Lunes 7. Faltan 15 días para el comienzo de la cita máxima del fútbol mundial. Por supuesto, no voy a descubrir nada al afirmar que todos estos eventos masivos son un gran negocio: Derechos de televisación, sponsors, contenido "premium" que los canales de deportes suelen agregar como un plus para los abonados a esas señales de TV. Lo mismo ocurre en EE. UU, con el infame Super Bowl, sólo que se trata de un solo partido que define y unifica el ganador de dos confederaciones. Hablar de Liga Mundial, como suele hacerse, es un apelativo desmesurado porque sólo compiten equipos del país del Norte, que en su mayoría son franquicias (como ocurre con la NBA). Pero dejemos eso de lado porque a nadie le interesa.
Cada nuevo Mundial de fútbol, se vuelve más sofisticado, con infinitas cámaras para captar no sólo los goles que en definitiva son los que sentencian el resultado del match. Cada infracción o falta de un jugador hacia otro será repetida hasta el hartazgo, no sólo por el presunto interés de la audiencia en determinar si esa falta fue real, sino porque además el VAR contribuye constantemente a interrumpir el juego, para determinar si agresión realmente existió, lo cual le será comunicado al árbitro para que actúe en consecuencia. Acá en Lobos, si bien todavía restan 15 días, no parece haber mayor intereses en el Mundial. Para quienes han leído una nota anterior que dediqué al mismo tema, digamos que hay otras prioridades. Ello sumado al hecho de que los partidos de la Selección, particularmente el debut, será televisado en un horario insólito (7 AM), pero que tiene como finalidad privilegiar el huso horario de los países de Europa.
Algo que nunca está de más mencionar, es que cada vez que la Selección iba a competir como favorito, nos ha ido invariablemente mal: Pensemos en 1994 (con el doping de Maradona y todo lo demás), 2002 (un país sumido en la crisis que ni siquiera pudo obtener una mínima satistacción con la conquista del trofeo), y ahora, en 2022, está pasando lo mismo. Haber clasificado holgadamente para el Mundial no garantiza en absoluto alcanzar la gloria una vez que dé inicio la competencia. Te lo dice alguien que no es experto de fútbol, ni mucho menos periodista deportivo. El último Mundial (Rusia 2018), fue un papelón, al punto tal que los propios futbolistas argentinos estaban disconformes con el entrenador y "dibujaron" ellos mismos su propia estrategia de juego. El DT fue elegido para conducir al plantel, no para permitir que sus dirigidos le "sugieran" cómo debe jugar el equipo. De todos modos, nos fue pésimo. Tal vez sería bueno aceptar que Argentina dejó de ser una potencia futbolística hace rato, desde 1990 en adelante, sin contar algunos certámenes menores como la Copa América y otros que en este momento no recuerdo.
Por eso, siempre es mejor ir de "punto" y no de "banca". Nadie daba un peso por el plantel del ´86, y ya sabemos cómo terminó la historia. De hecho, la clasificación para ese Mundial fue bastante agónica y Bilardo (el DT de aquel entonces), era seriamente cuestionado por la misma prensa que luego lo consideró casi un prócer. Como decía en el primer párrafo, es posible que a medida que se aproxime la fecha de la Copa del Mundo haya mayor entusiasmo, y si la Selección hace un digno papel, obviamente que los televisores en bares y casas de familia estarán al rojo vivo.
Messi integra el plantel, creo yo, más que nada por darse un gusto personal. Sabe que es titular indiscutido, aunque para los estándares del fútbol profesional ya es un veterano. Y como cualquier deportista de elite, perdió la velocidad y las increíbles gambetas de sus mejores épocas en el Barcelona. Así y todo (haciendo futurología), cualquiera que vea los partidos de la fase de grupos cuando llegue esa instancia, podrá advertir si lo que estoy planteando es real. Messi, hoy por hoy, "camina" la cancha, aunque conserva la habilidad para meter buenas asistencias o pases gol. O, quizás, haciendo futurología, hasta convierta algún gol de penal, siendo consciente de que los arqueros estudian bien el modo de patear los penales, sobre todo cuando ya entramos en octavos o cuartos de final. Pues bien, amigos, la suerte está echada, habrá polémicas por doquier, pero cuando termine el Mundial, cada uno volverá a lo suyo, porque ni la AFA ni los jugadores nos van a dejar plata en los bolsillos a fin de mes. Nos estamso viendo pronto. Punto final.
PD: Sepan disculpar los errores de tipeo, escribí esta nota de un tirón y a veces se me escapan esos detalles
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