28 de marzo de 2023

Paul Auster y sus novelas

 Durante el tiempo que estuve sin escribir nada en este blog, algo relativamente inusual en mí, me dediqué al proceso inverso. Es decir, leer. Aunque ya venía haciéndolo desde antes, terminé de leer un libro de Paul Auster, un escritor que la mayoría seguramente conoce. En este caso, se trata de su novela "Leviatán" (de 1992), y antes de decir nada al respecto, es el primer libro de Auster que leo completo, de manera que no sé si ha escrito novelas de mayor calidad literaria. Comienza bien, interesante, las primeras 50 o 60 páginas te las devorás. Luego entra en una meseta, que quizás sea propia del estilo de Auster de hilvanar coincidencias o hechos fortuitos que no siempre terminan con una explicación. Me llevó 20 días leer la novela, claro que lo hice durante el tiempo libre que tuve, y sin apresurarme. 

El final consigue darle un cierre a lo que comienza narrando al principio, pero me resultó inevitable sentirme defraudado. Esperaba algo, alguna vuelta de tuerca, y a medida que las páginas restantes se iban extinguiendo, esa posibilidad se diluyó. Este libro lo compré cuando salió en una colección de diarios, de lo contrario dudo que lo haya hecho. Es una novela interesante, reitero, aunque no sé si es su mejor obra. Hay muchos trucos que bien podría utilizar para mis cuentos o relatos, pero no sé si encajan dentro de mi estilo. He observado que buena parte de la narrativa de Auster transcurre entre Nueva York y Manhattan, con menciones ocasionales de otros estados de EE. UU. Lo bueno del tipo es que no baja línea en ningún sentido, sólo hace una referencia casual a la asunción de Ronald Reagan en 1980 y a una sociedad que se volvió más conservadora, pero no más que eso.

Exagerando un  poco el asunto, por momentos, sentí que la lectura de Auster me demandó más esfuerzo que el tiempo que este autor destinó a escribir el libro. Tal como fue publicado, bien podría haberle suprimido 50 páginas y la esencia de la novela no se hubiera visto resentida. Pero así es Auster, parece, según los comentarios de alguna gente que conozco y que admira su obra. Un autor que tiene un estilo definido, pero que a su vez puede decepcionarte cuando comprobás que esos "trucos" que mencioné se repiten en sucesivos libros. 

Le voy a dar otra oportunidad, por supuesto, y leeré otro libro suyo, no sé cuándo, para convencerme de si mi apreciación es la correcta. Saludos, Paul Auster. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


24 de marzo de 2023

Lo demás es pura cháchara

Las expectativas que uno tiene pueden ir pendulando del optimismo a la decepción según situaciones puntuales. En lo que a mí respecta, debo decir que por mucho que reniegue o me queje, la vida ha sido demasiado generosa conmigo. Logré muchas metas que casi ni imaginaba y que, a su vez, no hubieran sido posibles sin las personas que estuvieron a mi lado, sobre todo mi familia. No me sale reírme por cualquier boludez como promueve la literatura de autoayuda, pero sí cuando viene a mi memoria alguna anécdota, no puedo evitar cagarme de risa y pensar que yo estuve ahí compartiendo ese momento que todavía conservo en el chip mental.

Cuando te encontrás con alguien en la calle y te dice: "¡Estás igual!", nunca sabés si se refiere a que seguís siendo el mismo nabo de siempre, o a que tu aspecto físico se mantiene similar al de la última vez. Un cambio puede producirse naturalmente y sin ningún tipo de situación traumática si lo entendemos como un paso necesario que hay que dar en la búsqueda de algo mejor. Parece una idea muy básica, pero no lo es. Hasta uno mismo termina hastiándose de la propia rutina que inconscientemente se impuso, y busca otras formas de distensión para no sumirse en el tedio. A su vez, ello también se convertirá en rutina al cabo de un tiempo, y lo bueno es que se puede ir dándole una vuelta tantas veces como nos lo planteemos, tomándolo como un ciclo que se va renovando. Como cambiar las capas de piel. 

No sé, pienso que no me bancaría ir todos los días y así permanecer años yendo a un club con otro grupo de viejos a jugar al truco. Me aburriría, y todo me hace pensar que la conversación trasuntaría por temas repetidos, como resultados de fútbol, política, minas, y otras boludeces más. No me lo imagino como un lugar donde la gente tenga ganas de recomendarte un libro o una película, sí observo que a cierta edad la gente mira televisión y no hace mucho más. Tampoco sería justo pedirles que hagan otra cosa, han trabajado durante tres décadas y ya se han jubilado. Pocas personas jóvenes se informan o entretienen, hoy por hoy, mediante la TV, excepto que haya algún partido importante de la Selección o un fenómeno que transcurre en tiempo real, porque cuando pasa un hecho realmente grave o conmocionante, los canales suelen interrumpir su transmisión habitual para poner en el aire un móvil en vivo.

Aprendemos a no ser tan ingenuos, a desconfiar, a ser más cautelosos y reservados. Sé guardar un secreto, pero no sé si una determinada persona tiene la misma capacidad, por más que seamos amigos. Sea como fuere, no nos dejemos llevar a creer en todo lo que nos dicen los aduladores. Es mera vanidad, que se confunde erróneamente con la autoestima. Porque la autoestima implica una valoración integral de lo que sos capaz de hacer, pero sin soslayar tus debilidades o puntos vulnerables.

 Por un lado, una parte de ese aprendizaje es doloroso, porque a todos nos gustaría conservar la ingenuidad de la infancia. Y los pibes de hoy crecen en un contexto dominado por otros intereses o prioridades. Es obvio que el mundo que supimos conocer no es el mismo que les toca afrontar a ellos. Todos los que nacieron post 2001 no saben lo que fue vivir en los ’90, a menos que se los hayan enseñado o busquen un video de pura casualidad. Y eso me hace comprender por qué esa generación abrazó al kirchnerismo  casi como una religión. Era una suerte de reivindicación (en sus inicios), opuesta al menemismo. 

Los juegos infantiles van cambiando, la plaza del barrio ha dejado el lugar de paseo o recreo donde se convocaban todos los chicos del vecindario y la mayoría se quedan encerrados mirando el celular o jugando a la Play. Aquello que hoy es objeto de debate entre pedagogos y educadores, mañana será tan sólo un recuerdo. El enfoque que, a mi modo de ver, nos debe generar preocupación, está en otro lado. Y es en la falta de contacto interpersonal, sustituido por chats de WhatsApp en el común de los casos.

