28 de agosto de 2023

Agenda

Lunes, comienzo de semana. Me desperté más temprano de lo habitual y como no había podido dormir bien, me levanté antes de que sonara la alarma, era inútil seguir dando vueltas entre las sábanas. Buena parte del día lo dediqué a cuestiones que no tuvieron que ver con mi trabajo, pero que consideré prioritarias. Breve resumen: 

1) Dos consultas médicas, para las cuales ya tenía el turno asignado hace rato y por ese motivo no podía (ni tampoco quería) cancelar. En una de ellas el tiempo que me dedicaron en el consultorio fue razonable, y en la otra pasé más tiempo esperando que lo que duró la consulta en sí (10 o 15 minutos a lo sumo). Debo realizarme una serie de estudios: Ecografías y análisis clínicos. Por ahora, en ambos casos el prediagnóstico no reviste gravedad. 

2) Pagué cada centavo de lo que debía en concepto de cuentas corrientes, en distintos comercios de la ciudad. Aunque podría haberlo hecho más adelante (del 1 al 10 del próximo mes), si los precios continúan aumentando, deberé pagar al valor de ese momento, por eso quise sacarme esa carga de encima.

3) Retomando el punto #1 de esta nota, fui a la oficina de la obra social para ver qué cobertura tenían por las ecografías en cuestión. Al parecer no tendré que pagar una cifra exorbitante, pero hasta que esas órdenes de práctica no estén autorizadas, todo está por verse. Trato de no pensar. 

4) Compras y mandados cotidianos, buscando conseguir el mejor precio para lo que uno debe destinar a alimentarse, y no vale la pena agregar más porque es lo que todo ya sabemos. El único vicio fue comprar un atado de cigarrillos. Ya que estaba por el Centro, procedí a devolver libros que había retirado la biblioteca pública y que ya estaban durmiendo el sueño eterno. Sumado esto a fotocopiar unos apuntes, que no eran más de 10 páginas.

 5) Intento fallido de dormir la siesta. Habré estado una hora como máximo en la cama, pero cuando vi que no daba resultado, y con el malhumor que eso implica, seguí con lo que me había propuesto hacer. Serían las 4 de la tarde, todavía hacía un calor engañoso, porque si salías en bici como de hecho lo hice, el viento que iba rotando en diferentes direcciones te demostraba tardíamente que tendrías que haberte abrigado más. 

6) Revisar los mails, los WhatsApp, borrar aquellos que no me interesan y que no tienen que ver con mi laburo, hacer "limpieza" para que la casilla de Gmail no se llene de mensajes que no tienen ninguna utilidad para lo que yo hago. 

Y ahora, a la tardecita, estoy tomando unos mates, mientras escribo esta nota que (estimo) carecerá de interés, pero no me importa. Es peor que tratar con aquellos que fingen interés en algo que vos decís en el marco de una conversación casual. Y cuando eso pasa uno se da cuenta enseguida, así que si lo que te puedan decir no es relevante para vos, mejor dejarlo así. Esa "gente" tendrá preocupaciones más acuciantes, me permito pensar, como ver a cuánto cotiza el dólar blue o debatir hasta el cansancio -sin ningún sentido- con qué panorama nos encontraremos en las elecciones de octubre. De manera que todo lo mundano, que es rutina porque no podemos darnos el lujo de ver películas o cualquier escapismo por un tiempo indeterminado, no deja de ser parte de la vida misma. 

Este lunes se dio así, pero habiendo ya realizado todo lo que enuncié antes, mañana queda el camino despejado para lo que esté por venir. Quizás yo también podría hacer un análisis político llegado el caso, pero todavía el río está muy revuelto, no hay definiciones claras, y de mi parte creo que sólo resta sentarse a esperar. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 

26 de agosto de 2023

Brevedad

Sábado por la tarde en la ciudad. Mientras me cebo unos mates, venía pensando en la siguiente: Siempre es mejor ser breve, en todos los sentidos. En la vida misma, en una novela, en un cuento, en una canción. Cuando hablamos con un amigo, y necesitamos comunicar algo sensible, a veces lo más atinado es decírselo de una vez sin temor al shock. Si una chica te rechaza o quiere termina la relación con vos, seguramente actuará de la misma forma, aunque después te explique los motivos de su decisión. Con los hechos consumados, lo que pueda decirte después no cambiará en nada el resultado, al final de cuentas.

Se puede ser conciso sin que implique perder la esencia de lo que pretendés expresar. Hay gente que no lo entiende así, por eso es frecuente que los discursos de los funcionarios terminan sumiendo en el tedio a la audiencia que no tuvo más remedio que presenciar esa larga parrafada. Y lo que es peor: Son reiterativos. Creen que repitiendo una idea contribuyen a reforzarla y a brindar a los oyentes una señal de firmeza en su oratoria. La realidad dista mucho de ese objetivo.

Antes yo tenía otro portal de noticias y me costaba sintetizar, lo cual además me demandaba más trabajo. Un trabajo inútil quizás, porque pocos iban a destinar su tiempo a leer el texto completo. 

Con el tiempo creo haber conseguido ambas cosas: Notas más cortas, y que se lean más. Esa carencia de poder de síntesis tenía como fin, en parte, no desvirtuar los dichos de un entrevistado para que nadie salga a decir que lo sacaron de contexto. Pero eso también cambió: Si lo dijo y está grabado, ya está. Puede ser un buen título, y en tal caso invita a seguir leyendo.

Muchos no se lo imaginan, pero 10 minutos de audio para desgrabar insumen (en el común de los casos) varias páginas de Word, eso varía según la complejidad del tema y la velocidad con la que esté hablando la persona cuya voz fue grabada. En un portal de noticias, la mayoría de la gente se siente atraída por las fotos más que por lo escrito, o podríamos decir que una cosa lleva a la otra. Digamos que ver la imagen es el "anzuelo", lo que invita a leer la noticia. Cuando desgrabo una entrevista, trato de que los dichos del interlocutor se reproduzcan tal como fueron expresados. Se sabe que están los que “se van por las ramas”. Ahí sí hay que remarla porque de lo contrario se pierde el foco: Aparecen en la conversación cuestiones de nivel nacional o provincial que no guardan relación con la realidad doméstica.  

Cada periodista tiene su estilo para escribir, o lo va encontrando a medida que transita la profesión. Hay que deshacerse de las muletillas, de esas palabras estilo comodín que siempre quedan bien para la ocasión y que sin darnos cuenta repetimos en cada crónica. Los mismo pasa con los eufemismos: cuando se busca una palabra que sustituya a otra cuyo significado nos resulta demasiado chocante y contundente. La experiencia va logrando que un texto fluya naturalmente, que tengamos en la mente lo que pretendemos expresar antes de irnos el teclado de la computadora, En un proceso que lleva tiempo implementar, pero sólo de esa manera podés obtener una crónica sencilla, que reúna la información esencial para el lector, y condensando en unos pocos párrafos todo lo ocurrido. Se pueden agregar datos o detalles que consideremos de interés, pero todo depende de cuánto espacio tengamos disponible o qué tipo de cobertura queramos hacer. Las noticias en la Web deben ser breves, porque la mayoría de ellas se leen desde un celular y no es lo mismo que una publicación en papel.

En plena era de la Inteligencia Artificial, hay muchos programas que convierten un audio a texto automáticamente, pero hay dos problemas. En primer lugar, hay que pagar para usarlos, cosa que no pienso hacer. Y además, la transcripción no es exacta o infalible, por lo cual aparecen errores de tipeo porque ese software interpreta determinadas palabras que suenan parecidas a lo que se dijo.

