Buena parte del fin de semana, periodísticamente hablando, lo dediqué a cubrir este evento que se ha dado en llamar “Encontrarte en Carnaval”. Si no me falla la memoria, anteriormente la dinámica era similar a lo que presencié, pero bajo el nombre de “Artenoche de Ciudad”. Pero no le vamos a dar vueltas al asunto, ya que eso no es relevante ni motivo alguno para polemizar. Lo que sí pude advertir, recorriendo el predio de la 9 de Julio durante dos horas cada día, es que hace falta reformular la propuesta de alguna manera. Dado que yo no soy el organizador, ni ocupo ningún cargo dentro del área de Cultura. Por lo tanto, no me corresponde a mí hacer nada más que exponer lo que pude ver en ambas jornadas, y quizás deslizar alguna sugerencia, siempre basándome en espectáculos previos que obtuvieron un éxito superior.
Al instalar un escenario con artistas en vivo al comienzo del recorrido (concretamente en Buenos Aires y 25 de Mayo), era previsible que la mayoría del público iba a concentrarse allí. Lo que pasó, en resumidas cuentas, es que esa decisión le restó lucimiento a lo que constituye la peatonal en sí misma. En lo que respecta al sábado, y más allá del excelente nivel de los artistas plásticos, el panorama fue decepcionante en cuanto al público. Se soslayó aquello que merecía ser destacado, por una razón muy simple: Porque formaba parte de la peatonal, y al verse ésta opacada, se pierde el interés en transitarla.
Por suerte, hubo un grupo reducido de vecinos que disfrutó de la música y que además quiso darse la oportunidad de conocer a los expositores, dialogar con ellos, e interiorizarse en diversas manifestaciones del arte que tuvieron como denominador común un gran talento de parte de gente joven. Chicos y chicas con ganas de seguir creciendo y mejorando en lo suyo. Pero la circulación, el movimiento, fue tan poco significativo que al momento de sacar fotos, no me quedó otra que hacer planos cortos y editar levemente las imágenes para que no fuera tan evidente. De hecho, transmití un video en vivo por FB, donde quedó demostrado lo que estoy diciendo, pese a que luego decidí borrarlo porque no había forma de disimular el paupérrimo panorama.
Pienso que, si se hubiera ubicado al
escenario en la esquina del Banco Provincia, podría haber sido diferente. Esa
opción tampoco habría perjudicado al circuito de las bibliotecas. Podría suponerse que la más afectada sería la Capponi, pero todo eso se subsanaría
haciendo un intervalo de 15 minutos para que, llegada la instancia del
recorrido, ese espacio tan tradicional del paisaje urbano se pudiera presentar
lo que habían preparado con las mejores condiciones, al igual que lo hicieron
otras instituciones.
Yo bien podría ponderar enfáticamente todo el evento y no mencionar nada de lo que vi, pero no me sale, discúlpenme. Soy crítico porque estuve ahí, no por un comentario casual que alguien pueda haberme hecho. Todo lo que estoy enumerando lo vi y lo fotografié, es decir: Lo documenté, si cabe el término. Alguno podrá decir que “es fácil criticar”, pero no lo considero así. Porque si uno critica o cuestiona y se gana la antipatía de la opinión pública, nunca es gratis.
Es más: En honor a la honestidad intelectual, es justo afirmar que el domingo hubo un repunte respecto a la noche anterior, y por ende el clima que pude percibir fue distinto. Podríamos concluir en lo siguiente: Si se ponen las pilas y revisan los puntos flojos, la gente responderá a otro nivel. Tan simple como eso. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.
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