26 de julio de 2019

Un viernes destemplado y lluvioso: preparando la agenda para el finde

Viernes desapacible en la ciudad, con una persistente llovizna que calaba hasta los huesos. Para mañana el pronóstico anuncia que volverá el sol, que siempre te pone garra y pilas si lo contrastamos un un día nublado y húmedo como el de hoy. 

Esta tarde pasé buena parte del día organizando los discos, películas, y libros que tengo, en rigor de verdad no son muchos, pero nunca falla que cuando buscás un título determinado tenés que empezar a revolver las cajas de cartón donde guardo todo ese material. Estamos viviendo tiempos duros, en estos días de transición hasta las PASO, y todos quieren "anotarse un poroto". Lo que puedo afirmar es que, contrariamente a lo que se cree, los medios periodísticos no nos "salvamos" con las publicidades de campaña, en un extra que se percibe dos veces al año y que hay que saber administrar. No hice presupuestos exorbitantes a los candidatos, seguramente otros colegas habrán cobrado más que yo por sus servicios. Pero es algo que no me preocupa, cada cual hace su juego, todos los referentes políticos tienen mi número de celular y saben dónde vivo, de manera que si una minoría no quiso hacer pauta, allá ellos. Lo digo sin ningún resentimiento o rencor. 

Ya tengo casi decidido mi voto, puede suceder que lo que ocurra en los días sucesivos me haga cambiar de parecer, pero no lo creo. Lo razonable sería que los candidatos comprendan que, por darnos publicidad a los medios, no necesariamente compartimos su modo de hacer política, y por ende no los votaremos. Mi diario digital, Lobos 24, tiene buena consideración entre la sociedad porque siempre hemos tratado de ser coherentes, de no tergiversar los hechos, y de hablarle al vecino sin subestimarlo. No me agrada las publicaciones que pretenden simplificar algo que es intrínsecamente complejo, como para bajarlo al nivel del lector promedio. Lo que puede resultar difícil de entender, se explica de la forma más clara posible, pero nunca suponiendo que el lector no lo va a comprender porque es difícil. A decir verdad, con la avalancha de información que hay en Lobos, muchas veces son ellos quienes nos corrigen, hacen sugerencias, o aportan algún dato que se nos escapa. Y ello es sumamente valorado, al menos para mí. Los periodistas nos podemos equivocar como cualquier persona. Sin embargo, debo afirmar que en mi caso nunca fue por mala fe. Pudo ser por error, pero no por omisión. 

El propietario de un medio de comunicación asume la total responsabilidad de lo que aparece publicado, lo cual no es poco decir. O a veces, es compartida. Si un entrevistado vertió determinadas expresiones, corresponde que se haga  cargo de lo que dice, pero una parte de la responsabilidad es nuestra como editores. Por eso, publicar cualquier rumor o comentario que circula en la calle es poco prudente si no está chequeado con las debidas fuentes, es de manual. En lo que a mí respecta, seguiré tratando de superarme y de lograr brindar la información precisa, dentro de mis limitaciones. Les agradezco a todos quienes me acompañan en este camino que emprendí hace ya 15 años y que continuaré mientras Dios me dé fuerzas. Punto final. 

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