Probablemente por todo lo que mencioné, los libros largos, con capítulos extensos, y que no consiguen cautivarme, me aburren. Y cuando me propongo leerlos de principio a fin, llegás a la última página y te preguntás: "¿Cómo? ¿Así terminó la historia? ¿300 páginas al pedo?". El éxito de las novelas breves se explica, en parte, por esa razón, y por el talento de su autor en no ser pretencioso desde el vamos. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 

23 de agosto de 2023

Filtraciones

Lejos está de mi ánimo defender al Gobierno, pero no me caben dudas de que los saqueos de los últimos días han sido burdamente orquestados. Por otra parte, no hay elementos suficientes como atribuírselos a Milei o a quien fuere. Para eso, se supone, están los servicios de inteligencia, que a su vez tienen como práctica común infiltrarse en protestas, piquetes y manifestaciones. Cualquier persona con sentido común puede darse cuenta de que esos hechos distan bastante de la híper de 1989, o del estallido social de 2001. En estos casos que mencioné, la gente salía en estampida, arrasaba con la mercadería y se llevaba todo lo que podía porque naturalmente había un contexto social mucho peor al actual. Sí, estamos mal en todos los sentidos, pero transcurrida la semana posterior a las PASO, paulatinamente estamos volviendo a la normalidad, o a lo que los argentinos conocemos como "normal" y que en otros países no lo sería en absoluto. 

Las autoridades políticas no pueden ser kamikazes y echar nafta al fuego, deben actuar con coherencia y prudencia. Es una práctica habitual echarle el "muerto" al otro. No suena lógico pensar que la gente se haya convocado a saquear comercios por WhatsApp. En primer lugar, es un servicio de mensajería bastante vulnerable (a diferencia de Telegram), razón por la cual los supuestos responsables podrían ser fácilmente identificados y puestos a disposición de la Justicia. Pero como esto es noticia hoy y mañana aparece otra cosa, dentro de unos días ya nadie recordará ni el cómo ni el por qué. Los políticos siguen haciendo campaña con lo que más les convenga, por aberrante que sea. Ya nadie se acuerda de la nena de 11 años que fue muerta por motochorros, sólo sus seres queridos deberán cargar con esa pesada cruz durante el resto de sus vidas. Permaneció en los titulares durante unos días, y después ya fue, a otra cosa. Cuando yo estudiaba, nos explicaron los que se denominan "hechos de seguimiento". Es decir, que ante crímenes de este tenor, catástrofes naturales, o negocios fraudulentos, la ortodoxia del periodismo indica que hay que continuar recabando información y no que aparezca en los portales para esfumarse al día posterior. Desde luego, cuando uno vive en un pueblo chico se dificulta ejercer esa tarea, porque según del hecho que se trate, se está expuesto a amenazas, represalias, o amedrantamientos.

 Si nos referimos, por ejemplo, a la contaminación con agrotóxicos en vecinos de Lobos, no puede quedar en una preocupación pasajera. Debemos insistir, machacar, obligar a las autoridades locales a un pronunciamiento público o al menos a una conferencia de prensa. Si fueran otros quienes ejercieran el poder, pensaría exactamente lo mismo, porque no es una cuestión ideológica. 

Las operaciones de prensa de los grandes medios se van gestando a cambio de "sobres", no por convencimiento o vocación. Algunas son muy truchas, muy obvias. Los que nos dedicamos a esto nos damos cuenta, y entiendo yo que audiencia televisiva también. Sin embargo, también hay algo que es rigurosamente cierto: ¿Qué es lo primero que hace un político cuando el cae una denuncia por corrupción o malversación de fondos? Muy fácil: Decir "Es una campaña en mi contra". Sí, puede que se trate de una campaña, pero si la información es real y fidedigna, en un país que no sea este, tendrías que ir a Tribunales a defenderte o en su defecto a demostrar tu inocencia. Se está hablando, también, de una eventual polarización del voto entre Milei y Massa. Quienes sostienen esta hipótesis creen que, para evitar el triunfo de un candidato de extrema derecha, se inclinarán por el oficialismo. Imposible saberlo hoy por hoy. Pero, viendo que JXC no aún no logró diferenciarse del libertario con quien comparte afinidades ideológicas, no podemos todavía pensar en que pueda suceder. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

21 de agosto de 2023

Que pase el que sigue

Lunes por la mañana en la ciudad. La verdad es que ayer fue un día tranquilo. Salí de mi casa solamente para cubrir la Fiesta del Día del Niño en la Plaza 1810, un clásico de Lobos y del cual sin lugar a dudas debemos sentirnos orgullosos. El resultado final es fruto del trabajo de los organizadores, de la Comisión, y de los voluntarios que destinan su tiempo para colaborar en la tarea que les sea asignada. Pese a que se trata de un evento que ya superó el medio siglo de vigencia, cada edición es diferente, porque los chicos no son los mismos, la sociedad cambia al compás de la tecnología, de los nuevos usos y costumbres. 

No es nada sencillo brindar un festejo totalmente gratuito de esa magnitud. Nunca lo fue, menos aún en las condiciones actuales. Pero no quiero referirme reiteradamente a lo que todos sabemos. 

Buena parte de mi trabajo tiene como soporte, el material fotográfico. Hay lugares donde, con mi modesto equipamiento, no es posible obtener buenas fotos. Me pasó en las últimas elecciones, por citar un caso. La imágenes en sí mismas valían la pena, y por ese motivo fueron publicadas. Sin embargo, la iluminación deficiente, la aglomeración de público, y una serie de factores que no vale la pena mencionar, me obligaron a recurrir al retoque digital para mejorar la calidad. Siempre que puedo trato de evitarlo. Pues bien, en la jornada de ayer no fue necesario. Un celular promedio, sea cual fuere la marca, siempre saca mejores fotos con luz natural que en un recinto cerrado. La buena noticia es que gracias a la ayuda de mi viejo, pude poner nuevamente en funcionamiento la cámara pocket, que algunos la ven como una reliquia u objeto de colección, pero continúa siendo extremadamente útil. La resolución es aceptable, y el margen de error es muy bajo. Claro que, en un espectáculo de danza o algo así, se complica bastante congelar o capturar con nitidez cuando esas personas están en movimiento. 

Hoy por hoy, ni se me cruza por la cabeza gastar en cualquier nuevo accesorio,  que seguramente podría ser considerado una buena inversión, pero a valores de hoy, se torna cuesta arriba. Si buscás algo tan elemental como un pendrive de 64 GB, tenés que hablar de 6.000 pesos para arriba. Comprarlo en Mercado Libre no es una opción tan ventajosa como lo era hace un tiempo, porque lo que te ahorrás en ese producto lo debés pagar en concepto de gastos de envío. Siempre hago esa sumatoria porque es la única manera de comprobar si realmente me conviene. Mi contribución al comercio local es normal, compro lo que necesito dentro de lo que puedo mi presupuesto, y si busco algo específico que sólo tienen plataformas como ML, lo primero que veo es la reputación del vendedor. Por lo general, pregunto si no pueden despachar ese producto en el día o en un corto plazo, porque ya después que hiciste la compra, tenés que chatear con el vendedor innumerables veces (en el supuesto de que te responda), para que se ponga las pilas. "Yo ya pagué con el costo del envío incluido, ahora te toca cumplir a vos", sería el mensaje pretende transmitir de forma más sutil a menos que no se den por aludidos. 

