18 de octubre de 2009

En la búsqueda de siete días tranquilos


Domingo por la noche en la ciudad. Tal vez éste no haya sido el mejor día de la semana para mí, pero haciendo un análisis "macro", que tenga en cuenta cada uno de los siete días y los hechos que en ellos se sucedieron, se puede decir que no fue una semana mala. Comencé un proceso de cambios, muchos de los cuales recién comenzarán a verse al cabo de un tiempo, dado que me refiero a conductas que necesito corregir porque me ayudarán a mejorar mi calidad de vida. Además, me bloquean mentalmente o me limitan seriamente en muchas facetas de lo cotidiano. Hoy por la mañana mi viejo compró el diario, con la tradicional revista de los domingos, pero aún no he tenido tiempo de leer ni la citada revista ni las secciones que componen el diario. Apenas le eché un vistazo rápido a un par de artículos mientras intentaba relajarme un poco durante un viaje que hicimos a Cañuelas. Como es sabido, hoy se celebra en la Argentina el Día de la Madre, fecha que -al igual que el Día del Niño, del Padre, etc.- responde a meros intereses comerciales y no recuerda ningún acontecimiento histórico. Yo he analizado desde este espacio la sensación que me producen estos días, que han sido fijados de una forma antojadiza con la inequívoca intención de vender perfumes, maquillajes, vestidos, y demás artículos que son de consumo femenino. Para la próxima semana se anuncian temperaturas agradables y una leve suba en las marcas térmicas. Como suele suceder todos los años, el día menos pensado el calor comienza a apretar sin previo aviso y debemos buscar las prendas de verano (remeras, shorts, camisas de manga corta) cuando estamos a menos de dos meses para que termine este 2009 signado por los contrastes y un panorama incierto para el futuro del país.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...