Entonces, yo me pregunto si Jorge Yoma, funcionario de culto menemista, no siguió el mismo camino con los K, cuando fue designado Embajador de México. O el caso de Patricia Bullrich, que ya pasó por todos los partidos políticos existentes.
Suele decirse que "la política es el arte de lo posible", y de algún modo coincido con esa apreciación. Hay legisladores que son ineptos, en todo sentido, y sin embargo posan su culo alegremente en una banca. Hasta tuvimos un "diputrucho", allá por 1992, cuando se debatía la privatización de Gas del Estado. Un anciano que de un modo incomprensible ocupó efímeramente un escaño para que el menemismo pudiera obtener quórum. La Argentina es terreno fértil para la corrupción, la intolerancia, y (derivada de ésta), la violencia. Desde luego, en otros países sucederá lo mismo, pero tan pronto como se descubre un hecho de corrupción el funcionario se ve obligado a renunciar y a someterse a la Justicia. No es algo que ocurra aquí, precisamente. Por el contrario, los legisladores, amparados en sus fueros, resisten cualquier embate judicial. Para el ciudadano común, es inadmisible que Menem haya resultado absuelto de: Voladura de Río Tercero, tráfico de armas, enriquecimiento ilícitos, atentados a AMIA y a la Embajada de Israel, etc. (sepan disculpan si cometo algún error u omisión).
La gente ha perdido la confianza en el Poder Judicial, y es evidente que se vulnera todos los días la independencia que deber existir entre los tres poderes. Ojalá las futuras generaciones puedan sentirse más comprometidas e identificadas con todo lo que estoy exponiendo. Punto final.