Y ya que hablamos de pilas, ese sí es un insumo que no puedo dejar de tener disponible, porque las uso para el grabador. Está la posibilidad de grabar con el celular, pero me acostumbré tanto a la claridad de sonido que brinda el grabador, que no le saco provecho al teléfono dentro de todas las aplicaciones que tiene. Hace unos meses me compré un reloj de pulsera, común y corriente, para que el hecho de ver la hora no se vuelva un pretexto de quedarse embobado con el celular. No niego que sea útil, obviamente que lo es, tanto por el WhatsApp, como para publicar alguna noticia urgente ligada a un hecho policial que te hayan enviado por mail. Se sabe que los informes de la Policía utilizan una jerga indescifrable, de manera que uno debe adaptarlos para que sean más concisos y legibles. 

Ya con 21 años de mi vida dedicado a los medios, creo que más allá de lo teórico, he aprendido bastante en la calle. Seguramente no faltarán aquellos que me subestiman, pero no me importa porque nunca me lo han dicho personalmente, lo cual los hace más cobardes y pusilánimes. Yo rara vez hablo mal de un colega, en algún caso puedo estar en desacuerdo pero esa persona como labura de otro medio que no es el mío, no soy nadie para pedirle explicaciones, no me corresponde. Desde que tengo mi emprendimiento, sólo escribo para los lectores y para mí. Y a la gente que confía en vos todos los días, hay que respetarla, es lo menos que se merece. Los portales digitales tienen una dinámica muy cambiante, y la relevancia de una nota, el espacio que ésta ocupe, surge de una tendencia que los lectores van marcando.

No hay manera de ser un triunfador nato como pregonan los influencers y los que hacen coaching. La vida no funciona bajo esa lógica. El fracaso es parte del devenir de tu vida, no podés soslayarlo. Y si estás como Director de un medio de comunicación, el único responsable sos vos, salvo que tengas empleados y que alguno de ellos se haya mandado una cagada. De mí podrán decir lo que quieran, menos que no sé redactar. Porque no está de más recordar que escribir es distinto a redactar. Habrá quienes tengan más oficio, y otros a los que les cueste más, es parte de la experiencia. 

Hay recursos que no cualquiera tiene, porque están basados en la formación profesional y en saber interpretar el gusto popular. Un texto debe reunir determinadas condiciones para que atraiga la atención, pero eso choca con la pretensión de ser original y darle un enfoque novedoso a algo que ya de por sí tiene impacto mediático. 

Aportar otra mirada enriquece lo que vayas a expresar. Eso es válido tanto para la literatura como para el periodismo. No hay una fórmula del éxito, por supuesto, Pero escribir sobre algo que no lo hayan hecho el resto de los medios, ya te otorga otro posicionamiento si lo sabés aprovechar teniendo en cuenta el interés de la audiencia. En las redes sociales, que son muy útiles para amplificar el contenido, el objetivo es que si esos lectores se identifican con el material que vos publicás, después se sumen como seguidores. Los auspiciantes no dan avisos a diarios o publicaciones que nadie lee, eso está claro, pero no vale la pena detenerse en eso ahora. 

Mientras tanto, yendo a temas que se han convertido en permanente discusión, seguimos debatiendo el rol que debe asumir el Estado en la economía, qué tan intervencionista debe ser, si la salud o la educación pública son derechos adquiridos. Hay que reducir el déficit fiscal, no caben dudas, pero la privatización de las pocas empresas que controla el Estado no son la mejor solución. Como vivimos en una volatilidad constante, cuando hay un poco de oxígeno que nos permite vivir mejor creemos que eso es "gratis". No, no lo es. Para conseguirlo, hay que ajustar en determinadas áreas, pese a lo impopular que es hablar de "ajuste". Precisamente, es impopular porque a lo largo de la historia, quienes han tenido que hacer el mayor sacrificio y esfuerzo para sostener políticas económicas que no aseguraban prosperidad, han sido los que estamos más abajo.

Todo esto explica, quizás, por qué se votó como se lo hizo en las PASO. Lo que hoy llamamos peronismo, no es el peronismo de Perón y Evita. Lo que se conoce como radicalismo, no es la UCR de Alfonsín, Frondizi o Balbín. Toda esa gente murió hace rato, y otros se atribuyeron el acto de enarbolar esas banderas como tabla de salvación. Los principios y las convicciones que se declaman están muy bien, pero si no hay guita en el bolsillo, todo lo demás es un discurso vacío que continúa sin resolver la profunda inequidad de un país. Y esto no es nuevo, no es de ahora. Estamos hablando, lisa y llanamiente, de un país que -creemos- está destinado a la grandeza, pero que naufraga en la pobreza. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


17 de agosto de 2023

La puja entre tigres y leones

Vamos cerrando una semana bastante agitada. No podemos saber aún si lo peor ya pasó. Pero siempre es mejor suponer que sí. Es más, yo diría que lo podemos ver como una forma de preservar la salud. De lo contrario, nos vamos a terminar enfermando de un pico de estrés, de un ACV, o de cualquier cosa si lo primero que hacemos cada la mañana es ver la cotización de un dólar que se supera a sí mismo como si fuera un atleta de elite en plena competencia.

Basta con ver la alevosa y descarada propaganda oficialista que es sustentada en programas “de archivo”, como Sobredosis de TV por C5N, para comprobar qué ilusos fuimos cuando creímos que el período nefasto de “6,7,8” había llegado a su fin. Como bien dije al principio, estos ciclos se basan en rastrear contradicciones entre los candidatos y referentes políticos que les están cascoteando el rancho al kirchnerismo. En primer lugar, el propio Sergio Massa no es el mejor ejemplo de coherencia en lo discursivo, como cuando prometió “barrer a los ñoquis de La Cámpora”, o cuando aseguró que él no tenía nada que ver con el ideario de CFK. Eran otros tiempos, por supuesto, cuando el tigrense buscaba plantearse como una alternativa ante el desencanto de la sociedad con el Frente Renovador como fuerza de choque electoral.

Viendo la proliferación de este tipo de programas, que evidencia producción periodística nula y tienen como único recurso editar convenientemente los dichos de un político que se contraponen con sus expresiones actuales, ¿qué nos queda esperar? ¿Alguien que no tenga una pertenencia ideológica puede ser tan estrecho de mente como para suponer que eso reditúa en algo? De haber sido así, los resultados de las elecciones tendrían que haber sido otros. C5N es protagonista de papelones infames: Uno de los más conocidos, sucedió cuando a cinco minutos de terminar los comicios de 2015, apareció de la nada un zócalo (o videograph), que decía: “Ganó Scioli por amplio margen”. No sé cuánto tiempo permaneció en el aire esa estupidez, pero creo que tuvieron el buen tino de borrarlo de la pantalla cuando ya Macri se posicionaba como el más votado. Fue una ridícula y obscena negación de la realidad que -de tan insólita- terminó siendo motivo de memes y cargadas de todo tipo, para un canal de noticias que se jacta de ser serio.

Últimamente la televisión se nutre de sí misma, y ya se da por sentado que las cosas son de una determinada manera que ellos imponen a su audiencia, motivo suficiente para engañar a los incautos haciéndoles creer que ya está todo dicho y que no vale la pena plantear otras opciones, sea cual fuere la línea editorial.

