3 de junio de 2023

Un aniversario especial

 En Lobos, cada 2 de junio no representa un día más al de los años anteriores, porque cada nuevo aniversario del pueblo está atravesado por una impronta diferente. Pienso en esto hoy, que ya es 3 de junio, porque ayer tenía en la mente lo que quería expresar pero no encontraba cómo darle forma al texto.

 Las reacciones de la sociedad van cambiando ante artilugios de la política que se repiten y por ende, van perdiendo su eficacia. Te puede dar rédito una vez, pero a la siguiente va a ser más complicado que consigas el mismo resultado, a menos que logres disimularlo. Los ciclos electorales tienen rasgos que son un común denominador, pero lo que va mutando es la estrategia para seducir a posibles votantes. Y este 221° aniversario de la fundación del pueblo, se da en medio de una administración en decadencia, más allá de los puntos positivos que he mencionado en notas previas, en el ánimo de ser equilibrado con mis apreciaciones. 

Los vecinos ya se están cansando de las actitudes ligadas a la prepotencia, la soberbia, y al abuso de poder. Por supuesto, esas prácticas no son nuevas ni excluyentes del gobierno actual. Pero ya cuando alcanzan un segundo o tercer mandato, se creen con el derecho de llevarse a todo el mundo por delante, y los mismos vicios que les endilgaban a quienes los precedieron, los terminan cometiendo ellos. 

Y hablando ahora de todos los estamentos, es necesario poner un límite ante lo que vemos a diario, que es un país sumido en la pobreza estructural, en la inflación descontrolada, en la marginalidad. Tengo la expectativa de que haya un cambio real, que se pueda palpar con claridad, y no quiero padecer una versión 4.0 del kirchnerismo. Tengo muchos amigos que sí son K, pero nunca hablamos de política, o lo hacemos con mesura. No perdería el tiempo poniéndome a discutir con alguien que ya tiene una posición ideológica definida y que además de une una amistad. Yo soy independiente, no estoy afiliado a ningún partido, y puedo darle mi voto a quien yo quiera. 

Como nos hallamos en una inestabilidad más que notoria, no descartaría que el kirchnerismo pueda ganar otra vez. Porque la gente habla de la boca para afuera, pero más de uno se traga el sapo cuando ingresa al cuarto oscuro y tiene que elegir la boleta, de manera que puede pasar cualquier cosa. Hace rato que me harté de varias actitudes poco respetuosas, sobre todo de la dirigencia política y de chupamedias que les siguen el tren porque se ven beneficiados por ella. Son capaces de arrastrarse como una babosa con tal de ligar algo, créanme que me dan vergüenza verlos con esa genuflexión constante, esa obsecuencia. Acá en Lobos eso se ve bastante, pero el político de raza se da cuenta enseguida si está rodeado de aduladores o aplaudidores, y los desprecia, los trata como mascotas. Ese perfil de político sabe que los cortesanos buscan una migajas, se las concede, y cuando tiene ganas les pega una patada en el culo. Yo sé (o creo saber) los lugares donde se tejen las alianzas y los acuerdos, y no son precisamente en ningún comité. El que ocupa un cargo de relevancia no va a negociar, manda a un emisario para hacer llegar su oferta, y los demás podrán aceptarla o no. "Te damos el lugar de segundo concejal, o el tercero, a cambio de que trabajes con nosotros en la campaña". Esta frase la acabo de inventar, sin embargo me parece que no distaría mucho de la realidad. Para una campaña se necesita mucha gente. En principio, los que le ponen el cuerpo para recorrer los barrios. Una persona que maneje "la caja" para repartir plata en los medios a cambio de la propaganda y la publicidad. En ese sentido, yo presentare un presupuesto si es que me lo solicitan, y luego cada partido decidirá si está de acuerdo en pagar esa suma por mis servicios.

También suele haber, cuando se juega fuerte, dos o tres coordinadores que supervisen que todo vaya saliendo bien, que hagan notar a los militantes de base dónde hacen falta más carteles, pasacalles, pintadas, y todo el cotillón. Los que coordinan el devenir proselitista deben procurar que no quede ningún barrio sin visitar, y que el día de la votación haya remises o vehículos suficientes a disposición para que todos lleguen a meter el sobrecito en la urna. Conozco a grandes rasgos cómo funciona, porque en una ocasión uno de los que ahora está en el llano pero que antes se encargaba de eso, me lo contó con lujo de detalles, aunque yo más o menos sabía cómo era la verdad del asunto. No tiene tanto misterio como se supone. 

Reclutar gente para que haga ese laburo voluntariamente tiene su premio si ese partido o alianza gana, por supuesto. De no ser así, seguramente sentirás que dedicaste tiempo al pedo excepto que accedas a un cargo de concejal, si es que te pusieron en un lugar privilegiado de la nómina. Pero al igual que en otros menesteres, el tiempo pasa volando, y los derrotados buscarán revancha dentro de dos años. 

No me gusta cómo se ve la ciudad actualmente, incluso en varios aspectos que no son estrictamente económicos. Y creo que nos llevará varios años salir de la mediocridad, recomponer el tejido social, establecer un vínculo más estrecho entre los conciudadanos. Mi percepción es que cada uno hace lo que quiere y no le importa en absoluto si para conseguirlo tiene que pasar por encima de cualquier otro. Las personas mayores se destacan porque además de tener experiencia de vida, son educadas. Difícilmente un viejo o una vieja te insulte sin motivo, o se ría de vos. Esa gente fue criada de otra forma, priorizando el respeto. Y cuando se quejan, aunque sea un poco tedioso escucharlos, tienen razón. Ellos crecieron en otro modelo de país. Pudieron ahorrar porque tenían un trabajo estable y el sueldo les alcanzaba para cumplir pequeñas metas, desde edificar una casa hasta tener un auto. En esa época era habitual llegar a esa calidad de vida, por eso digo que se consideraban metas pequeñas a lo que hoy se ve como un objeto inalcanzable. Cuando creés que estás por lograrlo, cae otra devaluación y se pudre todo. Confío en que podamos revertirlo. Punto final.

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