13 de noviembre de 2024

Miércoles por la mañana

 

Miércoles por la mañana. Ayer grabé un nuevo programa para la tele y la verdad es que estoy conforme, salió muy bien, más allá de algún furcio que haya podido cometer. Al contrario de lo que mencionaba en la nota anterior, en este caso el invitado tuvo una excelente predisposición, se mostró abierto a las preguntas, no me la hizo difícil y la conversación fluyó con naturalidad. Y como además es músico, en el segundo bloque tocó su instrumento otorgándole un plus a la entrevista. Varias veces he tenido invitados que tocaron en vivo en el estudio. Por otra parte, hoy me siento con pilas, porque di por concluidas determinadas etapas que no había logrado culminar y ahora todo lo que resta por venir puede ser mejor. Es muy difícil trazar un pronóstico, pero al menos me siento con la capacidad de emprender nuevos desafíos.


No me gusta postergar ni dejar las cosas por la mitad. A veces uno cae en ese vicio porque lo abruman la inseguridad y las dudas. Pero como estamos a dos meses de finalizar el año, ya es tiempo de ir redondeando este tramo que nos queda e ir planteándonos qué nos faltó hacer. Soy consciente de que hacer un balance de esa índole puede resultar tedioso y que no siempre conduce a algo bueno. Pero es la única manera de tomar conciencia de lo que logramos y lo que nos quedó en el tintero. Este blog, por ejemplo, me sirve para eso. Yo no recuerdo con precisión qué pasó en enero o febrero de este año, pero como he venido escribiendo sin interrupciones, una relectura me brindará la posibilidad de tomar real dimensión de aquello que me propuse hacer y que no conseguí. Asimismo, quizás me sorprenda comprobar que alcancé otras metas importantes pese a no apostarles muchas fichas. 


Este 2024 escribí mucho sobre la actualidad política, sobre la economía doméstica, que es en lo que más me vi afectado. Sé que no soy el único que está atravesando un contexto adverso. Llegar a determinadas conclusiones se hace cuesta arriba cuando predomina un clima de incertidumbre. Es en esa coyuntura donde se vuelve necesario asumir una posición, que podrá ser equivocada o no, pero que es la tuya.

Más de una vez pensé en dejar de escribir aquí, porque creo que no hay nada más soporífero que ser reiterativo. Pero creo que lo seguiré haciendo en la medida que podamos conservar la capacidad de reflexionar y de ser críticos ante lo que nos pasa. Todos tenemos una vaga idea de aquello que debemos hacer para sentirnos bien. Lo que sucede es que a menudo dejamos transcurrir el tiempo, los días, los meses, porque nos sentimos bloqueados. La ansiedad nos paraliza y nos impide reaccionar. Al igual que el miedo, por supuesto. Sin embargo, yo estoy convencido de que conseguiremos superar las limitaciones que nos asfixian e iniciar un período con otra mirada, una mirada que nos ofrezca motivos para seguir caminando. Si nos ponemos a pensar, no estamos tan lejos como suponemos. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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