C5N o el amplio espectro de medios oficialistas, bien podrían entrevistar a Milei, o a Bullrich, y destrozarlos mediáticamente si lo desean, pero con argumentos válidos, porque ellos también deben tener un muerto en el ropero. Pero claro está que no se van a tomar ese trabajo, sería pensar demasiado, implicaría debatir en un diálogo de sordos. Tipos como Brancatelli se la dan de nacionales y populares, y aparecen vacacionando por Europa en pleno descalabro social sin ningún pudor. De dónde sacaron los dólares o los euros de un modo legal (qué ingenuo que soy), es un misterio.

Yo no arruinaría una amistad por una diferencia de ideología política, en el mejor de los casos trato de evitar el tema para evitar discutir si sé que no nos vamos a poner de acuerdo. Qué lejos estamos de las postales de mediados de los '80, cuando se discutía de política en las calles y se lo hacía con auténtica pasión y entusiasmo. Hace 40 años, hasta el partido más modesto sumaba afiliados, y hoy estamos en el extremo opuesto, en el desencanto y el hartazgo que no vienen de ahora, sino desde el 2001 a esta parte. Lo que pasa es que ahora todo ello se ha acentuado, porque estamos rascando en el fondo de la olla y ya no hay plata para gastar.

Algo que también predomina en el paupérrimo discurso político actual, es que tanto el oficialista como el opositor, quieren convencer a una sociedad que ya no cree en ellos, con sorprendentes limitaciones desde lo discursivo. Los K están emprendiendo una campaña del miedo contra Milei, cuando todo sabemos que la mayoría de las propuestas de marketing que son el eje de su discurso (privatización y dolarización), no son viables en el corto plazo. Un economista de su equipo reconoció que, en el supuesto de que ganen, la dolarización es un proceso que recién podría implementarse plenamente en abril de 2025. 

Milei no va a cerrar el Banco Central:  En ningún país del mundo, por muy pobre y arruinado que esté, ha ocurrido eso. Y lo que estamos atravesando ahora, un gobierno en piloto automático, no hace más que fortalecer al libertario. No tengo miedo ni preocupación si gana La Libertad Avanza, y eso no quiere decir que yo los vaya a votar. Siento que ya lo hemos visto todo, y no me sorprendería lo que pueda hacer. Será, a mi modo de ver, una versión más acentuada del neoliberalismo de los ’90. Los kirchneristas quedaron terceros a nivel país, lisa y llanamente los pasaron por arriba. Deberían pensar en repuntar rumbo a octubre dándole un "ibuprofeno" a cada ciudadano para que le duela menos lo que estamos viviendo, en lugar de hacer campaña contra el que los derrotó por paliza. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.


15 de agosto de 2023

El karma argentino

¿Es peligroso pensar en el futuro? ¿Tiene algún sentido hacerlo? Depende de cómo vivas, qué condiciones laborales y económicas tengas, y cuáles sean tus prioridades. No hay una respuesta concluyente. Hoy por hoy, pensar en el futuro de la Argentina da miedo, y no me refiero a Milei solamente. Este gobierno tiene altas chances de terminar con un estallido inflacionario, y el que asuma con esa papa caliente no va a poder desactivar la bomba de inmediato. Sí, claro, hay que vivir cada día como si fuera el último, debemos aprender a disfrutar el momento, y todas esas frase pseudomotivadoras. Pero la realidad es mucho más compleja. En otra nota que escribí hace ya un tiempo, me referí al fenómeno de la espiritualidad. Mucha gente dedica una parte del día a meditar, a bajar un cambio, por fuera de las religiones que tienen mayor aceptación en Occidente. Se multiplican los enfoques de origen budista o tibetano que a su vez están ligados a cambios en la alimentación, o a posturas distintas ante lo trascendental. Aquella frase de "contar hasta diez", era sinónimo de armarse de paciencia, de templanza, reprimiendo un impulso agresivo. No lo sé, pero una versión actual sería "contar hasta cien". Todo lo que te permita vivir mejor, no tiene por qué ser cuestionado, incluso si hablamos de creencias.

Lo particular de todo esto, es que cuando viene una crisis, se incrementa esa búsqueda espiritual. La mayoría de los católicos de la Argentina no son practicantes. A los padres no les interesa bautizar a sus hijos, o les da lo mismo. Las parejas que se casan por Iglesia son cada vez menos. No digo que esté bien o mal, simplemente es así. No es el único culto que está en declive, hay varios que también pierden fieles. Hay muchos judíos, pero los denominados ortodoxos, casi no se ven en los pueblos del Interior, porque tampoco hay templos donde practiquen su doctrina, si cabe llamarla así.

El tema es que vos podés ser muy bueno y predicar la paz y el amor, pero la preocupación que todos tenemos hoy nos vuelve especuladores hasta en el mínimo detalle. Acopiamos azúcar, aceite y yerba porque suponemos (con razón) que el valor de esos productos aumentará notablemente. Pero al hacerlo, dejamos sin nada al que apenas tiene para comprar un mísero paquete.

Somos una sociedad tremendamente chota, qué quieren que les diga. Nos domina el individualismo, queremos "salvarnos" antes de que el barco se vaya a pique, no importa cómo. Los días posteriores a las PASO han sido horribles, no sólo por todo el desquicio evidente, sino porque no anda nadie en la calle, hay un "piojo" increíble. 

El lunes me levanté temprano porque tenía una consulta médica, y el panorama era desolador. Pero siguió esa tendencia en los días sucesivos. Ya sé que Lobos no es Nueva York, pero si tengo que hacer un análisis más agudo, diría que desde que finalizaron las elecciones, hay una sensación de angustia flotando en el aire, que (según dicen) sólo menguará cuando tengamos un respaldo del FMI. Aún así, temo que no será suficiente para que haya una transición ordenada. Negociar con el Fondo es, hoy por hoy, es el único objetivo claro de un gobierno que tiene una clara vocación autodestructiva. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

14 de agosto de 2023

Shock y día después

Siempre es duro perder, en todos los órdenes. Sobre todo, cuando uno se tenía confianza, y consideraba haber hecho un gran esfuerzo que se vería recompensado con un resultado favorable. Desde un partido de fútbol hasta una elección como las de ayer, una derrota te deja desconcertado, casi al borde del knock out. Quizás por eso, no es el mejor momento aún para dialogar con los precandidatos y referentes políticos cuya suerte les fue esquiva. Por otra parte, no tendrán mucho para decir. Probablemente al cabo de unos días, ellos mismos puedan llegar a alguna conclusión, evaluar en qué se equivocaron, qué salió mal, por qué la mayoría de la gente no los acompañó con el voto. 

Ayer estuve abocado a full a cubrir todo lo que sucedería. Salí de mi casa tan pronto como finalizó la elección, a las 18 hs, y obviamente uno ya sabe que a esa hora no va a obtener novedades en el corto plazo. Pero no deja de ser interesante observar quiénes se acercan a determinado bunker o local partidario. Los incondicionales son los que llegan primero, los otros van cayendo más tarde cuando ya suponen que el escrutinio ha sido favorable. Al igual que los amigos: Tenés aquellos que provienen de la infancia y otros que aparecen después, y con otro tipo de vínculo. Siempre están los que se cuelgan las medallas de triunfo ajeno, "los amigos del campeón", también conocidos como aplaudidores. Son los bufones del reino, pero a nadie le importa qué hacen ni por qué están, ellos creen importante su presencia como una muestra de respaldo o lealtad, algo que suena muy trucho, basta con analizar la errática trayectoria política que ha tenido más de uno de esos sujetos. 

