30 de mayo de 2023

Rebobinando una cinta infinita

Martes "bajo cero", bastante nublado pero con breves intervalos de cielo despejado en la ciudad. Son esos días que uno trata de aprovechar al máximo antes de que irrumpa oficialmente el invierno. Estamos a un paso de entrar en la segunda mitad de 2023 y eso nos lleva a adoptar una visión diferente ante lo que nos rodea.

No me gusta hablar en nombre de nadie, pero sólo diré lo siguiente: Tenemos que salir de esta melancolía o bajón colectivo y ejercitar la creatividad todo lo que nos sea posible hasta que, en un plazo incierto e impreciso, salgamos de la crisis. Aunque la mayor responsabilidad recae en la clase política, algún rebusque tiene que aparecer hasta que los cráneos que están de inquilinos en la Casa Rosada salgan de la siesta y tomen una decisión, si es que pretenden lograr una mínima calma en la sociedad hasta las elecciones. 

Si no conseguimos salir del limbo, vamos a seguir yirando sin rumbo, o nos convertiremos en meros espectadores de lo que sucede. Poco podemos esperar de quienes nos gobiernan en términos de un mejoramiento de la calidad de vida para sus representados. Ya han tenido tiempo suficiente y no han hecho más que poner parches. Y es necesario destacar que fue así desde el vamos, incluso antes y despúes de la pandemia. El sentido común indica que si no efectuaron una reforma sustancial hasta ahora, difícilmente lo hagan en los meses que los separan de los comicios y de una eventual derrota. El kirchnerismo puede caer derrotado por paliza, aunque por ahora no es más que algo palpable que percibo entre mucha gente con la que hablo (entre ellos, los propios peronistas). El modelo muestra signos indisimulables de agotamiento. Pero reitero, es sólo una percepción.

No nos queda otra alternativa que barajar y dar de nuevo: Debemos agudizar el ingenio para buscarle la vuelta ante aquello que nos resulta omnipresente y agobiante. Vivir cada día con intensidad es un logro en si mismo. Yo ya me cansé de lamentarme, aun con motivos fundados, ante la decadencia de una Nación. Aquí no entra en juego solamente la guita que tenemos en el bolsillos, sino también la cultura, la educación, y una serie de cuestiones que -al parecer- no son prioridad para nadie. 

Pese a todo, si entendemos que esa actitud pasiva llevada al extremo no conduce a ningún lado, hay que observar a lo cotidiano con otros lentes, con otro prisma. Y como todo proceso, no estará exento de dificultades, pero en mi caso empecé a considerar a la inestabilidad como un desafío que pone a prueba nuestra capacidad de superación.

Retomando el primer párrafo: Hoy tuvimos un día común y corriente en Lobos, que aunque nos obligó a abrigarnos, fue digno de ser aprovechado en su plenitud. Sentarse a tomar mate en la reposera del patio desafiando al frío, abrir la ventana de los habitaciones para que el viento entre por los vericuetos de cada ambiente y disolver ese olor a encierro, desconectarnos de la realidad por unas horas con algo que nos distienda, son recursos para no permitirnos estancar. Si no puedo ir a un bar a tomar un café porque no tengo plata, lo hago en mi casa, y si ni siquiera tengo café en mi casa, tomaré unos mates, y no me va a cambiar la vida en absoluto tener que sustituir esos hábitos o prorrogarlos por tiempo indeterminado. Me adapto al presupuesto.

Tenemos gente muy valiosa, un capital humano excepcional, que le da pelea día a día a todo lo que estamos afrontando, porque no puede darse el lujo de lamentarse cuando tiene una familia a cargo, cuando tiene de alimentar a sos hijos. Esas personas, esos vecinos, no necesitan que ningún ministro les explique nada de la realidad porque conviven con ella en lo cotidiano. La pobreza estructural lleva a que cada vez haya más personas cartoneando, vendiendo metales como el bronce, o desprendiéndose de anillos o alhajas que nunca más podrán recuperar, pero necesitan el dinero y no hay mucho margen para pensar. 

Con pequeños gestos, estamos mostrando nuestra voluntad de seguir adelante. Ya llegará el momento en que se podrá avanzar hacia nuestras aspiraciones individuales. No es bueno apresurarse, pero como ejemplifiqué antes tampoco podemos continuar postergándolo todo o inventándonos excusas. Yo mismo solía caer en ese autoengaño, de esperar a que el futuro se vislumbrara con mayor claridad, de aguardar alguna señal de que llegaría un tiempo propicio para poner "toda la carne en el asador" (en el caso de que hubiera carne). Pero no lo recomiendo, porque el tiempo que se pierde por la indecisión prolongada no se puede recuperar, y no nos conduce a ninguna parte

En este contexto que nos ha puesto patas para arriba, aparecen cosas. Tomar un curso online continúa siendo una buena alternativa, ya que muchos son gratuitos y lo único que se necesita es una dosis de tiempo y atención. También hay profesores de Educación Física que todos los días suben a la Tik Tok o a You Tube una rutina de ejercicios.

Todo ese auge de la conectividad que tuvimos de adoptar en la pandemia, es uno de los pocos aspectos positivos que rescato ahora, en 2023:  Poder hacer uso de los tutoriales de Internet ya disponibles, aprender algo útil, y no destinar tanto tiempo mirando memes o fotos sin sentido en la redes. Hay mucha gente que aprendió a diseñar flyers, a cocinar, y todo sirve. No es lo mismo un pan casero recién horneado y hecho por vos, que la bolsita que todos los días compramos en la panadería. 

Sólo permito que los demás decidan por mí en el marco de la democracia y del respeto a lo que establecen las leyes, nada más. Si dejamos que otros guíen nuestro destino y lo aceptamos con mansedumbre, estamos perdidos. Si no tenemos pasión por lo que hacemos, por mucho que nos digan los demás, no nos hará sentir mejor. Ya ha corrido demasiada agua bajo el puente, y tuvimos motivo genuinos y valederos para sentirnos mal, por lo tanto no voy a dejar que la segunda mitad del año transcurra de la misma forma.

En normal sentirse estancado, no saber cómo reaccionar, porque la mente se bloquea y eso te jode, lo extraño sería que no te jodiera sentirte mal. Pero el problema comienza cuando seguís así indefinidamente. Yo lo considero un problema, a algunos no les importará o no se han puesto a reflexionar en eso.

Pensá esto: Te puede ir mal en varios aspectos, pero sería un error simplificar todo culpando de ello a la sociedad o al gobierno. Sería muy básico y carente de un compromiso real por hacernos cargo. No dejemos que se convierta en una mala costumbre o en un truco facilista que pretenda justificar cualquier cosa. Si metiste la pata, o te equivocaste, fue por una negligencia tuya. Mientras tanto, mientras uno seguís deliberando y enroscándose en su interior o en su mente,  la rueda sigue girando. 

De manera que habrá que armarse de paciencia, porque este año es muy significativo para nuestro futuro, y cualquiera que me está leyendo ya sabe por qué. Punto final.

29 de mayo de 2023

Inteligencia artificial vs. Locura artificial







Este mes que está cerca de finalizar no ha sido fácil de llevar para mí, y afortunadamente no tiene que ver con cuestiones de salud. La evaluación que yo hago de mayo de 2023 está sustentada en gastos imprevistos que fueron surgiendo y que tuve que solventar en períodos de poca plata. Pero no pretendo ponerme en una situación de víctima. Asimismo hubo un reacomodamiento general de los clientes que eligen mi portal LOBOS 24 para promover y publicitar sus servicios. 

En tal sentido, tuve la posibilidad de ir mejorando en los últimos días, porque si uno en particular se da de baja por los motivos que fuere, pude reemplazar a ese cliente por otro que no anduvo con vueltas, que aceptó la tarifa acordada, que pagó como correspondía, y cuando ese proceso fluye sin sobresaltos, yo también cumplo en tiempo y forma. Es una contraprestación, siempre lo he entendido así. Siempre fui agradecido hacia aquellos que estuvieron desde el primer día, más allá de que en determinado momento hayan discontinuado la relación comercial. Y si toman esa decisión, en la mayoría de los casos no insisto porque es poco productivo. También están aquellos que se dan de baja por un tiempo pero que no te cierran la puerta del todo, por lo cual está la opción de volver a contar con ellos.

Sea como fuere, desde el comienzo he tratado de brindar un producto informativo de calidad, que se distingue por la producción fotográfica, por las entrevistas, por alguna que otra primicia, y tengo la libertad de darle mi estilo o mi impronta como propietario del medio. Durante años trabajé para otros y si bien en cierta manera me sirvió porque en todo ese proceso he aprendido algo, cuando tomé la decisión de independizarme lo hice pensando que ya no habría marcha atrás. Bueno, nunca se sabe, pero desde hace más de 10 años que es así.

Y cuando no estoy abocado a mi trabajo, porque el tiempo libre me permite dedicarme a cualquier otra cosa, trato de leer, de buscar datos que sean interesantes para compartir con los lectores aunque no estén estrictamente ligados a Lobos. Yo sé que una nota cultural (o de un café literario por citar un caso), atrae menos audiencia que un accidente en la ruta, no hace falta demasiado para darse cuenta de eso, pero intento cubrir tanto como me sea posible. Cuando los horarios se superponen, no puedo estar en dos lugares a la vez, por obvio que resulte decirlo. Tengo que elegir uno, pero no es en detrimento de otro. No lo considero de esa manera.

