30 de junio de 2023

Activarse

Comienza un nuevo mes, se abre un nuevo ciclo, que en esta ocasión se presenta como la previa a un proceso electoral. Esto último no es novedad para nadie a menos que vivas en un tubo, pero no es menos cierto que a veces preferimos no pensar... En ciertas cosas, diría Luca Prodan.

No siempre podemos hacerle frente a lo que la vida nos depara, pero en todo caso, si conservamos algo de voluntad, es un ejercicio mental interesante aprovechar esta coyuntura para indagar qué es lo que pretendemos como sociedad en un sentido amplio, desde el que vive en la Recoleta hasta quien tiene un rancho en Tilcara. Creo que nunca se hizo algo con un espíritu realmente con enfoque amplio. Estamos acostumbrados a referirnos a la propia sociedad como si nos fuera ajena: Es decir, desde el lugar de individuos, ni siquiera como ciudadanos.

Durante la pandemia escribí varias notas sobre esto, porque más allá de los estragos que causó en todos los órdenes, puso a prueba la capacidad tan desigual y disgregada de la población para acatar reglas y hábitos que nunca habíamos vivenciado. Y no faltaron quienes tenían un temor exacerbado ante lo que nos descolocó por completo. Pero no es el objetivo referirme nuevamente a eso ahora.

Si cualquiera de nosotros tuvo que atravesar una circunstancia excepcional y traumática y luego sigue comportándose igual que antes, todo hace suponer que algo no funciona bien, y si continuamos votando a los mismos que nos sumieron en el fracaso, no queda mucho que esperar. No sé si llegará el día en que nos pondremos de acuerdo en lo que queremos dejar definitivamente atrás. Una gestión de gobierno que, desde la Casa Rosada, hace agua por todos lados, y que no estuvo a la altura de lo que las autoridades consideraban la antítesis. Vale decir, el macrismo. Ambos gobiernos fueron pésimos, el de Aberto F. termina en diciembre y dudo de que en 6 meses pueda revertir la inoperancia que comenzó su gestión en 2019. Sin embargo, Alberto no me parece ningún estúpido y por eso sigo sin comprender por qué aceptó ser candidato cuando sabía que lo iban a sacudir por todos lados como una bolsa de boxeo.

Durante años dimos por sentado que nos merecía o nos correspondía el acceso a determinadas cosas, que (hoy) vemos que no tenemos. Inclusive, derechos consagrados por las leyes y la Constitución. Están en los papeles, pero no se los ve en la vida cotidiana y nadie garantiza su cumplimiento. 

Claro que indignarnos al pedo y sin motorizar un proyecto superador, no nos asegura ninguna mejora en la calidad de vida. Progresivamente hemos caído en una decadencia que se da en todos los órdenes: Es real y palpable. Cada día vivimos peor, incluso aquellos que ganan buena guita.

Es obvio que no tenemos el poder suficiente para revertir en un corto plazo cuestiones estructurales y carencias gravísimas. Pero aceptar mansamente que las cosas "son como son", es lo más parecido a la resignación que se pueda conocer. Uno mismo debe buscar la forma de bajarse del caballo antes de terminar en una estrepitosa caída, pero sin por ello creer que nos salvaremos solos. Buena parte de lo que estoy diciendo se va a reflejar en caso de que haya un ausentismo notable en estas elecciones, como ya ha sucedido en otras provincias. No es descabellado suponer un deja vu a octubre de 2001, cuando sólo fue a votar el 75 % del padrón en medio de un descontento generalizado y totalmente comprensible.

La cuestión es que, tarde o temprano, nos damos cuenta de que es momento de darle una vuelta de tuerca a la historia. Aceptar que somos protagonistas, asumir la responsabilidad de laburar a conciencia, y comprender que nuestros problemas personales no pueden ser resueltos por otros. Al resto de la gente no les importan un carajo, simplemente porque cada uno vive en sus cosas.

 Hay que dejar de ser nostálgicos. Por ejemplo, a mí me encantan los Beatles, pero desde 1970 no existen más. Sólo quedan los discos y las películas que hicieron. Hay que abrir un poco la cabeza y aceptar lo nuevo, pero no con cualquier bazofia que aparezca con aires de novedad. Siempre surgen cosas que valen la pena.

Hay que aprender a ser más componedor y tolerante ante lo que nos depara el presente, porque la música no es la misma, ni el cine, ni las películas en general. Todo lo que está surgiendo, proviene de motivaciones más complejas de lo que se suele conjeturar. Hay fenómenos sociales que marcan tendencia en las expresiones artísticas, como lo fue en su momento la cumbia villera, que llegó a ser degradante porque rozaba la apología del delito. Pero ese es un caso que tomé intencionalmente de algo llevado al extremo. 

En líneas generales, llegará un punto en que estaremos demasiado viejos y enfermos, y nos arrepentiremos de todo aquello que no hicimos cuando teníamos lucidez y juventud. Pero, para finalizar, estaría bueno afirmar lo siguiente: Ser “joven”, no es un pretexto para hacer estupideces o no hacerse cargo de nada. Es un recorrido hacia un camino que, si lo transitás con inteligencia, te puede conducir a los objetivos por los que tanto luchaste. Los plazos y los tiempos irán variando según cada uno, pero seguirán estando en tu ADN, digamos, si continuás peleándola con lo recursos que tengas a tu alcance. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

27 de junio de 2023

Aprendizajes (parte 3)

 En estas cuatro décadas y pico que llevo de vida, aprendí a ser más reservado ante cuestiones que considero íntimas. Sólo las conocen mi familia, algunos amigos, y mi psicóloga. He hecho terapia y no me avergonzaría retomarla cuando sea necesario porque los resultados han sido buenos, ¿Por qué debería? Me parece más útil canalizar lo que me está pasando ante profesional que tenga una formación específica para eso. Todos en determinada instancia necesitamos recuperar el entusiasmo hacia que antes nos llenaba de energía. Pero es lógico pensar, que ahora ese mismo sentimiento está ligado a otros hábitos diferentes. 

Estoy leyendo bastante durante mi tiempo libre, y además del contenido del libro siempre hay palabras nuevas para enriquecer el vocabulario. Por lo general mi preferencia está orientada a los ensayos o investigaciones, pero últimamente me he inclinado hacia la ficción porque además me permite adoptar recursos que son propios de los grandes escritores.

Otra cosa que tanto yo como aquellos que me lean tendríamos que aprender, es que no podemos decidir por los demás. Y si lo intentáramos, no sería nada provechoso. No me gusta convencer a nadie de ninguna verdad revelada, ni tampoco que pretendan hacerlo conmigo. Por otra parte, hay quienes creen que me están tomando por boludo, cuando en realidad yo los dejo que se regodeen en su perorata de incoherencias y mediocridad. Es decir, me hago el boludo, finjo un interés porque en determinadas circunstancias no se le puede decir al otro: “Usted es un estúpido”. Quizás algún día se den cuenta solos, no seré yo quien les advierta su escasa capacidad para pensar y analizar quitándose las anteojeras de encima.

Yo no vivo en la casa de Gran Hermano, por lo tanto, puertas adentro hago lo que se me antoja, no estoy expuesto al escrutinio público. Pero como ya soy un adulto hace rato, debo hacerme responsable de mis “cagadas”, en particular si afectan involuntariamente a alguien. No me gusta ofender o denostar a la gente, aunque haya sobrados motivos en más de una ocasión. La vida es como una balanza que busca su equilibrio, y a esos tipos también los pondrá en su lugar. 

Cuando le doy un consejo a un amigo, siento que me equivoco en mi proceder, porque él no me lo está pidiendo. Incurro en un error: Lo que desea, simplemente, es ser escuchado o desahogarse. Y si se trata de un amigo, está bien.

