30 de diciembre de 2022

Fin de año...

 Ah, fin de año... Tiempo propicio que mucha gente destina a delinear proyectos, deseos, y buenos augurios. Es decir, lo mismo que hemos hecho en los fines de año anteriores. No es conveniente, desde mi modo de ver, plantearse una y otra vez esas metas a nivel personal que -por modestas que sean- no tienen que ver necesariamente con el inicio de un nuevo ciclo. "No fumo más, voy a adelgazar, voy a formar una pareja", etcétera. Todo eso puede suceder (o no) en cualquier instancia del 2023. Claro que todos vemos al comienzo de un año como un nuevo capítulo y con expectativas renovadas, no importa qué pase después.

Si vos decís: "A partir del 1° de enero voy a dejar de hacer esto o lo otro", y no lo lográs, ya arrancás en desventaja, porque te va a provocar una inevitable frustración. 

Esto no significa que sea suficiente con no hacer nada y haya que dejar que las cosas se vayan dando solas. Todos tenemos un grado de injerencia en buena parte de nuestro destino. Si dependiera solamente de nosotros, el enfoque sería distinto, pero sabemos que hay que negociar, consensuar, ceder, y cultivar las relaciones públicas. Si el país entra en una crisis más profunda, por más pilas que le pongas, no será el momento más adecuado para que te vaya bien. Si la coyuntura vislumbra alguna mejoría, lo que quieras emprender será más fácil, en principio porque la gente tendrá más guita en el bolsillo para gastar en bienes o servicios. 

No quiero ser malinterpretado y que crean que todo se reduce a una cuestión monetaria. No es así, porque depende de lo que busques. Tiene una gran influencia el factor emocional. No siempre podemos reaccionar de un modo cortés y amable, porque tenemos la cabeza que nos va dando manija a mil, y respondemos como podemos. Explotamos de bronca, de decepción y de dolor, y quizás terminamos haciéndolo con una persona que no tuvo nada que ver con lo que nos pasó. Nos volvemos crueles sin pretender serlo, porque sentimos que algo nos sobrepasa y que nos empuja descargar ese malestar, no importa con quién. 

La verdad es que no tengo nada pensado, nada planeado más allá del laburo, y lo único que podría decir es que espero mejorar a todo nivel. De ese modo, el responsable de conseguirlo o no seré solamente yo, y nada tiene que ver la situación del país, o cualquier hecho que exceda mi capacidad de controlarlo. Qué sé yo, recuerdo que a fines de 2019 pensamos que el año siguiente nos depararía un "cambio de aire" porque había asumido un nuevo gobierno, pero la profunda mediocridad e inmoralidad con la que se manejaron, sumado a la pandemia, nos dejaron hechos trizas. Fue muy duro recuperarse, pero los que hoy estamos vivos para contarlo lo logramos. En poco menos de dos años, comenzamos a transitar lo que se conoce como la "nueva normalidad", y es absolutamente válido llamarlo de esa manera, porque muchos hábitos cambiaron para siempre incluso después de haber atravesado la ola más difícil de ese puto virus. La virtualidad se impuso porque no había otra forma de comunicarse, la forma de enseñar siguió el mismo camino, y esos niños cuando crezcan ya tendrán incorporado un escenario diferente al contexto aúlico y presencial que nosotros supimos conocer. Fue demoledor, sobre todo, el no poder trabajar o tener límites muy acotados. Pero, por otra parte, fue un fenómeno de impacto global, único en la historia.

A mí me "salvó" el hecho de ser periodista y de que mi profesión sea considerada un servicio esencial. Pero podría haberme pasado lo mismo que a cualquier otro. Pese a que zafé de bajar la persiana, económicamente laburé casi para lo básico, recién en 2021 empezó a repuntar un poco. Quiero aclararles que no es mi intención referirme a pormenorizadamente a lo que pasó hace dos años. No en este posteo. 

Lo que pretendo expresar, es que los objetivos modestos, pueden volverse más ambiciosos si vos notás que algo dentro tuyo da para explotar una determinada veta. En líneas generales, no se trata de ser conformista, sino de pensar qué es lo que querés y cómo lo podés conseguir. Todo lo demás vendrá por añadidura. Sigo creyendo que el trabajo bien hecho merece ser recompensado como corresponde. Nos estamos viendo en 2023. Gracias a todos. Punto final.  


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