23 de diciembre de 2010

Con calor y poca agua... otra vez


Aquí estoy de nuevo!!! Pasaron varios días y realmente no tuve tiempo de actualizar el blog. No sé qué me deparará este verano. Albergo la secreta esperanza de que me concedan vacaciones, pero si así fuere, todavía no tengo decidido si voy a ir a algún lado o me conformaré con frecuentar la pileta de algún club de vez en cuando. Justo cuando más suben las temperaturas, el calor, el sudor, los mosquitos, y todo lo que hace que vivir con 30 grados sea complicado, no hay agua en Lobos. Y si la hay, no en cantidad suficiente para lo básico de todo hogar. Me refiero a lavar la vajilla, ducharse, beber, y ni sueñen con otros usos más exóticos. Por si todo esto fuera poco, me acabo de enterar de que el barrio donde vivo siempre tuvo problemas con el agua por la baja presión con que llega por las cañerías.

En esa oportunidad el problema parece ser la baja tensión de energía eléctrica que abastece a las bombas que extraen el agua, pero en definitiva para el vecino el resultado es el mismo.


A veces me gusta leer mis viejos "posts", y darme cuenta de mis contradicciones, en cómo vuelvo una y otra vez sobre un mismo tema, y creo que en realidad esa contradicción es muy argentina. Creemos que algo va a ser positivo y nos va a hacer mejorar nuestra calidad de vida pero como los políticos nos decepcionan tan pronto, es inevitable no sostener lo contrario después.

Empezó el verano, el sol quema, y ese sopor, esa sensación de pesadez, hace que todo cueste más esfuerzo. Se duerme mal, hay más pendejos al pedo rompiendo las pelotas por la calle cualquier día de la semana, que pasan a fondo con sus autitos y motitos, mientras este 2010 ya casi se termina. Sinceramente, no quiero pensar demasiado en eso, pero debo decirles que siento que este año pasó más rápido que los anteriores. Estoy en otra situación, en la cual pocas veces me doy un tiempo para mí. Pero trato de no quejarme, porque como les digo siempre, el ocio te mata. Prefiero trabajar o por lo menos hacer algo relacionado antes que estar tirado en una cama mirando el techo.

Hay varias cosas que me provocan fastidio, pero podría resumirlas en dos: la mediocridad y el maltrato de los otros. Estamos rodeados de inútiles e inoperantes ocupando cargos jerárquicos. Y también nos someten al maltrato, a la agresión constante, como si ser periodista fuera jugar a las escondidas y no se tratara de uno de los trabajos que más dedicación exige.
Por tal motivo, confío en las buenas personas, me refugio en ellas cuando me toca pasar por un mal momento, y les agradezco que existan para hacer de este mundo un lugar más tolerable.

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