Obviamente, no soy ejemplo de nada, por lo cual eso debería eximirme de aconsejar a cualquiera. Lo que sí hago, en casos muy puntuales, es advertirle sutilmente que no le conviene caer en un exceso de confianza ante un Fulano equis. Y me tomo esa atribución, porque yo conozco a ese tipo y sé que es un chanta. Ahora bien, yo te lo digo, después vos hacé lo que quieras, por supuesto. Hay gestos nobles que nunca olvidaré, se los puedo asegurar. Gente que me ha ayudado cuando no estaba en mi mejor versión. Y ha habido otros que perseguían el objetivo de hundirme, de psicopatearme con mentiras y chismes.

Lo único que sé, es que los años te permiten ir despejando el camino, darle valor a lo que realmente se lo merece, y dejar que el resto te resbale. Dimensionar cada hecho según el impacto real que nos puede traer aparejado.

Desde luego, dicho de esa manera parecería una tarea sencilla, pero no lo es en absoluto. Cada día es una experiencia nueva, aunque parezca igual al anterior. Por ese motivo, también hay fechas, años, que no olvidaré jamás. Están relacionados a acontecimientos gratos pero dolorosos también. Y es parte de mi historia. Cada uno de ustedes construirá la suya. Seguramente hoy estoy con plena convicción de algo y dentro de un tiempo aparezca lo opuesto: La decepción. Pero son las dos caras de la misma moneda.

En otro orden de cosas, aprendí también a tomarme el tiempo que sea necesario para escribir en este blog. Cuando considero que no tengo nada que decir, prefiero esperar a que algo me inspire o me motive. Creo que nunca seré un escritor que reciba una aclamación del público, pero no sé si me gustaría que eso ocurriera  ¿Saben por qué? Porque es muy difícil repetir un éxito que reúna la misma calidad de una obra previa, y esto también es válido para la música, las artes plásticas, o lo que quieran imaginarse. Puedo escribir un buen libro, sí, pero sólo será bueno en la medida que yo lo considere así. Si yo escribo 200 páginas que me parecen una bosta y por esas vueltas de la vida se vuelve exitoso comercialmente, para mí seguirá siendo una obra mediocre.  

Quienes se elevan por encima de la mediocridad, gozan de un don y de una lucidez tal que uno cae en la certeza de que nunca llegará a alcanzarlos. No pretendo copiar el estilo de ningún escritor consagrado, porque además el resultado sería pésimo. Los autores más elogiados son metódicos para escribir y lo toman como un trabajo más, dedican una cantidad determinada de horas al día para ir tramando la estructura de una novela o un relato. Nadie escribe un buen libro sin abocarse con auténtica pasión y empeño para conseguirlo.

Hacer un programa de televisión, entre otras facetas de mi profesión, me hizo al darme cuenta de que hay personas que me quieren y aprecian, y que yo apenas conocía. O cuanto menos, que valoran mi trabajo. Yo no sé si soy mejor que Juan o Pedro, pero sí puedo afirmar que soy profesional, y que cuando algo no me sale bien, soy el primero en percatarme al igual que en el ejemplo anterior. Ha habido programas que no me gustaron, y sin embargo fueron del gusto popular, vaya uno a saber por qué. Pero casi todo se puede corregir.

Resumiendo: Todo lo que expresé en los párrafos de arriba, me da fuerzas para seguir adelante. Hace 21 años ya que me dedico al periodismo y es evidente que no me llenaré de guita con esta profesión, pero es lo que yo elegí hacer. Podría haberme capacitado en otra cosa, pero eso ya sería entrar en terreno de lo hipotético.

El "¿qué hubiera pasado si....?" no tiene sentido. El tiempo corre demasiado rápido como para desperdiciarlo en disquisiciones de futurología que no conducen a nada. Por eso, estimados lectores, y aunque en esta nota me propuse no dar consejos si no nadie me los pide, lo único que les diría es que disfruten todo lo que puedan, porque los tragos amargos vienen solos. Y que no se la pasen puteando por motivos fútiles, cuando sabemos que el desafío que tenemos por delante es lograr la paz interior para poder proyectarla hacia nuestro entorno. Punto final.

26 de junio de 2023

Por qué estas elecciones marcan un quiebre

 Es lunes, y como es costumbre arrancamos la semana con todo. Magnífico día en Lobos, a pleno sol, cielo totalmente despejado y un marco inmejorable, tras haber transcurrido tres días o más cortando clavos. Al menos por hoy, no hay ningún motivo para renegar y/o quejarse. Y aunque sea un comentario meramente anecdótico, no deja de tener valor.

En los próximos días, estimo que se vendrá una intensa producción periodística intensa dentro de mi portal de noticias, pero tratando ir esquivando un excesivo predominio de notas de tinte político. Esa estrategia “zigzag” persigue como único fin, el hecho no abrumar al lector ante el evidente desinterés que se advierte en la comunidad, excepto para aquellos que son candidatos o referentes de los distintos espacios que competirán. Es inminente la campaña, lo sabemos todos. Sin embargo, para evitar ese efecto desgastante que mencioné antes, veré si consigo ir intercalando con otro tipo de material, siempre que haya, porque estoy convencido de que los avatares de la vida pueblerina no se detienen ante una contingencia electoral.

 El contenido del diario digital, va en función de lo que uno considera que el lector necesita saber o conocer. Habrá cambios que se podrán advertir en breve, en base a ese objetivo de brindar un enfoque que sea variado, como las distintas secciones que tienen los diarios impresos. Los presupuestos de campaña ya fueron presentados y hasta tanto no llegue a un acuerdo con los referentes de cada sector, todo lo demás quedará en "stand by". Lo que sí tengo en claro es que antes de publicar cualquier cosa para rellenar (como veo que algunos hacen, no sólo aquí), prefiero dejar las cosas como están. No se trata de subir una nota porque sí, si no genera atención en público.

En un medio que está dirigido a la comunidad de un pueblo chico, no es relevante (al menos para mí) poner foco la actualidad nacional, porque todo lo que se pueda decir o escribir en ese sentido ya está al alcance en otros de alcance masivo. Una muestra inequívoca que el desencanto de la población ante un nuevo proceso electoral pudo advertirse en las elecciones de ayer en Córdoba, con un altísimo índice de deserción, ausentismo, o como quiera que se llame. Se estima que votó el 60 % del Padrón, lo cual para los cargos que se elegían en la provincia mediterránea, es muy poco. 

Todo me hace pensar que este año me tomaré con más calma la campaña en sí misma, pero cubriendo full time lo que sea necesario, porque hay un alto porcentaje de indecisos e inclusive lo que salga publicado bien puede considerarse como un servicio: Pongo a consideración de la gente las propuestas de cada precandidato a nivel local, y supongo que en base a ello, los votantes decidirán. Mientras tanto, la vida del laburante sigue, con los consabidos problemas que debemos enfrentar a diario para darle pelea a un escenario turbulento. Este Gobierno Nacional está agotado. Puede que sea electo otro de filiación kirchnerista con Massa a la cabeza (o en menor medida Grabois), no descartaría nada. Pero no veo que asuman un compromiso para la paulatina reconstrucción de la tierra arrasada que ellos mismos dejarán con funesto legado el 10 de diciembre. Para decirlo de un modo sencillo, no se harán cargo de nada y continuarán hasta el infinito culpando al macrismo de todos los desaciertos que Alberto F. y su séquito perpetraron alevosamente. Yo ya me referí muchas veces a la crisis que nos dejó Macri, por eso no tiene sentido continuar machacando con eso hoy por hoy, ni siquiera para el común de los ciudadanos que no tienen pertenencia ideológica.

 Lo que me parece alentador, es ver que el electorado ya no come vidrio, que adopta una postura crítica ante las medidas de éste o cualquier Gobierno, y que sabe que los canales de noticias (desde TN hasta C5N) adoptan una línea editorial que se ve reflejada sin disimulo en todo el transcurso de la grilla. De más está decir que yo nunca le diría a nadie por quién debería votar, aunque sea en una charla informal.  No me corresponde, más aún cuando todavía no decidí mi propio sufragio.

