19 de abril de 2019

Dejar que tomen la posta las nuevas generaciones

Muchas veces, considero que escribir (y por supuesto, leer) es una forma de resistir. De resistir ante la mediocridad, la abulia y la apatía. De mantener un espíritu crítico ante aquello que no podemos soslayar. El tiempo y el paso de los años muchas veces me hicieron cambiar de parecer, pero no por eso dejé de expresar lo que percibía en determinado momento. Deseo que la ciudad donde vivo pueda trascender los sucesivos gobiernos y asumir un rol preponderante dentro del resto de los municipios. Hay un desánimo y una desazón general ante la cual no puedo escapar, porque no soy ajeno a esta apremiante situación. Gente sin laburo, falta de oportunidades para progresar, chicos que terminan la escuela sin haber aprendido los conocimientos básicos. A cualquier persona de buena voluntad le dolería ver este panorama, este escenario.

Por supuesto, venimos de años de desidia, por lo cual uno podría afirmar que esto no es nuevo. Sin embargo, no nos podemos quedar de brazos cruzados o esperar cada dos años para poder votar. Mientras esté garantizada la libertad de expresión, ojalá haya más opiniones, más espacio para el debate, y para intentar interpretar la realidad, lo que nos está pasando. De lo contrario, seremos testigos pasivos de un futuro poco alentador que heredarán nuestros hijos. De una vez por todas, hay que dejar de lado, aunque sea por un momento, la televisión y los medios que ejercen una posición dominante, para asumir nosotros esa posición. Vale decir, recobrar la capacidad de decidir por nosotros mismos, y aunque la democracia sea meramente representativa, continúa siendo el mejor sistema para llevar adelante un país. Es hora de dar lugar y participación a las nuevas generaciones, que tienen otras demandas e inquietudes, porque son hijos de otro tiempo. Punto final. 



Un resumen de 20 años

  Al cabo de casi 20 años, puedo afirmar que estoy conforme con las notas que he escrito en este blog. Este año ha sido muy particular para ...