Jueves por la tarde en la ciudad. Si me pagaran por escribir acá, seguramente el resultado sería más provechoso. O en todo caso, me exigiría más para mejorar mi rendimiento. Alguna vez fantaseé con la idea de enviar diariamente una columna a un medio importante, por si eran gustosos de publicarla (todavía estoy a tiempo de hacerlo). Me gusta compartir mis puntos de vista con otras personas, aunque uno sepa de antemano que no vamos a estar de acuerdo. Todo puede ser, y hay que tener un espíritu amplio y plural sobre todo en estos tiempos de tanto absolutismo. También hay que aprender a no creerse el centro del universo. Nadie lo es. Por eso, me harta bastante conversar con gente que se siente con mayor autoridad para hablar u opinar que el resto. Con las estupideces que vemos a diario en la televisión, no hay que ser muy avispado para sobrevivir en la jungla. Básicamente, se trata de actuar con sentido común y de aprovechar las oportunidades.
Yo estoy en una
etapa en la cual ya no quiero perder más tiempo en lo que no me interesa. Me
focalizo en mejorar todo lo que pueda, pero no lo hago para caerle bien a
nadie, sino para sentir que tengo motivos para seguirla peleando. Antes, hace
unos años, yo me comportaba para cumplir con las expectativas, pero ese ciclo
terminó, yo lo di por terminado.
Siempre fui de
perfil bajo, y a esta altura no creo que eso vaya a cambiar. No me desvela
sobresalir o destacarme por cualquier cosa. Si hago algo meritorio, quedará a
consideración de los demás evaluarlo como ellos lo deseen. Yo trato de escribir
una buena crónica porque tengo la capacidad para hacerlo, por lo tanto,
quitarle riqueza a un texto ya sería ir a menos. Ir perdiendo puntos antes del
primer round.
Por otra parte,
Lobos atraviesa desde hace tiempo un estancamiento notable. Ultimamente, las
noticias relacionadas a la gestión municipal han sido muy escasas. Quizás esto sea
así porque no hay nada que merezca la pena informar, y hay áreas sensibles
dentro de la administración de no dan respuestas: Obras Públicas, Deportes,
Empleo, y muchas otras que no menciono porque la lista sería larga. La
sensación de dejadez y de abandono a las que tantas veces me he referido, no ha
cambiado. Sí, es cierto que los fines de semana hay algunos eventos culturales
interesantes, pero antes que eso, la prioridad sería invertir en asfalto, en el
desmalezamiento de terrenos baldíos,en lotes y viviendas accesibles, en otorgar oportunidades de trabajo a
todos por igual, siempre que los postulantes sean idóneos, desde luego.
Como les sucederá a muchos de
los lectores, me cansa ir una y otra vez a reclamar a las oficinas municipales.
Pero si lo sigo haciendo, es porque considero que estoy reclamando por algo que
me corresponde. Para esos funcionarios o meros empleados (según sea el caso),
lo más cómodo sería que uno no vaya más y que no les interrumpamos la tarea de
tomar mate y rascarse las bolas. Pero yo iré todas las veces que sea necesario
hasta que me den una respuesta satisfactoria. Hago la salvedad de que hay trabajadores que atienden a los contribuyentes con respeto y empatía. Pero en líneas generales, a mí también me desgasta la falta
de consideración de demuestran. Mal que les pese, les hago saber que me van a tener que soportar mientras
ocupen un escritorio. Si no están a la altura, que se vayan. Un planteo
utópico, porque ser empleado de Estado tiene numerosos beneficios: Es casi
imposible que te echen (tenés que haber cometido una falta grave), y en muchos
casos cuando hay algún quilombo te reubican en otra área para salir del paso. Pero aquí hay que
distinguir a los funcionarios de los empleados. Los primeros ocupan cargos
políticos, fueron designados por el Intendente y éste tiene la facultad de
removerlos. Los otros, los que trabajan en el Palacio, en la mayoría de los
casos están en planta permanente, tienen un régimen de horarios reducido (6 hs),
y un sindicato que los respalda. Los trabajadores informales, que son muchos en
nuestra ciudad, están totalmente al margen de esas condiciones. Por eso digo
que, como los cargos políticos tienen sueldos altos y no se conoce del todo qué
es lo que hacen, no creo que nadie vaya a sacar los pies del plato. Reitero: Seguimos sin
pavimento, sin mejora de los espacios públicos, sin viviendas, sin fuentes de
empleo para quienes recién egresan del Secundario. Así, es utópico pensar que
vamos a poder progresar. Y más lejana aún está la posibilidad de que haya
inclusión social.
Con respecto a esto último, es necesario aclarar que, aunque la inclusión social haya sido una bandera enarbolada y utilizada políticamente por el kirchnerismo, el concepto en sí no está mal, lo que pasa es que fue desvirtuado muchas veces. Tiene que ver con la igualdad de oportunidades, porque históricamente lo que se ha tenido en cuenta es la filiación partidaria más que la idoneidad. Si no sos del palo de ellos, no te dan nada. Prefieren poner a cualquier otro inútil que sea servil a determinados intereses antes que a alguien capacitado. Por esa razón, todos los cargos públicos deberían ser elegidos por concurso, es decir, que se abra una convocatoria para que todos los interesados se presenten y se postulen, que expliquen sus proyectos y objetivos, y yo sé que esto también es ilusorio porque prefieren a aquellos que les garantizan fidelidad a “la causa”, por más ineptos que sean. Eso no es privativo de esta administración, lo ha sido siempre desde que tengo uso de razón, y lo puedo afirmar porque más de una vez he ido a pedir trabajo al Municipio y no me han dado bola, lo menos que podrían haber hecho es tomarme una entrevista aunque después terminen eligiendo a otro. Yo lo único que puedo garantizar es que cumpliría con la tarea que me asignen, pero viendo la cantidad de acomodos que abundan por doquier, parece ser que hay otras variables que entran en juego. En los cargos políticos, es comprensible que designen a funcionarios afines al pensamiento del Intendente, pero en los demás puestos, no debería ser así. Algún día yo espero que cambien los paradigmas, y que designen a gente que tenga voluntad de dar respuesta a las demandas de los vecinos. Tan simple como eso. Y me faltó decir la clásica frase: "Para eso les pagamos el sueldo". Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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