Abunda, sí, mucha soberbia y prepotencia de parte de quienes pretender ganarse el apoyo de ese grupo de indecisos que pueden ser clave para inclinar la balanza en favor de uno u otro. Pero a mayor exceso de confianza en cuanto a un eventual triunfo, más estrepitosa y decepcionante terminará siendo la derrota. Podés adoptar un tono triunfalista, sólo cuando se cierren los comicios y se empiecen a contar los porotos, no antes. Sobran ejemplos de aquellos que se adjudicaron la victoria al comienzo del conteo y que luego pasaron un papelón porque los resultados se revirtieron. De hecho, uno sabe que hasta los políticos “jubilados” pero con un evidente roce político por los años de militancia, terminan incurriendo en el mismo error, que es el resultado de que los demás les digan lo que les gusta escuchar. Pero al final de cuentas, no es motivo de sorpresa, porque la Argentina se ha convertido desde hace años en un país donde predomina la desmesura y del "vale todo", por lo cual no hay término medio. Eso es, en última instancia, lo más preocupante. Punto final.  

22 de junio de 2023

Invierno cruel

 Este invierno que recién comienza promete ser más crudo e inclemente que los anteriores. Habrá que desandar estos tres meses previendo temperaturas bajo cero, y seguramente alguna ola de frío polar. A diferencia de los últimos años, lo que estamos viendo hasta ahora es que la cantidad de días nublados, con humedad, y baja sensación térmica bien puede considerarse un preludio de lo que vendrá. Puede parecer una gansada despotricar contra el frío o el calor porque son fenómenos naturales, y en todo caso habría que indagar más en lo que representa el cambio climático para darle sustento a un análisis bien documentado. Pero la cosa es simple: Si te enfermás de una gripe o una neumonía, deja de ser un comentario casual entre transeúntes, porque las consecuencias se vuelven palpables y evidentes. Estamos hablando de salud, ni más ni menos. El bien más preciado y el que menos valoramos.

 El sol asoma de a ratos, como jugando a las escondidas, muy tenue, y aun cuando el cielo aparece despejado, no logra aliviar de modo significativo el viento helado que te golpea en la cara, una llovizna persistente que en realidad no es más que el resultado de los bancos de niebla frecuentes, por lo cual no se consuma en un chaparrón. Hasta ahora, estoy padeciendo el frío versión 2023 como una inusual estocada. Y cada uno busca mantener templado los recovecos de su casa de la forma que esté más acorde a su presupuesto, ya sea con un calefactor convencional, con una estufa garrafera, o con un caloventor. Comprar leña puede resultar costoso en la actualidad. Pero nada se compara a la posibilidad de tener un hogar (es decir, un sitio para hacer fuego), porque los troncos que se van arrojando a las llamas, si la construcción tiene un buen tiraje o otras especificaciones, duran bastante e irradian el calor necesario para alcanzar a todos los ambientes de una vivienda promedio. 

Para las farmacias, el invierno es la "temporada alta" en términos de ventas, precisamente porque nos enfermamos con mayor frecuencia, donde tenés antibióticos, antigripales, y medicamentos similares que se recetan o bien son de venta libre, y uno los consume para evitar tener que ir al médico. No vamos a engañarnos.

Tengo unos amigos que viven en la Patagonia y cada vez que conversamos me cuentan del viento constante, de las nevadas, un clima sumamente inhóspito pero está claro que ya se han acostumbrado porque no son turistas, hace años que viven allí y está dentro de lo normal para esa región del país. En PBA es distinto, hemos tenido inviernos muy cálidos, pero que sólo tienen valor para un insípido anecdotario, cada ciclo es diferente. Dentro de poco tiempo, vamos a tener que sacar bufandas, gorros, y todo tipo de accesorios para salir a la calle sin pescarnos ninguna peste. Sí, señores, es un invierno cruel, pero sigue siendo mejor que perder la capacidad de encontrarle la vuelta a cada nuevo capítulo del año. Y aunque no tenga mucho que hacer al respecto, no dejo de pensar en quienes pasan las noches a la intemperie, o en condiciones deplorables. No es un consuelo estúpido, es la realidad. Que en la Argentina haya personas en situación de calle es profundamente inmoral, y es obvio que nadie lo hace porque le guste cagarse de frío, sino porque estamos ante el fracaso del Estado como tutela de los derechos básicos de los ciudadanos, que son vulnerados (o ignorados) desde tiempos inmemoriales.   

Anochece muy temprano (no es novedad en esta época), y cuando llega esa instancia, si tengo la opción de quedarme "guardado", no salgo hasta el día siguiente. Trato de hacer rendir el tiempo, para poder cumplir con todo lo que tengo previsto realizar antes de que caiga la tarde. Si no es posible, no hay problema por eso, hay que estar en el lugar que corresponda, no me quedo paralizado ante una contingencia climática. Me cebo unos mates antes de salir si tengo 15 o 20 minutos disponibles, y después de eso continúo con todo lo que me toque cubrir periodísticamente, o con los trámites que me queden pendientes. En líneas generales, intento no quejarme por boludeces, pero cuando se van acumulando se transforman un cuello de botella. Son nimiedades, como si se tratara de una piedra en el zapato, pero es que van cayendo una atrás de otra, no alcanzás a tapar un agujero que te encontrás con otro.

Deberíamos entender que el tiempo de los demás no es igual o coincidente al tuyo, por lo cual yo puedo estar haciendo algo importante para mí que la otra persona ni lo tiene en cuenta. Es habitual recibir demandas de alguien a quien no le pudiste cumplir con una entrevista que te pidió o lo que fuere, por más que uno sea responsable, puntual y respetuoso. El error que tiene esa persona, es pensar que yo estoy disponible únicamente para destinarle espacio a lo que pretenda expresar, y que carece de todo interés para el resto de los mortales. Por eso uno de los defectos que menos soporto de parte de terceros es la vanidad, sumado al egocentrismo. Buen punto, que sería un tema largo de desarrollar sin caer en un exabrupto. Lo que les puedo asegurar es que, cuando una nota me interesa, me he quedado esperando todas las horas que fueran necesarias hasta que un determinado "funcionario" me recibiera. Mientras el cuerpo aguante, lo seguiré haciendo, aunque lo ideal sería no someterse a una amansadora semejante. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

 

21 de junio de 2023

Canje de figuritas?

Un agitado comienzo de semana "laborable". Durante todo este miércoles casi no paré, desde que me levanté hasta que me hago un tiempo para redactar estas líneas, siendo las 20:54 hs. Buena parte de la mañana la destiné a grabar el programa de TV y a pagar cuentas. Pero a decir verdad, siempre prefiero estar haciendo notas antes que permanecer al pedo en la espera de algo que nunca llega, o con la sensación de tiempo muerto, a la usanza de los partidos de básquet. En los feriados laburé, pero a un ritmo menor al cotidiano porque pese al esfuerzo de encontrar material interesante, era sabido que serían días de poca actividad. 

No tengo ganas de escribir sobre política, ni de hacer análisis o conjeturas, de si Fulano va primero o segundo en la lista de concejales, de si arreglaron para ir juntos en un torpe intento por evitar una interna equis... A la gente que tiene que cumplir un horario, en el supuesto de que tenga trabajo, cuando termina la jornada lo que menos quiere es pensar en precandidatos, sea del partido que fueren. Lo que quieren es estar con su familia, con sus hijos, ver televisión o cualquier cosa que dista bastante de las charlas de café de los dirigentes para "dibujar" un armado electoral. El sábado vence el plazo para presentar las listas, de manera que todo lo que se pueda hablar en los días previos es mera charlatanería, más allá de que las fuentes consultadas sean fidedignas, o tengan buena parte parte de veracidad. Que digan lo que quieran, que se peleen o se "maten" entre ellos, yo no tengo nada que ver. Debo aclarar lo siguiente: Son vecinos de Lobos, y en la mayoría de los casos siento aprecio y estima hacia ellos. Pero no me involucro en absoluto, porque no soy afiliado de ninguna fuerza política. Por ese motivo no seré nunca candidato a nada, y no creo que aceptara un ofrecimiento de ese tipo, para el cual debería (hipotéticamente) resignar mí labor periodística. 

