El finde viene tranquilo. Trabajando como siempre, pero no a un ritmo que me impida hacer otras cosas. Eso es consecuencia de que no hay muchas actividades previstas para cubrir periodísticamente, pero a la mayoría de ellas les he tomado la mano, o la maña, como gusten llamarlo, procurando que la lectura sea sencilla, y tratando de rescatar lo esencial. Bueno, llevo más de 20 años en esto, si no hubiera aprendido algo en todo este tiempo no hablaría muy bien de mí. Hoy lo único que miré de televisión en este sábado fue el partido de Boca, por la Copa de la Liga. Bah, en realidad, "mirar" es un decir: Como los dos equipos jugaron bastante mal, iba haciendo zapping hasta que faltaran poco minutos para el final, y ahí sí ir viendo como iba la cosa. Boquita siempre me entusiasma, menos que antes, pero si hay un match importante o ante un rival como Racing como fue esta ocasión, vale la pena dedicarle unos minutos.
Es que, no hace falta ser periodista deportivo o técnico de fútbol cuando notás que el equipo está haciendo un papel deslucido en el cancha. Como suele pasar, mientras los resultados acompañen, no hay mayores cuestionamientos de la hinchada, de los socios, o de la dirigencia. Pero una sorpresiva goleada, yo te pone en una posición comprometida, siendo DT. Hacen falta más técnicos que logren amalgamar lo mejor de Menotti y de Bilardo: jugar bien, pero jugar para ganar desde el primer minuto, no tirando pelotazos que no van a ninguna parte.
Tema dos: Desde hace un tiempo estoy escribiendo más cuentos para un futuro libro, pero sin tanta vorágine, de un modo más pausado, porque prefiero que un relato en particular se destaque antes de redactar dos o tres que no me convencen. Y aquello que no es convincente para mí, menos lo será para futuros lectores. No lo sé, de acá a dos años algo bueno puede salir. Mi debut literario, digamos, fue una fuente de aprendizaje para escribir mejor y darle otro vuelo a cada cuento, porque lo mío son los cuentos, no me imagino escribiendo una novela, y por otra parte las novelas nunca me gustaron. Pero la gente cambia, ¿no? Quién te dice lo que puede llegar a pasar... Creo que la mejor escuela para brindar un libro digno, es leer a los grandes autores, que pueden ser best sellers o no, no es excluyente. En mi caso, logré vender muchos más libros después de la presentación formal que cuando ésta se hizo. No puedo determinar los motivos, pero modestamente, considero que no ha sido un fraude, en el sentido de que el libro sea una porquería. Me gustó escribirlo, hubo algunos detalles que cambiaría, pero si me ponía a hacer una revisión exhaustiva, no íbamos a terminar más, ni yo ni los editores.
Tema tres: Hay que volver a escuchar a las grandes bandas o solistas del rock para poder entender la aniquilación cultural en la que vivimos. No digo esto desde un pedestal, cada uno escucha la música que quiere y todo bien. Pero por eso, he reiterado más de una vez que está todo inventado. El reggaeton que siempre aborrecí se impone ahora en una mutación que sí puedo llegar a aceptar, manteniendo una base rítmica que todos conocemos, pero con otro tipo de contenido en las letras, como lo hizo Calle 13. De hecho el único disco que tengo de ese género es de Calle 13, y no suena tan mal, aunque por momentos parezca una copia o una versión latina de Eminem. Si vos querés entender por qué Los Beatles, habiendo transcurrido más de 50 años, siguen vigentes, basta con escucharlos. Ellos inventaron lo que se conoce como "música beat", y de pasar a tocar en Hamburgo o en Liverpool dieron un salto hacia la masividad absoluta en tiempos donde no había nada de lo que conocemos hoy a nivel de tecnología. Ese fenómeno no lo volvimos a ver nunca más en la historia, excepto quizás con Michael Jackson, a principios de los '80, y que, aunque murió hace casi 15 años, ostenta el récord imbatible de haber grabado el disco más vendido de todos los tiempos.
Quizás, pienso ahora mientras me cebo los últimos mates del día, ese éxito descomunal tuvo que ver con que no había streaming, ni You Tube, ni Spotify, y la única manera de conseguir música era comprando los discos. Ya tenemos ahora el revival, la nostalgia por el LP o vinilo. Pero eso volverá a ocurrir con el formato CD que actualmente ya casi todos desprecian. Porque los períodos de nostalgia colectiva se dan de 20 años para atrás, más o menos. Y por ese mismo motivo, cuando comenzó el nuevo siglo añorábamos a los '80, algo que ya se acabó, salvo para radios tipo Aspen. He abordado en varias notas la cuestión de la decadencia de los diarios en papel, pero como nadie tiene la bola de cristal, quién te dice que, en algún momento y si logran adaptarse a lo que el público busca, consigan "resucitarlos" dándoles una vuelta de tuerca, y brindando información de calidad. Todo eso demandará una transición, y no se dará de un día para otro.
En cuanto a la política local, pronto habrá novedades, y probablemente algún intento de campaña sucia. Eso nunca falta (ni falla).
Nos estamos viendo en breve, todo está por verse. Punto final.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario