Medianoche de domingo en la ciudad. Todo me hacía pensar que me esperaba un día largo, porque ayer, sábado, se realizó la apertura de las Olimpíadas del Salado, un evento deportivo que para mi gusto personal tiene una importancia relativa, básicamente porque no soy muy afín a los deportes. Sí es cierto que en otras ocasiones cubría algo de basquet o de fútbol porque las sedes de competencia me quedan a una distancia accesible. Sea como fuere, hay que estar. Lo que tengo en claro es muy simple: Tengo que priorizar el interés de los lectores, y no mis preferencias que no siempre están relacionadas con lo que debe ser difundido como noticia. Puedo estar en desacuerdo con muchas cosas, pero mi radar siempre está direccionado al público, a quienes me leen en el portal, a quienes aprecian el material que yo voy produciendo periodísticamente y lo comparten a otros.
La verdad es que terminé la jornada exhausto, estuve más de 5 horas parado o deambulando por el trayecto de la Avenida Alem que había sido el elegido por los organizadores para la ceremonia inaugural. Hubo muchas falencias, demasiadas quizá para puntualizar una por una, pero a mi modo de ver se perdió la brújula cuando ya empezaron a meter, de un tiempo a esta parte, carritos de comidas o foodtrucks por doquier. Esa gente no deja un peso en el pueblo, es así. Y además, estamos a mitad de mes, época de bolsillos flacos, y si vos vas con tu familia seguramente no podés comprar un combo de cuatro hamburguesas con sus respectivas gaseosas. La única forma de zafar yendo en plan "gasolero", era llevándote el termo y el mate. Y encontrar un lugar más o menos cómodo donde sentarte. Y no puedo dejar de mencionar: ¿Quién tuvo la brillante idea de entregarles a los deportistas medallas de plástico? Es vergonzoso, ni siquiera merecen llamarse medallas. Yo no digo que las hagan de oro o plata obviamente, pero que sean de metal. ¿A un tipo que vive a 400 km. de Lobos y que viene con todas las pilas a dar su esfuerzo para ganar, le das como premio un pedazo de plástico? No jodamos, y no me vengan a correr con la ecología o con el reciclado, porque está claro que lo hicieron para gastar lo mínimo posible. Una cosa es la austeridad, y otra es la "berreteada". Y las medallas de plástico son lisa y llanamente berretas.
A decir verdad, había pocas actividades recreativas o gratuitas, exceptuando los shows en vivo, claro está. Y había, también, la sensación de que esta gestión nunca la puso demasiado empeño a "la Cuenca". Era, probablemente, algo que se vieron obligados a continuar haciendo porque ya estaba instituido durante la gestión de Sobrero y en la mayoría de esos años la organización fue muy buena. Nobleza obliga, tampoco es justo analizar los hechos fuera de su contexto. Hace 12 años había plata para gastar, hoy estamos en sumidos en una recesión e inflación que se está llevando puesto todo lo que hay a su paso. Bueno, cuando gobernaba Kristina también había inflación y renegábamos con eso porque es un enemigo con el que convivías a diario. Eso era evidente, pero al lado de lo que estamos viendo ahora y de los porcentajes exorbitantes que se manejan, aquellos años parecían un cuento de hadas. Digo esto sin ser kirchnerista, aclaro por si hiciera falta. Pero hay que tener honestidad intelectual. Etcheverry no es un político clásico, pero tiene la capacidad suficiente como para saber que si este año no reanudaba las Olimpíadas, iban a llover las críticas y cuestionamientos: Ya no se podía argumentar con la pandemia para forzar una nueva suspensión. De manera que se terminó saliendo lo que se vio: Una especie de peatonal cultural, pero en este caso deportiva, con muy poco de deporte en sí misma. Las bandas que tocaron eran decentes, pero para un evento de este nivel tener que poner toda la carne en el asador, y acá lo único que pusieron fue un chorizo y una morcilla, como mucho.
Uno se da cuenta de la convocatoria que puede tener una determinada propuesta, por varios motivos. Uno de ellos es la concentración de público. Había demasiados "claros", me refiero a que no era una multitud, ni mucho menos. A la gente no le interesaba en lo más mínimo ver a las bandas en el escenario, a 50 metros de distancia no había nadie, los pocos peatones que llegaron temprano daban algunas vueltas para ver algo distinto y ahí se terminaba todo, como si fuera un circuito automovilístico. Por supuesto que lo más importante es priorizar el deporte y las competencias que se vayan dirimiendo, pero precisamente, si es así no puede faltar un desfile, aunque más no sea simbólico, de las delegaciones participantes.
Y en el medio de todo lo que vimos "in situ", estuvo el recambio del Director de Deportes, que si bien no fue tan reciente, no tiene la menor idea de lo que representa el cargo que ocupa. Yo le auguro muy poco tiempo en su función, lamento ser pesimista pero hasta ahora no ha demostrado ser un ex futbolista con un perfil más proactivo a lo que se ve. En el mejor de los casos, se está adaptando en su rol sobre la marcha cuando eso no puede suceder nunca. Vos tenés que llegar a un cargo ya conociendo lo suficiente como para no parecer un pasante estudiantil. Y les aseguro que hay más, mucho más para analizar, criticar o debatir con solo escarbar un poquito nomás. Pero elijo, solo por hoy, no ser reiterativo. El año próximo, si hacen unas Olimpíadas superadoras, seré el primero en reconocerlo, como corresponde. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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