Cuando se calmen las aguas, cada partido tendrá el espacio que desee en mi portal, si acepta pagar el costo que representa estar más de un mes dedicado a una cobertura full time. Eso ya lo he dicho en otra oportunidad, pero en resumen, yo ofrezco un servicio, y siempre busco la satisfacción del cliente, ya sea un almacenero o una campaña política. Mientras paguen, está todo OK. Y como el presupuesto será para todos por igual, me saco una disputa de encima. El monto por la campaña que yo voy a fijar, será el mismo para todos lo que me lo soliciten. No va a ser una cifra desmesurada e imposible de pagar, pero tampoco serán dos pesos. Habrá quienes busquen salvarse económicamente con los ingresos proselitistas, pero no es mi caso. Lo tomo como un "extra", que llegado el caso no me viene nada mal, pero todo está por verse. 

La producción periodística no es para improvisados. En lo personal, es momento de hacer valer la educación y la capacitación que uno destinó a tratar de ser un profesional. Si yo hubiera empezado a ejercer periodismo hace 2 años, estaría aquel que dudaría de mi forma de trabajar y de manejarme. Pero ya llevo 21 años en esto, y lo digo sin ningún dejo de soberbia, porque es la realidad. Volviendo a la política, las negociaciones contrarreloj no siempre conducen a buenos resultados y se parecen más a un "toma y daca" que a otra cosa. Todavía no decidí mi voto, y tengo la impresión de que lo haré a último momento, pocos días antes de los comicios. Si los precandidatos que elija terminan defraudándome, no me sorprendería porque no sería ni la primera ni la última vez. Y si, por el contrario, esas mismas personas llegan a ser electas practicando lo que han predicado durante la campaña, me voy a sentir satisfecho (y menos estúpido) al saber que mi sufragio no fue una papeleta más dentro de un sobre para sostener a una élite que se advierte en todos los estamentos, cada uno con sus triquiñuelas. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 

18 de junio de 2023

Día del Padre y semana corta

Domingo, Día del Padre. Estamos a punto de comenzar una semana “corta”, casi de transición, por esta cuestión de los feriados puente. Sin embargo, no deja de ser crucial en el marco de las definiciones que deban darse para conocer la lista de candidatos de cada partido rumbo a las PASO. La fecha límite es el sábado 24, y aunque a junio le restan algunos días, tengo la sensación de que transcurrió demasiado rápido. Es normal desandar un nuevo mes con cierta expectativa, aunque no se trate más de 30 días que –como mencionaba antes- a veces se nos antojan eternos y otras veces transcurren rápidamente y sin ninguna consecuencia notable en nuestras vidas. No sé, marzo siempre ha sido largo y difícil de llevar, eso me ha pasado siempre porque hay una reactivación general que demanda más esfuerzo y recursos para cubrir periodísticamente lo que va pasando. En julio llegará la Feria Judicial y muchas causas quedará en el freezer hasta nuevo aviso.

Yo no estoy exento de la crisis económica imperante, pero no tengo ganas de quejarme ahora, y tampoco voy a ser tan ingenuo como para pensar que esto se solucionará en un corto plazo. El gobierno que asuma tampoco lo podrá hacer sin el acuerdo de los que resulten ser oposición. Claro que, lo que más me rompe las bolas, es que hablen de la “herencia” recibida, cuando desde el momento mismo de postularse sabían con qué país se iban a encontrar, así que mejor que se dediquen a mostrar con hecho concretos que el pueblo les concedió el voto para revertir todo lo que nos ha sumido en una situación de permanente desconcierto y desbarajustes en todos los órdenes.

Incluso, en el fragor de la campaña proselitista, si hacemos un análisis a título personal, es un exceso de facilismo culpar a la crisis, al Gobierno, o a quien sea, de tus propias frustraciones. Hay un contexto que te oprime y que no ayuda a que te sientas bien y puedas pensar tranquilo en tu futuro, eso es cierto, pero si nos dejamos ganar por “lo mal que estamos” en 6 meses de 2023, ¿qué queda para nosotros en el resto del año? No sólo de pan vive el hombre, dijo alguien. Pero alguien, en una canción, dijo una verdad irrefutable: “Con hambre no se puede pensar". Más de una vez he planteado: Me gustaría ver a los funcionarios educativos alimentándose con los productos de terceras o cuartas marcas que reciben las familias de los pibes en edad escolar, algo poco probable porque cuando voy al supermercado siempre los veo con el changuito lleno y sin dudar en pelar la tarjeta para llevarse la mercancía.  

Este gobierno que está próximo a emprender la retirada ha brindado numerosos programas de ayuda y asistencia social, que no están mal en sí mismos, todo lo contrario. Pero la cantidad es casi infinita y aparecen algunos que merecen una revisión. El primer paso sería ver los resultados reales de todos los existentes, y unificarlos lo más posible. Y reforzar las incompatibilidades. Es decir, que aquel que ya percibe un beneficio no pueda recibir otro. Fue correcto que se implementara el IFE en su momento como un paliativo en la coyuntura más álgida de la pandemia, porque la debacle económica nos arrastró a todos hacia una ciénaga de la cual no podíamos salir. Los que cobraron el bono pudieron gastar ese dinero en los comercios, o en pagar las cuentas de los servicios públicos, no lo sé. Pero no tengo nada para cuestionar cuando se trata de medidas excepcionales. Lo que sucede, es que todo lo “positivo” que vos como gobierno puedas hacer en políticas de Estado, se ve opacado por hechos repudiables, como que el presidente festejara el cumpleaños de su esposa con una nutrida lista de invitados (la foto es irrefutable), o que hubiera privilegios para acceder la vacuna, el famoso Vacunatorio VIP, que de hecho existió y le costó el cargo al Ministro de Salud. En una sociedad que todavía no termina de cerrar las heridas de hace 3 años, hacer un repaso por tanta inmoralidad y abuso de poder, causa un profundo rechazo.

La economía repuntó en 2021/2022 sólo como efecto rebote de haber permanecido por el piso casi todo un año, no hay otra explicación. Por eso ahora estamos en la misma meseta. Por eso los que están en la Rosada meten parches donde sea para llegar de un modo ordenado a diciembre. “El último que apague la luz”, deben estar pensando, y es el propio Alberto Fernández quien se propone dinamitar al kirchnerismo, habiendo sido uno de sus ideólogos. Así como hubo una “resistencia peronista” durante los años de Perón en el exilio, no es descabellado suponer que emergerá una resistencia kirchnerista, que sólo va a extinguirse ante la falta de liderazgo para los que (hasta ahora) integran la militancia. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


13 de junio de 2023

Mirando al Sur, pero también al Norte

 Ayer, 12 de junio, fue el día más frío del año (hasta ahora), y las puteadas contra el clima no tardaron en llegar. En parte, se sintió más porque tuvo que ver con el comienzo de la semana, pero cuando nos toquen en suerte temperaturas bajo cero, ese pequeño hito de 2023 carecerá de importancia alguna, como también tiene escasa relevancia detenerse a pensar en muchas cosas. Un capítulo más de esa eterna disputa “frío vs. calor” que no llega a una escalada superior porque no tenemos a quién culpar, no hay ningún gobierno que pueda contra ello. Mientras tenga ropa de abrigo, soportaré con el estoicismo de antaño el arribo de las heladas. Estoy buscando una bolsa de agua caliente para que cuando me voy a la cama no tenga mis pies como dos cubitos, de seguro en algún lugar de la casa están, pero uno recién se da cuenta al momento de comprar otra, quedando así como un pelotudo. Una requisa por el placard me demostró que ahí no están, aunque tampoco me puse a vaciarlo para hallar el tesoro escondido. Lo único que hice, si de bolsas se trata, es colocar en esas negras tipo consorcio todas las prendas del verano, que no volverán a usarse por un buen tiempo, aunque nunca se sabe. Todavía recuerdo la ola de calor de la primera quincena de marzo que obligó a la suspensión de las clases. Algunos memoriosos suben fotos periódicamente de una época que no viví, una gran inundación que azotó a Buenos Aires en mayo de 1985. 