Tema 2: Desde que proliferaron todo tipo de publicaciones relacionadas con la Inteligencia Artificial (IA), surgieron diferentes opiniones respecto al real impacto o alcance que esto traerá aparejado a futuro. Creo que esto ya lo mencioné en otra nota. Casualmente hoy, estaba viendo un reel de Instragram de este músico/actor Andy Chango, que se hizo conocido por personificar a Charly García en la serie de Fito Páez, una suerte de biopic que me resisto a ver, pero no obstante dijo algo interesante: “Lo que las máquinas no podrán recrear, es la locura artificial”. Estaba hablando de esa dosis de “locura” que, en líneas generales, es propia de todos los genios o personas que alcanzaron la excelencia en lo suyo. Sí, claro que podrán subir a las redes una canción reciente de Charly con su voz de los años ’80. Pero es artificial, desde luego, y por un motivo muy simple: Nunca pasó ni pasará en la vida real. La música no se toca, decía Alejandro Sanz. Hay experimentos más extraños, como canciones de Fito en la voz de Charly García o Spinetta, pero eso, más allá de la curiosidad inicial por el resultado, carece de todo valor artístico porque no es real. 

Hoy vi una foto de un software de IA, que simulaba como se vería hoy Michael Jackson en caso de estar vivo y de haber envejecido. En ese último ejemplo que les menciono, la foto no se aproximaba en lo más mínimo a lo que uno pudiera imaginar de MJ, porque el Rey del Pop no era un sujeto que hubiera aceptado envejecer de un modo visible. Todo lo contrario, con sus infinitas cirugías terminó por crear una imagen andrógina de sí mismo y bastante repulsiva. Lo que nunca ha sido repulsiva, al menos para mi gusto, es su música. Fue un adelantado en más de un sentido, para romper todo tipo de barreras raciales cuando todavía tenía apariencia de afroamericano. Los herederos del MJ, en el curso de los años, seguramente lanzarán decenas de canciones que nunca fueron lanzadas en ningún disco, porque el perfeccionismo de Michael o las limitaciones en la duración de un álbum lo determinaron de esa manera. 

Estoy haciendo una valoración, reitero, solamente artística, que no tiene nada que ver con las acusaciones que enfrentó y que condujeron a un declive de su carrera. Pero no nombrar a Michael Jackson como una de las grandes influencias de la música popular de los ’80, con el pretexto que sea, es una omisión garrafal. Hoy por hoy, en la industria del espectáculo a nivel masivo, hay muchos tipos con un prontuario bastante polémico, y con excentricidades que pueden permitirse por la guita que tienen, y nadie los juzga tan severamente.

Como es un fenómeno reciente, todavía no podemos dimensionar lo que representa la IA. ¿Es algo útil de verdad, o es un entretenimiento para simular voces que no existen y esas pavadas? Porque lo que he visto hasta ahora, no es más que eso. Si contribuyera a la ciencia o a la investigación, lo tomaría con mayor seriedad. Es posible que eso suceda, y cuando alguien que está al pedo hace esos experimentos que pretenden generar atención, yo me corro a un costado, porque la gente se ha vuelto muy intolerante y agresiva en las redes. No sé, parece que no poner al Flaco Spinetta como la quinta esencia del rock es un pecado capital. Sólo puedo afirmar que a mí Spinetta no me gusta, me aburre, y lo digo porque he escuchado sus discos, me gustan algunas canciones sueltas, pero no soy un fundamentalista. Los músicos y los artistas en general no están para rendirles pleitesía, sino para disfrutar de su obra. El gusto no se discute: Si vos te ponés a fundamentar por qué no te gustan los Rolling Stones, sos un pelmazo. No te gustan, y está todo OK. Y puede pasar a la inversa, también en la literatura. García Márquez no es uno de mis escritores favoritos aunque está posicionado entre los mejores del siglo XX. Siempre vos a estar en contra del pensamiento uniforme, porque no da lugar para el debate y para explorar nuevas vertientes. Pero para no ser “larguero”, prefiero dejarlo así. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

26 de mayo de 2023

Todo se renueva constantemente

El título de esta nota fue lo último que surgió al cabo de escribirla: Todo se renueva constantemente, aunque no lo veamos o no nos percatemos de ello. Viernes con sol radiante en la ciudad. Era hora ya de que volviéramos a ver el cielo límpido. Ha llovido durante casi toda la semana (más de 100 mm, una cifra importante) y esto incluyó el día de ayer, 25 de Mayo, que según han reseñado los historiadores, también tuvo inclemencias del tiempo en 1810. Imposible saberlo con precisión. 

Lo que sí puedo afirmar es que al fin pude salir de casa luego de permanecer recluido más de lo aconsejable. Me hubiera gustado caminar un poco o encontrar una forma de distenderme fuera de las cuatro paredes, pero no se dio como lo esperaba y no vale la pena enredarse en lo que no fue. Solamente salí para hacer unas cuadras en auto cuando fuimos a buscar a mi hermano que había terminado su horario laboral. Pero, viviendo cerca del centro, las calles eran un páramo: Ayer por la tarde transcurrieron muchas horas sin que escucháramos circular ni un solo vehículo, creo que todos los que no tuvieron que trabajar durante el feriado se quedaron viendo alguna película o lo que fuere. Estamos cerca de fin de mes, lo cual no es un dato menor. 

Además, en días de humedad debo tener mucho cuidado al pisar las baldosas de las veredas que inevitablemente se mojan con el agua de la calle. Más de una vez me he pegado una tremenda patinada, que obviamente causa la risa de los demás transeúntes que ocasionalmente me están viendo pero que no tienen el gesto de ayudarme a que me pueda poner nuevamente de pie. El resbalón más reciente que recuerdo fue en una de las calles que rodean a la Plaza 1810, cuando para cruzar con más rapidez, no tuve mejor idea que hacerlo por la rampa para discapacitados, que es un plano inclinado. La estructura de hormigón era tan lisa que pasó lo que tenía que pasar: Me recuerda a esos dibujos animados donde el humor básico pero efectivo era ver a un personaje de ficción resbalándose con una cáscara de banana que otro había dejado por el piso luego de haber ingerido la fruta, y tirarla por ahí. Pero siempre hay algo que hace que un día no se vuelva un desperdicio, un tedio. No tengo motivos para quejarme, ni ganas de hacerlo, lo que dije en otra situación parecida no merece ser reiterado nuevamente. 

Pienso a veces en los presos, y cómo hacen para no caer en la desesperación cuando tienen por delante varios años tras las rejas, sin perjuicio del delito que hayan cometido. Debe ser difícil predisponerse mentalmente para afrontar una rutina que, en caso contrario, te debe liquidar, por no mencionar que la única manera de sobrevivir es aceptando que siempre hay un capo en el pabellón y que las peleas y reyertas con las famosas "facas"  son moneda corriente. 

Estar preso te transforma en escoria, para la sociedad sos lo peor que pueda existir, en el caso de que no accedas al privilegio de un sector "Vip" que te mantenga alejado de los más violentos criminales. Claro que con una Justicia garantista como la que actualmente predomina en la Argentina, se dan fallos sumamente discutibles y esa sensación colectiva de que los peces gordos nunca van en cana, a lo sumo cumplen arresto domiciliario y eso les posibilita hacer lo que quieran, seguir disfrutando de una vida de lujos y sin remordimiento alguno, la única limitación que tienen es una tobillera para controlar que no salgan del domicilio que declararon. En los penales, si tenés guita inclusive es muy común sobornar a los guardiacárceles o pergeñar algún tráfico de influencias para que tu estadía sea más llevadera. Podés tener un televisor, una radio, libros, o determinados objetos que los internos menos favorecidos nunca tendrán acceso. Los funcionarios públicos, los pocos que han estado presos por corrupción, normalmente reciben esos beneficios; hacen cursos de cualquier cosa porque saben que a futuro podrían reducirles la pena, y ello sumado a la buena conducta, hará que nunca cumplan en su totalidad la condena esa unidad penitenciaria que les fue asignada. Hay varios libros que narran con gran detalle ese submundo que está ligado a la marginalidad. 

Para un interno común y corriente, recuperar la libertad implica nada más que oportunidad de volver a delinquir. ¿Quién le va a dar un trabajo honesto a un ex convicto? Eso también sería bueno que se pusiera en debate alguna vez, sin ánimo de justificar la reincidencia.

Como decía al comienzo, todo se renueva. Somos nosotros los que permanecemos estáticos. Si yo empezara a despotricar por las cosas ingratas que me pasan y que pueden ser comunes a quien me está leyendo, lo que haría es que se perdiera el interés de cualquier tipo de lectura. Entonces me quedo en el molde, buscando mejorar en lo que pueda, y tratando que ver qué camino tomar. 

