En los últimos días no he podido dormir bien, pero llega un punto que, una vez ya totalmente despierto, ya está no hay más nada que se pueda hacer. No tiene sentido quedarme la cama aunque tenga tiempo libre o me haya tocado transitar un fin de semana con poca actividad. Para lo que resta del día siempre hay que buscar algún material que sea interesante, y el problema radica en que no sé si la política lo es. Más adelante sí puede darse, al igual que en otro año electoral, cuando ya se den a conocer todas las candidaturas. Seguramente voy a hacer el habitual repaso matutino por los portales de noticias de la región, siempre encuentro algo que guarda alguna relación con la actualidad de Lobos. También me sirve como un "disparador" para comenzar a escribir un texto nuevo, porque se puede trazar una comparación con lo que sucede en localidades de las que nos separan pocos kilómetros. Cuanto más planificás, peor suele ser. A veces es conveniente tener en claro sólo un par de cosas básicas y dejar que lo demás vaya dándose sin forzar ninguna situación. Probablemente, si me pongo a ser demasiado minucioso con lo que haré en la semana, termine consiguiendo poco y nada. Lo que me sorprende hasta el día de hoy, es que dentro de un pueblo chico, no dejo de conocer gente nueva. Y aunque no haya una relación de amistad, pueden tener algún arte o ejercer alguna profesión que bien vale una nota periodística.
Si tengo que dirigir un mensaje llano hacia quienes me están leyendo, sería el siguiente: No se preocupen en exceso, no intenten recordar aquellas cosas que nunca les importaron de verdad. Pueden tomarlo a modo de consejo si lo desean, porque se pierde mucho tiempo y se gana mucho rencor con gente que ni siquiera merece detenerse a pensar en ella. Cuando un cliente se da de baja, me molesta o me fastidia, porque es guita que dejo de cobrar. Pero sé que, con un poco de esfuerzo, aparecerá otro que no tendrá problemas ni aires de "divo". Los oportunistas no van conmigo: Para ser honesto, la realidad puedo llegar a ser tolerante si hay una relación comercial de por medio, pero ese tipo de sujetos no son quienes vayan a conseguir mi amistad. Inevitablemente, como hay personas con dotes de manipulación, a veces uno se deja engañar y cae en las redes de esos parásitos, que nadie se explica cómo viven porque nunca se los ha visto laburar.
No lo puedo afirmar con certeza, pero hace unos días hablábamos con un amigo, sobre que muchos de esos tipos que aparecen de la nada, deben venir a Lobos a lavar guita. Reitero que no tengo certezas, es difícil de probar, y no me corresponde a mí hacerlo, sino a la AFIP que hace alevosamente la vista gorda cuando le conviene. Me ha tocado tratar o entablar conversación con tantas personas a lo largo de mi vida, que uno no tarda mucho en "sacarle la ficha" al que anda detrás de algún negocio turbio. El patrimonio de cada uno puede ser objeto de múltiples causas, como ser el heredero de una familia que ya tenía riqueza en su haber. Por eso, no hay nada más "grasa" y despreciable que los nuevos ricos, porque caen casi ridículamente en la ostentación. Si vos fuiste una pobre rata buena parte de tu vida y de buenas a primeras tirás manteca al techo, no sólo estás renegando de tus orígenes, sino que creíste erróneamente que el dinero otorga status, y no es así. Solamente pasarás a estar en otra clase social por tu nivel de ingresos, por los autos o casas que tengas. De forma casi excepcional, hay contados casos en los que una persona llega a amasar una fortuna sin que se le vayan los humos a la cabeza. Sea como fuere, habría que estar en esa situación. Realmente no sé qué haría si tuviera tanta plata como para no saber en qué gastarla, y como eso nunca va a suceder, quedará en el terreno de la imaginación. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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