Hay un disco de
la ascendente banda de folk/rock Eruca Sativa, que más allá de la calidad del
contenido, tiene un bello título: “Seremos primavera”. Estamos cerca de ser
primavera. Los días se alargan, y creemos que por ese motivo nos rinde más el
tiempo, aunque como toda percepción, sea meramente subjetiva. A partir del
mediodía se torna caluroso, pero la temperatura todavía cae notablemente cuando
se esconde el sol. Eso cambiará, desde luego, y también se espera que los
próximos meses sea más llovedores. Cuando llueve en abundancia, ya no pienso que
puede ser bueno para el campo o cosas por el estilo. A los grandes productores
poco les importa mi situación o las de personas de una condición parecida a la
mía, así que será un problema de exportación de granos que deberán resolver
ellos, por más cierto que sea su incidencia en la economía del país. Es
increíble que no podamos exportar absolutamente nada que no sea materias
primas. Esto ya lo he afirmado varias veces, pero todo me hace pensar que
seguirá así. Seguiremos importando basura china y Iphones para quienes puedan
adquirirlos, no mucho más.
Pero sea como
fuere, seremos primavera, y será muy bueno para despertarnos del letargo. Una
etapa atravesada por un proceso electoral que fue sumiéndonos en el agotamiento, sobre
todo porque flota la sensación de convivir constantemente con lo insólito y lo
inverosímil. Hay que tratar de mantenerse en paz, votar cuando llegue el
momento, y ya está, no queda demasiado por hacer. Es increíble (y frustrante)
comprobar cómo una democracia reconquistada hace 40 años se ha erosionado de
tal manera.
No vale la pena
continuar debatiendo sobre los planes sociales, porque tanto las autoridades
como quienes los reciben saben bien lo que hay que hacer, sólo diré que debería
haber menos y mejor direccionados. No es ningún descubrimiento, cualquier
persona con un criterio moderado pensaría algo similar. Si seguimos creyendo
que la única forma de crear empleo es precarizando al trabajador para lograr
“despidos express”, estamos orinando fuera del tarro, es la misma y eterna
discusión que se oculta bajo el nombre de “flexibilidad laboral”. No es posible
que cualquier empleador te eche del laburo y te den dos pesos de indemnización.
Pero también es obsceno ver cómo se enriquecen los sindicalistas, que tienen
fortunas en el exterior, y son presidentes de clubes de fútbol que se dedican a
fundir y llevar a la quiebra alevosamente. Eliminar el Impuesto a las Ganancias
suena muy lindo, pero la gran pregunta es cómo compensará el Estado esa guita
que ya no recaudará. Ellos, Massa y su séquito, son conscientes de que están
haciendo lo contrario a lo que exigió el FMI, pero en todo caso el problema
quedará para el que venga después. Patean la pelota para adelante, y quien asuma en diciembre tendrá que hacerse cargo del costo político que implica un
ajuste forzoso e inevitable. Populismo y demagogia no son exactamente lo mismo,
pero tienen puntos en común, y todos los gobiernos, dirigentes o candidatos lo
ejercen, como lo hizo en EE. UU. Donald Trump con una proclama
ultranacionalista que llevó al país a una decadencia y al aislamiento
internacional. Hay gente que confunde
ser moderado con ser “tibio”, y es un error conceptual.
Por eso, a mí
nunca me van a sacar la ficha por tal o cual partido: Al percibir puntos flojos
en cualquiera de ellos, mi voto es al que considero mejor candidato, no tengo
ninguna vinculación ideológica, no me escandaliza lo que diga “la derecha”, y
la izquierda en la Argentina en un mamarracho repleto de ingenuidades. No me
caso con nadie, digamos. He votado a candidatos que ganaron y terminaron siendo
un desastre, y a otros que fueron derrotados pero pese a ello demostraron ser
inútiles también. Así que no hay nada nuevo bajo el sol. Ahora bien, ¿Cómo
podrá la oposición, “oponerse” (valga la redundancia en este caso) a una baja
de impuestos en el Congreso? Desde ese punto de vista, es una buena jugada del
oficialismo. Porque lo que manda es la plata que vos tengas en el bolsillo, más
que sus consecuencias para el déficit fiscal.
Lo que se conoce
como “Plan Platita” es la principal carta que se juega el Gobierno, ya que no
le quedan muchas herramientas o recursos a disposición. Está debilitado en
todos los sentidos, pero este tipo de medidas persiguen el fin de continuar
siendo una opción para el electorado y de llegar al balotaje con Milei. La
devolución del IVA va en la misma línea y cualquiera debería darse cuenta de
que es algo transitorio. No hay manera de compensar y sostener la merma en la
recaudación por tiempo indeterminado. Si la premisa es la que quemar las naves
para colgarse como sea rumbo a una segunda vuelta, nadie podría descartar esa
posibilidad hoy por hoy. El 17/9 comienza la campaña, y los spots publicitarios
inundarán las pantallas. Hay un empate técnico entre Milei, Bullrich y Massa,
con apenas de 1 % de diferencia entre uno y otro. Y habrá un debate obligatorio
de por medio, que seguramente se hará en la Facultad de Derecho. Será como
correr en medio de la oscuridad: Da miedo estar en penumbras, pero apresurarse
por tratar de salir de ella sin ver los obstáculos te puede llevar a pegarte un
porrazo en cada zancada. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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