Martes por la noche en la ciudad. Continúa la euforia en las calles, y ojalá se prolongue hasta que la Copa del Mundo llegue a su fin, con el resultado que todos anhelamos. El paisaje post-partido que percibí hoy en Lobos fue bastante distinto al del pase a semifinales contra Países Bajos. El público era más familiar, con mucha presencia de pibes y adolescentes, lo cual podría atribuirse a que es un día laborable. El sábado, en cambio, todo se conjugó para una catarsis colectiva que tuvo una dimensión diferente. El match de hoy, además, encontró al equipo mejor posicionado y no deparó sorpresas, se pudo contener el avance croata con un planteo táctico superador que no obligó a ir al alargue o a los penales. Yo tenía confianza en este plantel, pero no al punto de imaginarlo en esta instancia decisiva, para ser sincero.
Aprovecho la oportunidad de que a esta hora ya dispongo de más tiempo libre, luego de haber publicado ya todo el material periodístico con la crónica de todo lo vivido, y de lo que me quedó pendiente del fin de semana. Con respecto a la guita, es notoria la pobreza que existe en Lobos, por ese motivo varias veces me he preguntado qué es, hoy por hoy, lo que supimos conocer como clase media. ¿Cómo definirlo? ¿Cómo se pertenece a ese estrato social, teniendo una prepaga, llevando a los chicos a colegios privados, un auto casi nuevo, yéndose de vacaciones? Francamente no lo sé.
Lo que sí sé, es lo que veo a diario. El que puede y ya pagó lo que debía, va "regulando", porque sabe que diciembre es un mes de muchos gastos. Hace unos días leía una noticia, respecto a la dificultad que tienen los jóvenes (y no tanto) a independizarse. Acá estamos acostumbrados a decir "el boludo todavía vive en la casa de la madre" para descalificar a alguien, como si fuera tan sencillo tener un techo propio y que además de eso, poder afrontar todos los servicios, tasas e impuestos. Antes quizás yo también tenía ese razonamiento un tanto básico, pero luego me di cuenta de que a mí, todo ese proceso se me haría cuesta arriba, como lo sigue siendo hasta el día de hoy.
Yo podría independizarme si ello me diera la posibilidad de laburar cómodo, y cuando hablo de comodidad, me refiero a que no se vea resentida la calidad de lo que hago, mi modalidad de trabajo. Eso incluye una buena conexión a Internet, por sobre todas las cosas. Es decir, no hablo precisamente de confort en el sentido clásico, sino de un servicio que se volvió esencial durante los dos años de pandemia. Y así como he dicho innumerables veces el aprecio que le tengo a Lobos, te puedo afirmar que hay gente de mierda, que tiene como único interés llevarse la platita al bolsillo haciendo poco y nada a costillas de otros. Pero eso ya lo he dicho en otra ocasión, vamos a dejarlo así.
Si yo, en la actualidad, fuera contratista o estuviera ligado al rubro de la construcción, me iría muchísimo mejor económicamente, porque el que tiene los dólares, está invirtiendo en ladrillo. Sigue siendo la alternativa más conveniente, y que al potencial inversor le puede otorgar una rentabilidad que es lógica demoliendo las pocas casas céntricas que quedan para levantar allí un edificio de departamentos.
Es bueno sentir que vos te ganaste el respeto y prestigio en determinados ámbitos. Pero sería aún mejor, si eso que lograste como consecuencia de una larga trayectoria, se tradujera en una rentabilidad aceptable, que te permitiera no tener que pensarlo dos veces antes de darte un gusto mínimo, algo que te proporcione placer. No me interesa vivir con lujos ni objetos caros, por si acaso hiciera falta mencionarlo. De hecho, en toda mi vida nunca ha habido nada parecido a eso. Estoy convencido de que llegaré a una estabilidad financiera, pero eso demandará tiempo y no depende solamente de mí, sino de las decisiones que tomen los que serán gobierno el año próximo.
Sería súper positivo que yo pudiera delegar tareas y dedicarme sólo a la cobertura de notas, siento que me facilitaría muchísimo las cosas. Pero estamos hablando de un monotributista más del montón, una empresa donde yo mismo soy empleado y jefe. Por lo tanto, si no alcanzás ese objetivo para organizarte mejor, qué decir de irte a vivir solo, si no hay ningún plan de viviendas ni lo habrá en los próximos años. Ya tenemos que resignarnos a que va a ser así, porque las autoridades municipales, en lugar de tener sentido común y gestionar ante la Gobernación aunque sean de otro partido, siguen un camino errático que les podrá resultar funcional por un tiempo, porque alguna vez les va a tocar perder las elecciones y serán ellos los que deban asumir el rol de oposición. El escenario actual parece claro en determinados momentos, y de buenas a primeras, todo parece cubrirse de una densa neblina de incertidumbre. Alberto F. lo único que espera es llegar lo mejor posible a las elecciones para entregarle el mando a quien sea e irse a su casa. Ni él mismo se cree que pueda llegar a ser reelecto, porque su propio partido no lo tiene entre los favoritos ni por asomo. Cuando uno habla de trayectoria, no se refiere a una camino que haya sido necesariamente exitoso en todos los ámbitos. En la vida eso no es así, no siempre se gana por knock out. Simplemente puedo afirmar que hace 20 años que vengo haciendo este laburo y que trato de evolucionar, de aprender de los que saben, de lo que veo o leo en los grandes diarios aunque no forme parte de su staff. No me quiero quedar estancado en la mediocridad, si otros se conforman con eso, no es mi problema. Privilegiar y priorizar los temas que son del interés de los lectores, aunque a mí en particular me dejen sabor a poco, es la premisa que procuro mantener. Pero, a modo de cierre, más de una vez tenés la suerte de que aquello que te interesa a vos, también es bien recibido por los demás. Son los gajes del oficio, digamos. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.
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