Vamos cerrando
una semana bastante agitada. No podemos saber aún si lo peor ya
pasó. Pero siempre es mejor suponer que sí. Es más, yo diría que lo podemos ver como una forma de
preservar la salud. De lo contrario, nos vamos a terminar enfermando de un pico
de estrés, de un ACV, o de cualquier cosa si lo primero que hacemos cada la mañana
es ver la cotización de un dólar que se supera a sí mismo como si fuera un atleta
de elite en plena competencia.
Basta con ver la
alevosa y descarada propaganda oficialista que es sustentada en programas “de
archivo”, como Sobredosis de TV por C5N, para comprobar qué ilusos fuimos
cuando creímos que el período nefasto de “6,7,8” había llegado a su fin. Como
bien dije al principio, estos ciclos se basan en rastrear contradicciones entre
los candidatos y referentes políticos que les están cascoteando el rancho al
kirchnerismo. En primer lugar, el propio Sergio Massa no es el mejor ejemplo de
coherencia en lo discursivo, como cuando prometió “barrer a los ñoquis de La
Cámpora”, o cuando aseguró que él no tenía nada que ver con el ideario de CFK.
Eran otros tiempos, por supuesto, cuando el tigrense buscaba plantearse como
una alternativa ante el desencanto de la sociedad con el Frente Renovador como
fuerza de choque electoral.
Viendo la
proliferación de este tipo de programas, que evidencia producción periodística nula
y tienen como único recurso editar convenientemente los dichos de un político
que se contraponen con sus expresiones actuales, ¿qué nos queda esperar? ¿Alguien
que no tenga una pertenencia ideológica puede ser tan estrecho de mente como
para suponer que eso reditúa en algo? De haber sido así, los resultados de las
elecciones tendrían que haber sido otros. C5N es protagonista de papelones
infames: Uno de los más conocidos, sucedió cuando a cinco minutos de terminar
los comicios de 2015, apareció de la nada un zócalo (o videograph), que decía: “Ganó
Scioli por amplio margen”. No sé cuánto tiempo permaneció en el aire esa
estupidez, pero creo que tuvieron el buen tino de borrarlo de la pantalla
cuando ya Macri se posicionaba como el más votado. Fue una ridícula y obscena negación de la
realidad que -de tan insólita- terminó siendo motivo de memes y cargadas de todo tipo, para un
canal de noticias que se jacta de ser serio.
Últimamente la
televisión se nutre de sí misma, y ya se da por sentado que las cosas son de
una determinada manera que ellos imponen a su audiencia, motivo
suficiente para engañar a los incautos haciéndoles creer que ya está todo dicho
y que no vale la pena plantear otras opciones, sea cual fuere la línea
editorial.
C5N o el amplio
espectro de medios oficialistas, bien podrían entrevistar a Milei, o a
Bullrich, y destrozarlos mediáticamente si lo desean, pero con argumentos
válidos, porque ellos también deben tener un muerto en el ropero. Pero claro está que no se van a tomar ese trabajo, sería pensar
demasiado, implicaría debatir en un diálogo de sordos. Tipos como Brancatelli
se la dan de nacionales y populares, y aparecen vacacionando por Europa en
pleno descalabro social sin ningún pudor. De dónde sacaron los dólares o los
euros de un modo legal (qué ingenuo que soy), es un misterio.
Yo no arruinaría
una amistad por una diferencia de ideología política, en el mejor de los casos
trato de evitar el tema para evitar discutir si sé que no nos vamos a poner de
acuerdo. Qué lejos estamos de las postales de mediados de los '80, cuando se
discutía de política en las calles y se lo hacía con auténtica pasión y
entusiasmo. Hace 40 años, hasta el partido más modesto sumaba afiliados, y hoy
estamos en el extremo opuesto, en el desencanto y el hartazgo que no vienen de
ahora, sino desde el 2001 a esta parte. Lo que pasa es que ahora todo ello se
ha acentuado, porque estamos rascando en el fondo de la olla y ya no hay plata
para gastar.
Algo que también predomina en el paupérrimo discurso político actual, es que tanto el oficialista como el opositor, quieren convencer a una sociedad que ya no cree en ellos, con sorprendentes limitaciones desde lo discursivo. Los K están emprendiendo una campaña del miedo contra Milei, cuando todo sabemos que la mayoría de las propuestas de marketing que son el eje de su discurso (privatización y dolarización), no son viables en el corto plazo. Un economista de su equipo reconoció que, en el supuesto de que ganen, la dolarización es un proceso que recién podría implementarse plenamente en abril de 2025.
Milei no va a cerrar
el Banco Central: En ningún país del mundo, por muy pobre y arruinado que esté,
ha ocurrido eso. Y lo que estamos atravesando ahora, un gobierno en piloto
automático, no hace más que fortalecer al libertario. No tengo miedo ni
preocupación si gana La Libertad Avanza, y eso no quiere decir que yo los vaya a votar. Siento que ya lo hemos visto todo, y no me sorprendería lo que pueda
hacer. Será, a mi modo de ver, una versión más acentuada del neoliberalismo de
los ’90. Los kirchneristas quedaron terceros a nivel país, lisa y llanamente los pasaron por arriba. Deberían pensar en
repuntar rumbo a octubre dándole un "ibuprofeno" a cada ciudadano para que le duela menos
lo que estamos viviendo, en lugar de hacer campaña contra el que los derrotó
por paliza. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.
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