10 de julio de 2018

Activando los motores


Activarse es la clave. Mantener la mente ocupada escuchando música, leyendo, cultivando el intelecto en los momentos de ocio. Hacer actividad física: por mi trabajo, yo camino un promedio de 40 cuadras por día. Podría caminar más, ya que tengo sobrepeso, y espero poder lograrlo. No me detiene el frío, me pone pilas el hecho de saber que estoy vivo y haciendo algo para mantenerme en movimiento. El ocio no siempre es improductivo: procuro que mis momentos de esparcimiento tengan algo que me ayude a mejorar mi calidad de vida. Voy a la Plaza Tucumán, que queda cerca de mi barrio, y camino sin pensar en nada, sólo para sacarme la mufa y la modorra.

En realidad, todas mis actividades las hago caminando, a excepción de que estén demasiado lejos de mi domicilio. Para rendir bien en tu trabajo, necesitás un incentivo, una gratificación, que llegue de alguna manera. Si no te gusta lo que estás haciendo, aunque necesites laburar, cuesta mucho más lograr el resultado esperado. Por suerte, el periodismo no es monótono ni rutinario, siempre te da la posibilidad de conocer a otra gente o de estar en contacto con funcionarios que de otro modo no verías nunca. Lo que es desgastante es el proceso de desgravar un reportaje o una conferencia que es aburrida, no aporta nada significativo, y constituye un verdadero tedio para uno mismo y para los lectores. Los discursos largos y grandilocuentes, que son para la tribuna, aportan poco en los hechos. La mirada parcial y antojadiza de nuestra historia reciente, también le hace flaco favor a comprender por qué estamos así. Venimos de meses de estancamiento económico e inflación creciente, y no hay señales de que este cuadro de situación vaya a cambiar en un corto plazo. Todo ello, además de estrechez en los bolsillos, genera un malhumor y un descontento en la sociedad. Y es difícil abstraerse de eso cuando tu modesto presupuesto está en jaque. Por eso, retomando el hilo conductor del inicio, hay veces en que necesito desenchufarme de todo, despojarme por un momento de quien soy profesionalmente y asumir una mirada más introspectiva ante los avatares cotidianos. Punto final.

¿Quiénes son los próceres del siglo XXI?

  La mañana se presentó tranquila, sin mayores sobresaltos. Me levanté temprano para hacer las cobranzas de los avisos publicitarios y estim...