Y retomando un ejemplo futbolero, si luego de un mal partido le preguntás a un jugador derrotado alguna cosa, "en caliente", puede cometer un exabrupto. Es posible que quienes perdieron en estas elecciones no encuentren todavía las causas del fracaso. Mientras tanto, la vida sigue para la mayoría de nosotros, la economía se derrumba, y todo se vuelve extremadamente complicado. Menos mal que no publiqué ni le di importancia a las encuestas que andaban circulando por ahí, cualquier podía advertir que eran bastante inverosímiles. Los demás que hagan lo que quieran, yo no me arriesgaría a publicar ninguna encuesta o sondeo sin sustento real, excepto que yo la haya hecho "in situ", pero el meollo del asunto es que la gente nunca te dice su verdadera intención, y es así, no hay vuelta que darle. 

Hoy estamos hablando de Milei como si fuera el salvador de la Patria, lo que no se puede negar es que hizo una elección que superó todas las expectativas, arrasó con todos. Y ninguna consultora acertó ese pronóstico, lo cual nos demuestra, nuevamente, que las encuestas son de quien las paga. Nadie tiene la paciencia ni las ganas de responder encuesta telefónicas, son totalmente truchas. Si por lo menos te pagaran por responder, uno aceptaría hacerlo preservando el anonimato.  

Los politólogos de este país tienen una llamativa incomprensión de la realidad, porque los ves por TV, y no podés creer el modo de razonar que repiten sistemáticamente. El análisis político no es para cualquiera, si se pretende hacerlo con seriedad. Y para quienes caminan la calle, suele ser más simple de lo que parece, porque se apoya menos en lo teórico o doctrinario. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

12 de agosto de 2023

Veda electoral

 Sábado 12, 20 hs. Luego de haber tenido un ritmo de laburo frenético durante todo el desarrollo de la campaña, estos días de veda te dejan la sensación de pasar de 150 kilómetros por hora a cero en casi un instante. El velocímetro recuperó sus valores normales, o lo que juzgamos como normal. La verdad es que me fastidiaba un poco tener que hacer notas a precandidatos que no me interesaban demasiado, sobre todo porque percibí que había muchos puntos que rozaban lo utópico dentro de lo que se denomina “propuestas”. Pero era necesario escuchar lo que cada uno tenía para decir, es parte del juego.

En fin, hoy dispongo de tiempo libre que espero aprovechar del modo más adecuado, con la premisa de que siempre debe haber algo que publicar en el contexto de un diario digital. Mañana se votará, sacaré algunas fotos como es habitual, y después quedará por delante esperar los resultados. Me resulta imposible estar en todos los “bunkers” o locales a la vez, tendré que elegir uno y esperar a ver qué pasa. Ya para las 21 hs, si no ocurre nada extraño, estará todo definido, al menos en el orden local, con los resultados provisionales. Y en el transcurso de la semana, cada referente o militante hará su propio análisis, con algunos pases de factura incluidos. Es inevitable esquivarles a las críticas si los números no son los esperados. Y aquellos que jugaron fuerte poniendo mucho dinero en concepto de publicidad, se sentirán más defraudados al comprobar que toda esa parafernalia no contribuyó a seducir al electorado.

En estas PASO, ha habido mucha cartelería y publicidad en redes sociales, pero casi no he visto pintadas ni pasacalles. Creo que estos últimos estaban prohibidos, de lo contario seguramente se hubieran colocado varios. Esta vez ni yo mismo tengo un pronóstico de los resultados, y como además no está permitido ese tipo de sondeos, tampoco estaría en condiciones de expresar nada al respecto. Lo que sí puede llegar a suponerse, es un ausentismo mayor a de los últimos comicios. Quizás cuando se avecinen las elecciones generales de octubre, sea mayor el porcentaje del padrón que concurra a votar. Hoy aún es prematuro para esbozar ese tipo de conclusiones. Creo que, en líneas generales, todos los precandidatos han tratado de persuadir a la gente para que vaya a votar, y después convencerlos de que su boleta era la mejor. Sea como fuere, es difícil generar entusiasmo en una sociedad que tiene un creciente escepticismo hacia la clase política, habiendo reconquistado la democracia hace ya 40 años.  

La verdad es que no me interesa la vida privada de nadie, en la medida que esa persona sea idónea en su función, pero lo cierto es que uno piensa así en líneas generales. A los jueces, a los magistrados, se le pide decoro, por citar un caso. De manera que podríamos hacerlo extensivo a los representantes del pueblo en sus diferentes estamentos. Esto incluye el patrimonio que poseen antes de ejercer un cargo político, y contrastarlo con sus ingresos cuando vuelven al llano. La diferencia suele ser abismal y eso no ayuda precisamente a creer que “alguien” se postula para enriquecerse. Pero es el propio sistema el que lo permite, no voy a mencionar ningún caso puntual, basta con decir que existe una Oficina Anticorrupción que es casi un sello de goma, un organismo creado para dar a entender que todo lo que ya expresé se realiza con transparencia. Bueno, podríamos entrar sin rodeos a dar nombres que trascienden lo pueblerino y que son más que elocuentes, pero no es el momento. Quiero pensar que los ciudadanos, inclusive los fanáticos más acérrimos hacia un líder mesiánico, lo tienen en claro. Es posible que mi voto de mañana no conduzca a un cambio de rumbo, y cabe plantearse hacia dónde va direccionado ese golpe de timón. Pero nunca he dejado de votar cada vez que hay elecciones, y nunca lo he hecho en blanco. Ni antes, ni ahora. Nos estaremos viendo pronto, ya con las certezas que emanen de la voluntad popular. Punto final.

8 de agosto de 2023

Triunfadores y derrotados por la vida misma

 Para mí, lo que realmente importa al momento de emprender una nueva actividad, es la convicción que tengas. Existe la posibilidad de que el éxito te sea esquivo, pero si ya de antemano no estás comprometido en lo que vas a hacer, mejor ni siquiera comenzar. Por supuesto que con el entusiasmo no alcanza, sobre todo si para lograr ese objetivo tenés que desembolsar guita. Y ese concepto varía según el resultado. Si te fue bien, se considera una inversión. Caso contrario, fue una pérdida inútil de dinero. Si hablamos de un comercio, yo valoro como cliente que me brinden una atención personalizada, que no me quieran cagar cobrándome de más, que no me vendan una prenda de vestir que tras el primer lavado queda reducida a la mitad de su tamaño. Pagar menos por algo no justifica una atención totalmente a desgano, y sin respeto hacia el potencial comprador. En Lobos hay lugares a los que dejé de ir por ese motivo, y por varias razones más. Hago la excepción en el caso de que sea el único negocio del ramo, y uno lamentablemente no tiene alternativa. 

Lo que yo veo, además, es que cuando alguien la pega con una idea y le va bien, aparecen tres o cuatro que hacen exactamente lo mismo. La competencia se da en todos los niveles. Pero si hay una o dos canchas de paddle, ¿para qué seguir con lo mismo? Estamos hablando de un deporte que fue furor en los '90, y que sin que haya motivos concretos, comenzó a recuperarse de la nada en los últimos 5 o 6 años. La gente volvió a jugar al paddle, y las pocas canchas que aún quedaban en pie no daban abasto. Ese tipo de negocios reviste características similares a lo que supo ser un videoclub: Hasta el mismo inversor debería saber que es apenas una tendencia del momento, más allá de que le sea rentable. No es algo concebido para durar mucho tiempo, a menos que puedas reconvertirlo en otra cosa. Un predio de cemento con una red en el medio y rodeado de alambrados perimetrales, no es algo como para pensar seriamente  en una aceptable permanencia.

