Domingo por la noche en la ciudad. Lo que prometía ser una jornada de mucho laburo, se fue desinflando progresivamente sin que yo me lo propusiera. Las malas condiciones climáticas que asomaban el sábado hicieron que muchas actividades fueran reprogramadas, o bien suspendidas sin ninguna fecha precisa. Para cualquier fin de semana, es fundamental contar con material y notas, aunque no sean para su publicación inmediata. Siempre algo se "pesca".
La verdad es que estoy en una etapa en la cual ya no espero nada de nadie, lo que esté por venir será por añadidura. Debo ser agradecido a la vida, porque trabajo no me falta. Yo diría que "lo que falta", es que cierta gente acepte valorar económicamente el esfuerzo que ello implica. En líneas generales, todo laburo es respetable, y eso incluye el mío. Más de una vez tuve roces con ex parejas que no comprendían que yo no tengo horario, y que quizás puedo estar cuatro horas al pedo. Pero cuando hay que salir, hay que salir. Así de simple.
Lo mucho (o poco) que he logrado, es mérito mío y de los lectores. Sobre esto último, no me caben dudas. Yo podría escribir centenares de notas como lo vengo haciendo, pero mi compromiso está dirigido a las personas que me leen, y a mis anunciantes. Siempre ha sido así, por ese motivo trato de evitar que se produzca un conflicto de intereses.
Yo escribo sobre la actualidad de Lobos, y los demás que hagan lo que quieran. Por supuesto que siempre habrá hechos que den lugar a la polémica, pero yo redacto la noticia explicando con lo que pasó, salvo que emita una opinión propia. Antes de hacer eso, hay que preguntarse a quién m... le importa tu opinión. Lo ideal es que cada uno se forme su propio juicio de valor y que vos, como comunicador, no interfieras en eso. A menos que quieras hacer lobby para un determinado sector, hay que entender que el rol del periodismo, en su fase inicial, se limita a eso. No somos sacerdotes o pastores arengando a los fieles sobre qué se debe hacer y qué no. No nos corresponde hacerlo.
Con el tema de la usurpaciones, más de uno asumió una postura a favor o en contra. Que puede ser válida, pero hay que hurgar un poco más, indagar en las causas, ver si no hay ninguna intencionalidad política. Hoy, por ejemplo, entrevisté a un grupo de vecinos que están bregando por conseguir una vivienda, pero el portavoz, digamos era un ex concejal vinculado al piquetero Luis D' Elía. Al parecer, este político venido a menos es quien está haciendo las gestiones, prometiéndole a la gente vaya a saber qué.
Yo puedo coincidir o no con la gestión de gobierno del Municipio, pero no me voy a cansar de decir que esto es lo que votaron, hubo suficiente tiempo para decidir, y ese tiempo se agotó el 14 de noviembre. Ahora, andá a llorar al cuarto oscuro. No hay otra opción que hacerse cargo y dejar de esconder la cabeza como el avestruz. Si ganaste por el 60 % de los votos, significa que muchos de los que te putean en las redes sociales, al final terminaron metiendo en el sobre la boleta de tu partido. Por lo tanto, lo que sería más útil, es preguntarse por qué el oficialismo sigue ganando en forma consecutiva desde 2015, mientras la oposición ya dejó de seducir al electorado hacer rato.
Retomo esta nota. Ya estamos en la mañana del lunes 6. Para resumir, no puedo dejar de mencionar que finalmente se detectó el primer caso de la variante Omicron en el país. Parece el nombre de una película de ciencia ficción. Lo primero que pensé cuando se conoció la noticia, fue: "Esto (la pandemia) no se termina más". Ojalá me equivoque, porque pasamos varios meses con un descenso sostenido de casos, y ahora es posible que volvamos a foja cero. Sería terrible en todo sentido. Mejor no pensar, tomar las precauciones del caso, pero no pensar.
Permanecemos
demasiado tiempo oprimidos por una maraña de prejuicios que nos bloquea, y
cuando finalmente intentamos derribar esa muralla, no sabemos qué hacer con la
libertad. Ir a un determinado lugar, vestirse de determinada manera… es un
proceso que implica despojarse de la “obligación” de caerles bien a los demás.
Te sacás una mochila de encima, porque aprendés que una dosis de egoísmo no
viene mal y que tenés que pensar en vos mismo, de lo contrario nadie lo hará en
tu lugar.
Por otra parte, ¿Quién es tan soberbio como para no arrepentirse de nada en esta vida? ¿Cuándo vamos a entender de que es un constante aprendizaje? El día que comprendamos esto, seguramente nos quitaríamos mucha presión de encima, porque ya nos despojaríamos de la necesidad de que todo nos salga bien. De más está decir que todos apuntamos a eso, a cumplir con nuestro laburo y con las tareas domésticas de la mejor manera, pero eso no siempre es posible. Cuando esa presión desaparece, y a su vez aprendés a no hacer caso a esa carga que te pretendan imponer, te sentís mucho mejor. Hay que elegir ese camino, el de prueba y error, y escapar de las "recetas" inventadas que desde que somos niños nos inculcaron que debemos ser infalibles. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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