Pero seamos honestos: Si los adultos a veces tenemos que lidiar con personas que nos mienten descaradamente, o con una situación económica que nos complica, imaginemos cómo reacciona un chico ante esas circunstancias, cuando intenta hacer pie en una ciénaga para conseguir un laburo y la va remando como puede, quiere ganarse su plata para gastarla en lo que se le cante. Y está bien. Muchos lo hicimos. Si querías comprarte una pilcha de marca, como se llamaba antes, te la tenías que pagar vos. Bueno, ese ejemplo es particular no es representativo para mí: Nunca fui “marquero” y me daba lo mismo andar con un jean cualquiera que con un UFO o un Levi´s. Eran lindos los UFO, debo reconocerlo, tenían buena confección y con uno de esos tirabas facha seguro. Las chombas del "cocodrilo" están re quemadas, dado que abundan millones de réplicas y además hace años que dejé de usar esa prendar de vestir, lo mismo que las camisas. Deben quedarme una o dos camisas en el ropero, las otras las regalé todas. Sólo tengo esas en el caso de que necesite concurrir a un lugar más formal. Pero para andar en la calle o en la bici me incomodan.

Retomando lo que expresaba al comienzo: Hoy está todo tan radicalizado, que no se admite que un periodista reconozca logros de este Gobierno y al mismo tiempo marque sus puntos débiles. O se es obsecuente, o si estás en la vereda de enfrente pasás a ser considerados opositor, cipayo, gorila, destituyente. Hay amistades que se han roto por cuestiones políticas, gente que no se saluda porque adoptaron ideologías antagónicas, aunque siempre he sospechado que –al igual que las religiones- no dejan de ser un gran negocio para seducir a las masas, mientras los parroquianos del bar despilfarran 40 minutos gastando saliva en discusiones estúpidas a sabiendas que no se pondrán de acuerdo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


23 de marzo de 2023

Ladrillos que caen

 Estalló el otoño, y es probable que predominen efímeramente los días cálidos hasta que el clima se acomode como si se tratase de un traje a medida de cada estación. No puedo evitar pensar en todo lo que he hecho o dejé de hacer en el transcurso del verano. Un verano que fuimos transitando la misma crudeza que tuvo el de 2022, si nos referimos estrictamente al sol calcinante e impiadoso que nos castigó en demasía. Y si bien puedo recapitular sobre aquello que me prometí hacer y nunca se concretó hasta ahora, tal vez deberíamos ser más condescendientes con nosotros mismos. Si no tuvimos el impulso de hacer algo, si nos dejamos llevar por la holgazanería, o nos dio paj..., está ok. 

Ahora bien, lo que se vuelve patológico, es caer en la procastinación. Ese término define a la casi infinita postergación de proyectos que el sujeto hace,  suponiendo que en un futuro indeterminado saldrán mejor. Descubrí el significado de la procastinación hace poco tiempo, pero quizás no es más que ponerle un nombre a una actitud de inacción que es más común de lo que parece. Hay cosas susceptibles de ser pospuestas o en última instancia canceladas, y otras que no. Es simple: Si tenés que pasar a buscar a tu hijo a la escuela, no podés dejarlo solo esperando en la entrada cuando a sus compañeros ya los han retirado de la institución. Si un familiar necesita que le compres un medicamento de urgencia, es lo mismo. Vayamos ahora a otros ejemplos que refuerzan lo que pretendo expresar: Si vos te ves con sobrepeso, o tu apariencia física no te agrada, podés ir al gimnasio o no, o bien hacerte una cirugía estética que debe costar bastante más caro que lo primero. Sin ser vegano o vegetariano, hoy todos sabemos que consumir alimentos frescos , frutas, cereales y bla bla blá ,contribuyen a mejorar la salud, pero no por ello vas a ponerte a punto si seguís morfando en porciones abundantes.

 Está el caso de quien se siente decadente por su fisonomía o apariencia física, y hay otra posible interpretación. Básicamente, que no cumplís con los ideales de belleza que siguen vigentes y eso te lleva a pensar que ninguna mujer (u hombre, según la orientación sexual de quien lea esto) se interesará por vos. Inclusive en la era feminista, no han cambiado los estereotipos de la apariencia física más allá de cuestiones de género. Cualquier relación de pareja, entiendo yo, comienza por una atracción física y luego viene todo lo demás, podrán afirmar lo contrario pero no les creo. Ser un buen tipo, laburante, con sentimientos nobles, todo eso se va descubriendo luego de un primer encuentro. Y vos, a su vez, irás descubriendo virtudes de la personalidad de esa chica, que no siempre llegan a convencer. En la sociedad actual nadie quiere que le rompan las bolas, digámoslo de una vez. Yo no tengo inconveniente en aceptar una relación con una mujer separada o divorciada que tenga hijos, pero no me corresponde a mí su manutención, para eso está el padre, y si no apareció nunca más es un problema en el cual no me interesa involucrarme. 

Es muy difícil que una persona que cuida personas mayores, es moza de un bar, o lo que ustedes deseen imaginarse, entienda y valore el hecho de que uno es periodista. Aclaro lo siguiente: NO lo digo menospreciando ni subestimando a nadie, que quede en claro. Puedo afirmar que es así por un par de experiencias que tuve. Les da lo mismo que trabajes en un circo como malabarista, que mi labor periodística. Todo me lleva a pensar que no conocen realmente en qué consiste mi trabajo, y ya no tengo ganas de explicar cosas que deberían ser comprendidas porque es una profesión que se ejerce dentro de un pueblo, no estoy trabajando el el "prime time" de TN o C5N. Hago lo mío con responsabilidad y con satisfacción, porque si tengo que poner en la balanza los momentos ingratos y todo lo que este trabajo me ha otorgado, hasta ahora puedo decir que el saldo es positivo. Por otra parte, hay gente que publica su perfil en aplicaciones de citas que son muy conocidas, pero no logro comprender el motivo, porque en la mayoría de los casos es evidente que no saben lo que quieren. No quieren nada serio porque recién se separaron. No quieren una relación informal porque buscan alguien que se comprometa con ellas, por esto y aquello. Deberían pensarlo antes de postear una foto o un perfil que no es coherente con sus pretensiones, estamos hablando de relaciones humanas, no de un algoritmo. Si no tenés en claro lo que querés o lo que buscás, es totalmente ilógico que se lo demandes a quien intenta conocerte para un proyecto de vida en común.

