no piensan en eso, porque para ellos la vida está ligada a la timba y a la especulación, difícilmente los veas haciendo algo similar al “trabajo” del modo en que todos lo conocemos. Es algo que me interesa enfatizar.

Todos quieren que sus hijos vayan a la universidad y se conviertan en ingenieros, médicos o abogados, y no está mal esa aspiración paternalista en la medida que no genere presión y frustración. Porque en esta vida, aunque resulte cursi decirlo, debemos tratar de ser efímeramente felices, y no es necesario tener el diploma en un cuadrito colgando de la pared para serlo. Es admirable la capacidad que tiene el tipo común, como vos y yo, de cultivar ese elogio de la simpleza, para compartir la mesa con sus amigos, para disfrutar de un partido de fútbol por TV o todo lo que se les ocurra pensar. Como periodista, nunca aspiré a ser masivo, ni a que mi opinión sea replicada por miles de lectores. Puedo lograr que alguien apruebe o no mi manera de ver la cosas, pero no es el objetivo principal que me motiva, al menos en este blog. Si se trata de una nota periodística -o de la profesión que cada uno tenga- , no voy a negar que el reconocimiento o el cariño de los lectores nos ayudan a levantar un poco la puntería y sentirnos más queridos. Pero eso es todo.

 Mientras redactaba estas líneas, reflexionaba acerca de la necesidad de "bajar un cambio" y no dejarnos llevar por todo lo que nos dicen desde la pantalla del celular, con los interminables chats de WhatsApp que se viralizan y que ni sabemos a quiénes pertenecen. No porque no sea verdad, sino porque no está a nuestro alcance resolver nada, más aún cuando se trata de una conversación privada que se hace pública por la indiscreción de una de las partes. Cualquiera puede decir de mí lo que quiera sobre mi comportamiento público, pero no de lo que hago puertas adentro, porque ese espacio me lo reservo para mí. Es mi privacidad y mi derecho a la intimidad. Al final de cuentas, no soy famoso ni pertenezco a la farándula. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

Dejaron la olla en el fuego y no saben cómo apagarla

 Mitad de semana en la ciudad. La gente ya está cansada de los mediocres discursos de la política lobense, y no la culpo, porque es evidente que las necesidades que tenemos hoy son más imperiosas que hacer campaña anticipada pensando en 2023. Pero sí es bueno que la dirigencia local deje sentada su posición ante aquellas cuestiones que urge resolver en caso de que sean candidatos en el futuro.

A nivel macro, lo primero que hay que lograr, en lo que le queda a Fernández de mandato, es una mínima estabilidad económica, porque de lo contrario esto va a terminar explotando. Los ciudadanos, en tiempos de bonanza, no cuestionan el gasto público, ni el despilfarro y desfachatez de los diputados con su séquito de asesores rentados. Lo hacen cuando comprenden que buena parte de esa guita es la que ellos deberían percibir, como cuando hace unos años los K hablaban de la "resdistribución de la riqueza". La distribuían entre ellos mismos, y por supuesto, entre sus alcahuetes y amigos. Pero ahora la situación cambió, porque cada día que pasa hay menos margen para que el Presidente tome decisiones, está totalmente encorsetado por distintos sectores que le van marcando la cancha. Supongo que Fernández no es necio y se ha dado cuenta de eso. Si nosotros, que la vemos desde afuera, podemos percibirlo con claridad, mucho más lo harán él y sus funcionarios de confianza, que cada vez son menos. El objetivo es ese, aislarlo del poder real, desgastarlo políticamente reemplazando a sus ministros por otros más afines a círculo ultra K, que están dispuestos a todo.

