7 de febrero de 2021

Una piedra en el agua

 Fin de semana en Lobos. Podría ser uno más entre tantos que uno ha vivido y transitado, pero es único. No por un motivo en particular, simplemente porque no se repetirá. Cuesta entenderlo, sobre todo si ya tenemos una rutina que nos resistimos a abandonar. Febrero es un mes corto, casi una transición obligada rumbo a su sucesor que ya reviste mayor importancia dado que (se supone), se reanudará la actividad en el ámbito educativo, político, comercial. Este año no está para vacaciones, es cuestión de cuidarse en casa y pasar el verano de la mejor manera posible. Muchas veces te querés escapar yendo a lugares que tienen un paisaje envidiable, pero tu cabeza está con el GPS en otra parte. No te podés conectar con ese momento, algo está fallando. Si arrastrás muchas preocupaciones, el barco está anclado y no se va a mover por más que te vayas al Polo Norte. Hay que levantar el "ancla" y seguir con el viaje, porque nadie nos enseña a vivir y todos los que pretenden hacerlo son unos chantas. 

Claro está que uno tiene momentos en que puede racionalizar más por qué ocurren las cosas, y otros que no. Lo que sí creo, es que ponerse en el papel de víctima no le sirve a nadie, porque siempre vas a encontrar excusas para aquello que no te salió bien. Cuando te ponés a pensar en lo que tenés, te vas a sentir agradecido a la vida. Un techo, un plato de comida, una familia. Por supuesto que todos tenemos la ambición de ir por más, de mejorar, y ese es el combustible que nos motiva a seguir cada día. Si pensáramos que está todo resuelto y que así permanecerá hasta que dejemos este mundo, vivir sería muy aburrido. Ahora se ha puesto de moda la palabra "empatía", que no dice nada que no sepamos desde antes, que es, básicamente, tratar de entender al otro y por qué se comporta de tal o cual manera. 

El fin de semana siempre nos otorga más tiempo para reflexionar sobre lo que somos, y lo que nos pasa. Me parece frustrante ver cómo se trata de encasillar a las personas según su modo de pensar. O, mejor, dicho según lo que los demás suponen que piensan. No todo se reduce a posturas o pronunciamientos políticos. Hay una actitud ante la vida que nos hace tener que tomar partido a cada momento.

 Esto pasa, sobre todo, en un país donde la izquierda y la derecha han tramado acuerdos a través de su dirigencia para quitarle todo valor a las ideas. El falso progresismo, alentado por un grupo considerable de intelectuales, es una muestra más del retroceso. En lugar de buscar una cohesión, un acuerdo sobre cuestiones básicas e ineludibles, se recurre a una visión épica de la historia reciente, como si este gobierno viviera librando una batalla permanente contra monopolios y oligarcas. Los K solían repetir como un mantra: "Clarín es el enemigo, Clarín miente, Magnetto es un HDP, son corporaciones mediáticas", etc. La realidad es que fueron bastante torpes, porque el diario y TN siguieron haciendo su negocio y captaron otra franja de lectores, que eran aquellos que se consideraban antikirchneristas. De hecho, lo continúan haciendo. Es bastante obvio darse cuenta de que el lector de Clarín no es el mismo de Página/12.  

No hay nada más contraproducente que buscar respuestas en lugares equivocados, o con gente que no comprende lo que te está pasando. Esto puede suceder por miopía intelectual, o porque no son capaces de ponerse en el pellejo ajeno. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


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