Deberíamos pensar qué significa la virtualidad en lo que respecta a las relaciones de pareja, y replantearnos eso. No me interesa chatear por un lapso excesivamente largo con alguien que es de Lobos o de una localidad cercana. Si hay buena onda y afinidad, podemos conocernos personalmente en un lugar público y ver cómo sigue la historia. No es una agencia de autos, donde elegís el que más te gusta, pagás y te lo llevás a tu casa. Ojalá que, en pleno auge de la inteligencia artificial, podamos ser conscientes de que lo que estoy poniendo en el tapete requiere de una serie de pasos más complejos. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 


 

20 de marzo de 2023

Recovecos

Lunes por la tarde en la ciudad. Hay una sensación de que algo está por finalizar, pero se trata únicamente del verano, quizás sea el fin del período de confinamiento que nos vimos obligados a adoptar durante la primera quincena de marzo. Lo concreto es que para el domingo el pronóstico anunciaba una fuerte tormenta eléctrica en Lobos y localidades vecinas, con alertas de todo tipo, algo que aquí ocurrió recién cerca de las 22 hs de ayer, con uno o dos chaparrones fuertes y nada más. No podemos vaticinar aún si quedarán días calurosos por delante, pero lo que sí es evidente es que cuando cae la noche también la temperatura desciende abruptamente. Estamos hablando de 20 grados, un anticipo de lo que sería una cifra promedio para el otoño. Un día cualquiera, ya te das cuenta de que la remera que te compraste para tirar facha o lo que fuere no es abrigo suficiente, entonces hay que buscar la ropa que dejamos relegada en algún rincón del placard.

Con el tiempo, aprendí que todo puede pasar, hasta lo más insólito y disparatado que se te ocurra imaginar. Y por ende, todo puede pasarme si es que me veo alcanzado por esa realidad. No siempre estaré preparado para soportarlo o sobrellevarlo, y la gente que te rodea puede tener una buena predisposición pero es suficiente para que entiendan qué torbellino está pasando por tu cabeza a una velocidad cuasi supersónica. El saber popular manifestado en refranes o aforismos es un reservorio de estupideces que se repiten sin ninguna motivación que no sea explicar lo que ya ha ocurrido. De manera que son funcionales con los hechos consumados, con "el diario del lunes". La gente que realmente la tiene clara se maneja a otro nivel, y el hecho de ver con precisión el escenario actual no te exime de tomar una decisión equivocada. 

Hoy por hoy, lo que más me interesa es continuar trabajando para llevarle información a los lectores, y ya llegará el día en que haré una contabilidad casera para determinar cuánta plata me queda disponible en el lapso de un mes, descontando los gastos corrientes. Tendría que haberlo hecho antes, pero el problema es que hay empresas que no pagan según el esquema que lo hace la mayoría, que sería a mes vencido o a mes adelantado. Como es un ingreso casi seguro, son condiciones que uno acepta porque conoce ese procedimiento. Pero quienes nos gobiernan, tendrían que saber -me inclino a pensar que lo saben- que con una inflación del 100 % interanual es imposible vivir. Las reservas del BCRA están por el piso. No pueden seguir comprando dólares para paliar el alza de la divisa porque no va a quedar ni una moneda de 10 centavos. Y por otra parte, tienen que seguir pagando los intereses de la deuda antes de que caigamos en un default. 

Por otra parte, tampoco quiero pensar en la campaña política doméstica, porque eso significaría hacer una especulación o una estimación de una posible ganancia, y todavía no hay nada definido. Con respecto a eso, es mejor fijar la mirada en el corto plazo. Lo otro ya vendrá dentro de unos cuantos meses, y como la guita se devalúa constantemente, pensar en un número para presupuestar si es que hay partidos políticos dispuestos a pagarlo, no es prioridad cuando hay varios meses por delante. Es fin, no estoy diciendo ni explicando nada que ustedes no tengan conocimiento en sus respectivos rubros. 

Pero si existe algo en lo que nunca voy a dejar de creer, es que este país tiene un futuro, aunque se empeñen en dinamitarlo día tras día. Si logramos que no nos gobierne un próximo caudillo o "Mesías", ya estaremos dando un primer paso. Nunca he dicho públicamente por quién voy a votar (o votaría), y nunca lo haré, además de que no soy tan importante como para que alguien tenga interés en saberlo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

16 de marzo de 2023

El principio

Probablemente ésta sea una de las últimas notas que escriba este mes, aunque todavía queda un largo trayecto por recorrer. Hubo varias causas que llevaron a un desinterés al momento de darle forma a unas líneas en este blog. Por supuesto, son situaciones transitorias, y luego volveré al ruedo. Ya no podemos decir que nos "plancha" la ola de calor y continuar renegando hasta el infinito, porque ahora la cosa más o menos se estabilizó, era sólo cuestión de soportar lo que nos tocó en suerte. Había mucho malhumor entre la gente por todo eso, y es lógico, básicamente porque no podías hacer más que no fuera permanecer recluido en tu casa una vez cumplido el horario laboral. Durante todo este tiempo (deja vu de la nota anterior) me puse a pensar en aquellos que debían trabajar a la intemperie cuando la mayoría estaba con un ventilador o aire acondicionado. Un ejemplo son los pibes del delivery, los que deben levantarse temprano para que nosotros tengamos el pan crocante cuando vamos a buscarlo a media mañana, y muchos más, la lista es extensa. 

Estaba leyendo sobre la caída del Banco Credit Suisse, e inevitablemente me hizo acordar a lo que sucedió con el escándalo del Banco Ambrosiano en el Vaticano. No cabe duda de que debe haber un lavado de dinero fenomenal de por medio. La tercera y última saga de El Padrino, se centra precisamente en este último. Y volviendo al tema del Suisse, la diferencia es que el Banco Central Suizo (no sé el nombre exacto en castellano), salió al rescate para que no se produzca un inminente colapso. Hay cuentas secretas por cifras que no tenemos siquiera la capacidad de dimensionar. Sólo cuando la Justicia de un determinado país hace un pedido formal para conocer esos datos (en una investigación en curso), esos paraísos fiscales acceden a aportar información. Pero uno, que nunca alcanzará a juntar ese flujo de guita para fugarla por ahí, no puede dejar de pensar que los peces gordos seguirán bajo un manto de impunidad. 