Hace rato que no viajo a CABA, y no tengo motivos para hacerlo, qué se yo, tendría que ir con plata para gastar y pasar el día tranquilo, si surge alguna excursión puede que me interese. En la Biblioteca de Malvinas, de vez en cuando organizan viajes, y al último que fui recorrimos la parte turística de La Boca, creo que eso fue en 2017. En ese mismo viaje visitamos la Usina del Arte, que no me pareció nada especial. Ir a un lugar donde se expone arte es interesante, pero yo sentía que era un enclave absolutamente artificial de lo que Buenos Aires representa para mí. Hubiera preferido caminar por la calle Corrientes en dirección al Obelisco como solía hacer. Para todo eso habrá tiempo, y la ciudad no será la misma que yo conocí cuando lo haga.

Lo que sucede es que todo lo que pueda interesarme comprar, cuando tengo algo de dinero, lo compro por Mercado Libre, o se lo podría encargar a un comisionista llegado el caso. Si pasar un fin de semana en Lobos con poca guita es deprimente, imagínense cómo sería la misma debacle financiera en CABA, no tiene sentido ni siquiera pasar el peaje. Antes me acordaba de casi todas las estaciones de subte que había, pero con el paso de los años se fue extendiendo la red, y hay alguna en las que nunca me he detenido porque no existían, lo único que sé es que la línea A era la que más cerca me quedaba de donde yo vivía, y que hacía el recorrido desde Plaza de Mayo hasta las estaciones Acoyte o bien Castro Barros. En el primero de los casos, iba a las ferias de Parque Rivadavia. Y cuando paraba en la otra, era porque un amigo de Lobos tenía un “depto.” cerca de allí y lo iba a visitar.

No sé cómo, en qué momento de esta nota, me puse a hablar de CABA, porque lo que ustedes leen lo escribí casi de un tirón. Los provincianos tenemos un sentimiento "anti-porteño", y ellos a su vez con nosotros. Se creen que vivimos en la inmensidad de un campo con vacas, o algo parecido. Si discriminan a quienes viven en el Conurbano, porque los ven como una amenaza de invasión inminente a una metrópoli supuestamente impoluta, qué nos resta a los que estamos mucho más lejos. No saben nada de los municipios de PBA, porque no les interesa, y si les decís que acá nació Perón, no creo que eso cambie, ya que los porteños aborrecen al General y su doctrina (en la mayoría de los casos).

Lo mismo pasa con New York; Es la ciudad más poblada y más cara de Occidente, los alquileres son altísimos, y por lo tanto no es para cualquiera, al igual que Manhattan. Si le preguntás a alguien de Iowa o de Alabama, quizás te diga que nunca estuvo en NYC, y tampoco le despierta un interés superlativo. Es más: Puede que prefieran Miami si les das a elegir, por las playas y todo eso. Florida dejó de ser el estado de EE. UU. que elegían los viejos para vivir con su jubilación, con sus bungalows y condominios. Hoy el crecimiento demográfico, con el aporte de los hispanos, le otorga una de las poblaciones más jóvenes que tiene el país. Por supuesto que nunca estuve ahí, pero los datos de los censos y los corresponsales argentinos que tienen base allá coinciden en esa apreciación. Por una cuestión ligada a la inmigración de nuestros antepasados, Europa hoy se vuelve más atractiva como destino para quienes tienen unos buenos billetes y desean conocer algo más que Times Square o Wall Street. Pero, al final de cuentas, no soy agente de viajes ni guía turístico, de manera que voy a reanudar este tema en otra ocasión, sin irme por las ramas. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.  

 

11 de junio de 2023

Todo listo para volver a las pistas

Domingo por la noche, mucho frío en la ciudad. Me voy preparando mentalmente para arrancar la semana con el mejor perfil que me sea posible, con la versión que más se ajuste a lo que significa vivir interactuar como todo ser social, y meterle rosca a la producción periodística.  

En los últimos días no he podido dormir bien, pero llega un punto que, una vez ya totalmente despierto, ya está no hay más nada que se pueda hacer. No tiene sentido quedarme la cama aunque tenga tiempo libre o me haya tocado transitar un fin de semana con poca actividad. Para lo que resta del día siempre hay que buscar algún material que sea interesante, y el problema radica en que no sé si la política lo es. Más adelante sí puede darse, al igual que en otro año electoral, cuando ya se den a conocer todas las candidaturas. Seguramente voy a hacer el habitual repaso matutino por los portales de noticias de la región, siempre encuentro algo que guarda alguna relación con la actualidad de Lobos. También me sirve como un "disparador" para comenzar a escribir un texto nuevo, porque se puede trazar una comparación con lo que sucede en localidades de las que nos separan pocos kilómetros. Cuanto más planificás, peor suele ser. A veces es conveniente tener en claro sólo un par de cosas básicas y dejar que lo demás vaya dándose sin forzar ninguna situación. Probablemente, si me pongo a ser demasiado minucioso con lo que haré en la semana, termine consiguiendo poco y nada. Lo que me sorprende hasta el día de hoy, es que dentro de un pueblo chico, no dejo de conocer gente nueva. Y aunque no haya una relación de amistad, pueden tener algún arte o ejercer alguna profesión que bien vale una nota periodística. 

Si tengo que dirigir un mensaje llano hacia quienes me están leyendo, sería el siguiente: No se preocupen en exceso, no intenten recordar aquellas cosas que nunca les importaron de verdad. Pueden tomarlo a modo de consejo si lo desean, porque se pierde mucho tiempo y se gana mucho rencor con gente que ni siquiera merece detenerse a pensar en ella. Cuando un cliente se da de baja, me molesta o me fastidia, porque es guita que dejo de cobrar. Pero sé que, con un poco de esfuerzo, aparecerá otro que no tendrá problemas ni aires de "divo". Los oportunistas no van conmigo: Para ser honesto, la realidad puedo llegar a ser tolerante si hay una relación comercial de por medio, pero ese tipo de sujetos no son quienes vayan a conseguir mi amistad. Inevitablemente, como hay personas con dotes de manipulación, a veces uno se deja engañar y cae en las redes de esos parásitos, que nadie se explica cómo viven porque nunca se los ha visto laburar. 