Creo que antes de quejarse o rasgarse las vestiduras, tendríamos que poner en la balanza lo bueno, lo positivo, lo que realmente suma, y aquello que nos hace mal. Es lógico que cuando estás en un mal momento entres en fases de bronca e indiganción. Pero el tiempo es sabio en eso también. Nos enseña a establecer prioridades. Y es muy importante tener esa capacidad de analizar qué es lo que debe ser resuelto con prontitud, en lugar de dar vueltas siempre sobre lo mismo. Dicho así parecería sencillo, obviamente no lo es, pero todo está en ir ejercitando la forma de pensar. Un ejercicio que debe ser sostenido y constante (tarea ardua), porque todo me hace suponer que los resultados serán buenos. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

 


24 de mayo de 2023

El camino lo elegís vos

Son la 1:06 del miércoles 24, y por primera vez en muchísimo tiempo, escucho que cae en la ciudad un fuerte chaparrón (o aguacero, como le dicen ahora). Fue breve, lamentablemente. Sea como fuere, nada se compara con esa sensación de que el cielo se viene abajo, y la fuerza de las gotas que al caer rebotan en las baldosas del patio, elevándose apenas unos centímetros. 

A diferencia de lo que le sucede a la mayoría de la gente, los lunes, o el comienzo de semana, me predisponen de un modo positivo, porque sé que tendré mayor trabajo y que eso es lo que hago desde hace ya 21 años. Es natural que me haya despojado de muchos vicios periodísticos cuando transité mis primeros pasos, tuve que pagar derecho de piso, y ganarme el respeto. Pienso, no obstante, que en líneas generales todos somos dignos de respeto y que no debería tomarse como una conquista que uno alcanza al cabo de un tiempo. 

En este camino, cuando miro hacia atrás, claramente podría afirmar que me he equivocado varias veces, y que más de una vez las cosas no salieron como yo esperaba. Hubo gente que me defraudó y otra que me dio estímulo para seguir. Estimo que eso no cambiará, pero cuando llegás a la madurez esas variables que son propias de las relaciones humanas te afectan menos. Vas, hacés tu trabajo, llegás a tu casa, escribís la nota, cargás las fotos, y listo. Si hay una conferencia de prensa y el orador se pone muy pesado, más lo será para quienes te estén leyendo, entonces intento rescatar lo esencial. Pero como no me agrada sacar una declaración fuera de contexto, le doy un marco más o menos adecuado para el lector que tampoco tiene obligación de saber de dónde salió lo que el tipo dijo. Puede haber sido ante una pregunta, o bien puede ser algo que se le ocurrió decir porque sí. Por lo tanto, así como los medios de TV editan para eliminar las preguntas o lo que fuere, yo también lo hago, pero con otra intención, que es ni más ni menos que la noticia sea atractiva aunque yo sepa de antemano que no tiene mucho interés, ni para mí, ni para nadie. 

Hay que complementar la teoría con la práctica en todo momento. Yo aplico lo que aprendí cuando estudié y a su vez escucho lo que me indica el sentido común. No puedo destinar tres páginas de Word a largas parrafadas que no tienen sustento, excepto para el ego del conferencista. Por otra parte, si se trata de un reportaje y por más que trates de escarbar no llegás a ninguna conclusión, corresponde publicar algo por cortesía, es decir, porque esa persona aceptó ser entrevistada, pero no más que eso. 

Sé que muchos se rasgan las vestiduras cuando aluden a la ética periodística, siendo los que menos la ejercen en los hechos. No me importa, que hagan su juego mientras no se metan con mi laburo. La vida es como una escalera, o un ascensor: Podés estar en lo más alto y ganar mucha guita, pero cuando menos te lo esperes vas a tener que regresar al primer peldaño. Los que se enceguecen y se dejan llevar por la soberbia creen que eso nunca les tocará, pero también esa etapa les llegará casi por decantación. 

A mí me pone feliz el elogio sincero, no que me soben el lomo o que me palmeen la espalda. Estoy del lado de la gente pero si caer en la demagogia, algo que no todos saben diferenciar, o no les interesa separar las cosas. Quiero mejorar por mí y obviamente por los lectores. Si hay algo que casi nunca recuerdo haber hecho, es subestimar al público, porque lo considero humillante y poco profesional. Estoy preparado para afrontar lo que venga. Cuando no sea así, me tomaré un tiempo para descansar y reflexionar, y ya entonces podré ver las cosas con otra perspectiva, tomando distancia. Les aconsejo que hagan lo mismo, cada uno en lo suyo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

23 de mayo de 2023

Tiempo de cambiar el chip

 Día de mucha humedad y mal tiempo en la ciudad. Pese a todo, para mí es un placer escribir en este blog. Siempre lo ha sido, aunque tenga momentos complicados como cualquiera y en tal caso evito postear ese día para no dejarme llevar por un mal trago que me tocó atravesar. Hoy grabé el programa de TV, quedé conforme con el resultado, y podría haber dado lugar a más preguntas o una mayor extensión. Pero para no hacerlo tedioso, comencé a tener un mayor control de la duración de cada uno de ellos, de manera que no superen los 40 o 45 minutos en dos bloques. Se dan los casos, si me pongo a recapitular, en que la conversación fluyó de una forma tan distendida que no reparé en el tiempo que llevaba grabando, si no fuera por el productor que de advierte de eso, con buen criterio, porque si se da esa espontaneidad, existe la posibilidad de dejar pasar unos meses y volver a invitar a la misma persona para tocar determinados temas que quedaron pendientes. Yo no soy complaciente con los dirigentes políticos de ninguna índole, y menos aún con los funcionarios públicos. Ellos deben cumplir con la tarea para la cual perciben su sueldo, y si no lo hacen, no veo qué hay de extraño en plantearlo. Claro que ese funcionario podrá argumentar lo que él quiera, y entonces ya le corresponde a la audiencia formarse su opinión. 

Cambiando de tema, y retomando lo que decía en las primeras líneas, es un período de disfrute el escribir sin tener que pensar cuánta gente te vaya a leer. Todos esperamos tener un gran caudal de seguidores, claro está, pero yo promociono estas notas solamente vía Twitter, ocasionalmente lo hago por FB cuando me estoy refiriendo a un tema que no es banal y que pienso que reviste interés público. He escrito sobre cuestiones banales, es cierto, y seguramente lo siga haciendo. Porque no me interesa abordar constantemente los mismos tópicos. Puedo hablar de música, de libros, de algo que me pasó un día cualquiera y que me resultó curioso. 

Miren, una muestra más de evidente de la pobreza estructural de Lobos es lo que voy a describir a continuación: En una casa lindera a la mía, se ve que decidieron hacer "limpieza" y arrojar todo aquello que no les servía a la vereda, había carcazas metálicas, un matafuegos con el extremo inferior bastante oxidado y corroído, y otras cosas que no presté demasiada atención. Lo que sí me dejó pensando, es que tratándose de una zona céntrica, a los pocos minutos pasó una mujer con un carrito de madera a cuestas, llevándose todo eso que les mencioné y que tendrá algún valor por el metal mismo más que por otra cosa. También he visto mucha gente que cartonea, y me parece obvio suponer que si yo lo veo, los funcionarios de Salgado 40 también están al tanto, pero eligen mostrarse indiferentes. Si todos tuviéramos un trabajo digno y con una remuneración razonable, esa precariedad no existiría. Y quiero hacer la aclaración de que lo que esta gente hace como un rebusque para ganarse el mango es digno. La indignidad está sustentada en las condiciones que deben padecer para conseguir un mango. A mí la plata no me sobra, pero cuando observo estas situaciones no puedo menos que pensar de qué mierda me estoy quejando. Bueno, en rigor de verdad a todos en algún momento nos cae la ficha y reflexionamos en ese sentido. Yo puedo volverme fastidioso o intolerante, pero al final del día lo único relevante es recapitular y buscarle a esa jornada un saldo a favor. Excepto que estés pasando por una desgracia o una tragedia, estoy descubriendo que en el común de los casos hay algo mínimamente bueno para rescatar de cada día.

Asimismo, me he dado cuenta de que todo este tema de las elecciones y de las campañas me está agotando incluso antes de que empiece. De manera que procuraré enroscarme lo menos posible, cuando llegue esta instancia haré lo que es propio de cada año electoral, y hasta ahí cumpliré con cada uno de los partidos, si llegamos a un acuerdo. No espero "salvarme" económicamente con eso, sí hacer una diferencia pero no mucho más. Para concluir, estaba recordando lo que escribí hace un tiempo: Debería ver más televisión, aunque sea para hacer un repaso de lo que aconteció en el día, porque no es lo mismo que informarse por Internet, como yo lo venía haciendo. El único problema es que control remoto, cuyos botones cada vez funcionan menos, y hay que dar toda la recorrida a la grilla para dar con el canal que uno pretende vez. Por lo demás, fuera de lo anecdótico, me siento con la honestidad intelectual de estar preparado para lo que venga, aunque me cueste perder un aviso o una publicidad. El que me conoce bien lo sabe, así que no creo necesario ponerme a sacar "chapa" para demostrar nada. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.   

 

21 de mayo de 2023

Atrapado en un sentimiento

 Domingo en la ciudad. Un día típico de otoño/invierno, con cielo nublado y poco movimiento en la calle. Me levanté un poco más tarde que lo habitual,  ya que no tengo mucho material previsto para cubrir hoy. Con respecto a dormir bien y lograr descansar, no siempre lo consigo, aunque no haya un motivo de preocupación de por medio. Hay varios factores en juego, pero ahora no cabe darle vueltas al asunto porque ya estoy de pie nuevamente. Me levanté,  me lavé los dientes, desayuné, y me aboqué a la tarea de leer los portales informativos por Internet. Y luego, seguí la rutina del común de la gente, nada digno de mención. 