Un amigo me contó hoy que el diario más prestigioso del mundo, The New York Times, había dejado de imprimirse. Me pareció raro, pero no por ello algo descabellado. Buscando en Internet, descubrí que eso aún no sucedió, aunque el CEO de la editorial le dio un plazo máximo de 20 años  de vida en una nota reciente para la cadena NBC. Es una estimación, desde luego, pero es lo que se viene. Clarín reportó hace unos meses que por primera vez en la historia del diario, el dinero que recauda por las suscripciones digitales superó a los ingresos por publicidad. Si ustedes han leído o al menos hojeado un ejemplar reciente, verán que los avisos clasificados se redujeron a su mínima expresión. Durante casi medio siglo, esa fue la principal ganancia de Clarín, un medio que en ese sentido fue innovador no sólo por incorporarlos y hacer de ellos un negocio exitoso, sino porque además se fue consolidando con el formato tabloide (o berlinés, como se lo denomina en la jerga), que lo hacía más fácil de leer en un tren o en un colectivo que el formato sábana que distinguió a otras publicaciones más conservadoras, como La Nación. LN hoy se publica en el mismo formato que comenzó a hacerlo Clarín en los comienzos, excepto los fines de semana. Pero eso fue una mera concesión que optaron y se permitieron hacer ante sus lectores más fieles, que están ligados al empresariado y a las clases altas. 

Hablar del "target" de La Nación puede sonar, hoy por hoy, a un prejuicio típico de militantes de izquierda venidos a menos. Pero yo no veo en Lobos o en ciudades chicas que gente que todavía se considera joven, vaya a comprar LN. Ni por asomo. Es un medio, además, que si vos sos un tipo con ideales, que te definís progresista, o que quizás creés en la justicia social, te exprime como una picadora de carne. Dudo que dures mucho laburando ahí a menos que tu cabeza se vaya amoldando a la línea editorial del diario. Es obvio que si ese tipo de periódicos siguen editándose, tanto en la Web como en papel, es porque tienen un público afín a lo que expresan en cada nota, a veces sin la mínima sutileza. Los K podrán tildarlos de opositores, y es claro que lo son, sin embargo ellos venden un producto periodístico dirigido hacia esos tan mentados opositores. Si querés encontrar noticias como si estuviéramos en Disneylandia, te aconsejo que leas Página/12. Lamentablemente lo que veo es que no hay ninguna publicación que asuma una posición intermedia. La Argentina ha sido (y lo sigue siendo), cantera de periodistas excelentes y comprometidos, que redactaban cada nota con el esmero y la minuciosidad propias de una pieza literaria. Porque, por sobre todas las cosas, tenían un vocabulario amplio. Eran irónicos y mordaces cuando se presentaba la ocasión, y también eran frontales y directos cuando querían hacer llegar al lector un mensaje contundente. 

El problema con los empresarios que compran medios de prensa (o son accionistas mayoritarios), es que como no son periodistas, por lo tanto después no saben qué hacer con ellos en el caso de que pierdan rentabilidad. Creen que invertir en algo así les garantiza un capital que en muchos casos comienza a declinar como consecuencia de la reducción de gastos y de personal, que es lo primero que suelen hacer cuando ya toman posesión de un diario, un portal, o un canal de TV. Se está hablando mucho de la inteligencia artificial (AI), de esos sofisticados chats, pero hasta ahora no hay una máquina o un software que pueda reemplazar la labor del periodista, o más concretamente, del cronista, que es el tipo que sale a la calle a buscar notas y no se queda sentado en una oficina como si fuera un estrado. Los editorialistas o columnistas al estilo de Mariano Grondona o Morales Solá son restos fósiles vivientes. No tienen cabida en la sociedad actual. Si les dan un lugar y les pagan bien es porque quizás para cierto público lector sean sinónimo de prestigio. Pero no más que eso, creo que ni aquellos que los consideran "serios" perderían su tiempo en leer parrafadas interminables que no llevan a ningún lado. 

Esos tipos hablan del narcotráfico en Rosario sin levantar su culo del sillón, dicen lo que a la gente le gusta escuchar. Nunca van a ir hasta allá para constatar la veracidad de lo que pretenden expresar. Ya hace rato que dejaron de caminar la calle, o quizás nunca les interesó. Yo me la he jugado muchas veces teniendo a todo el mundo en contra, pero no por hacerme el héroe, sino porque consideré que correspondía hacerlo. 

Por otro lado, si bien es cierto que haber estudiado Periodismo te brinda una formación excepcional que de otra manera no obtendrías -como fue en mi caso-, si no hablás con el vecino promedio no sabés interpretar el termómetro de la sociedad, no vas a llegar muy lejos. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


13 de marzo de 2023

Mañanas complicadas

(Disculpen los errores de tipeo, escribí está nota casi de un tirón)

Este lunes fue un día particularmente complicado desde el momento mismo en que salí de mi casa. Para empezar, se me pinchó una goma de la bici, lo cual podría haberse subsanado fácilmente en el supuesto de que encontrara una bicicletería cercana. Pero cuando me percaté de ello, estaba en la zona del Colegio Industrial, y no pude encontrar un negocio de esas características. De manera que, para evitar que andar "en llanta" me provocara la rotura de la cubierta, debí emprender el regreso llevando la bici a tiro, ya para ese momento había transcurrido el mediodía y me empapé de sudor irremediablemente. Me estaba cocinando como un pollo al spiedo.

Por otra parte, yo tenía un programa de pasantías en la Oficina de Empleo y hoy me comunicaron que por cuestiones que me son ajenas me lo habían dado de bajar. Debo aclarar que me corresponde absolutamente porque presenté toda la documentación que me pidieron al iniciar el proceso, pero los requisitos cambiar casi caprichosamente en cuestión de meses siendo que el Ministerio de Trabajo es quien otorga el beneficio. Desde luego que no se trataba de una suma significativa, pero todo todo sirve. Fue así que mastiqué bronca en las horas subsiguientes hasta que conseguí bajar un cambio y tranquilizarme. Ya está, ya fue, quizás en un futuro vuelva a postularme y veremos qué onda, pero por ahora me quitaron de cuajo la contraprestación que estaba recibiendo. Gracias a ese dinero logré saldar un crédito, algo que mencioné varias veces y no voy a seguir repitiendo.

En los 12 o 11 días que llevamos de una ola de calor extremo, nunca padecí todo este desbarajuste climático como hoy (lunes). Cuando finalmente logré llegar a mi casa, lo primero que hice fue tomarme una botella de agua entera de 1,5 litros, porque había perdido muchísimo líquido. En fin, de a poco me fui estabilizando anímicamente y aceptando esta nueva realidad que fue un cachetazo sin anestesia. Se me pasó un poco el fastidio cuando uno de mis clientes me hizo una transferencia, porque mi economía estaba bastante restringida hasta el día ese momento. Eso me dio la posibilidad de pagar pequeñas deudas, o compras que hice en cuenta corriente, y de comprar algunas cosas en el súper. Bueno, hasta que no reciba un próximo pago, habrá que ir regulando. 