No lo puedo afirmar con certeza, pero hace unos días hablábamos con un amigo, sobre que muchos de esos tipos que aparecen de la nada, deben venir a Lobos a lavar guita. Reitero que no tengo certezas, es difícil de probar, y no me corresponde a mí hacerlo, sino a la AFIP que hace alevosamente la vista gorda cuando le conviene. Me ha tocado tratar o entablar conversación con tantas personas a lo largo de mi vida, que uno no tarda mucho en "sacarle la ficha" al que anda detrás de algún negocio turbio. El patrimonio de cada uno puede ser objeto de múltiples causas, como ser el heredero de una familia que ya tenía riqueza en su haber. Por eso, no hay nada más "grasa" y despreciable que los nuevos ricos, porque caen casi ridículamente en la ostentación. Si vos fuiste una pobre rata buena parte de tu vida y de buenas a primeras tirás manteca al techo, no sólo estás renegando de tus orígenes, sino que creíste erróneamente que el dinero otorga status, y no es así. Solamente pasarás a estar en otra clase social por tu nivel de ingresos, por los autos o casas que tengas. De forma casi excepcional, hay contados casos en los que una persona llega a amasar una fortuna sin que se le vayan los humos a la cabeza. Sea como fuere, habría que estar en esa situación. Realmente no sé qué haría si tuviera tanta plata como para no saber en qué gastarla, y como eso nunca va a suceder, quedará en el terreno de la imaginación. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

8 de junio de 2023

Héroes anónimos como vos y yo

 Dicen que para hablar de un autor, tenés que conocer su obra. Ese planteo parece bastante sensato, pero vos podés decir que un libro, una pintura, o un disco no te gustó, y listo. No veo la necesidad de tener que analizar todo lo que ese artista hizo antes o después de el material que tenés antes tus ojos o oídos. Me parece un rasgo de intolerancia que haya artistas "intocables" a los que no se les pueda cuestionar nada, como Spinetta (por dar un ejemplo). Lo que pasa es que en las redes, sobre todo en Instagram, abundan los fundamentalistas, no hay modo de que se pueda llegar a un acuerdo con ellos, lo mejor es dejarlos que se regodeen con su idolatría. Por otra parte, son gente que uno ni siquiera conoce personalmente, y eso se presta para la agresión gratuita. 

También representa un gran bostezo tener que explicarle a alguien por qué no te agrada una banda de rock o de lo que fuere. ¿Qué necesidad hay de fundamentar todo, habiendo asuntos más importantes que sí merecerían un debate? No jodan, loco. Si la música popular es tan vasta, significa que cada vertiente tiene su público, y ello termina siendo lo que le otorga valor a cualquier expresión artística. Hay películas que son tan malas, que el consenso es casi unánime. Todos los que la vieron te podrán afirmar que esos filmes son una bosta, ya sea porque la trama es un desastre, porque las actuaciones son mediocres, o porque el desarrollo es excesivamente largo y previsible.  

Uno puede elegir no ver televisión, dormir todo el día, o no escuchar radio, y hasta puede tomar la decisión de cambiar de laburo y dedicarse a otra cosa, pero lo que no puede elegir es el entorno porque es omnipresente en cualquier tarea como seres sociales que somos. Aunque viajes de Ushuaia a La Quiaca, siempre vas a tener un entorno que te condicione, y aquí podemos hacer la salvedad de que ese condicionamiento no siempre es negativo, podés tener la suerte de rodearte de gente que te motive a sentirte bien, que te ponga pilas. Lo contrario, lo patológico, sería convivir con personas que te limitan y no te dejan progresar, porque quieren cuidar su propio pellejo y temen que vos les arrebates un posicionamiento laboral o de cualquier tipo que ellos creen tener. 

A la gente le gusta las historias de ascenso y caída de los ídolos, del pecador que se redimió, del Ave Fénix, y retomando lo que decía antes, historias de esa índole, que se consideran inspiradoras, rinden muy bien en el cine. ¿Quién no ha visto una de Rocky alguna vez? ¿Quién no se conmovió con la maravillosa historia de Forrest Gump? ¿O la biografía de Steve Jobs, el tipo más sorete de la historia pero uno de los más brillantes a nivel intelectual? Da la impresión que se necesitara encontrar un sesgo épico en cada cosa que ocurre para que sobresalga y adquiera relevancia. La vida es mucho más rutinaria y menos épica de lo que se supone, porque la lucha diaria es por tener un día tranquilo y ganarse el mango, ya con eso es suficiente. Es cierto que de vez en cuando aparece en los medios algunos de esos casos admirables de superación, que también son llevados al cine o a la literatura por los motivos que comentaba antes. Nosotros tenemos nuestra propia película, ¿saben por qué? Porque somos seres anónimos que luchamos contra la adversidad, que nos bancamos colas interminables para cualquier trámite, que sobrevivimos a infinitas devaluaciones y picos inflacionarios, y dándole un poco de imaginación a lo que prentendo expresarl, creo que todos los de la clase media o media/baja tenemso algo de héroes, como aquella canción de Pappo dedicada al "hombre suburbano". Puede ser un consuelo para bobos, pero no es poca cosa el hecho de estar vivos,  tener buena salud física y contar uso de razón en este mundo desquiciado. Tal vez me exageré un poco en este párrafo y me dejé llevar por lo que me iba saliendo escribir, pero aun así, pienso que no deja de ser real, o cuanto menos verosímil. Deberíamos tenerlo en cuenta para el futuro, quién dice. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

7 de junio de 2023

Día del Periodista versión 2023

 Tengo el impulso, las ganas, de escribir en este blog todo cuanto me sea posible, tratando de obviar cuestiones que ya he abordado antes. O en todo caso, analizarlas desde un lugar distinto. No me importa si mis publicaciones las leen 10 o 100 personas. Por supuesto que sería una satisfacción que un espacio de opinión cuente con una audiencia relevante, pero eso hoy no lo veo como prioridad. Lo que pongo en primer lugar es ese intento por analizar o desmenuzar aquello que no me queda claro a mí y en muchos casos, al resto de la sociedad. Por eso hago periodismo. Y por eso hoy, en el día que nos homenajea a los trabajadores de prensa, los saludos de mucha gente querida me brindan el estímulo para continuar con esta pasión. 

Claro que sería una hipocresía, afimar que las cosas siempre salen bien. Eso es falso. Nos comemos puteadas y agravios con frecuencia. Pero tarde o temprano, cae el peso de la verdad, y como lo que yo informé en su momento se rige por ese principio, los demás podrán decir lo que quieran. Las críticas que me hagan mi familia o amigos las tomo de otra manera, porque sé que son (o deberían ser) constructivas. No me marcan los errores para descalificarme, sino para enmendarlos y poder seguir creyendo que en el periodismo el aprendizaje termina el día que te morís. 

Constantemente encontrás nuevos enfoques, una vuelta de rosca, y recursos para hacer más amena la lectura de quienes confían en vos como medio de información. La tecnología cambió por completo el método con el cual laburaba cuando egresé de la facultad. En aquel entonces, los diarios en papel gozaban de buena salud y se vendían muy bien, Internet era muy incipiente, y hubo que readecuarse a eso. Barajar y dar de nuevo. Escribíamos a máquina, lo cual hoy por hoy es toda una antigüedad. Hubo que acostumbrarse a redactar textos más cortos, ir adaptándose a las redes sociales como medio para impulsar la cantidad de lectores de un portal de noticias. Como el poder de síntesis nunca fue una de mis virtudes, tuve que redoblar esfuerzos para facilitar el acceso ágil y rápido a la noticia. No tiene sentido desgrabar largas conferencias que ocupan dos o tres páginas de Word. Me aburre a mí, y pierde interés porque es mucho texto para la pantalla de un celular, o de una tablet. 