Debo decir que, aunque sé que falta muchísimo aún como para hacer un análisis en detalle, mi impresión es que lo que va de este 2023 lo coloca en un sitial inferior al año anterior. Podemos decir, lo que sería (casi) el primer semestre. Reitero, queda mucho por delante y eso puede llevar a que cambie de opinión, pero hasta ahora, este año no ha sido nada memorable. Quedarán para el recuerdo, tal vez, hechos que con el tiempo se vuelven meras anécdotas, como esos altibajos en el clima, con olas de calor y de frío totalmente atípicas. Yo no espero nada de la clase política, por lo tanto mi evaluación de lo que esté por venir no cambiará, gane quien gane. Sí es posible de un determinado resultado me otorgue más esperanzas sobre el futuro del país, pero hasta que no estén definidos los candidatos de todos los partidos, trato de no tejer hipótesis inútilmente. 

Si recapitulamos, 2022 fue un ciclo que arrancó con lentitud, como nos pasa cuando nos desperezamos en la cama. Pero el camino se hace al andar, de manera que el ritmo se volvió intenso y sostenido. Yo podría trazar fácilmente una comparación viendo lo que escribí el año pasado para contrastarlo con el actual, pero antes de hacerlo prefiero recurrir a mi memoria. Y como un mecanismo de defensa, también se da a la inversa: Preferimos (o elegimos) olvidar períodos de crisis económica y social porque ese olvido nos permite liberarnos de un ancla o un lastre, nos da la chance de avanzar. Yo lo entiendo de esa manera. Casi nadie habla hoy de la pandemia, porque elegimos evitarlo salvo en situaciones que lo requieran expresamente. La pasamos tan mal, que no tiene sentido volver a un ciclo que dimos por concluido. Hasta el día de hoy, todavía veo gente mayor que usa barbijo. Lo único que diré es que, si me hubieran contado todo lo que tuvimos que atravesar, las medidas de cuidado, la cuarentena, o el distanciamiento social, me hubiera parecido una película de ciencia ficción. Es la primera vez que me viene a la mente aquella frase, “la realidad supera a la ficción”. Asimismo, cuando le relato una anécdota a un grupo de gente más joven que yo, me veo en la obligación de aclarar: “En esa época no había Internet ni celulares”. Sin hacer esa salvedad, lo que me dispongo a relatar y que pretende ser gracioso o despertar curiosidad, perdería su razón de ser, porque todo se hubiera resuelto con la comodidad de la tecnología. Quién sabe, probablemente al cabo de un tiempo también tengamos que aclarar: “en esa época existían los diarios en papel”.

Lo que me parece preocupante, es todo este avance de la Inteligencia Artificial (IA), porque nunca imaginamos que, con ese recurso tecnológico, Charly García o cualquier artista podría "cantar" un tema actual con su voz de los años ’80. Andá a imaginártelo… ¡Es imposible! Vos le sacás una foto a un objeto, y el software de IA te devuelve en la pantalla una copia casi idéntica del original. Lo mismo si te sacás una selfie. Es ilógico pensar que un software diseñado por humanos pueda hacer que las máquinas lo superen. Pero es el uso que se le otorga, claramente quien concibió todo esto no puede responsabilizarse por eso. Internet misma, se volvió masiva cuando estaba de moda hablar de la globalización o de la democratización de la comunicación, porque cualquier podría (supuestamente), tener acceso a la información que deseara. La realidad es que eso funcionó durante unos años, porque actualmente para leer el contenido de un diario en la Web, necesitás ser suscriptor y pagar, o crearte una cuenta de Google, lo cual implica que para leer una nota cualquiera y siguiendo ese procedimiento, vas a recibir una gran cantidad de mails basura (o spam) por un lapso indeterminado. Lo que se ve, es que tomando en cuenta la cantidad de lectores que ingresar desde el celular o la tablet, las grandes empresas que manejan los medios han adoptado la decisión de que el contenido sea pagado, excepto un par de notas que podés leer gratuitamente, porque también hay miles de sitios en los buscadores que te explican “cómo leer Clarín gratis”, por ejemplo. Pero como los editores no son ningunos boludos, esos trucos rápidamente son detectados, y aparecen otros que se asemejan a una suerte de piratería que promueve el libre acceso a la información, una causa que yo defiendo a ultranza. Es decir: No es que me interese sobremanera lo que pueda decir Clarín o LN, pero no por ello deberíamos tener que garpar para leer una nota cualquiera.

Retomando lo que decía en uno de los párrafos anteriores, elegimos olvidar también, por otros motivos. Uno de los más frecuentes, es una relación de pareja que nos hizo mal o que no prosperó, pese a que en un momento dado surja de la radio una canción o algo que nos remita inevitablemente a ese pasado. La aceptación es la única manera de poder dar vuelta de página, y no hay que apresurarse en demasía, porque si salís con otra chica/o enseguida para olvidar aquel amor que aún te duele, es como colocarse una curita para un paciente con politraumatismos. 

Claro que no por ello vas a estar 10 años yendo a terapia para hablar siempre de lo mismo, creo que si el psicólogo es honesto, el propio profesional te diría que de esa manera no vas a ningún lado. Cada uno le busca la vuelta como puede, para no quedarse atrapado en un sentimiento. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   


19 de mayo de 2023

Jugar con fuego

Sin dolarización, ¿no hay salida? ¿Es el único camino posible? Lamentablemente, y para provocar una política de shock económico a corto plazo, me temo que sí. Es una de las pocas balas que nos quedan en la cartuchera. Pero es necesario evaluar los pro y los contra. 

Si se adopta al dólar como moneda única, perderemos la soberanía monetaria, y es muy difícil que si se toma esa decisión, luego pueda haber marcha atrás. Lo positivo es que pondría fin a la especulación, porque al ser una divisa universal y de curso legal para todos los argentinos, no habría interés en adquirirla, ni infinitos tipos de cambio, dólares paralelos, o blue, como ustedes gusten denominarlos. Esto traería aparejado un notable descenso de la inflación, similar al "1 a 1" de los '90. Pero el BCRA debería, en tal caso, contar con dólares suficientes para que haya circulante. Tu sueldo no se va a ver incrementado porque cobres en dólares, lo más probable es que lo que recibís en pesos se convierta a la moneda de USA pero sin que te otorgue mayor poder adquisitivo. Era el plan que tenía el Turco si ganaba en 2003, pero hoy el escenario es otro, y las posibilidades de una transición exitosa también lo son. 

Para hacer cirugía mayor con una medida de este tipo como la que promueve Milei, se necesita una determinada cantidad de diputados y senadores, que casi nadie cree que el "Peluca" pueda alcanzar por más que haga una muy buena elección, e incluso si llega a ser Presidente va a encontrarse con el mismo escollo. Podría hacer un plebiscito o consulta popular, pero en tal caso sería no vinculante.  

Por otro lado, estaríamos en desventaja con nuestros países limítrofes al tener un tipo de cambio alto. Por ejemplo, si Brasil devalúa, nos quedamos en bolas. Ello puede repercutir negativamente en la balanza comercial, que desde hace tiempo viene siendo deficitaria con nuestro principal socio del Mercosur. 

Ahora bien, más allá de estos factores que enumeré, yo no votaría a Milei en caso de que se proponga hacer lo que fijó en su plataforma electoral: Un esquema mixto entre la salud pública y privada, ese disparate humillante de otorgar "vouchers" para poder estudiar, y el aniquilamiento de lo poco que queda en pie dentro del Estado, dado que la mayoría de las empresas fueron privatizadas hace ya 30 años. Justo es decir que JXC tampoco plantea hasta ahora una propuesta económica que baje la inflación, ya fueron gobierno antes y hubo una devaluación feroz en 2018, todo lo contrario están preguntando y a lo que la sociedad les están demandando como candidatos dentro del arco opositor. Y sobre esta versión del kirchnerismo que está cerca de finalizar, sólo puedo afirmar que es uno de los peores gobiernos de la historia desde el '83. 

De manera que para el electorado independiente, las opciones son muy acotadas. Todo me hace pensar que nuevamente deberemos votar al "menos peor", y no deja de ser frustrante vivir en un escenario donde el futuro es un incógnita. Bueno, todo lo que está por venir siempre reviste esa condición, pero acá estamos hablando de un proyecto de país que parece ser algo totalmente utópico. CFK se bajó de su candidatura porque no quiere asumir la conducción de un país en llamas. Por supuesto que nunca lo dirá, pero prefiere esperar 4 años y si el próximo presidente causa un descalabro económico igual de mayor magnitud que el actual, pretende regresar con toda la gloria, como si fuera la depositaria de una estrategia de salvación colectiva. 

El discurso para la tribuna es desgastado y aburrido: Podés culpar a Macri, al FMI, a "la derecha", al grupo Clarín... Pero a la gente que está pasando hambre y miseria todos esos supuestos chivos expiatorios no les interesan. El primer (y único) mandato de Néstor K. no estuvo mal, veníamos con viento a favor luego de salir del corset de la convertibilidad y de un estallido social. La economía mejoró, había algo de inflación pero sin llegar a ser incontrolable. Lo que vino después es lo que deberíamos replantearnos. Como estamos hablando de un período de 20 años, ha transcurrido poco tiempo aún como para hacer una suerte de revisionismo histórico, pero los resultados y los números saltan a la vista. 