Me cansa discutir sobre política o economía, los lectores lo saben, pero este lunes me tocó discutir por otros motivos, alrededor de 25 minutos en los cuales no arribé a ninguna conclusión o solución satisfactoria. Qué capos son esta gente del Ministerio de Trabajo, qué gente "buena onda", ¿no? Persiguen a un pobre sujeto de clase media como en mi caso, pero hacen la vista gorda ante otros que son alevosamente deleznables y que cultivan la haraganería. Pero si yo me sigo dando rosca, me voy a terminar enfermando, y no es la mejor idea. Así que, por mí, que hagan lo que quieran, que me den de baja y caso cerrado. Por supuesto que el dinero me servía, como dije antes, pero puedo prescindir de él, sobre todo cuando te tiran un ultimátum de esta naturaleza. Es vergonzoso, no sólo a título personal, sino para todas aquellas personas que hayan atravesado una situación similar, no conozco otros casos pero de seguro los habrá. Yo puedo quedarme tranquilo que, en el lugar donde hice la pasantía, cumplí con lo que me demandaban, porque nunca consideré o concebí a esa guita como un regalo.

Pero los melones se acomodan solos, y confío que en los días subsiguientes no deba pasar por lo que me tocó en el primer día de la semana, que no "pintaba" como lo que terminó siendo y me desbordó por completo.

 Al final, con la ayuda inestimable de mi viejo, pudimos emparchar la pinchadura. El paso posterior fue inflar la cámara nuevamente para descartar cualquier otro minúsculo orificio, y aparentemente el tema está resuelto. La bicicleta que tengo no vale dos mangos, entonces no podés postergar esas cosas. Y por todo este infierno del aire caliente que circula constantemente en la calle -en los contados casos donde circula aire-, uso ese medio para llegar más rápido donde tengo que ir, y transpirar menos. Todo lo que puedo decir es que en lo sucesivo tendré que hacer mi laburo del mismo modo en que lo hice hoy, y -quizás- se trate de otro día con mejores perspectivas. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

(Actualización: Sigue la mala racha parece. Hoy, martes, perdí el llavero que contenía las llaves de mi casa y del candado de la bici. Un garrón más)

10 de marzo de 2023

Justo y necesario

 En determinadas situaciones, la resignación termina siendo una actitud saludable, aunque no por ello esté exenta de un dejo de melancolía. Insisto, me refiero a casos puntuales. El común denominador, es seguir peleándola para conseguir lo que querés o lo que considerás que te corresponde. ¿Pero entonces, por qué es saludable? Bueno, en principio porque te quita un peso de encima. Uno da todo lo que cree posible, y los resultados no siempre son los esperados. Si fuera lo contrario, todo el mundo alcanzaría rápidamente el éxito o las metas que se propongan. 

El enfoque cambia cuando comprendés que no todo depende de vos. Desde iniciar un trámite burocrático, hasta formar una pareja, no sos el único que tiene el mazo de cartas, no sos el croupier del casino. Cuesta entenderlo, cuesta darse cuenta, pero el bienestar tiene que ver con aceptar esa delegación de responsabilidades como algo habitual. Seguramente, recapitulando, uno se encuentra con hechos que se dieron de un modo opuesto. Es decir, parecía algo muy complicado de lograr, y sin embargo se pudo concretar enseguida sin grandes contratiempos. 

Hasta no hace mucho tiempo yo me decía a mí mismo que de ninguna manera iba a aflojar, si quieren llamarlo así. Pero ahora dejé de ver a la claudicación como una actitud negativa. Porque el tiempo pasa, y ya no querés discutir ni perder más horas en boludeces. Lo mismo ocurre con los gustos o intereses de cada uno. Un autor que antes te parecía genial hoy no lo volverías a leer; una banda que parecía llevarse todo por delante, hoy los ves como pibes salidos del jardín de infantes. Y esa contradicción también está buena, créanme, porque si vos cambiás de hábitos o de opiniones, obviamente vas a colisionar con el que eras antes. Lo mucho o poco que lograste en el pasado, sirve en la medida que te permita consolidar lo que estás haciendo ahora. No sirve vivir en base a supuestos méritos que no le importan a nadie, ni a vos mismo.

Esos cambios que cada cual va implementando según su deseo o voluntad, también se dan en la sociedad. Pero no siempre de un modo simultáneo. A veces vos llegás antes a lo que luego será asimilado y aceptado por las mayorías, y otras no. Yo diría que es muy difícil pegar el mazazo en el momento preciso, en sintonía con ese cambio que se avecina a nivel global. Pese a todo, no es lo más relevante. Hay que dejar atrás muchísimas ideas o prejuicios para aventurarse a lo nuevo, que a su vez durará un período indeterminado y luego dejará de ser tendencia. Todo lo que vemos como “lo nuevo”, en realidad se construye sobre los cimientos de algo que existió antes. Es un simple maquillaje para que el actor salga a escena disimulando su envejecimiento. Ya no importa si los pibes de ahora son de la Generación Z o la Generación de Cristal, porque inevitablemente todo pasa por la calle. Las protestas populares son las que fuerzan los cambios, por más que nos engañemos creyendo que hoy todo se maneja desde la pantalla de un celular. Las redes sociales que hoy dominan el interés de la gente, pronto serán desplazadas por otras, pero preservando un sesgo de las anteriores, de lo original y primigenio. Así es con todo, con el rock, que está casi muerto, y con el cine, dado que las películas más taquilleras son de superhéroes, se distinguen por sus efectos especiales, y aunque su temática es motivo de difusión, esos filmes cumplen con la función de entretener a un público adulto. No sólo a niños. Y es un fenómeno que llevaría varios párrafos analizar: La casi nula presencia de actores humanos en películas pochocleras.