Seguramente nunca está de más conocer nociones básicas de marketing o de publicidad, inclusive en emprendimientos de pequeña escala. Podés lanzar promociones que sean atractivas y que incentiven tus ventas. Como responsable de un diario digital, mis anunciantes saben lo que significa la publicidad. No me interesa que me den un aviso porque me conocen o por apostar a mi proyecto (aunque nunca viene mal), ya que en esos casos a la larga esa persona desistirá de seguir y entonces no me sirven ese tipo de clientes. Si amortizás costos enseguida, tenés una ganancia; si eso no sucede, no tiene sentido conseguir un aviso para que te lo den de baja al mes siguiente. 

Creo que si fuera Gerente de una empresa y tuviera personal a mi cargo, no me bancaría la presión, o situaciones desagradables como tener que despedir a un tipo que estuvo muchos años dejando la vida y vos lo estás echando a la la calle. Claro que, lamentablente, siempre alguien tiene que comunicar esas noticias poco gratas al laburante cesanteado.

 Por un lado, los sindicatos suelen ser reservorios de corrupción. Pero por otra parte, estoy en contra de cualquier intento de "flexibilización laboral" que implique despedir gente más rápido y a menos costo. Eso es precarización, por más eufemismos que le endilguen, por no hablar de los contratos basura.

Creo, además, que somos demasiado propensos a juzgar con liviandad a los demás. La experiencia me dice que podemos aprender algo hasta del más mediocre de los mortales, que a veces adoptan una pose cuando en realidad resultar ser más inteligentes de lo que parecen. Como de costumbre, me estoy yendo para el camino de la filosofía barata, pero díganme si no les pasó nunca, que un tipo que transitaba por la vida sin el menor sentido común nos da una verdadera lección de cómo se deben hacer las cosas. Un día cualquiera, se le ocurre una idea y la defiende con tanto entusiasmo y persuasión que logra que la gente adhiera a su pensamiento, sumar seguidores. Se convierte en político, lo votan, y gana.  Y así, uno va descubriendo que el pragmatismo y la capacidad de accionar a tiempo termina superando cierta estrechez intelectual que predomina en la clase política, sobran ejemplos en la historia reciente. Que, por supuesto, reúne extensos capítulos de traiciones y deslealtades.

Por eso, cuando uno se baja del carro y se toma una pausa para reflexionar, está bueno lograr descubrir placer en las pequeñas cosas, y capturar esos momentos, saborearlos, al tener conciencia de que esos instantes de plenitud van a terminar sepultados por su misma fugacidad. Y mientras camino por las calles de Lobos, me voy reconociendo en cada esquina, en aquella fachada de un edificio de la calle Buenos Aires que ya no es la de aquel boliche de mi adolescencia, sino una casa de electrodomésticos. La transformación es veloz, más vertiginosa de lo que suponemos. Pero quizás lo más irónico, es que siempre terminamos volviendo al punto de partida. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 


5 de agosto de 2023

La pelota no se mancha

 Me gusta el fútbol, sí, pero como espectador. Hace años que no juego un "picado", y admito que no soy muy virtuoso. Probablemente cuando practiqué en las divisiones inferiores de la liga local o en las clases de Educación Física de la escuela, el entrenador/profesor de turno tuvo cierta responsabilidad en eso. Me refiero a que, en lugar de que los más toscos pudiéramos mejorar durante los entrenamientos, les daba un cheque en blanco a otros pibes que evidentemente ya reunían condiciones innatas. No era un bullying en el sentido estricto de la palabra, pero los menos hábiles éramos subestimados y sólo ingresábamos a jugar a algún partido luego de que alguno de los titulares estaba exhausto, de manera que pasábamos casi toda la jornada calentando el culo en el banco de suplentes. En lo que respecta al nivel profesional, la Liga de la AFA no es nada descollante. Soy hincha de Boca de toda la vida, pero sería una necedad no reconocer que River está jugando mucho mejor, y que tiene un gran plantel. Mirar fútbol por TV es atractivo en la medida que el partido lo sea. Y como con frecuencia veo que jugadores de elite tiran pelotazos hacia ninguna parte, o que cometen errores groseros al intentar hacer un buen pase, la experiencia de estar 90 minutos frente al televisor no me seduce demasiado. 

Cuando algún futbolista se destaca por encima de la mediocridad general, es inmediatamente transferido a clubes europeos, donde ganarán muchísimo más dinero, y a su vez sus clubes de origen percibirán un porcentaje nada despreciable por el fichaje. Años después, cuando ese jugador va envejeciendo y por limitaciones físicas ya no puede mantener el mismo nivel, es dueño de su pase y de negociar con otra institución que esté interesada en sus servicios, excepto que haya alguna cláusula en el contrato. Para hacer una buena diferencia económica, continúan su carrera en clubes árabes, griegos, o chinos, ilustres desconocidos para la alta competencia, pero pasan una o dos temporadas y con eso alcanza. Otros deciden volver a la Argentina y terminar su carrera acá, pero un jugador de 36 o 37 años ya no puede hacer un aporte superlativo que sea gravitante para el equipo. 

Durante mucho tiempo renegué de esa ocurrencia K que fue "Fútbol para Todos", y que consistía en la transmisión gratuita de los partidos. Es verdad que todo el proceso implicó el gasto de millones de dólares que podrían haber tenido un destino más apropiado. Pero también es cierto que resulta vergonzoso que los canales de deportes que no son premium, lo único que hagan es enfocar a las tribunas porque no tienen los derechos de transmisión. En los primeros años del fútbol codificado, como solíamos llamarlo, íbamos a algún bar a ver un partido que se presuponía que tenía relevancia, como el Superclásico, o la final de algún torneo que tuviera a Boca como protagonista. 

En fin, como decía al comienzo, Boquita hace tiempo que dejó de ser protagonista, no puedo creer que los ultras se sientan en estado de éxtasis porque llegó Cavani, un talentoso delantero uruguayo, pero que llega a la Ribera con 36 años. Se nota que nos conformamos con poco, y las constantes quiebras que se producen en los grandes clubes del fútbol argentino se dan como resultado de manejos turbios, negociados con sponsors, y muchas cosas más que el finado Julio Grondona conocía muy bien, porque era lo más parecido a un capo de la mafia. Bueno, ojalá que Cavani pueda hacer un buen desempeño pese a su edad.

Las divisiones inferiores como la "Primera B" y de ahí para abajo, tienen como atracción que hay una mayor entrega de parte de los jugadores en cada partido, se la juegan de verdad. Son profesionales, claro, pero todo es esfuerzo puesto en cada jugada es propio del amateurismo. A veces es más interesante detenerse a ver cualquier match de esas características en lugar de hacerlo con equipos de mayores recursos. Podríamos sintetizarlo diciendo que hay más potrero, incluso los estadios son de arquitectura muy modesta, pero eso no importa ni hace mella en el espíritu del futbolista nato. Se arriesgan a lesionarse con más frecuencia que los de la Primera, aunque obivamente tampoco son kamikazes. El futuro del fútbol argentino, tal como lo conocemos hoy, estará ligado a la capacidad de incentivar la competencia, la única manera de que en la cancha aquellos que ganan en dólares pongan huevos y hagan ilusionar al hincha que está en la tribuna y que pagó una entrada para ser testigo de ese duelo deportivo. Quiero pensar que los de la AFA saben perfectamente esa situación y hacen la vista gorda, sobre todo ante los barrabravas que más de una vez eran fuerzas de choque ligadas a la política. 