Si vos creés que emigrando a otro país, por más que tengas ciudadanía y pasaporte europeo, te van a recibir con los brazos abiertos, es un error. Seguramente dentro de los migrantes habrá un porcentaje al que le esté yendo bien, pero para eso necesitás invertir un capital. Me refiero a que si sos una pobre rata y conseguiste el pasaporte por tu abuelo, no vas a acceder a un empleo calificado y tampoco a ganar un sueldo que justifique el costo de todo el papelerío previo. 

Si me preguntaran, hoy por hoy, a quién voy a votar, la verdad es que no lo sé. Ninguno de los "presidenciables" me convence. Soy uno más dentro del grupo de los indecisos. Nunca he votado en blanco desde que cumplí los 18, y no pienso hacerlo ahora, pero todo es muy confuso como para que yo me la juegue por un candidato. Puedo decir, sí, que hay gente a quien no votaría ni en pedo, pero eso sólo sirve para ir descartando las figuritas repetidas. Ojalá tanto yo como el resto de los ciudadanos lo podamos tener más claro en los próximos meses, y para eso sería interesante que alguien nos diga cómo piensan salir de este callejón sin salida. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

16 de mayo de 2023

Pasemos a otro tema

 Martes por la noche en la ciudad. Grabé un nuevo programa para la tele, realmente fue llevadero porque se dio una charla distendida y con alguien que conocía desde mucho tiempo antes. Pero a lo largo de estos 4 años, ha habido encontronazos, chicanas, situaciones tensas. Son los gajes del oficio. Eso pasa, por lo general, cuando entrevistás a políticos, aunque no es excluyente. Yo pregunto, con altura y respeto, lo que la misma sociedad me hace llegar, pero sin creerme vocero de nadie en particular. Ellos podrán confirmarlo o desmentirlo, y todo queda ahí. Se puede repreguntar o no, en el caso de que no haya quedado claro lo que expresó. Pero a veces se pasan de rosca, porque como no la ven venir, reaccionan con cierta virulencia que sería mejor que la destinaran a defender otro tipo de causas más nobles. 

Asimismo, se puede empatizar con el invitado y tener buena onda, pero no ser complaciente o condescendiente. Habrá quienes lo hacen, pero para mí ya es un exceso que roza la falta de ética. En definitiva, los protagonistas son los invitados, como he dicho varias veces. Yo conduzco el programa y busco llevarlo a un punto donde no se termine saliendo de cauce. Es frecuente que un tema derive en otro, si el invitado tiene algo de picardía y oportunismo. Entonces, cuando termina la grabación de das cuenta de que un puñado de preguntas esenciales quedaron pendientes, y si se da esa situación sentís que te "madrugaron" como periodista en medio de la verborragia. 

 Ya habrá tiempo de sobra para dedicarse a cubrir la campaña. No es momento de tomar decisiones apresuradas. Todo se resuelve según quién esté dispuesto a pagar por el espacio, porque es un servicio publicitario que tiene su precio como ha sido en los años electorales previos. Como la plata se devalúa constantemente, no sería oportuno pasar un presupuesto hoy (en el caso de que me lo pidieran). En realidad, para todo tipo de actividad, fijar un presupuesto para algo que se va a concretar en 2 meses, es arriesgado. Básicamente porque vas a laburar a full para salir "hecho" y apenas salvar la ropa cuando finalice todo el proceso y hayas cumplido con lo acordado.

Otro tema:  Recuerdo que, allá por el año 2011, había mucha expectativa entre los lobenses por la posible radicación del emprendimiento avícola "Cresta Roja". De concretarse, hubiera sido una excelente noticia, porque hacen falta fuentes de trabajo. Pero todo quedó en un anuncio para los titulares de los diarios de aquel entonces, no se avanzó nada y el tema pasó prontamente al olvido. Quién iba a decir que en 2016, cinco años más tarde, esta empresa, uno de los establecimientos emblemáticos del sector, entraría en quiebra, con el despido de miles de trabajadores. Pero si de proyectos faraónicos hablamos, acá en Lobos tenemos varios. Por citar algunos: La supuesta construcción de un hotel de la cadena Howard & Johnson; un hotel boutique en Salvador María; un casino en la Laguna, y hasta un aeropuerto en el predio del Aero Club. Había que pecar de ingenuo como para creer que cualquiera de todos estos proyectos que enumeré podría plasmarse en los hechos. Uno más disparatado e inviable que otro. Nunca se tomó seriamente y como política de estado (a nivel municipal) la radicación de emprendimientos o industrias. Reitero, no se avanzó absolutamente en nada. Y es una gran decepción comprobar que seguimos hundidos en la misma ciénaga desde hace 30 o 40 años, sea cual fuere el gobierno de turno. 

Todos los candidatos han hecho campaña alguna vez en torno a un parque industrial, pero no pasó de una mera expresión de deseo. Hay ciudades más pequeñas que la nuestra que sí lo tienen, y acá seguimos esperando que algún iluminado haga lo que corresponde. Es falso que no hay terrenos fiscales: Para ser precisos, hay alrededor de 200 lotes, que quizás estén dispersos y por ese motivo no alcancen a abarcar un solo predio de varias hectáreas. Pero me inclino a pensar que como nunca a nadie le importó, tampoco tendremos buenas noticias en el futuro.

En principio, habría que garantizar la provisión de energía, gas y agua para el abundante consumo que requiere un espacio físico destinado a fábricas. Pero además, es imperioso reformular o readecuar la zonificación para que ese lugar esté lejos de la planta urbana y de fácil acceso a las rutas. Dicho de este modo parece muy elemental, pero son factores que no se han tenido en cuenta, vaya uno a saber por qué. Lo que hay en nuestra ciudad son en su mayoría industrias metalúrgicas o fundiciones, que ofrecen sus productos de hierro forjado a todo el país. Pero oportunamente la UOM denunció que muchos de los trabajadores eran contratados en negro y con salarios miserables, muy por debajo del mínimo. Como suele suceder, el tema generó comentarios durante un tiempo, pero luego desapareció de la agenda mediática sin que nadie investigara si efectivamente había trabajadores no registrados o en condición irregular.

 A quienes caminan poco la calle habría que recordarles que Lobos es mucho más que las diez cuadras del centro, donde los comercios y las calles lucen sus mejores galas. Cuando se empieza a recorrer los barrios periféricos, nos damos cuenta del verdadero rostro de la ciudad. Es un rostro que sólo aparece cuando en tiempos de proselitismo, cuando esos mismos candidatos van a “visitar a los vecinos”, porque necesitan votos y para eso sí no les importa el color de piel ni el país de origen, ni meterse en asentamientos precarios como si fuera una expedición de turismo aventura. Mientras tengan DNI argentino, es suficiente. No hay que escarbar demasiado para constatar que cuesta parar la olla todos los días, y que mucha gente está totalmente marginada y desclasada, porque no recibe ningún tipo de asistencia del Estado. Entiéndase por asistencia, el derecho a recibir los servicios básicos, a acceder a una tarifa social, y a la provisión de alimentos. El tejido social es muy complejo como para describirlo de un modo crudo y sin anestesia en una sola nota. Pero haré el intento en el próximo posteo. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.

14 de mayo de 2023

Por qué nos hacemos preguntas

Días atrás leí una noticia, que no citaba fuentes serias (mencionan alguna universidad que casi nadie conoce, supongo), según la cual, una persona común y corriente revisa su celular 148 veces por hora. Más allá de la supuesta veracidad, ¿No nos estamos volviendo esclavos de un pequeño aparato que todo el mundo tiene y que cabe en el tamaño de un bolsillo? Yo mismo lo hago, sobre todo cuando estoy esperando que me respondan un WhatsApp, o que me hagan una transferencia de dinero. Miro el homebanking una y otra vez en cuestión de minutos, me desespero al ver que el saldo sigue igual -por el piso, como siempre- y cuando finalmente aparece ese ingreso salvador, han transcurrido varias horas, según el banco y una serie de variables que todos conocemos. Sabemos positivamente que el WhatsApp es una mierda, y la mayoría hemos considerado alguna vez utilizar Telegram, pero como nos da la sensación de que será más de lo mismo, no lo hacemos.

 Mientras escribo estas líneas, mi teléfono esta apagado y cargándose. No pienso desconectarlo hasta que se cumpla ese ciclo. Y cuando me doy cuenta de que estoy perdiendo excesivo tiempo en las redes sociales existentes viendo fotos de gente que apenas conozco, lo apago hasta el día siguiente. Eso se produce, claro está, en el caso de que sea de noche y no tenga que depender de la alarma para despertarme al otro día. Los pibes de ahora casi ni ven televisión, y si lo hacen, es porque tienen un modelo smart y tienen un plan de Netflix u otros servicios de streaming. Yo tengo en mi habitación una tele bastante vieja, y de vez en cuando hago un zapping por los canales de noticias, lo cual requiere paciencia porque determinados botones del control remoto ya no funcionan. Por ejemplo, presiono el 45 y voy descendiendo en la numeración hasta llegar al 30, donde está la grilla de los canales de me interesa chusmear brevemente. Nada nuevo bajo el sol. Eso sí, el contenido bizarro de la TV supera holgadamente al de cualquier meme que puedas encontrar. Los tipos están en un estudio y parecen maniquíes, tal vez tomaron alguna "sustancia" antes de salir al aire, lo cual no me sorprendería. Los medios audiovisuales tendrán un poco más de longevidad que los impresos, porque todavía les queda un poco de resto como para apelar a otros recursos.