 Fernández procura, como paliativo, dejar a toda la tropa satisfecha y conforme, pero no siempre lo consigue, entonces busca aliados cuidadosamente, como quien sabe que está tanteando el terreno de un campo minado. No fue lo más acertado haberse mostrado junto a Luis D´Elía, pero supongo que -como decía Borges- no los une el amor, sino el espanto. ¿Habrá pensado Alberto en renunciar alguna vez? Seguramente que no, porque sabe que cayó en una trampa y que, de hacerlo, le dejaría la presidencia servida a CFK. El problema principal es que desde el comienzo tuvo un vacío de poder notable, que se pudo disimular a nivel oficial durante un tiempo, pero ya no hay posibilidades de ocultarlo. Porque, además, las dificultades que existían en diciembre de 2019 son muy distintas a las de 2020 o 2021. Macri fue una decepción para la clase media que mayoritariamente lo votó; en cambio, este gobierno es una decepción para otro segmento del electorado, que ve que el asadito de los domingos nunca llega, que la yerba para el mate está carísima, que cualquier producto de primera necesidad aumentó un promedio de 10 % en el lapso de un mes. Entonces, ¿qué es lo que hacen? Muy fácil: poner al pelotudo de Feletti a reunirse con los empresarios buscando misericordia. Feletti, un señor comprometido con la causa de los humildes y desposeídos, es Secretario de Comercio Interior. 

Desde el vamos, cualquier medida de persuasión que procure conseguir este funcionario hace agua por todos lados. Los tipos están para otras cosas, no para planteos propios de un retiro espiritual. Lo que pueden hacer es mantener fijo por un tiempo equis el valor de un determinado producto, y compensar esa falsa sensación de estabilidad subiendo los precios del resto de las marcas que tienen. Ellos nunca pierden, y mal sería si perdieran, porque los empresarios no están para hacer beneficencia. 

En 2018, la suerte de Macri quedó sellada con una megadevaluación y corrida cambiaria. Pues bien, quienes están ahora en la Rosada, van camino a repetir el círculo vicioso, por más pretextos que intenten argumentar. Nunca van a entender las demandas de la sociedad, porque nunca se sintieron pertenecientes a ella. Son (o somos) sólo una masa que vota cada 2 años. Pero como son peronistas, conocen un poquito más la calle como para olfatear que la gente puede volver a los cacerolazos y a buscar desalojarlos de los amplios salones del palacio presidencial. Desde luego, esto puede ocurrir o no, pero lo que tenemos que ver, es hasta qué punto pretenden seguir tensando la cuerda. Porque podés ser peronista, radical, o bolchevique: si la guita no te alcanza, poco importa lo demás. No le pueden pedir paciencia a la gente, porque pagar pagar la luz, el gas, o el alquiler, no hay paciencia posible que uno pueda esgrimir ante los acreedores. Esta es una historia con final abierto. Pueden terminar el mandato de un modo razonable, o pueden llegar a diciembre de 2023 con el escenario menos deseado y menos esperado, pero que ya todos conocemos. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

2 de mayo de 2022

Los primeros empleos que tuvimos: Cada persona tiene su propia historia

Lunes por la noche en la ciudad. Ayer fue el Día del Trabajador, y casi inevitablemente, no pude evitar recordar mi historial laboral. Laburo desde que tengo 20 años, más de la mitad de mi vida. Claro que, al principio, no era full time, 8 horas o nada parecido. Mentiría si dijera algo así. Empecé dando clases de Inglés en escuelas públicas, aún sin tener el profesorado hecho, porque en esa época no había muchos profes recibidos y el sistema te permitía ejercer. Siempre aclaro que ejercí la docencia, no soy docente ni creo que lo vaya a ser en un futuro. Pero esa es otra historia. Tenía 20 años, plena juventud, y ganas de ganarme mi propia plata, que en los comienzos usaba para solventar los gastos de cualquier pibe de clase media a esa edad, como ir al boliche, comprarme algo de ropa...bueno, de más está decir que aún en esos años, la guita mantenía un valor, y no había tanta distorsión de precios. Estuve más de 7 años dando clases en distintas escuelas, y en algunas la pasé realmente mal, no por los directivos solamente, sino porque llegaba a mi casa hecho una piltrafa, casi afónico, y con la amarga sospecha de que mis alumnos no habían entendido nada (o no quisieron hacerlo) de los contenidos que me dispuse enseñar durante 90 minutos frente al aula. 