En resumen, además de ser el deporte más popular del planeta, el fútbol reviste esa condición porque sus reglas son relativamente sencillas de entender para cualquier persona que haya visto dos o tres partidos. El uso indiscriminado del VAR está arruinando la naturalidad con la que debe desarrollarse cualquier competencia, con interrupciones que rozan lo insólito y goles anulados de forma injusta.

 "La pelota no se mancha", dijo Maradona en su partido de despedida, algo bastante paradójico, siendo que el mejor jugador de la historia se encargó de mancharla innumerables veces, dentro y fuera de la cancha (es mi opinión). Él mismo reconoció que, sin sus múltiples adicciones, hubiera dado para mucho más, pese a que sigue siendo considerado el mejor de todos. Lo único bueno que le escuché decir es que él no era ejemplo de nada: "Ejemplos son los padres", solía repetir. 

 Mientras tanto, ya sin Diego, la pelota continúa manchándose cada vez más. Punto final. 

4 de agosto de 2023

Uno nunca sabe...

 Viernes 4 de agosto. Llegamos al fin de una semana intensa. Ahora que transitoriamente no estoy yendo al gimnasio, tomé la iniciativa de bicicletear un poco más, ya sea en la zona céntrica como en los barrios periféricos de la ciudad, para seguir manteniendo la actividad física en el escaso tiempo que me queda libre, debido a la vorágine que es propia del proceso electoral en ciernes.

 

 Reconozco que más de una vez no tengo ganas, e inclusive me obligo a salir a la calle aprovechando esos “huecos” donde no hay material por cubrir. Quiero evitar los hábitos sedentarios. Por supuesto, si priorizás una buena siesta podés obtener un descanso reparador, pero a su vez no es menos cierto que uno siempre se inventa excusas para no ejercitarse: el calor, la lluvia, los compromisos contraídos, las tareas pendientes. Sin embargo, es evidente cómo podemos sentirnos mejor sin exigirnos demasiado, aunque más no sea caminando 15 o 20 cuadras y repitiendo esa distancia cada día, pudiendo además incorporar otro trayecto y sumar progresivamente este recorrido.

 

Es un momento sencillo, pero gratificante, darse un baño con agua caliente cuando uno llega cansado y transpirado de caminar o del laburo. Por sobre todas las cosas, relaja los músculos y te otorga un mejor descanso.

 

No sé hasta cuando podré continuar con la decisión de ponerle pilas a todo este asunto para mantenerme en forma, considerando que ya tengo 44, a esa edad te cansás con más frecuencia y lo único que querés es dormir. Pero no caben dudas de que vale la pena el esfuerzo. Del mismo modo que vale la pena escribir en este blog y compartir con ustedes mis impresiones sobre la vida cotidiana, sobre aquello de debemos afrontar y que muchas veces escapa a nuestro dominio.

Trato de actualizar este blog regularmente, y no sé por cuánto tiempo tendré la voluntad de continuar, pero al menos tengo el deseo de hacerlo. Parece un juego de palabras, pero no es lo mismo. Porque uno siempre encuentra algo interesante para decir y compartir. No me gustaría dejar este espacio en "stand by", pero tampoco escribir boludeces por el mero hecho de agregar algo de escaso valor para el lector. Creo que influyen varios factores: muchas veces falta motivación, a veces uno no sabe bien cómo redondear una idea y darle la forma precisa. Todo lo que puedo decirles es que esto se construye día a día. No esperen encontrar un enfoque súper creativo todos los días, pero tengan la certeza de que voy a seguir adelante, escribiendo aquí, mientras haya algo que sea importante para decir, al menos para mí.

 Más allá de las inminentes elecciones, hay cuestiones clave para el desarrollo de Lobos que parecen inmodificables, porque escapan a nuestra capacidad de cambiarlas y por eso delegamos las decisiones a los representantes. Por otra parte, es obvio que existen otras sobre las cuales sí tenemos poder, pero las dejamos pasar. Creo que ése es el mensaje de mi post de hoy. Intentar cambiar de a poco. No buscar ser "otra persona" de un día para otro. Podés levantarte temprano, entrenar, comer alimentos saludables, pero si sos un tipo repulsivo y desagradable en el trato con la gente, nada de lo anterior podrá ayudarte a congraciarte con quienes te rodean.

 

Intento exprimir el día al máximo para hacer cosas que me gusten, sin ningún plan. Veremos qué es lo que hago, porque volvió el frío, anochece temprano y quedan muchas cosas por decidir. Espero que este mes nos sea más leve, porque en algunos aspectos se hace cuesta arriba remar contra la corriente, como el descomunal tarifazo de luz aplicado por el Gobierno, los mismos que otrora se mostraban muy compungidos y preocupados porque Macri adoptó una medida casi idéntica al eliminar progresivamente los subsidios. Un abrazo traicionero del "amigo" Massa.

 

De a poco trato de volver a escuchar música. Tengo una colección de CD's bastante completa pero ya estoy un poco saturado de todo eso y decidí volcarme hacia la radio. Cuesta hallar un buen programa periodístico, que sepa matizar hechos de actualidad con algún condimento de frivolidad y distensión. Espero que todos podamos encontrar un espacio, por breve que sea, haciendo lo que nos gusta y nos da placer. Dejar de lado las responsabilidades y las obligaciones, y dedicar esas horas o minutos a lo que realmente nos brinde satisfacción.

 

Tema 2: Es muy relevante que los chicos en edad escolar sepan y comprendan cómo se vivía en la Argentina durante la Década Infame o en la última dictadura militar, pero no estaría nada mal que se les explicaran las causas y consecuencias otros acontecimientos clave como la Segunda Guerra Mundial, el hecho histórico más importante del Siglo XX. Pregúntenle a cualquier chico dónde queda Libia, por ejemplo, o en qué continente. Allá por 2011, si mal no recuerdo, era un tema de la agenda internacional que se veía todo el tiempo por la televisión, al igual que el nombre de Khadafi, el excéntrico mandatario de aquel país que luego fue asesinado sin miramientos. Pero el común de los pibes sólo tenía una vaga idea de quién era y por qué se desató el conflicto ¿Por qué muy pocos docentes de historia o geografía (por no decir ninguno) se tomaron aunque más no sea 10 minutos de su clase para hablar del tema? ¿Tanto les cuesta salirse de los esquemas para plantear hechos de política internacional? De más está aclarar -nobleza obliga- que NO todos los docentes son iguales, eso se da por descontado.