En una nota anterior, reflexionaba sobre el sentido de la vida, sabiendo que era una batalla perdida de antemano. Por ese motivo esta es la última vez que me voy a referir al tema. Es lógico pensar que cada uno va otorgándole un significado diferente, incluso puede darse que vaya cambiando con el paso de los años. Si tenés hijos, seguramente representan todo para vos y esas vidas que concebiste, ese "ser familia", le da un marco a todo lo demás. Harías todo lo que pudieras para verlos crecer y progresar. Pero si lo vemos de esa manera, estaríamos descuidando el sentido individual. Cuando estoy trabajando rara vez me pongo a hacerme esos planteos pseudofilosóficos, porque no tengo tiempo, y esa actividad que estoy ejerciendo es "mi" sentido en ese momento. Cuando esa jornada de laburo llega a su fin, encontraré otra razón para vivir. Son preguntas inherentes a la naturaleza humana. La existencia, nuestro lugar en la sociedad, para qué estamos acá, y todo lo que le quieras agregar. Y cuando vos despojás a esos cuestionamientos de toda creencia religiosa que te pueda sostener, se vuelve más complejo todo, porque el concepto del bien y del mal dejan de tener tanta gravitación en la vida cotidiana. Digamos que el común de le gente hace lo suyo sin joder a nadie, pero no se pone a pensar demasiado tampoco. Afortunadamente, los criminales y los psicópatas son minoría. 

Cuando uno es adolescente, el sentido de la vida avanza con viento a favor, inclusive podés ir escribiéndolo, cambiar de idea y hacerlo de nuevo como si fuera una planilla de Word. Es una proyección a futuro, todo sucede muy rápido. Pensás en la posibilidad de estudiar y de trabajar de lo que te gusta, en dedicarte a algo que te satisfaga. Muchas veces termina dándose de un modo distinto, eso es frecuente, porque le ponés unas fichas a algo que dista bastante de la visión idealizada que te imaginabas, y buscás otro camino. Partamos de la base de que no cualquiera tiene recursos para estudiar en la universidad, y hay chicos que postergan esa decisión para juntar la plata que puedan. 

En resumen: El sentido de tu vida puede ir variando según qué etapa de ella estés transitando. Cuando tenés 16 o 17, esa indagación ni siquiera se te cruza por la mente; todo el camino está por delante, todo está por recorrer, no hay lugar para la preocupación, ni tampoco para enfermedades que aparecerán en la vejez. A mí me interesa ser un buen profesional, sentir que voy mejorando y aprendiendo, pero ese objetivo es uno entre tantos, sin importar si lo consigo o no. Si conozco a una chica que me agrada, mi interés será seducirla o que ambos logremos buena química. No hay un único sentido para mí, reitero. Quizás todo carezca de un significado profundo y estemos perdiendo el tiempo en preguntas existencialistas que ya se han hecho filósofos y pensadores hace tres siglos, sin arribar a una interpretación concluyente y rotunda.

Si ves tele, escuchás música, leés un libro, posteás una foto, entra a jugar el placer o algo más. Y podríamos pensar que tampoco el placer es la felicidad. Es una satisfacción encorsetada en un lapso temporal determinado. Todo lo que se considera pasatista o escapista no está mal, porque fue creado para eso. Su función en entretener. Yo diría que cada cosa que hagas y que consideres un paso hacia adelante, te ayuda a encontrar un sentido aunque vos ni te detengas a pensarlo. Es una explicación sencilla que no será funcional a cualquier persona, pero es la que más me convence en esta etapa que voy transitando. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.  

11 de mayo de 2023

Escapismo

Puede sonar irónico, pero los periodistas -para obtener información y brindarla a la sociedad-, nos basamos en hechos reales. Es decir que estamos expuestos a la realidad, pero llega un punto (al menos en mi caso), que eso te desborda, te agota. Por eso te tenés que desconectar de alguna formar, buscar un escapismo, algo meramente recreativo que te aparte por un momento de lo que está sucediendo. Cuando suponés erróneamente que ya has visto todo, comprendés que no es así. Hay hechos que emergen con inusitada brutalidad, que te pasan por encima porque aunque seas un cronista, eso no te despoja de la carga emocional que es propia de cualquier persona. Llegás a tu casa luego de haber presenciado una marcha, una protesta popular como más de una vez ha ocurrido, y tenés que describir lo que viste, los testimonios que recogiste de los manifestantes, lo cual es una tarea específica que uno ya ha realizado en otra  movilizaciones, pero los reclamos y las demandas de la gente no siempre son los mismos. Se puede coincidir o no con lo que esos vecinos están reclamando, no obstante eso no es de interés del lector. Es una apreciación subjetiva que debo evitar. Por lo tanto, describo lo que pasó del modo más fielmente posible y si se presentó un petitorio, lo reproduzco textualmente. 

Hay situaciones que incluyen sutiles aprietes que son fruto del abuso de poder de quienes se creen en una posición de privilegio. Conmigo pueden intentarlo todas las veces que quieran. El diario digital es mío y yo publico lo que quiero. Y asumo las consecuencias si es que caben. 

Pero si hacemos un repaso de los temas en agendas de los grandes medios abundan tópicos que son propios de un contexto complejo. Si hacés un repaso de los titulares, termina siendo redundante, o reiterativo hasta el cansancio. Los que manejan los contenidos que se publican, creen están abordando preocupaciones que afectan al común de la gente que continúan sin resolverse. Pero no siempre es "lo que creen", sino lo que nos quieren hacer creer. Esa uniformidad termina provocando el efecto opuesto, que es el rechazo del lector hacia una notas de actualidad (así parece), que se convierten en una letanía interminable. 

En menor medida, a mí me pasa algo parecido, soy consciente: Podría elegir al azar una nota que haya escrito aquí hace 10 años, y salvo por algún cambio de nombres, el contenido sería muy similar, seguramente ligado a la inflación, a la pobreza estructural, a la falta de oportunidades. Motivo más que evidente para pensar que no avanzamos de un modo significativo, que si hay una reacción del gobierno de turno siempre se produce tardíamente cuando tuvimos que lamentar una devaluación feroz, una pérdida del poder adquisitivo, o bien una tragedia, como fue el caso de los chicos que murieron de Cromañón. 

Lo único que tenemos a favor es que las personas de bien, o las que se comportan correctamente, superan a los que evaden impuestos o se vuelven millonarios con sobreprecios en la obra pública. Yo todavía no tengo decidido mi voto, por supuesto que cuando llegue ese momento tampoco lo diré. Las opciones existentes hasta ahora no me convencen como para afirmar rotundamente que votaría por uno u otro. No le doy mucha bola a lo ideológico o partidista, priorizo otras cosas, pero sea como fuere, los candidatos van a seguir siendo los mismos que conocemos hasta el día de hoy. Y que después no sigan rompiendo las bolas con el versito de la "herencia recibida", ya colman la paciencia. Porque claramente si se postulan, saben bien con qué país se van a encontrar en caso de ser electos. No nos tomen por estúpidos, porque así se van pasando la pelota unos y otros y no llegamos a ningún lado, a la vista está. Se enojan cuando se los decís en la cara, pero no puede ocultar lo que es irrefutable. Háganse cargo, y si no tienen los h... para asumir una responsabilidad al 100 %, mejor que se dediquen a pasar el invierno ocupando una banca como senadores o diputados, donde no presentarán proyecto alguno y sólo tendrán que levantar la mano para votar por sí o por no. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

10 de mayo de 2023

¿Sirve madrugar para que te rinda más el día?

Miércoles en la ciudad. Está la casa oscura yen silencio. Miro el reloj, son la 7 AM y me levanto de la cama casi sin dudarlo, al igual que el día anterior. Arranco el día temprano aunque no tenga un motivo específico para madrugar, porque a esa hora, dentro de lo que yo me dedico, es casi imposible encontrar a alguien para hacer una nota, tampoco hay conferencias de prensa, o todo lo que pueda considerarse información que merezca ser publicada y difundida.

En fin, la cuestión es que tan pronto como me despierto, en cuestión de minutos salgo del la catrera porque pienso que descansé suficiente y que en el caso de decidir quedarme durmiendo un rato más, dejaría de ser un rato para prolongarse por un lapso bastante variable. Les decía al comienzo que en el laburo que yo hago no hay mucho por hacer cuando las primeras horas de la mañana hacen su aparición triunfal. En estos últimos días bien podría haber esperado a que sonara la alarma del celular (que en los días de semana está programada para las 8:30), pero me pareció un buen intento, o sencillo experimento, de hacer rendir un poco más la jornada. Esperé a que abriera el Palacio Municipal para presentar una factura, porque tenía varias cosas para más tarde. Por lo cual, luego se me iba a complicar y temía olvidarme. Llegado a determinada edad, si no te anotás en algún lado lo que tenés que hacer, aunque se trate de un simple trámite, se te pasa por alto o a veces suceden otro tipo de olvidos, en más de una ocasión salí con el paraguas, me fui a un bar y lo dejé en la mesa sin darme cuenta. Si salís temprano en pleno invierno, obviamente te abrigás conforme la temperatura de ese momento. Por lo tanto el ejemplo del paraguas es casi igual a lo que te puede pasar si te sacás un pulóver porque ya estás cerca del mediodía en un lugar con calefacción y sentís calor. 

