17 de septiembre de 2008

Días bajo el sol

Hola, gente!!! No sé cuando se normalizará el blog (como les comentaba en el post anterior) para que los textos que escribo aparezcan publicados en la fecha que son redactados, pero mientras tanto yo sigo escribiendo, para despuntar el vicio.
Hoy el miércoles, y la mitad de semana tiene un sabor especial. En realidad, creo que cada día de la semana tiene una connotación particular, y conversando con amigos llegué a la conclusión de que no soy el único demente que sostiene esta afirmación. Los miércoles en general suelen ser días de transición, uno ya va pensando en el finde, y como nuestra vida no es más que una eterna espera hacia la nada, no me parece mal que uno haga ese razonamiento inconsciente.
Estamos a días del comienzo de la primavera en el hemisferio Sur, lo cual es un motivo para que los días comiencen a estirarse hasta el infinito, florezcan los helados, las remeras y los shorts. La primavera nunca me terminó de convencer del todo, porque se depositan demasiadas expectativas en tres meses en los cuales ya todo el mundo da el año por perdido y se prepara para ver qué va a hacer en el siguiente. Este año en particular se me pasó rapidísimo, y creo que no soy el único. Sin embargo, si analizamos minuciosamente todos los escándalos de corrupción, negociados, truchadas, accidentes fatales, desastres climáticos, y crisis financieras, veremos que este 75 % del 2008 fue suficiente para que ocurrieran toda clase de cataclismos. Digo esto sin ánimo de ser apocalíptico, porque obviamente hubo pequeñas cosas que nos han reconfortado en lo personal, y que son las que nos ayudan a vivir. Porque si vamos a esperar a que el Gobierno (éste o los anteriores) nos den motivos para ser felices y prosperar, seguiremos recreando el mito del eterno retorno.
PD= Hoy es un buen día para escuchar cualquier disco de Billy Joel con un cigarrillo Kool y un vaso de Cinzano con soda y limón

No hay comentarios.:

2024

  Todavía es demasiado pronto para trazar un balance de 2024. Pensándolo bien, no sería atinado hacerlo. El motivo ineludible es que nos que...