Tarde de viernes pasado por agua en la ciudad. Se reanudó la campaña política, con la expectativa de "Juntos" por consolidar el resultado de las PASO, y el Frente de Todos buscando hace la mejor elección posible. No creo que los números del 14 de noviembre vayan a ser muy distintos, pero todo puede pasar. Culpar a los medios de prensa ya no representa una excusa válida para nadie. De hecho, hay medios o canales oficialistas, y otros que están más ligados a la oposición.
Hace unos años, era habitual que se hiciera un debate televisado entre los candidatos locales. Sería bueno retomar esa práctica en algún momento, y que se digan en la cara lo que realmente piensan en lugar de recurrir a chicanas que no conducen a ninguna parte. La mayoría de los candidatos tiene un "speech" más o menos armado, lo que antes se conocía como "ponerse el cassette", y es difícil sacarlos de ese lugar donde se sienten seguros. En el caso de que alguno pase por mi casa (porque según ellos, están recorriendo los barrios), no voy a ser tan ingenuo como para negar que sólo se acuerdan de los vecinos en tiempos electorales. Me causó gracia que ayer mandaran un informe anunciando con bombos y platillos que el Municipio pavimentó dos cuadras de asfalto en la calle Belgrano. La obra es tan insignificante por su escasa magnitud, que yo ni siquiera haría campaña con algo así. Despojándome de mi rol de periodista, como simple ciudadano siento que nos están tomando por boludos, y no sólo por el ejemplo de los 200 metros de calle que acabo de mencionar. Pero es así como funciona.
Casi siempre los spots publicitarios son vergonzosos para quien los ve por la tele o los escucha por la radio. Hay algunos que evidencian una clara falta de marketing político. Lo que pasa, es que para eso se necesita contratar a una agencia de publicidad, o a una consultora. Y ni siquiera eso te garantiza el triunfo.
En el común de los casos, te prometen más trabajo, mejor educación, reactivación económica. Vos estás fundido, necesitás plata, no pudiste trabajar casi todo el 2020, y todo lo que te puedan decir no te va a llenar la heladera, como prometió "Alberto". Después de la derrota del oficialismo en las Primarias, se habló mucho de un cuarto IFE, pero nada de eso ocurrió. Y acá hay que tener en cuenta dos cosas: por un lado, hay que cortar con la maquinita de hacer billetes (emisión monetaria), pero no es menos cierto que hay que reactivar el consumo y para eso la gente debe tener plata en el bolsillo. Hace años que venimos con la misma receta: control de precios para controlar la inflación, aumento del dólar en las "cuevas", y planes sociales que no están correctamente direccionados, porque ese dinero que el Estado otorga no va a parar a quienes realmente lo necesitan. Hay sectores de la clase media que, sin ser considerados estrictamente como "pobres", también deberían recibir algún tipo de estímulo. Pero hasta ahora, ni la Anses ni el Ministerio de Economía se dieron por enterados, porque piensan que sólo los pobres que mide el INDEC fueron los que les dieron la espalda en la PASO. Hay cuestiones de sentido común que cualquier persona, sin ser funcionario, se daría cuenta, menos ellos. Está perfecto que aumenten la AUH y el monto de la Tarjeta Alimentar, pero es un error pensar que ello por sí solo te va a hacer cambiar el voto.
No me canso de recordar que hace poco más de un año, en marzo de 2020, yo fui uno más de los que casi me fundí porque se cortó la cadena de pagos, no podía cobrarle los avisos a nadie, pero no me voy a extender más en eso, quiero dar vuelta de página, por respeto a muchos vecinos que lo pasaron peor que yo. Por suerte las cosas han ido mejorando, y lo que me tocó vivir me quedó tan grabado en mi mente que a partir de ese entonces, traté de regular mis gastos de otra manera. No siempre lo consigo, esa es la verdad. Por supuesto que todos quisiéramos comprar algo que nos gusta, pero eso sólo es viable si a vos o a mí no nos impide llegar a fin de mes, de lo contrario dudo que estemos en condiciones de hacerlo. Con más de más de un 50 % de inflación interanual, intentamos ponernos el traje de expertos en crisis argentinas. Siempre se salvan los pescados gordos (vaya novedad), el resto somos escoria. No pretendan que la clase política renuncie a sus privilegios, eso nunca ocurrirá, porque la variable de ajuste somos nosotros. Ahora, ¿Esto puede cambiar? En un corto plazo, no. Hasta que no se haga un gran acuerdo nacional con todos los sectores sentados en la misma mesa, no a va pasar. Y con talibanes como Aníbal Fernández en el Gobierno, las posibilidades se reducen drásticamente. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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