Si me estás leyendo, y aún no te pasó, te aviso por las dudas: Llegará el día en que alguien se dirija a vos tratándote de "Usted", o diciéndote señor… y probablemente no sea sólo por mera educación, sino porque te estás haciendo viejo. Tranquilo, la vida sigue, y con el tiempo ya te acostumbrarás a que en lo sucesivo te brinden un trato formal porque ya hay una brecha etaria notable entre vos y lo que se conoce como “jóvenes”. Si tenés 60, por ejemplo, y te relacionás con gente de tu misma edad, el trato que mantendrás con ellos será el mismo de siempre, porque son pares. Siempre pensé que lo importante es no convertirse en un viejo decrépito, que provoque vergüenza o pena, y que además represente una carga para sus hijos, si es que los tuvo.
Asimismo, un día
cualquiera va a descubrir tu primer cabello blanco, probablemente mientras te
estás afeitando frente al espejo. Ya sé lo que van a decir, a algunos les
resultará un detalle menor, de hecho, hay personas jóvenes que tienen el pelo
lleno de canas con mayor rapidez que lo normal o habitual, de manera que no es
el comienzo de la decadencia, como veremos más adelante.... y no tardará mucho
en aparecer una incipiente barriga en lo que antes era un abdomen que, sin
necesidad de gimnasio alguno, se mantenía firme e inalterable.
Todos recordamos, por supuesto, cuando nuestros padres nos empezaron a decir "por qué no te buscás un trabajo", o “yo no mantengo vagos”. Tenías suerte si te daban la opción de estudiar o trabajar, pero en ningún caso permanecer ociosos. Como lo que decían los avisos clasificados era que había que postularse con buena presencia, no era extraño vestirse con traje y corbata para ir a las primeras entrevistas de laburo, no sé si sigue siendo así, a menos que se trate un puesto jerárquico. Porque no es lo mismo buscar trabajo de mozo, que de gerente corporativo, sin ningún desmedro hacia uno u otro.
Yo tenía
un traje, pero ya me quedó chico, y hace años que no uso una camisa, me parecen
incómodas. Ni hablar de las corbatas. Sin embargo, reitero: Si en un aviso
piden expresamente ir vestido de esa manera, en alguna ocasión lo he hecho con
la ropa que tenía a mano en ese momento. Al pedo, porque no me llamaron nunca.
He ido a otras entrevistas laborales vestido de una forma más casual, y debo
decir que eso no era lo gravitante, sino qué tan idóneo eras para ese puesto, y
algunas preguntas muy retorcidas que siempre te hacen para ver si vos tenés
disponibilidad full time o no, porque muchos que se dedican a Recursos Humanos
no te lo dicen abiertamente. O hacer un dibujitos para un test de psicología, que no es taxativo, si así lo fuera, no nos enteraríamos todos los días de las masacres que perpetran los psicópatas que aparentemente eran personas "normales".
Retomo lo que
venía diciendo. Para vos, que me estás leyendo, seguramente será tu primera
experiencia en estas lides hasta que comprendas que cuando te dicen "te
vamos a tener en cuenta/te vamos a llamar" no es ni más ni menos que un
modo elegante, o un eufemismo, para sacarte de encima. Lo máximo que podés conseguir es que te
digan que quedaste seleccionado, eso ya merece algo de atención, porque pasaste
el primer filtro. Pero sea como fuere, tampoco te garantiza nada.
También va a
pasar que tus pulmones o tu hígado comiencen a acusar recibo de años de excesos
y efervescencia juvenil, y te preguntes si no tendrás que replantearte tu
estilo de vida. Es un desgaste propio del deterioro físico, no hay mucha explicación. Menos cigarrillos y alcohol; más verduras, agua, caminatas, y
todo lo que los médicos aconsejan constantemente. Ya pierde interés ir a un boliche,
porque no tenés ganas, y la gente que hoy los frecuenta tiene menos de la mitad de tu edad. Por lo cual, para un sábado a la noche no hay grandes planes
que no sean mirar televisión y dormir.
Eso te va a
llevar a comprender otra cosa: Los amigos de la infancia o de la adolescencia
son sólo un recuerdo, porque pertenecen a esas etapas de la vida. Nos une a
ellos un pasado en común, es el único vínculo. La amistad, al no cultivarse, ya
no existe. No podemos suponer que seguimos siendo amigos de una persona que nos
vemos hace 10 años, y con la cual no tenemos comunicación. Claramente no
estamos peleados, simplemente se perdió el contacto cotidiano, y ese
distanciamiento repercute en todo lo demás.
Pero podemos
dejar de lado estas nimiedades (para algunos) y profundizar hacia lo que vemos
en el siglo XXI: Las monarquías no tienen razón de ser, porque en definitiva el
sistema de gobierno donde aún existen se define como una monarquía
parlamentaria, y los reyes, duques, o princesas no tienen ninguna gravitación
para sus súdbitos. Lo único que conservan es el “glamour”, una pertenencia a
una casta superior, aparecen en esas revistas chotas como “Hola!”, y son fotografiados
por los paparazzi haciendo cosas que aparentemente hace una persona común. Casi
toda Europa Occidental mantiene todavía a una monarquía, o mejor dicho, sus
habitantes mantienen todos los castillos, mansiones y gansadas que pueden tener
valor histórico, pero bien podrían convertirse en museos y no en residencia de
personas con títulos nobiliarios que viven totalmente alejadas de la realidad.
Y los holandeses o españoles, por mencionar dos ejemplos puntuales, aceptan pagar impuestos altísimos para sostener todo eso, por lo tanto creo que uno de los puntos
que distingue a nuestra Constitución sobre esta cuestión está definido en el
artículo 16, que establece lo siguiente:
“La Nación
Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: No hay en ella
fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante
la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La
igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas”.
De más está decir
que aquello de que todos somos iguales ante la Ley no se lo cree nadie, del
mismo modo que siendo idóneo para un trabajo ya estás en condiciones de acceder
a él. Y la explicación a esto puede resumirse en pocas palabras: Acomodo,
nepotismo, tráfico de influencias, evasión impositiva en paraísos fiscales.
Pero al menos, no tenemos que bancar a ningún Rey o Reina que reclame la
suma del poder público, algo que no ser concibe bajo ninguna democracia con
sistema presidencialista. En fin, vamos a dejarlo ahí porque daría para largo,
y siempre reitero que no soy historiador, por ese motivo, alguien podrá no
estar de acuerdo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
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