18 de septiembre de 2009

A mis queridos lectores

¿Por qué estoy acá, frente al teclado y el monitor? En principio, porque me siento a gusto escribiendo por placer y sin presiones. Lo hago a mi tiempo. El pésimo servicio que viene brindando Speedy en los últimos días limitó seriamente mis posibilidades de renovar el contenido de este espacio. De hecho, en estos momentos me encuentro en un cyber que tiene otro proveedor de Internet. Quisiera redactar un "post" más extenso luego de estos días en que estuvimos incomunicados, pero el tiempo apremia, y me parecía oportuno hacerles saber que no pude actualizar el blog con la frecuencia que yo desearía hacerlo. De todas maneras, si la situación se mantiene más allá de lo razonable, tengan la seguridad de que continuaré dándole para adelante a este proyecto llamado "CULTURA LOBOS" desde cualquier lugar que me lo permita. 

Hoy es un viernes gris y con llovizna. Mientras redacto estas líneas, pienso cuánto tiempo hace que no voy a la Laguna. No la contemplé cuando estaba agonizante, quizá porque me daba pena verla en esas condiciones y además carecía de todo atractivo. Sólo vi fotos del espejo de agua reducido a su mínima expresión. Ahora, todo parece indicar que está recuperando su caudal normal y que paulatinamente va atrayendo a los pescadores que (por razones obvias) habían buscado otros destinos. Es un buen momento para cambiar un poco de aire y hacerme un viajecito en colectivo hasta la entrañable Villa Logüercio.

En fin, más allá de las contingencias climáticas a las que ya hice referencia promediando este texto, les deseo un buen fin de semana y estén muy atentos a lo que sucede la semana próxima con la Ley de Medios "K". En realidad, no estoy muy de acuerdo en llamarla de ese modo, porque se emplea con una carga peyorativa que no personalmente no comparto. Denominar "K" a una Ley por el mero hecho de que alude al gobierno que la impulsó, es algo tendencioso. 

Por supuesto, quienes me conocen y han leído mis textos anteriores saben que este proyecto de Ley no goza de mi simpatía, pero no porque lo hayan propiciado los Kirchner, sino porque constituye una aberración para todo aquel que tome conciencia de las consecuencias que puede traer en caso de resultar aprobado.

Hay muchos fuegos de artificio, demasiado espejismos en el desierto que son alentados por funcionarios leales al Gobierno. La lucha contra los monopolios es un fin plausible, pero se ha tomado como un mero pretexto para pulverizar al Grupo Clarín, con el cual la Casa Rosada ya tiene una guerra declarada que está a la vista de todos. Quién iba a pensar que la buena relación que supieron construir Néstor y Magnetto, por mera conveniencia de ambas partes, iba a terminar en un divorcio salvaje. El poder de ser influyente para la opinión pública sigue siendo, aun hoy, el mayor capital de los medios masivos. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.


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