Claro está, también hay que hacerse un lugar para conciertos o
recitales épicos que merecen ser vistos. Soy inconstante en algunas cosas. Por
ejemplo, hace rato que no escucho a Dolina por AM 750, me parece que se repite
a sí mismo, aunque a no voy a negar que todavía me hacer reír con alguna de sus
recurrentes gansadas. Pero está a años luz de aquel Dolina que supe escuchar
todas las noches por Radio Continental, a mediados de los noventa. Baja línea a
favor del Gobierno porque trabaja para la radio que es “casi” del Estado, y
tiene un staff mediocre que tampoco lo ayuda a mejorar la puntería.
Creo que está todo muy chato, muy quieto últimamente, en
términos de arte y espectáculo masivo. No hay, a mi criterio, músicos nuevos
que valgan la pena y que no hayan surgido de ningún reality show. En cuanto a
los actores, no quiero meterme en temas que no conozco demasiado, pero muy
pocos actores argentinos me resultan convincentes. La mayoría carece de
naturalidad y ello estropea la ilusión de hacernos creer que realmente
"son" el personaje que interpretan y que no están actuando. Lo peor
es que tienen éxito, filman coproducciones con España y se llenan de guita,
viajan a festivales presentando la película, y siempre en Europa hay un grupo
de críticos que son condescendientes con el cine latinoamericano.
La vida es una lucha diaria, que nos prodiga, por suerte, algunos momentos de distensión. Sin embargo, uno no puede hacer un registro
minucioso de cada cosa que le pasa, y se me ocurre pensar que no sería saludable hacerlo. Hay días en que te sentís el dueño del mundo y otros en
que sos apenas un mosquito en medio de gigantes que quieren pisarte la cabeza.
En Lobos, como en cualquier sociedad, hay gente muy "superada" y que
no tiene ningún problema en abusar de tu confianza, o en hacerte esperar al pedo, o en creerse
merecedores del Nobel de Literatura por haber escrito cuatro páginas. Hay
momentos en que uno debe decir basta, porque es una cuestión de supervivencia:
o lográs que todo eso te resulte indiferente (lo cual no es fácil), o te vas a
enfermar de resentimiento y bronca contra personas que ni siquiera merecen
perder el tiempo pensando en ellas. Como dije antes, no es fácil cambiar de chip. No
es fácil para la clase trabajadora tener que cuidar cada moneda para tomar una
cerveza o un café en un bar mientras ves cómo otros se llenan los bolsillos sin
el menor esfuerzo.Si acaso hay algún sentido en tener sueños y aspiraciones, es que estás tratando de volar más alto de superar la mediocridad. Que lo logres o no, es otra historia. Punto final.