En estos dos días madrugadores,  cuando salí en la bici las calles lucían desiertas, con la excepción del barrendero y de algún que otro peatón que se dirigía a las escasas oficinas del Centro que se disponían a reanudar su actividad. Ya entramos en una época del año en la cual es necesario también, pensar que a esa hora circulan camiones para carga y descarga de mercadería, y si hay neblina puede resultar difícil distinguirlos. Sólo te das cuenta por el ruido del motor o por la silueta que se recorta entre la bruma. Claro que si después te dormís una siesta demoledora después de almorzar, lo que "ganaste de tiempo" en estado de lucidez, lo terminás compensando en otro momento del día. Por lo tanto, no se si es tan útil como parece.  

Mientras escribo estas líneas, el sol empieza a ocultarse cada vez más pronto. Lo que la gente de pueblo conocemos como "la tardecita", ha llegado a su fin hasta la temporada siguiente. Porque la tardecita es una manera de llamar a ese período de luz diurna en el verano puede extenderse pasadas las 17 hs, ponele.  Me voy a cebar unos mates, a revisar los portales nacionales y regionales para hacer un rápido repaso y estar al tanto de lo que haya pasado y que quizás me perdí o no me di por enterado. Ayer grabé el programa de TV que estuvo bastante picante y polémico por cierto, no me propuse que se diera así, pero hay preguntas que la sociedad se hace y que yo no puedo obviar, siempre lo he entendido de esa manera, mal que le pese al invitado. Y si además están ligados a la política, los cuestionamientos se vuelven frecuentes. 

Cuando la luz de la cámara se apaga y el programa llega a su fin, yo soy el primero en darme cuenta si no salió como esperaba. A veces soy excesivamente crítico conmigo mismo, pero salvo que haya sido un desastre total, aprendí a no castigarme más allá de lo razonable. Todo ello también es válido para cualquier nota o entrevista que no sea televisada, por supuesto. Yo tengo la capacidad para afrontar un momento tenso o incómodo, aunque no sea nada grato, porque al final de cuentas, lo que necesito es llevarme la información que buscan mis lectores. Hay algunos dirigentes o funcionarios que son expertos en "ponerse el cassette", como solía decirse antes. Es decir que ya tienen un speech armado y parece casi imposible sacarlos de ese lugar que es su zona de confort o su trinchera. Lo menos que uno espera es que las declaraciones tengan un dosis de sinceridad y sentido común. Probablemente esté esperando demasiado. 

Como periodistas asumimos la voz de aquello que nos dice la calle. Siempre trato de estar en las mejores condiciones para que todo salga prolijo, al menos de mi parte. Tal como yo lo suponía, la entrevistada, que en ese sentido es hábil, le buscó la vuelta para evadir algunas preguntas y no responder abiertamente. Uno puede insistir llegado el caso, pero al final es la audiencia quien emitirá su opinión, su juicio de valor. Si a todos les decís que sí, es como reza el refran: Querés quedar bien con Dios y con el Diablo. Nos estamos viendo pronto, quizás en una nueva madrugada. Punto final.   

8 de mayo de 2023

No le demos más vueltas

 Desde hace varios días estoy enfermo, pero no es nada grave por ahora: Tengo tos y mucho catarro, no deja de ser una incomodidad. Los cambios de temperatura y el tabaquismo claramente no fueron mis mejores aliados. El último programa de televisión lo grabé con mucha dificultad, no me quedó otra que carraspear un par de veces para recuperar el tono natural de mi voz, tomé un vaso de agua pero tampoco ayudó demasiado. Así y todo, la entrevista salió bien, tuvo buena repercusión, lo cual no sólo es mérito mío sino también del invitado. Yo en determinados momentos hago un paso al costado (ponele) desde mi lugar de conductor para que el vecino que aceptó participar sea quien pueda expresarse. Y si algo no queda claro, o cabe la posibilidad de repregunta, lo hago, intervengo en la charla,  porque de lo contrario se volvería un tedioso monólogo. 

Resta por ver si para esta semana puedo mejorar mi salud, por el momento no estoy tomando antibióticos ni ninguna pastilla parecida. El año pasado me sucedió lo mismo, pero cuando promediaba el final del verano. Lo rescatable es que aunque mi garganta se vea temporalmente arruinada, puedo continuar escribiendo notas. No todo es tan decepcionante, tendré que buscarle la vuelta y eso es todo lo que me queda por delante. Ya soy una persona grande, y si dentro de 10 o 15 años me agarra una gripe o un resfrío fuerte, otro sería el desenlace o las consecuencia. Prefiero no pensar, es una mera suposición. Lo que necesito es tener buena salud en el momento presente, después quién sabe cuántos años me quedan, uno nunca lo sabe con certeza. 

Es un gran incordio tener que dar explicaciones ante decisiones personales que no afectan a terceros. Y cuando algo me molesta, no puedo disimular mi fastidio. Se me nota en la cara, en ese sentido no soy políticamente correcto aunque le esté mintiendo sutilmente al entrevistado con una actitud amable. Hay que "caretearla", no se puede asumir una actitud hostil bajo ninguna circunstancia, ni siquiera cuando yo como periodista sea maltratado en una nota. Como me enseñaron alguna vez, el que queda como un desubicado y un prepotente es el otro, no vos. 

Claro que para ello se requiere templanza y compostura. Yo sé cómo debo comportarme, ustedes coincidirán conmigo en que el respeto debe ser recíproco, empecemos por ahí.  Hay gente que tiene una vida privada o personal llena de quilombos sin resolver, sin embargo parece que le sobra el tiempo para hablar al pedo de los demás. El mejor secreto es aquel que nunca es divulgado, ni a tu mejor amigo, ni a tu novia, a nadie. Pero como tenemos la necesidad de ser escuchados para hacer catarsis o bien encontrar el sentido de nuestras conductas, aceptamos contar algo de eso que nos pasa ante un psicólogo, probablemente. 

Como el psicólogo es un profesional que acepta atenderte, cobra por ello y por una cuestión ética nunca va a ser tu amigo, la terapia se vuelve una alternativa, toda vez que puede resolver muchos conflictos que son de larga data y nunca te animaste a hablar con alguien. Si te recomendaron uno y te sentís cómodo, todo fluirá mejor, pero no siempre hay química o empatía con ese profesional. No es para todos por igual. Pienso que en materia de salud mental, el psicólogo o psiquiatra puede marcarte un error o una equivocación, pero no juzgarte por lo que hacés o hiciste. Simplemente debe ayudarte a encontrar un camino mejor. 

Me molesta que algunos "conocidos" me pregunten por qué no tengo hijos, no es por ningún motivo en particular y no tengo el deseo de la paternidad, pero el más molesto aún es cuando quien lanza esa tipo de pregunta apenas te conoce, lo considero algo fuera de lugar. 

Si no me conocés lo suficiente, lo menos que podés hacer es no preguntar pelotudeces (hasta tanto me conozcas mejor). Todo eso también es válido para varias cuestiones que son propias de la intimidad y que no revelaría a cualquiera porque me parece una evidente falta de tacto. Claramente, debe primar el respeto y hay que analizar si tu relación con el otro es sustancial como para hacer esos cuestionamientos. Nos estamos viendo pronto, amigos. Buena semana, y punto final.   

5 de mayo de 2023

Entender la política vista como si fuera un marciano

 


Me parece un ejercicio de discernimiento muy valioso, que la sociedad civil se interpele, y al menos esboce la sospecha de que cuando algo cae casi "de regalo", sucede porque se vienen las elecciones. Lamentablemente, esa suerte de realismo mágico que pinta un paisaje de súbita prosperidad no nos resulta creíble: Como dije antes, sospechamos que nos están engañando, sea cual fuere el oficialismo de turno.

En rigor de verdad, en circunstancias normales, nadie se vería forzado a plantearse algo así de parte de una gestión de gobierno. Pero todos sabemos que no es casualidad que los anuncios grandilocuentes de obras o posibles inauguraciones dentro de un año electoral persiguen ese fin. A nivel local, creo que hay bastante conciencia colectiva de casi 8 años donde la ausencia de gestión fue notoria. Eso no quita que se haya iniciado un proceso de modernización, que se les simplifiquen los trámites a los contribuyentes, que se haya colocado un ascensor el el Municipio para facilitar el acceso a personas discapacitadas, o que se hayan construido una determinada cantidad de cuadras de asfalto. El problema es que si nos conformamos con eso, nos estamos quedando cortos. Aceptamos pasivamente lo que nos puedan dar y mientras tanto, Lobos sigue sumido en una pobreza estructural que se ve compensada por el empeño de muchas ONG que intentan mitigar o suplir lo que el Estado no hace. Hasta la Parroquia local se ha puesto al frente, y una vez por semana ofrece un plato de comida caliente que reparte a familias carenciadas. 