No puedo evitar pensar en el camino transcurrido, en todas las "cagadas" o equivocaciones que me mandé cuando recién empezaba, en el famoso derecho de piso que supuestamente hay que pagar para ganarte un lugar y posicionarte. Ya han transcurrido más de 20 años. Casi la mitad de mi vida. Sin ninguna demagogia, les puedo afirmar que si volviera a nacer, no me caben dudas de que elegiría nuevamente esta profesión. Sé que no me voy a llenar de guita, no ha sido así antes ni tampoco lo será en el futuro. Pero mi meta es ganar una suma que me permita no tener que pasar apremios económicos, y poder ver recompensado lo que hago. Es decir que no estoy hablando de ninguna clase de lujos, si quieren denominarlo así. Yo salgo a la calle a hacer notas sin pensar si tengo ganas o no. Puedo tener un día de mierda pero salvo que se trate de una cuestión personal muy grave o urgente, tengo que cumplir, tengo que estar cubriendo lo que pasa, para eso los clientes y auspiciantes confían en mí. Y reitero que la mejor definición que me vienen a la mente de lo que debe ser un periodista, es sencilla: Un observador agudo y sensible de la realidad, algo que no aparece en ningún manual pero que lo vas adquiriendo cuando comprendés que no todo lo que acontece está escrito, que hay centenares de lobenses con historias para contar pero que nadie visibiliza, entonces sólo me resta decir que seguiré adelante, procurando siempre separar el trabajo de las horas de descanso o esparcimiento. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

4 de junio de 2023

Desfile de Lobos, con mucho laburo encima

Parte 1: Domingo, son casi las diez de la mañana. Dentro de unas horas comienza el Desfile de Lobos, y me levanté temprano para asegurarme de que todo estuviera en orden. Una vez que llegue hasta las inmediaciones del palco de autoridades, o donde está lleno de cámaras, no sin antes sortear el vallado, ya será muy difícil poder salir de allí. Por lo tanto, hay que chequear que el grabador, la cámara de fotos, y todo lo que utilice para cubrir la jornada debe estar en condiciones. El año pasado se logró ir reduciendo la duración para que no se volviera excesivamente largo, lo que ocurre es que cada vez más delegaciones o instituciones se inscriben para participar, y eso naturalmente hace que se requiera más tiempo para que todos puedan desfilar. El hecho de que actualmente se realice sobre la calle Salgado en lugar de la Av. Alem significa una complicación, aunque es cierto que quizás de esta manera se luce más porque el palco de autoridades estará frente a la Plaza 1810.

Hay gente que va a chusmear porque no tiene otra cosa mejor que hacer, no porque le interese realmente lo que vaya a ver. Por supuesto, tampoco es algo súper atractivo como para que te quedes tres horas parado, están quienes concurren porque desfila alguien conocido y quieren sacarle una foto a su nieto o a su sobrino. A lo mejor es un lindo recuerdo, aunque el pobre chico está nervioso de tener que hacer su paso ante la mirada de miles de personas. La única vez que me tocó desfilar estaba en último año de la Secundaria, pero no es más que una anécdota que algún día relataré con más detalle. Lo único que yo sé, es que hay que estar, puede que sea un embole presenciarlo en su totalidad pero no deja de ser atractivo visualmente porque es una vez al año. Lo mismo cabe para el Desfile de la Tradición. No se puede ser tan intolerante como para romper las bolas porque las calles están cortadas o porque quedaron sucias con la bosta de los caballos. Sería como volver a hablar de lo que representa Lobos, pero en este caso en aquello que mejor nos sale: Quejarnos sin sustento.

Tema 2: Domingo, 15:30 hs. Actualizo lo que escribí en los párrafos anteriores. Fui a hacer mi laburo, y traté de ponerle pilas, de hecho llegué 20 minutos antes porque quería acceder a un lugar donde pudiera sacar las mejores fotos posibles. Durante todo el tiempo que duró esta versión 2023 no hizo frío, un punto a favor. Hice una pausa para almorzar, habré estado unos cuarenta minutos en mi casa, y volví a salir, porque me faltaban fotos de los centros tradicionalistas y de las peñas. Estuve un rato más, y recién ahí terminó la jornada para mí, porque me aguardaba todavía ver cómo iba a volcar todo el material, seleccionando las imágenes que a mi modo de ver eran más interesantes para el lector. Más de 150 fotos, por lo cual la tarea de elegir se hace un poco complicada. Creo que quedaron menos de la mitad. Pero todo eso es parte del devenir cotidiano. 

Como la mayor audiencia se obtiene a través de contenido multimedia, ya sean reels o videos, hice un par de videos cortos, sin descuidar la producción fotográfica. No tengo un equipo profesional, pero sí creo que logré la intuición de saber cuándo estoy ante una eventual foto que sea destaque de lo habitual. Desgrabé el discurso del Intendente, y todo ello me insumió tiempo, por supuesto. No puedo precisar cuánto, porque hice varias revisiones y correciones a medida que le iba dando forma a la nota. No obstante, me quedo con la tranquilidad de saber que el resultado final ya está disponible para los lectores, y que ellos serán quienes evaluarán lo que vayan a ver o leer. Cuando sentís que diste lo mejor que tenías para hacer un laburo profesional, aunque no tengas la respuesta que esperabas, al menos sabés que la parte que te tocaba a vos ya la cumpliste. Y así seguirá siendo todos los días, hasta que me canse, o me dedique a hacer otra cosa, quién sabe. Por ahora sigo en el mismo barco desde hace más de 20 años. Y defiendo esa embarcación porque es mi principal producto periodístico. Nos estaremos viendo pronto. Punto final para séptimo día.  

3 de junio de 2023

Al alcance de la mano

 Sábado por la noche en la ciudad. Seguramente, más de una vez te habrá pasado que buscás un objeto (como un juego de llaves o un encendedor), recorrés cada rincón de la casa, hasta que insólitamente descubrís que está en una de tus manos o en el bolsillo y no podés evitar sentirte un boludo. Bueno, me parece que es una metáfora adecuada de la vida: Iniciamos una búsqueda porque nos sentimos totalmente desorientados, y al final resulta que aquello que nos hacer plenos está al alcance de la mano. No siempre se da de esa manera. Hay ocasiones en que es necesario ir desandando la búsqueda porque lo que vemos a nuestro alrededor no nos satisface, ni es la vida que queremos. Sea como fuere, yo creo que lo simple y mundano tiene una cercanía mayor en relación a un sendero espiritual. Si para tu vida te hace feliz la sencillez, no te hará falta transitar por otra vertiente. Lo que amerita un cambio es la experiencia de chocar todo el tiempo ante lo trillado, lo obvio, lo tedioso, lo vulgar, lo redundante, lo que carece de originalidad. Yo no quiero vivir rodeado de mediocridad ni tampoco convertirme en un sujeto mediocre. Mi aspiración es ir mejorando en lo que hago sin detenerme a pensar si será valorado o no. Por supuesto, todos queremos ser valorados y que se nos reconozca el esfuerzo invertido, pero ese sería el fin último, una recompensa para el ego. 

Ese tipo de reconocimiento tarda en llegar, o incluso puede que nunca llegue. Por lo tanto, si te quedás esperando a cosechar una ovación, hay dos problemas. El primero es que estás siendo demasiado vanidoso, y el segundo es que el gusto popular privilegia cuestiones que vos no estás sabiendo interpretar. A decir verdad, yo me sentiría incómodo recibiendo premios y elogios constantemente, aun en el supuesto de que tenga un alto nivel de autoestima. Con haber hecho mi trabajo lo mejor que pude, para mí es suficiente, porque sé que dí todo lo que podía, y luego serán los lectores o la audiencia quienes decidirán.

Si tengo que remar contra la corriente, si tengo que caminar con el viento en contra, todo ello tiene sentido en la medida de que me conduzca hacia donde pretendo llegar, no por un acto estúpido de rebeldía. No espero que los demás me comprendan ni que sean condescendientes. Por supuesto que hay decisiones que puedo consultar con mi familia o con mis amigos más cercanos, pedirles un consejo, sobre todo si sé que han pasado por situaciones parecidas. Pero no podés pretender ganarte el favor del público sistemáticamente, como estos artistas de cuarta que llenan estadios o salones en Las Vegas porque cantan lo que a la gente le gusta escuchar, los “hits”, y encima son canciones que tienen más de 30 años. Subsisten porque su target también los sigue, de lo contrario estarían condenados al olvido, porque las nuevas generaciones nunca han escuchado nada de ellos. No son artistas, son la parodia del artista, como los Rolling Stones, que más que un grupo de rock, hace rato que se han convertido en una empresa comercial y que tiene como “accionistas” a viejos de 80 años.

