Con respecto al tema SAME, que dio que hablar durante toda la semana, no publiqué nada al respecto por los siguientes motivos:
1) Ya dos medios tenían la primicia, y es un mérito de ellos, por lo cual todo lo que yo pudiera decir hubiera resultado redundante. Respeto la primicia, tanto las que pueda conseguir yo como los demás. Hay quienes no lo hacen, pero yo me manejo de esa manera.
2) Existía la posibilidad que el oficialismo local saliera a desmentirlo, lo que efectivamente ocurrió. Sin embargo, eso no quita que la presión ejercida por la opinión pública haya hecho que den marcha atrás en la decisión. Es más, estoy convencido de que fue así, porque Lobos no puede darse el lujo de prescindir de una ambulancia, no sólo ante un rebrote de COVID, sino a atender todo lo relacionado a accidentología en la vía pública. No hay semana en que no se produzca un choque, que generalmente involucra a una moto y un auto. Si hay lesionados y no se cuenta con recursos suficientes para hacer frente a la emergencia, estamos en problemas. Que la Secretaria Belardi haya salido a hablar por un canal, sea éste el que sea, no convenció a nadie, de hecho la propia funcionaria se notaba visiblemente tensa y nerviosa al dar "su versión" de lo que pasó en la entrevista televisiva.
3) No creo que el tema se haya politizado, pero sí fue evidente que referentes políticos de la oposición aprovecharon la ocasión para rasgarse las vestiduras cuando el electorado ya les dio la espalda en los últimos comicios. Por lo tanto, reitero lo que expresé en una nota anterior: Esto es lo que votaron, o lo que votó la mayoría. Ahora bien, no por haber ganado por amplio margen, el partido gobernante puede cometer toda clase de atropellos. El triunfo, el único derecho que otorga es a seguir gobernando y mantener la mayoría en el HCD, a la luz de los resultados de noviembre. Está todo tan trastocado que creemos que, por haber obtenido la victoria, eso les da lugar a un abuso de poder. Y el límite, en este caso, fueron los propios ciudadanos que se expresaron masivamente en las redes.
Como periodista, muchas veces me la jugué solo por una determinada causa que consideraba justa, y pese a que pocos o nadie me acompañaron, bastó mi propio convencimiento para seguir adelante. Tengo más información de la que muchos suponen, pero hasta que las pruebas no sean irrefutables, no estoy en condiciones de hacerla pública. En la gestión anterior hubo muchísimos disparates que algunos prefieren olvidar porque les conviene. Yo no. Básicamente, algunos funcionarios de segunda línea (uno de ellos se ganó fama de "mufa") querían que "habláramos bien" de ese gobierno, a lo cual me negué. Yo solamente rescato como positiva una determinada decisión política cuando considero que está bien, no porque otro me lo pretenda imponer, como sucedió varias veces durante ese período de 12 años. Además, lo que está bien hecho, no debe ser motivo de un elogio desmedido. Para eso los eligieron, para que hagan las cosas como corresponde. Para que no extraigan tosca ilegalmente, para que no se paguen sobreprecios, para que la obra pública sea de calidad, para que no haya "acomodos" que francamente resultaron vergonzantes, no sólo por la acción en sí, sino porque eran completamente inútiles. Alguien podrá decirme: "¿Acaso ahora no los hay?" Sí, por supuesto. Tenemos a un Secretario de Obras Públicas que no debe saber lo que es una tuerca. Lo cortés no quita lo valiente. Puede sonar como un planteo utópico, pero ese es mi modo de entender las cosas.
Llevo 20 años ejerciendo la profesión, y no voy a claudicar. Si no lo hice antes, menos lo haría ahora. Si me equivoco, a los únicos a quienes debo explicaciones es a los lectores. Asimismo, pienso que la credibilidad de un medio hacia la sociedad está sustentada en muchísimos pilares, además del fundamental, que es informar con la verdad. Agradezco a todos quienes siguen confiando en mi producto periodístico, felicito a los colegas que obtuvieron la primicia, y nos estaremos viendo pronto. Punto final.
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