Viernes en la ciudad, frío y nublado. Cualquier descripción
que se intente hacer del otoño abunda en lugares comunes y clichés, como las
hojas secas de los árboles en las veredas, la gente abrigada, el ánimo
melancólico que se percibe cuando uno se levanta para trabajar. Pero de alguna
manera, lo que trato es de evitar tópicos repetitivos, tarea difícil en virtud
de la cantidad de textos escritos en estos últimos 14 años (desde 2005 a la
fecha).
Algún día este blog no existirá, como casi todo en la vida, y por ese
motivo trato de guardar en la PC algunos textos, entre cientos que he escrito, que
me parecen más logrados que otros. La cosa es que la campaña política está a
full, aunque todavía no haya afiches, pasacalles, o spots proselitistas. Al
menos en Lobos, no creo que haya ningún “tapado”, más allá de los precandidatos
que ya se dieron a conocer. Debo decir que algunos dan vergüenza, su pasado los
condena. Pero mi voto no es representativo del amplio universo del electorado,
por lo tanto si gana un candidato que no es de mi agrado, me voy a tener que
tragar el sapo y nada más. Al final de cuentas, yo tendré que seguir trabajando
como lo hago desde hace 19 años. No espero que el Estado me asista, salvo que
me encuentre en una situación de indigencia, que espero nunca llegue.
Si me pongo a pensar en todos los textos que llevo escritos
y en el proyecto de publicarlos en un libro, debo admitir que hay muchos que
con el paso del tiempo han perdido el impacto inicial y se tornarían
intrascendentes. Sería necesario hacer una selección, obviamente, porque muchos
de ellos no resistieron el paso del tiempo, se refieren a lugares, situaciones,
o a personas que ya no están. También están aquellas publicaciones que prefiero olvidar, por distintos motivos. En este momento no se me ocurre ninguno
específico, pero una crónica sobre un día en el gimnasio daría para pulirla
mucho más y explotarla en una veta literaria. Son cosas que uno va notando
cuando revisa el archivo, y ve que las cosas han cambiado, que aparecen algunas
contradicciones, o ideas que no terminan de cerrar. No opino igual que en 2005
sobre muchísimos temas, sería necio de mi parte si así fuese, pero es como
tomar una foto, capturás ese instante. Es una burbuja en el tiempo. Pero de algún modo reflejar ese cambio de
pensamiento, como consecuencia de los hechos que se fueron dando en el país,
tampoco me parece desacertado. El problema es de qué manera hacerlo para no
desconcertar al lector, lo cual es frecuente y constituye la mejor excusa para
abandonar la lectura de un libro.
En breve voy a empezar analizar más rigurosamente la
actualidad política, que es lo que desvela a la mayoría, para lograr notas más ordenadas pero que no
por ello pierdan espontaneidad.
Sin embargo, lo que más nos preocupa a todos
es la angustiante situación que estamos
atravesando como consecuencia de las torpezas del macrismo, y hablando con
muchos amigos en un bar, días atrás, nos preguntábamos hasta cuánto aguantará
la gente (nosotros) vivir de esta manera, y si Macri tendrá que irse antes de lo previsto.
Ojalá que no suceda. Que termine su mandato y se vaya de viaje a la
estratósfera, y que el pueblo decida quién va a tomar este fierro caliente, antes de que este buque comience a zozobrar. Y ojo con el revanchismo, porque también están los que
volverían a votar a Mauricio dado que temen una venganza desaforada y violenta
de los que estuvieron antes. Como verán, hay muchos aspectos para poner en la balanza.
Punto final.