"El que no arriesga, no gana", reza el refrán popular, y es una estupidez, porque una cosa es asumir riesgos financieros con la plata que tenés o que suponés que vas a recaudar, y otra es arriesgarse hacia caminos desconocidos sin que haya necesidad de lucro, ya que lo que te motiva es emprender un proyecto nuevo. Al final, todo termina siendo una cuestión de plata, pero como verán, los dos casos no son iguales y allí está la diferencia. No lo sé, pienso que vivir tomando como referencia a aforismos o refranes no conduce a nada, aunque quizás se esconda en ellos algo de sabiduría. Lo único concreto es que, cuando encontrás un equilibrio en todo sentido, lo demás surge casi naturalmente y de la mejor manera. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

8 de marzo de 2023

Surfeando

 Mitad de semana, surfeando en la ola de calor. Hasta el momento no me quejé en absoluto por lo que estamos atravesando, que es público y notorio, contrariamente a lo que tiendo a hacer muchas veces y que constituye un rasgo de mi personalidad. Sí puedo afirmar que nunca en mi vida vi un fenómeno climático de este tipo en esta época del año, al menos en la Provincia de Buenos Aires. Como sucede con todo, en algún momento finalizará y todo volverá a ser como antes, o habrá una "nueva normalidad", no tengo la menor idea. 

Me refresco periódicamente en la modesta pileta de lona que tenemos en el patio, y si no tengo otro plan, me quedo en mi habitación haciendo algo que considere de utilidad. Debo decir que el sopor me restó bastante las ganas de hacer lo que en condiciones normales me provocaba placer o distensión. Nada de TV, ni de escuchar radio, música, o lo que fuere. Me quedo en la cama, procurando dormir, porque sigo trabajando como siempre y el cuerpo se cansa más. De ninguna manera desatendí mi laburo, sería irresponsable de mi parte. Y más allá del dinero o de lo que esté en  juego, creo necesario continuar con el ritmo habitual porque no puedo permanecer todo el día encerrado en mi casa, de manera que si hay noticias que a la gente les interesan, uno debe estar. Otra persona que se dedique un empleo distinto deberá cumplir con un horario probablemente más rígido, extremando los cuidados ante esta contingencia. Calor extremo y sequía no son precisamente una buena combinación. Sin embargo, volviendo a lo anterior, el tipo que se levanta a las 3 de la madrugada a hornear el pan para que vos puedas ir al mostrador del negocio a comprar la bolsita a las 9 o las 10, no puede darse el lujo de interrumpir la producción, ni aquel que está como operario en una fundición, y podríamos seguir enumerando. Lo que está pasando lo dejo en manos de los meteorólogos. Si habláramos de los índices de pobreza, indigencia, desocupación, o desempleo, quizás podríamos esbozar posibles causas. Pero en este caso no, por eso dominé mi temperamento para no andar dando vueltas ante algo que excede mi conocimiento. 

La suspensión de clases presenciales tiene como finalidad preservar y garantizar la integridad física de los alumnos. No hay manera de dictar clases en estas condiciones, eso es una cuestión de sentido común. Pero todo se resolvió sobre la marcha. Me refiero a que, ya para el domingo, deberían haber previsto lo inevitable, y las autoridades (Jefatura Distrital en primer lugar), reaccionaron tardíamente. Por lo cual, los propios directores de las escuelas establecieron un protocolo de emergencia y una vuelta provisoria a la virtualidad. Pero hay que contemplar, también, el caso de una pareja o de un matrimonio con hijos donde ambos trabajan, y tienen su agenda para dedicar el tiempo a ellos en función del tiempo libre que disponen. Porque los chicos hoy están en su casa, sí, pero si no están al cuidado de un adulto responsable, hay algo que estamos pasando por alto. En otro párrafo cité algunos ejemplos de gente que tiene que seguir laburando porque si no lo hace no cobra, y que salió con los tapones de punta contra los docentes. Era una forma de decir: "Si ellos no van a la escuela, yo tampoco debería ir a mi lugar de trabajo". No es un planteo sensato, y no lo digo porque piense que una profesión sea más importante que otra. Los maestros, durante esta semana o el tiempo que dure, deberán enviar actividades a sus alumnos, corregir los ejercicios o trabajos prácticos de la forma que hoy nos posibilita la tecnología, y sería un error dejar entrever que están al pedo en su casa con el aire acondicionado. 

Tener a un niño a cargo dentro de un establecimiento, y que se desmaye o sufra un golpe de calor, es una responsabilidad que casi de inmediato va a recaer en el docente, entonces convengamos que no es tan fácil como parece. Por otra parte, la mayoría de las escuelas tienen patios abiertos, y por esa razón se vuelve imposible utilizar esos espacios para el recreo de los pibes, si no hay ningún techo o tinglado que los proteja del sol. Si adoptamos decisiones con sentido común, y teniendo en cuenta todas las variables y no un mero interés sectorial, de a poco todo comenzaría a funcionar mejor. Nos falta avanzar bastante una cuestión tan básica como esa. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

6 de marzo de 2023

Pueblo chico, ¿y qué importa?

 Hace unos días tuve un pequeño debate con un amigo, que fue en términos cordiales, como debe ser.  Bueno, la cuestión es que él afirmaba enfáticamente que Lobos ha dejado de ser un pueblo chico. Veamos: En el supuesto de que los datos del último Censo sean certeros, 42.000 y pico de habitantes no constituye una gran población. Pero hay un dato que debe estar ligado al anterior, que es la cantidad de personas por km2, o la densidad demográfica. Si tenemos en cuenta que el partido de Lobos, incluyendo localidades de la zona rural casi inhóspitas, podríamos decir que sí, somos un pueblo chico.

Más allá del crecimiento poco significativo con el censo de 2010, y pese a que ha habido una expansión de la urbanización en los últimos años, seguimos manteniendo un status quo similar al de cualquier municipio del Interior de la Provincia. Pero debemos tener honestidad intelectual suficiente para comprender que las actitudes, la agresión sin fundamento, y otros aspectos más, distan de pertenecer a un panorama plácido y halagüeño como nos quieren hacer ver. Aquí es muy difícil tener privacidad: todo el mundo sabe qué hacés, de qué trabajás, adónde vas, y qué ideas políticas tenés. La gente que se entretiene hablando de la vida ajena te ensucia con calumnias e infamias, inventa rumores que van circulando de boca en boca (y de celular en celular) y que como una bola de nieve no se pueden detener –quizás- hasta que el aludido haga algún pronunciamiento público desmintiendo las barbaridades que le están dedicando. Muchas veces provienen de gente que ni siquiera lo conoce, pero que se prende en la joda porque le tiene bronca, vaya a saber por qué. Estamos acostumbrados a la hipocresía, a ver cómo gente de dudosa autoridad moral para criticar tiene asistencia perfecta a la Misa de los domingos o cualquier otro culto religioso. Si van para redimirse, está okey, procuren no purgar las culpas ante un altar y aprender a comportarse. Y si no es así, sería mejor que se quedaran en su casa. Yo no soy precisamente ejemplo de nada, y por ese motivo me daría vergüenza aparecer en un templo como si fuera la quinta esencia de la bondad.