 

 

El periodismo no es la única fuente de información, también están los libros, la escuela, y la familia. Debo decir que yo tampoco sabía dónde quedaba Libia, pero al menos me tomé el trabajo de consultar en Wikipedia y otras páginas útiles, para averiguar en qué parte del mapa existía tal país, e indagar en la realidad. Sin educadores que estimulen la curiosidad, no hay posibilidad de conocimiento. Porque no hay algo que motive a los alumnos a aprender. En la escuela secundaria no me explicaron nunca la Primavera de Praga, el Mayo Francés, la Crisis de los Misiles. Nada de nada. Ni hablar de la infame invasión a Irak, que es más reciente (ocurrió en 2003). Cuando yo era estudiante, sólo se enseñaban las antiguas civilizaciones, su esplendor, los imperios, su posterior decadencia, y por supuesto dedicaban varias clases a hablar del Coliseo o del Partenón. Y por supuesto, no podía faltar la Revolución Francesa. Demasiado lejano, aburrido e inconsistente como para que un chico promedio de 15 años tenga ganas de llegar a su casa y comprender que Argentina no es el lugar donde pasa todo lo que termina trayendo secuelas a nivel global, fogoneadas por el imperialismo que ejercen las grandes potencias. Hablar de imperialismo está erróneamente asociado a una posición política de izquierda, cuando en realidad es un término que se puede definir fácilmente y que es aplicable a múltiples a lo largo de los siglos. Quiero ilusionarme, y pensar que ya vendrán tiempos mejores, en todos los sentidos. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

2 de agosto de 2023

Hacia atrás y adelante

 Primeros días de agosto. Un "veranito" muy particular estamos viviendo en Lobos y buena parte del país. Por supuesto, no es en alusión a una breve estabilidad económica, sino al clima y a la humedad que elevaron la temperatura a 26° C. Ya dejó de ser una anécdota o un comentario casual, porque claramente en pleno invierno, andar con shorts o remeras dista de ser normal. Algo muy extraño está sucediendo, pero quizás la gente le empiece a dar más bola al calentamiento global y deje de verlo como un fenómeno ajeno a su realidad cotidiana. 

Este comienzo de mes significa la recta final hacia las PASO, y por lo tanto es lógico pensar que todos los partidos van a quemar los últimos cartuchos para seducir al electorado. Hoy, concretamente, no tengo notas con ninguno de los precandidatos, pero mañana sí va a ser un día intenso. Confío en que podré cumplir con todos, hasta ahora ha sido así. 

No se por qué, pero durante buena para del día de hoy sentí un gran cansancio físico, pese a que fue una jornada tranquila. El exceso de humedad ambiente, seguramente no ayudó en ese sentido. No bebí nada raro, no tomé ningún  medicamento, pero me sentía embotado y somnoliento. Un buen motivo para irse a dormir temprano. 

Es probable que los distintos partidos hagan los tradicionales actos de cierre de campaña, precisamente antes de la veda, para arengar a sus seguidores. No hay encuestas serias que permitan determinar una tendencia, sí hay rumores, posibles escenarios que uno se imagina pero que no son más que hipotéticos hasta que se empiecen a contar los votos. Las versiones varían según con quién hables, cada uno confía en sus propias fuerzas, y no está mal, porque si no tenés convicción hacia tu propio proyecto político, qué queda para el resto entonces.

Tema 2: Crecer no siempre implica evolucionar. Conozco mucha gente adulta que se comporta esperando que los demás hagan todo por ellos sin poner nada de su parte, sin tomar las riendas de su destino. A su vez, hay pendejos que pretenden actuar como adultos, o que quizá tuvieron que comenzar a temprana edad a hacer changas. Debieron asumir esa responsabilidad ante la dejadez o estrechez económica de sus progenitores. Viven una realidad propia de su franja etaria, y son los primeros en adoptar los hábitos que luego se vuelven masivos. Hasta hace unos años, los pendex estaban fascinados con Facebook, por ejemplo, y era todo un logro ver quién agregaba más "amigos" a su lista. De hecho, algunos ya han alcanzado el límite de 5.000  amistades o conocidos. Luego apareció Instagram, Twitter fue ganando terreno, así nuevas redes sociales se fueron expandiendo, haciéndose cada vez más invasivas, con complejos algoritmos que buscan detectar las preferencias de cada usuario con fines comerciales, para vender publicidad.

Sin lugar a dudas, cualquiera preferiría tener un grupo numeroso de amigos que sean “personas físicas” y que no estén en el limbo de la virtualidad. En este último caso, se trata de gente que uno conoce por alguna circunstancia fortuita, por tener amistades en común, o compartir un ámbito laboral, con lo cual todo ello propicia (se supone) que exista cierta afinidad.

Realmente uno trata de relacionarse con los adolescentes y de interiorizarse por sus inquietudes, pero a menudo se vuelve difícil al principio. Pero si me dan a elegir con quién conversar, creo que los adolescentes son más espontáneos y sinceros. Cuesta ser empático porque, aunque yo haya tenido 15 años alguna vez, crecí en un país diferente, con otra coyuntura y donde prevalecían otros intereses. Y romantizar aquello sería un error. Jamás diría de un modo categórico que “la juventud está perdida”, y tantas boludeces que solemos escuchar de boca de viejos que no hicieron nada provechoso durante su vida. De manera que distan mucho de ser un ejemplo para juzgar a esos pibes. Por otra parte, no creo 100 % en la meritocracia, ya que me consta que en determinados casos en esfuerzo individual no es suficiente. A mí nadie me regaló nada, excepto mis padres, que me regalaron la oportunidad de estudiar tan pronto como terminé la Secundaria. Hay que reformular el sistema de becas vigente, eso es claro.

Cuando uno no ha llegado a los 20, todavía piensa que un extenso camino por delante, que no hay límites para lo que se quiera hacer, y que podremos triunfar en la vida conforme nuestro deseo y vocación, en aquello que nos apasiona. A medida que pasan los años, nos vamos dando cuenta de cómo funciona el mundo realmente y de nuestras limitadas posibilidades de acomodarnos dentro de ese contexto. Quizás porque siempre me interesó indagar en el paso del tiempo, es que surge en mí el hecho de esbozar estas reflexiones. La adolescencia pasa demasiado rápido, y muchas veces hay recuerdos de aquellos años que uno sobredimensiona como si fueran impolutos, porque los contrasta con situaciones actuales.

Siempre habrá un dejo de melancolía en la medida que no aceptemos que ya no somos los mismos. La brecha generacional se acentúa ante la rapidez de los cambios que se dan en la sociedad en su conjunto. Cualquier objeto de consumo no dura mucho en el mercado, porque la industria necesita instalar otro para hacerlo atractivo e incrementar sus ganancias. Esto se da a todo nivel. Yo no puedo afirmar rotundamente si aquellas épocas las viví con intensidad, porque sería muy subjetivo definirlo. Pero sí puedo decir que hoy estoy abocado a la etapa que me toca afrontar, y que está más ligada a consolidarme, a reforzar lo que he alcanzado hasta ahora y procurar no caer en la abulia. 

Creo que el día que mi laburo me empiece a aburrir o a fastidiar en exceso, y termine estresándome en vano, habrá que dar un golpe de timón. No sé cuándo sucederá, es posible que no ocurra nunca. La carrera que elegí tiene como ventaja que brinda un espectro bastante amplio si lo sabés aprovechar. Y, sobre todo, si lográs que sea valorado y compensado monetariamente por tus clientes.

Es obvio que nadie te va a pagar un centavo por no hacer nada, o por ofrecer un producto mediocre. El proceso de adquirir experiencia, se asemeja a ensayo y error: Cuando ves que algo no funciona, le buscás la vuelta por otro lado.

En otra ocasión, si se surge el tema en el desarrollo de otra nota, tal vez me dedique a ahondar sobre esto.No me caben dudas de que si yo tuviera un hijo adolescente, todo lo que estoy exponiendo lo comprendería mejor. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...