19 de octubre de 2024

Dejar todo en la cancha

 

Desde hace varios días intento, sin éxito, escribir un posteo nuevo para este blog. ¿El resultado? Escaso. Bloqueo creativo. No he hecho mucho últimamente, y no fue porque no haya querido. Se dio una semana con pocas notas por cubrir. Y todo parece indicar que seguirá así. El calor empieza a apretar. Ideal para pasar unos días en la pileta o en algún rincón del patio donde dé la sombra. La verdad es que sentarme en el sillón a ver televisión no es una idea que me atraiga en absoluto, como tampoco lo es derrochar el tiempo con la pantalla del celular. Una opción que parece más atractiva es leer, porque tengo varios libros inconclusos. Si me detengo a pensar, hay varias cosas que dejé de hacer y que podría retomar si contara con la motivación necesaria.


No sé qué me deparará el destino, nunca es bueno planificar a largo plazo. Ahora lo que resta es ponerme a estudiar para rendir bien el examen final de uno de los cursos que estoy haciendo. Habrá que buscar el momento propicio para concentrarme en lo que pretendo lograr, lejos del ruido y de las distracciones. También es cierto que voy en camino a activarme plenamente, tal como supe hacerlo el año pasado. 


No tiene sentido lamentarme de aquello que no pude hacer, ahora debo pensar en lo que me queda pendiente conseguir. Sigo con la idea de cerrar el año lo mejor posible. Sigo pensando en 2025 como una nueva oportunidad. Sigo creyendo que lo mejor está por venir, pero no sé exactamente cuándo. Es cuestión de estar atentos. Con eso ya basta para ir en la dirección correcta. Necesitamos salir del estancamiento, a título personal ya me lo he planteado varias veces. Este año pasé por muchos “sube y baja” emocionales, y si hay algo que no predominó fue la estabilidad. Ante ello, intenté adecuarme a cada situación que me tocó afrontar haciéndolo lo mejor que pude, pero siempre flota la sensación de no haber hecho lo suficiente. No haberlo dejado todo en la cancha.


Como a muchos de ustedes, hay días en que no se me cae una idea, pero aun así me pongo a escribir porque sé que de ese proceso saldrá algo digno de ser leído, aunque para ello requiera de numerosas correcciones y revisiones. Hay situaciones que no me gustan y que sin embargo debo sobrellevar. Pero lo más preocupante es que estemos naturalizando una realidad que es abiertamente anormal: Eso sí merecería un análisis sociológico o de otra índole. Tenemos que reforzar la capacidad para amoldarnos a una coyuntura que se presenta adversa. Paso bastante tiempo del día reflexionando sobre eso, porque tuve que adaptarme a este nuevo escenario (dentro de mis posibilidades), y sinceramente me fastidia ver cómo desde los grandes medios buscan distraernos con boludeces. Estamos necesitando un gran recambio generacional en la dirigencia política. CFK podrá presidir el PJ, pero para mí quien mejor encarna el futuro del partido es Kicillof. Le falta rodaje quizás, pero lo veo con entusiasmo para pegar el salto. Además, todavía le quedan tres años por delante para ir sumando experiencia. Su gestión al frente de la Provincia ha sido buena, más allá de lo que se quiera entrever desde Lobos. Acá no han hecho ninguna gestión para que el Gobernador entregue obras o subsidios, nunca les importó. La discriminación por color político la ejercen ellos mismos, no Kicillof. Tiene cientos de municipios a lo largo de la provincia como para preocuparse por que no le den bola en uno o dos de ellos.


¿Pero dónde está depositada nuestra esperanza? ¿Cuál es nuestro reservorio espiritual? Cada uno tendrá el suyo, pienso yo. Nunca dejo de reflexionar sobre lo que nos toca en suerte, y si tenemos chanches de revertirlo o no. Sería fácil afirmar que éste no fue un buen año, pero todavía faltan poco más de dos meses. Mucho de ello depende de nosotros. Como digo siempre, la toma de decisiones. Tendremos que aprender a transitar este verano en ciernes con otra actitud. No será fácil, eso es casi seguro. Habrá que resistir los embates de la crisis económica y ajustar el presupuesto. Por más que los índices de inflación bajen, lo concreto es que ese descenso no se advierte en el costo de la canasta básica. Los salarios siguen siendo paupérrimos y las tarifas no tienen freno. Por ese motivo, ver cómo se cuentan las costillas en la interna del PJ es un espectáculo desagradable y totalmente extemporáneo. No es momento de confrontación, pero esta gente parece no entenderlo. Todos los candidatos tienen aspiraciones legítimas y no es necesario encolumnarse detrás de nadie. Esto cabe, incluso, para aquellos con vocación más verticalista. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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