 Es gratificante sentirse parte de un barrio y mantener relaciones cordiales con tus vecinos, pero las reglas de buena convivencia se fueron al carajo y -por otra parte- no queda casi nada de aquellos años donde los chicos podían jugar en la calle a cualquier hora, donde había verdaderas "amas de casa”, que no por ostentar esa condición se creían víctimas del patriarcado o cualquier delirio feminista posterior. Reitero: Es estos tiempos de fervorosa militancia feminista, sigo sosteniendo que esas mujeres, esas amas de casa a las cuales me refiero, no se sentían subestimadas ni disminuidas por esa condición, sino que se encargaban con dignidad y orgullo del cuidado y sostén del hogar mientras su pareja o su marido trabajaba. Por supuesto que ambos pueden laburar en cualquier empleo que deseen y eso no contradice lo que dije antes.

Con el paso del tiempo, los nuevos paradigmas hicieron que en muchos hogares ambos cónyuges deban trabajar para poder mantener a la familia, o bien lo hacen porque cada uno desea manejar su propio dinero. La mujer consiguió importantes conquistas sociales en el último siglo, no obstante lo cual muchas de ellas no asumen el rol de madre y esposa y creen que formar una pareja es una empresa o una sociedad anónima. Del mismo modo, hay padres abandónicos, que no reconocen la paternidad de sus hijos, que no cumplen con la cuota alimentaria. Qué equivocados que estamos, cuánto nos falta aún para comprender una de las pocas frases decentes que dijo Maradona: “Yo no soy ejemplo de nada, ejemplo son los padres”. La escuela imparte conocimientos y algunas pautas de convivencia, pero adhiero plenamente a que la educación de nuestros hijos comienza por casa, como sostuvo el ex presidente uruguayo “Pepe” Mujica. Nos estamos viendo pronto. Para no abrumarlos, en ningún momento hablé sobre la ola de calor porque ya sería un tedio total. Punto final.  

4 de marzo de 2023

Dos horas

Cualquiera tiene derecho a ser militante político. Para más de uno, es una forma de vida. Incluso, a lo largo de la historia, ha habido varias figuras de diferentes ideologías cuya conducta ha sido intachable y que han contribuido con propuestas reales al mejoramiento de la sociedad, porque esa postura que asumieron nacía de una convicción de dogmas o principios. 

Lo que no puedo concebir es que esa pertenencia a un partido te lleve a una mirada sesgada, a una miopía crónica porque vas repitiendo lo que los medios oficialistas se empeñan en difundir y que ni siquiera merece ser considerado información. Es un planteo ingenuo el mío, lo sé. Se consideran verdades irrebatibles a determinados juicios de valor u opiniones antojadizas que están sustentadas en hechos reales, pero de un modo distorsionado. Ahora los K no dicen nada pese a que el barco se está viniendo a pique. Pero ustedes recordarán a aquellos actores militantes (Nancy Duplaá, Pablo Echarri, Dady Brieva, y varios idiotas útiles más), repetir a coro: “La Patria está en peligro”, mientras gobernaba el macrismo. Lejos está de mí la intención de hacer una defensa de Macri si es lo que erróneamente suponen. Lo único que me pregunto es si ahora estamos "tan bien" como para no afirmar que la República (no diría la Patria), está en peligro. El discurso de Alberto F. en el Congreso fue patético. Y además, no tiene h..., porque mostró tal grado de genuflexión que evitó en todo momento confrontar con CFK. Sus forzados gestos de cordialidad quedaron reducidos al polvo. La Vice lo ninguneó desde el primer minuto. Y Alberto, también en un acto que él habrá ensayado impostando la voz como si fuera un estadista que quedará para la posteridad, acusó a los jueces de la Corte Suprema que no son afines a sus deseos y caprichos. Nunca nadie se había animado a lanzar en vivo y en directo semejante diatriba contra el Poder Judicial, siendo vos el Jefe del Ejecutivo. 

Los jueces escucharon las gansadas de Fernández con resignación e indiferencia. Desde luego que yo no pondría las manos en el fuego por ellos, pero no por eso los sometería al escarnio público de un modo tan burdo y soez como el Presidente. Vuelvo a lo mismo: Parece ser que antes estábamos en peligro, ahora no. Ahora todo está en calma, armonía, y paz social, ahora la plata alcanza, los salarios son dignos, y los pibes concurren a escuelas en condiciones óptimas. Sí, claro, Presi, te seguimos la joda y tomamos tus expresiones casi con humor, porque si nos ponemos a analizar seriamente la sarta de gansadas que proferiste en el lapso de dos horas, cualquier alienígena que se le ocurriera visitar este confín del Planeta Tierra pensaría que somos subnormales. Recapitulemos: Durante la sesión, televisada en vivo, Fernández se desvivió para caerle bien a CFK, la misma que lo puso en el lugar que hoy ocupa. No te salió bien, Alberto: Cristina te humilló públicamente de un modo tan evidente que es mejor que no vuelvas a intentarlo otra vez. ¿Qué loco, no? Los mismos que criticaron la ampliación de los jueces de la Corte Suprema y la “mayoría automática” durante el menemismo, son lo que hoy proponen exactamente lo mismo para garantizar su impunidad. 

No jodan más con Macri, muchachos, el Gato gobernó 4 años y se mandó varias cagadas, pero ustedes no son precisamente el emblema de la eficiencia y de la gestión de políticas públicas. Son tan inmorales y corruptos como los que estuvieron antes. “Ah, sí, pero Macri se fugó con 50.000 millones de dólares que le entregó el FMI”. Perfecto, podemos discutirlo y debatirlo, pero no desde una mirada simplista. El error del ex Presidente, más que haber pedido un préstamo imposible de saldar, fue no haberlo comunicado a la ciudadanía correctamente. Lo hizo en un breve discurso grabado que fue el comienzo del estallido inflacionario (devaluación de 2018), y que marcó el fin de sus aspiraciones políticas para una reelección.

