23 de septiembre de 2008

Soy moderno, no fumo

Desde hace tiempo vengo advirtiendo una suerte de condena social hacia los fumadores que me resulta exagerada, cuando no reaccionaria. Estamos todos de acuerdo en que "el fumar es perjudicial para la salud" tal como reza en los paquetes de los cigarrillos. También podría decirse que fumar en una reunión convierte a quienes nos rodean en fumadores pasivos. Pero creo que la persona que fuma es plenamente consciente del daño que dicho hábito provoca y que no podemos confinarlo a fumar en plazas y parques. Por otra parte, rara vez alguien se toma el trabajo de hacer una distinción entre el fumador "social" y el fumador crónico, que consume cuatro atados por día y tiene su dentadura amarillenta por los efectos del humo. Seamos más tolerantes con los fumadores, y no creamos que toda la legislación antitabaco que proviene de Europa o de Estados Unidos es progresista o de avanzada. ¿Por qué EE. UU. no deroga o modifica la Segunda Enmienda de su Constitución que garantiza el derecho de cualquier persona a portar armas, en lugar de preocuparse por los fumadores?

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