Se pueden difundir noticias alentadoras sin ser oficialista u obsecuente, dentro de un contexto de seriedad. Se puede lograr un producto informativo de calidad sin pretender dar la imagen de que el Conurbano es tierra de nadie y el origen de la delincuencia, la mafias y los narcos, menospreciando de un modo humillante a millones de personas que viven allí y laburan todos los días. No hay que agitar al pedo diciendo que impera la ley de la selva, y las inundaciones, y los pungas, los motochorros, los pibes que se drogan el Plaza Once, los taxistas que te cobran tarifas altísimas e ilegales, y la lista sigue... como periodista, me da asco esa mirada de plantear la realidad. Necesitamos motivos para creer que se puede seguir luchando, que el esfuerzo vale la pena, que la persona que trabaja no es un bobo. Si no hay objetivos claros y definidos se vuelve imposible impulsar el desarrollo de una sociedad. Porque nuestro gran problema ha sido siempre que no nos ponemos de acuerdo en cómo lograr lo que queremos. No tenemos un protector o un plan: Somos tan volátiles e inestables emocionalmente que pasamos de la euforia a la indignación, y terminamos dejando todo por la mitad. Así nos va.

No sé, quizás como tengo unos minutos libres que me permiten reflexionar y escribir algo por aquí, me da por redactar textos que salgan un poco del molde, en los cuales lo primero que me se me ocurre decir sin temor a equivocarme, es que ya estoy harto de que nos traten como cerdos que se revuelcan en un chiquero y que alimentan con basura, como torpes marionetas en esta compulsa que existe entre los medios y el Gobierno. Para mí es un placer continuar esbozando distintos enfoques en este blog, de lo contrario no lo actualizaría más. 

Hay algo evidente y que subyace con claridad: Nos estamos enfermando de vivir así y seguimos sin poder ponerle freno a esta locura colectiva. Si de algo estoy convencido, es que permanecer indefinidamente con las emociones al límite es una suerte de estímulo/respuesta: Nos conduce al choque, a la violencia, y quizás a un inexorable desgaste de las leyes que rigen nuestra sociedad, porque nadie se empeñará en cumplirlas. Punto final.

Un aniversario especial

 En Lobos, cada 2 de junio no representa un día más al de los años anteriores, porque cada nuevo aniversario del pueblo está atravesado por una impronta diferente. Pienso en esto hoy, que ya es 3 de junio, porque ayer tenía en la mente lo que quería expresar pero no encontraba cómo darle forma al texto.

 Las reacciones de la sociedad van cambiando ante artilugios de la política que se repiten y por ende, van perdiendo su eficacia. Te puede dar rédito una vez, pero a la siguiente va a ser más complicado que consigas el mismo resultado, a menos que logres disimularlo. Los ciclos electorales tienen rasgos que son un común denominador, pero lo que va mutando es la estrategia para seducir a posibles votantes. Y este 221° aniversario de la fundación del pueblo, se da en medio de una administración en decadencia, más allá de los puntos positivos que he mencionado en notas previas, en el ánimo de ser equilibrado con mis apreciaciones. 

Los vecinos ya se están cansando de las actitudes ligadas a la prepotencia, la soberbia, y al abuso de poder. Por supuesto, esas prácticas no son nuevas ni excluyentes del gobierno actual. Pero ya cuando alcanzan un segundo o tercer mandato, se creen con el derecho de llevarse a todo el mundo por delante, y los mismos vicios que les endilgaban a quienes los precedieron, los terminan cometiendo ellos. 

Y hablando ahora de todos los estamentos, es necesario poner un límite ante lo que vemos a diario, que es un país sumido en la pobreza estructural, en la inflación descontrolada, en la marginalidad. Tengo la expectativa de que haya un cambio real, que se pueda palpar con claridad, y no quiero padecer una versión 4.0 del kirchnerismo. Tengo muchos amigos que sí son K, pero nunca hablamos de política, o lo hacemos con mesura. No perdería el tiempo poniéndome a discutir con alguien que ya tiene una posición ideológica definida y que además de une una amistad. Yo soy independiente, no estoy afiliado a ningún partido, y puedo darle mi voto a quien yo quiera. 

Como nos hallamos en una inestabilidad más que notoria, no descartaría que el kirchnerismo pueda ganar otra vez. Porque la gente habla de la boca para afuera, pero más de uno se traga el sapo cuando ingresa al cuarto oscuro y tiene que elegir la boleta, de manera que puede pasar cualquier cosa. Hace rato que me harté de varias actitudes poco respetuosas, sobre todo de la dirigencia política y de chupamedias que les siguen el tren porque se ven beneficiados por ella. Son capaces de arrastrarse como una babosa con tal de ligar algo, créanme que me dan vergüenza verlos con esa genuflexión constante, esa obsecuencia. Acá en Lobos eso se ve bastante, pero el político de raza se da cuenta enseguida si está rodeado de aduladores o aplaudidores, y los desprecia, los trata como mascotas. Ese perfil de político sabe que los cortesanos buscan una migajas, se las concede, y cuando tiene ganas les pega una patada en el culo. Yo sé (o creo saber) los lugares donde se tejen las alianzas y los acuerdos, y no son precisamente en ningún comité. El que ocupa un cargo de relevancia no va a negociar, manda a un emisario para hacer llegar su oferta, y los demás podrán aceptarla o no. "Te damos el lugar de segundo concejal, o el tercero, a cambio de que trabajes con nosotros en la campaña". Esta frase la acabo de inventar, sin embargo me parece que no distaría mucho de la realidad. Para una campaña se necesita mucha gente. En principio, los que le ponen el cuerpo para recorrer los barrios. Una persona que maneje "la caja" para repartir plata en los medios a cambio de la propaganda y la publicidad. En ese sentido, yo presentare un presupuesto si es que me lo solicitan, y luego cada partido decidirá si está de acuerdo en pagar esa suma por mis servicios.

También suele haber, cuando se juega fuerte, dos o tres coordinadores que supervisen que todo vaya saliendo bien, que hagan notar a los militantes de base dónde hacen falta más carteles, pasacalles, pintadas, y todo el cotillón. Los que coordinan el devenir proselitista deben procurar que no quede ningún barrio sin visitar, y que el día de la votación haya remises o vehículos suficientes a disposición para que todos lleguen a meter el sobrecito en la urna. Conozco a grandes rasgos cómo funciona, porque en una ocasión uno de los que ahora está en el llano pero que antes se encargaba de eso, me lo contó con lujo de detalles, aunque yo más o menos sabía cómo era la verdad del asunto. No tiene tanto misterio como se supone. 

Reclutar gente para que haga ese laburo voluntariamente tiene su premio si ese partido o alianza gana, por supuesto. De no ser así, seguramente sentirás que dedicaste tiempo al pedo excepto que accedas a un cargo de concejal, si es que te pusieron en un lugar privilegiado de la nómina. Pero al igual que en otros menesteres, el tiempo pasa volando, y los derrotados buscarán revancha dentro de dos años. 

No me gusta cómo se ve la ciudad actualmente, incluso en varios aspectos que no son estrictamente económicos. Y creo que nos llevará varios años salir de la mediocridad, recomponer el tejido social, establecer un vínculo más estrecho entre los conciudadanos. Mi percepción es que cada uno hace lo que quiere y no le importa en absoluto si para conseguirlo tiene que pasar por encima de cualquier otro. Las personas mayores se destacan porque además de tener experiencia de vida, son educadas. Difícilmente un viejo o una vieja te insulte sin motivo, o se ría de vos. Esa gente fue criada de otra forma, priorizando el respeto. Y cuando se quejan, aunque sea un poco tedioso escucharlos, tienen razón. Ellos crecieron en otro modelo de país. Pudieron ahorrar porque tenían un trabajo estable y el sueldo les alcanzaba para cumplir pequeñas metas, desde edificar una casa hasta tener un auto. En esa época era habitual llegar a esa calidad de vida, por eso digo que se consideraban metas pequeñas a lo que hoy se ve como un objeto inalcanzable. Cuando creés que estás por lograrlo, cae otra devaluación y se pudre todo. Confío en que podamos revertirlo. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...