Lo peor de todo, es que nunca sabés si podés caer en la pobreza. Yo vivo sin lujos, pero tengo para comer y para darme algún pequeño gusto personal. Claro que si en un momento dado la crisis se agudiza, soy consciente de que me puede tocar a mí, a vos, o a cualquiera, salvo que tengas un patrimonio significativo que te respalde. Es una mierda vivir así, y lo que más indigna, es la falta de políticas públicas que vayan más allá de los planes sociales. Todos los días veo en los grupos de FB decenas de publicaciones de pibes y no tanto, buscando trabajo. A esos chicos nadie le da una solución, el Estado no brinda incentivos para que las empresas los contraten, los comercios los consideran mano de obra barata. Es una generación que transitó los últimos años de la adolescencia en un escenario totalmente diferente al mío. Yo crecí en los '90, éramos los campeones de la economía, nos hicieron creer que formábamos parte del primer mundo, todo llegaba importado, las fábricas se fundieron, destruyeron los ferrocarriles, privatizaron todo lo que estaba a su alcance. Los que atravesaron una adolescencia post-2001, se encontraron con que esa burbuja implosionó: Ya nos reconocimos como lo que verdaderamente somos, un país pobre y subdesarrollado, lisa y llanamente. Es una afrenta que los candidatos vayan a tu casa en épocas de campaña a decirte que los votes, siendo que en el lapso de 4 u 8 años no hicieron nada para revertir todo lo que acabo de mencionar. Y si se trata de la oposición, ellos te dirán que sí tienen la capacidad de modificar esa amarga realidad, pero sin explicarte cómo. Siempre he sostenido que no me importa quién lo haga, sino que se haga. Buena parte del arco opositor tiene contactos y capacidad para gestionar, pero sólo unos pocos lo hacen porque cuidan su quintita.

Es probable que, sin menospreciar la voluntad popular, la gente vote más de lo mismo, pensando que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Repito que yo no me siento con la autoridad de cuestionar la decisión de nadie, porque al fin y al cabo, el voto mío vale igual que el sufragio de cualquier otra persona. Lo que no acepto es que me tomen por boludo, aunque muchas veces les sigo el juego para evitar una discusión, ya a esta altura no me voy a poner a polemizar sobre principios dogmáticos, ni a teorizar sobre el peronismo, ni a recapitular qué tan mal estábamos cuando gobernaba Macri. Además, ese tipo de conversaciones me aburren porque son muy pocos lo que tienen la honestidad intelectual necesaria para concederte la razón. Si nadie está dispuesto a ceder en su postura, no hay manera de que fluya el diálogo. 

En el siglo XXI, los políticos buscan marcar presencia en las redes sociales que ni siquiera ellos mismos manejan, me refiero que están a su nombre como cuentas oficiales de Twitter (por ejemplo), pero de seguro que tienen un escriba en todas las plataformas posibles, o que se encargue del contenido, como un equipo de community manager. Entonces ves posteos que dicen: "Hoy visité el pueblo de Villa Poronga, me reuní con el Intendente y le entregué un subsidio para el Hospital", etcétera. Capaz que el tipo pasó por ahí 10 minutos, el equipo de campaña sacó unas fotos con el Iphone y las subió a las redes. El objetivo que pretenden conseguir, es que son personas dentro de la casta política con sensibilidad social, sensibilidad hacia los plebeyos. Siempre supe que son una casta o un grupúsculo selecto, incluso antes de que lo dijera Milei.

Son gente comprometida, ¿Viste? Por eso hacen el simulacro de interiorizarse por las necesidades de los desclasados. Son tipos de traje, corbata y perfumes caros que aceptan compartir un fotograma o una selfie con un grupo de marginales a cambio de los "likes" que obtenga la publicación. ¿Se puede hacer política de un modo honesto con las necesidades de la gente? El sentido común indica que no. Yo diría que quizás sí, pero únicamente que tengas la voluntad de paliarlas. A medida que se aproximan las PASO, uno va pensando en futuras alianzas que se pueden dar a nivel local. Hay muchas vertientes que parecen tener el mismo pensamiento o el mismo ideario, al menos cuando uno escucha hablar a sus referentes. Y de ser así sería bueno que sumen fuerzas aunque alguno tenga que resignar su candidatura para poder darle forma y sustento a algún armado electoral. Porque a la gente, con fotitos y boludeces, no le vas a dar de comer ni a mejorar su calidad de vida. Si yo lo entiendo pese a que soy un outsider total, imagínense aquellos que van cocinando a fuego lento su lanzamiento en las primeras ligas. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

4 de mayo de 2023

¿El periodismo es un sacerdocio o un apostolado?



  • Hacía tiempo que no escribía nada por aquí, y a decir verdad no tenía mucho para decir, por lo tanto cuando te encontrás sin un buen enfoque es mejor esperar. Esta es la primera publicación del mes, como podrán comprobar. Me puse a leer en mis ratos libres, y hubo un libro en particular que tenía buena prosa y lo  liquidé en menos de una semana. Se llama "Los años felices" (de 2011), una intersante novela cuyo autor es Sebastián Robles. Tiene la misma edad que yo. No es lobense, pero es un escritor nacido en GBA y que en su narrativa aborda tópicos ligados a su lugar de pertenencia ya su etapa adolescente que -al igual que la mía- se vio atravesada por los '90. Lo interesante es que Robles no hace un juicio de valor descarnado de esa etapa del país, ni se sube a la tarima a pontificar nada. En determinados momentos narra la transformación que produjo el menemismo en hechos tales como el cierre de los almacenes por los grandes supermercados, la decadencia del ferrocarril, pero lo hace en el contexto de la historia que se propone relatar. Promediando el final del libro, uno como lector se queda con sabor a poco, porque todos los cabos sueltos de las 200 páginas previas intentan resolverse apresuradamente, aunque intuyo que esa fue la intencionalidad que se popuso Robles. Lo busqué en Instagram, y comprobé que actualmente se dedica a talleres literarios y a comentar libros. No estoy seguro de si los talleres de escritura son útiles o provechosos. Pienso que si yo fuera un escritor con éxito o prestigio como para que alguien participara de ellos, no lo haría, porque cada uno escribe a su manera y lo máximo que se puede hacer es sugerir un desarrollo distinto de la trama, sin desvirtuar el espíritu del texto original que el "alumno" lleva consigo cuando está comenzando en la literatura. Me sentiría más cómodo dictando un taller de periodismo, por caso, aunque no aquí en Lobos. Hay mucha vanidad, mucho egoísmo, y no faltará el que piense "quién se cree este para enseñar periodismo". 

La realidad es que podría aportar los conocimientos básicos de la profesión, sustentados en 21 años de trayectoria. Esto último no lo digo para sacar chapa, sino porque efectivamente llevo todo ese tiempo dedicado estos menesteres. Estudiar Comunicación Social probablemente te amplíe un poco los horizontes, pero para ser periodista lo mejor es buscar una escuela al estilo del TEA, el Instituto Grafotécnico, o ETER si de la radio se trata. Porque además, vas practicando, y una licenciatura tiene demasiado sustento teórico innecesario. Reitero, todo va en lo que pretendas hacer de tu futuro, Eso siempre lo tuve en claro. Aunque en su momento, cuando estudiábamos, nos ofrecían una articulación con una Universidad para acceder a la licenciatura. No hubiera venido mal, pero era un momento complicado del país, aun más que ahora, y al final de cuentas nunca supe qué pasó con todo ese asunto, cuántos se inscribieron, etc. 

El curro de las Maestrías de Periodismo de las universidades privadas, está en que te prometen prácticas "reales" en redacciones de medios nacionales, y por otra parte te aseguran  que si estudiás con ellos tenés buenas posibilidades de sumarte al staff en un futuro. Tanto LN como Clarín propician esas maestrías, pero yo no pagaría sumas altísimas -más allá del buen nivel académico que puedan tener esas universidades- para entrar a trabajar a un medio grande, digamos. La única ventaja es que si decidís hacerlo y encajás bien dentro del personal, podés ir haciendo carrera dentro del diario, algo que es muy poco frecuente por otros caminos más tradicionales. 

Para ser franco, todo lo que puedo decir es que estoy conforme con la formación que recibí, porque éramos todos pibes de clase media por más que fuera una institución privada, y teníamos profesores excelentes. Claro que por momentos me planteo si esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida, pero en el mejor de los casos, podría emprender algún proyecto paralelo. El periodismo ejercido con todos los recursos que uno va aprendiendo es influyente, y en ocasiones llega a molestarle notablemente al poder político de turno. No es casualidad que en los países con regímentes más totalitarios, haya una gran cantidad de periodistas asesinados o que terminaron muertos en atentados y supuestos "accidentes". Esos tipos se la jugaron pese a que no eran ningunos boludos y se veían venir las más aberrantes represalias. El reconocimiento debe ir, pues, para ellos, y para todo los que nos comprometemos ante la sociedad. Suele decirse que el periodismo es un sacerdocio, aunque me inclino a pensar que -ante todo- es un apostolado.

 Para evitar hacer una tediosa exposición sobre lo que implica la ética profesional para mí o para cualquier colega que ejerza con seriedad su laburo, por ahora lo dejamos ahí, ya habrá tiempo para profundizar un poco más. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...