Pero bueno, lo hice, y todavía hoy muchos de esos chicos que hoy ya pasaron la adolescencia, me recuerdan. Hasta ahora, cuando nos encontramos en la calle, nunca me han dicho que se hayan sentido mal en el aula. En las escuelas rurales fue donde más cómodo pude desempeñarme, porque había menos alumnos en cada curso y por lo ese motivo no se prestaba tanto para la joda. Por eso, rescato que hubo etapas dentro de la enseñanza en que me pude sentir a gusto y dar cada clase con una buena recepción de los estudiantes que me tocaron en suerte. 

En fin, paralelamente, durante ese período de 7 u 8 años, entre 2000 y 2008, digamos, también pude hace lo que más me gusta y que continúo hasta la fecha, que es el periodismo. Trabajé en muchos medios, aunque sus propietarios pretendan hacerse los boludos si alguien les pregunta. Y laburé siempre en negro, debo decirlo, hasta que decidí hacerme monotributista y empezar un emprendimiento propio. Sin la ayuda de mis padres, nada de eso hubiera sido posible. Sobre todo en el caso de mi viejo, que tenía más conocimientos de informática. Invertimos guita para tener un equipo fotográfico que en aquel momento era uno de los mejores de la ciudad, lanzamos un diario digital (el segundo de Lobos por orden de aparición), y le dimos contenido. Lamento que, con tanto cambio de equipos, reparaciones y formateos varios, muchas de esas fotos de archivo que teníamos se hayan perdido. Por eso, desde hace un tiempo a esta parte guardo todo lo que puedo en pendrives, ya tengo tantos que no sé qué contiene cada uno, por no mencionar el hecho de que también guardo los programas de tele ahí. 

La televisión, tan lejos y tan cerca. Aunque se trate de un canal de cable, nunca pensé que me llegaría la oportunidad. Todavía hoy, cuando veo el primer programa, me doy cuenta de que fue un "desastre" comparado a lo que pude aprender con el tiempo. En la tele, no podés ser demasiado gestual porque se nota muchísimo.Ya llevo tres años haciendo televisión, y la verdad es que nunca he tenido un disgusto, o al menos no de la magnitud que me venga a la memoria en este momento. Jamás se censuró a ningún invitado, cada uno tuvo la posibilidad de decir lo que quisiera, y esa ha sido la premisa, porque no le puedo impedir a alguien que hable de tal o cual cosa. Casi sin darme cuenta, pasé además a hacer producción periodística para TV. Llamar a los posibles invitados, acordar fecha y horario, algunos temas puntuales a tratar... parece sencillo, pero no todos están disponibles para el horario estándar de grabación, y trato de llegar a un acuerdo siempre que mi amigo Lucas, que está detrás de las cámaras y de la operación técnica, pueda hacerlo. El programa sólo se vio interrumpido durante algún mes de verano, y también en los momentos más difíciles de la pandemia, porque no podíamos garantizar la integridad y la seguridad mía y de nuestros entrevistados. Pero volvimos, y ahora hablo en plural, porque no soy sólo yo quien está detrás de todo esto, sino la empresa, y todos quienes hacen la puesta en el aire de cada ciclo. 

Nunca me echaron de ningún trabajo, cuando la cosa no iba bien y no estaba convencido de seguir con algo que no me servía (o a lo mejor la parte patronal pensaba de la misma forma), renuncié. Tuve (y tengo) momentos con poco dinero en el bolsillo como cualquiera. 

Ahora que lo recuerdo bien, una sola vez me echaron de un laburo al cual le dediqué lo mejor de mí, y creo que lo que el propietario de ese medio intentó hacer al dejarme cesante (estando en negro), fue ahorrarse la plata que debía pagarme por mis servicios. Me asesoré y pensé en iniciar un juicio laboral, tenía todas las cartas a mi favor, y creo que si lo ganaba, a ese tipo lo hubiera dejado en calzoncillos, pero llevaba un promedio de 2 años (según me dijo un abogado), y no tenía ganas de renegar con esas constantes idas y venidas de cartas documento. Llegamos a un acuerdo con esa persona que me cesanteó, me pagó un dinero que el aquel momento me servía, y listo. Vuelta de página, a otra cosa. Como la vida misma.

Y hoy, al igual que todos los días del año, sigo trabajando como siempre, quizás habrá quien no esté conforme con mi laburo, pero como soy yo mi propio jefe, no le tengo que rendir cuentas a nadie, excepto al Fisco. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...