Se ha sustituido al famoso "atril" de antaño por el salón de conferencias de Olivos. Bueno, para eso contrataron a Gabriela Cerruti, que ejerce el rol de vocera y es la encargada de aclarar las incoherencias de Alberto, además de tener alguna aparición ocasional para hacer anuncios huecos y rimbombantes, con el objeto de que provoquen impacto en la opinión pública. Están dejando un tendal de desocupados, de marginalidad, de violencia, siendo ellos los que afirman que los demás promueven discursos de odio. No tuvieron los cojones de ir a fondo con una auditoría de los planes sociales porque temen que los excluidos, que ostenten esa condición con justa causa, ganen la calle y vuelvan a multiplicarse las protestas y los piquetes. El desvío de fondos es millonario y alcanza a gente que con el dinero que percibía compraba dólares y hacía transacciones por montos más que sospechosos en función de sus ingresos.

En 21 años de trayectoria, he soportado estoicamente a las personas "no gratas" (que siempre las hay) de la gestión anterior y tambien de la actual, que además ejercían abuso de poder. Pero esa gente que hoy ya no gobierna, está en edad de jubilarse y no los va a votar ni el Fiscal de Mesa. Te la pueden vender como quieran, pero salvo que tengan la capacidad de reorganizarse a tiempo y dejar de jugar a las figuritas, los comicios de octubre ya los pueden dar por perdidos. Aquí en Lobos, ellos mismos lo saben: Algunos conocidos no han tenido reparos que confiármelo en una alguna charla informal. No tienen la menor chance. Pueden considerarse afortunados si logran renovar la cantidad de concejales que ponen en juego. No esperen más que eso. Y si los resultados terminan siéndoles favorables, no les quepan dudas de que seré el primero el retractarme por un análisis político equivocado.

Este blog ha ido mutando, quizás sin que me lo haya propuesto, pero hay varias cosas que ya me hartaron, no pretendo ser autorreferencial, y ya es hora de pensar también en cuestiones inherentes a Lobos como ciudad, seguramente cuando estén en campaña a vos, que me estás leyendo, van a ir a “visitarte” a tu casa a la usanza de los Testigos de Jehová, pero en este caso será para dejarte la boleta. Y si te ofrecen algo a cambio de tu voto, básicamente se trata de comprar voluntades. Yo te aconsejaría que agarres todo lo que estén dispuestos a darte y que después en el cuarto oscuro votes a quien se te ocurra. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.

3 de marzo de 2023

Asomó marzo, y por fin pude retomar el contacto

 (Sepan disculpar los errores de tipeo)

Viernes 3 de marzo. Realmente hacía tiempo que no posteaba algo nuevo por aquí, siempre suelo hacerlo en el comienzo de cada mes y luego le voy dando 
una continuidad, pero estuve abocado a resolver problemas meramente burocráticos de mi obra social, que ya son casi una constante. Y por otra parte, padecí muchísimo el calor. Rara vez me quejo de un fenómeno climático, o trato de no hacerlo. Pero en este caso me superó. Ayer se cortó la luz en casa desde las 14:30 (aproximadamente) hasta las 17 hs. Antes de hacer un reclamo a la empresa, solemos revisar bien que no haya saltado la térmica o algo parecido. Los vecinos de mi cuadra tenían suministro, lo cual no hizo más que acrecentar mi indignación y la de mi familia. Al parecer fue una avería en una "fase". Hay un transformador en la esquina, y la falla hizo que algunos tuvieran luz y otros no, como si se tratara de un sorteo de lotería.

Como dije en alguna oportunidad, cuando me siento a escribir intento no repetirme, no utilizar las mismas palabras y no referirme a hechos que ya todos conocen. Bueno, pese a todo, ayer tenía que continuar haciendo mi rutina dentro de lo normal. Cubrí notas, reclamé ante la empresa por supuesto, te piden 20 veces el número de NIS y también el número de reclamo, toda información que fue aportada en los contados casos que logramos comunicarnos con el 0-800, porque el WhatsApp, además de ser totalmente impersonal, se tildaba o no sé qué. También me parece un poco egocéntrico referirme a una situación que en este contexto  padecemos el común de los lobenses. 
Por lo tanto, estos días sirvieron para recapitular, para iniciar lentamente el proceso de cobranza de los clientes que aún no terminó, para mostrarme empático y sonriente ante gente que no me merece el menor respeto. Me refiero a los que se creen el emblema del éxito: Fui hipócrita con ellos del mismo modo que ellos lo son conmigo. Cubrí la sesión inaugural del Concejo Deliberante, que carece por completo de interés excepto para los propios legisladores y un grupo de funcionarios o militantes. A grosso modo, el 1 de marzo no habría más de 100 personas en el recinto. Pero hay que estar, siempre hay que estar. Al fin y al cabo, no fue más que un trámite que entre discursos y algunos aplausos, no llevó más de 40 minutos. Llegué tarde porque pensé que, como es habitual, no iba a comenzar a horario, y además estaba finalizando de escribir una nota. Pero habré llegado con 8 minutos de demora, según pude constatar posteriormente. Ayer fui a a un acto organizado por el Movimiento Evita en el Barrio Hipódromo, todos sudábamos la gota gorda porque el sol pegaba de lleno y se resistía a darnos un respiro, pero no me importó. Fui, lo hice, desgrabé algunas cosas, transmití un video en vivo por Facebook, y cumplí. Por eso, estimados amigos, insisto que aunque sea un "lugar común" renegar contra el calor y las posibles consecuencias que puede traer a la salud, hay que seguir laburando. Mientras tenga luz en mi casa y algún ventilador, me la tengo que bancar. Lo irónico de todo esto es que ni siquiera le podemos echarles la culpa a los políticos, o a un determinado Ministro (excepto por el apagón de la central nuclear Atucha I). 

Reflexionar sobre la gente que la está pasando peor que vos no debe tomarse como un consuelo estúpido o consuelo de tontos. Por el contrario, sirve para contrastar realidades y comprender que muchos convecinos, seguramente, están atravesando el déficit de una calidad de vida que yo poseo y ellos no, pese a que carezco totalmente de grandes lujos como expresé antes. Y aunque no vaya a ser nunca dirigente político, estoy dispuesto a visibilizar esas realidades y esas disparidades porque todos tenemos derecho a una vida digna, a descansar después del laburo, a llevar el pan a la mesa. 

Mientras haya yerba y mis horarios lo permitan, seguiré tomando mate como casi todos los días, pese a que me sigan hablando de las bondades del tereré. El mate se toma caliente, y punto. Claro que la graduación de la temperatura del agua es a gusto del consumidor, según la pava o el termo que utilices. Es ilógico matear cuando estás con 36° C y tu habitación parece un sauna, pero siempre hay una ocasión. Nos estamos viendo pronto, espero que sea así. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...